miércoles, 28 de marzo de 2018

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Por Daniel Costas



Tumba vacía



En este Domingo de Resurrección, hemos incluido en esta publicación, un excelente artículo de Daniel Costas del sitio web http://www.menonitas.org/el_mensajero/.



BuenaNueva /21




"Los cristianos afirmamos que Jesús ha resucitado, no porque tengamos una certeza histórica y documentada, sino porque nuestra experiencia es similar a la de los primeros discípulos y decimos que hoy es posible una relación personal con un Jesús que está vivo y que esa relación personal es la que cambia nuestras vidas".





La Resurrección de Jesús

por Daniel Costas



La nuestra es una sociedad «cristianizada» y eso hace que se acepte con toda naturalidad la resurrección de los muertos sin plantearnos nada más de una forma racional. Por contra, las personas materialistas claramente afirman que no existe tal cosa y viven su vida sin plantearse mas existencia que la presente. Pero la resurrección implica un cambio.

Resurrección. Volver a la vida después de estar muerto. Cuando hablamos de la resurrección de Jesús, no hablamos de una muerte clínica, un volver a la vida después de «entrar por el túnel hacia la luz», como algunos lo describen. Hablamos de volver a la vida un cadáver humano, torturado, azotado a latigazos, colgado de una cruz, con el costado abierto por una lanza y 36 horas en una tumba cerrada.

La lectura comparada del relato de la Resurrección de Jesús en los evangelios no pareciera ayudar mucho a fomentar una credibilidad en la resurrección. Nos deja con las siguientes preguntas:

¿Cuándo prepararon las mujeres los perfumes? Según Lucas, las mujeres tenían los perfumes preparados el viernes por la noche. Según Marcos, van a comprarlos el sábado al terminar el día de reposo.

¿Con quién fue María Magdalena a la tumba? Según Mateo, Lucas y Marcos, María Magdalena forma parte del grupo de mujeres que le acompañaban desde Galilea; todas ellas acuden juntas a la tumba. Mientras que según Juan, a la tumba acudió María Magdalena sola.

¿Cómo estaba la tumba cuando llegaron las mujeres, abierta o cerrada? Según Lucas, Marcos y Juan, la tumba está abierta. Pero Mateo indica que las mujeres estaban delante de la tumba cuando el ángel del Señor «bajó del cielo y se acercó, corrió la losa y se sentó encima».

¿Cuántos ángeles se les aparecieron en la tumba? Según Lucas, a las mujeres se les aparecen dos varones de vestiduras resplandecientes, Juan incluso dice que uno a la cabeza y otro a los pies de la tumba. Mientras que según la versión de Mateo y Marcos, sólo se aparece uno y con vestiduras blancas.

¿Cuál es el mensaje central de los ángeles en cada conversación? Según Lucas, Mateo y Marcos, los ángeles (sean uno o dos) dan el mismo mensaje: «No está aquí, ha resucitado». Mientras que en Juan le preguntan a María Magdalena por qué llora.

¿Qué hicieron las mujeres después de estar en la tumba y ver los ángeles?Según Marcos, después de ver la tumba vacía y los ángeles, las mujeres no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. Según, Lucas, Mateo o Juan, las mujeres contaron todo esto a los once y a los demás.

¿Tienen que ir los discípulos a algún sitio en especial para un encuentro con Jesús? Según Mateo, los discípulos deben ir a Galilea, a un monte donde se les aparecerá. Según Lucas y Juan, Jesús se les aparece en Jerusalén: están reunidos hablando de cómo se ha aparecido a Pedro y a los de Emaús. Según Marcos debían ir a Galilea, pero se les aparece cuando están reunidos alrededor de la mesa (en Jerusalén).

¿Quién ha sido el primero en ver a Jesús resucitado? Según Lucas, a los primeros que se aparece es a Simón (Pedro) y a los del camino de Emaús. Según Mateo, es a las mujeres que habían acudido a la tumba, cuando corrían a comunicar a los discípulos que Jesús había resucitado. Juan y Marcos dicen que a la primera fue María Magdalena mientras que según Pablo (1º Corintios 15), el primero fue Pedro (más o menos como Lucas).

Además en todo el relato, Jesús solo se aparece a sus discípulos. No nos consta que nadie que no haya sido su discípulo, lo viera vivo después de muerto.

Y aquí me planteo una pregunta: ¿Jesús ha resucitado?

Pero, ¿qué pasaría si pidiésemos a cinco personas entre nosotros que elaborasen un resumen del comienzo de la iglesia evangélica en Burgos? ¿Acaso nos encontraríamos con un único relato? Algunos resaltarían acontecimientos que para otros no son dignos de destacar. Evidentemente, en algunos de los hechos centrales todos coincidirían. En otros aparecerían discrepancias según las fuentes consultadas por cada uno, si es que no ha estado presente. Pero entonces, por esas discrepancias ¿no podrían ser ya válidos como relatos de nuestra historia? Y si además, dado que estamos hablando de acontecimientos de hace mas de 20 años, si los cinco presentan exactamente la misma historia, habría que pensar que se habían reunido aparte para ponerse de acuerdo en lo que contar. Entonces, un relato tan extraordinario como es la resurrección de la muerte, no sería creíble si no fuera precisamente por las diferencias en los detalles circunstanciales del suceso.

Podríamos coger los diferentes relatos e intentar combinarlos y matizarlos de forma que al final quedase un relato único y coherente. Pero evidentemente Dios no pretende eso, ya que de ser así, no tendríamos estos relatos de esta forma.

Entonces, ¿que es lo que hace que el relato de la resurrección sea creíble? Para mí, lo impactante es entender que siendo un movimiento mesiánico, sobreviva a su Mesías.

Tanto Jesús como sus seguidores asumen que Jesús es el Mesías, el Ungido de Dios, para traer la salvación a su pueblo. Jesús es un líder carismático que provoca entusiasmo en las clases humildes y provoca el temor y el rechazo de las clases dirigentes. Pero Jesús no es el primero que se ha alzado en la Palestina ocupada por los romanos como un mesías. Ha habido otros lideres que han arrastrado a las multitudes en un movimiento mesiánico de liberación. Pero todos esos movimientos una vez que su líder es muerto, pierden su razón de ser ya que un movimiento mesiánico solo tiene sentido en la persona del Mesías. La salvación prometida por Dios funciona gracias al propio Mesías. No se trata de un movimiento puramente social, donde la muerte de su líder no significa necesariamente el fin del mismo.

En Hechos 5,36-37 relata que Gamaliel cuenta en el Sanedrín que:

No hace mucho surgió un tal Teudas, dándoselas de ser alguien, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Lo ejecutaron, se desbandaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, surgió Judas el Galileo arrastrando tras de sí gente del pueblo; también pereció y dispersaron a todos sus secuaces.

Así que lo que toca esperar a la muerte de Jesús es la desbandada de sus seguidores, y eso es lo que empieza a suceder el primer día hábil, o sea, al día siguiente del de reposo. Las mujeres, incondicionales y con lazos afectivos con el crucificado, quieren ungirle. Pero probablemente sus seguidores galileos ya empiezan a pensar en la forma de volver a Galilea; a sus vidas, sus trabajos y familias. Y los de Emaús ya no esperan más y parten hacia su casa.

Pero en este movimiento carismático y Mesiánico, algo sucede ese día, que del movimiento de dispersión pasa a ser un movimiento social conocido como «los del Camino». Movimiento que aquellos que consiguieron llevar a la cruz a su líder, se ven incapaces de parar, amedrentar, desanimar y destruir, por más que lo intenten. El movimiento generado por Jesús crece y perdura en el tiempo. Hasta nuestros días.

Si el maestro había fracasado, ¿por qué vuelven a reunirse los discípulos? Es porque tuvieron una profundísima experiencia que les hizo sentirse salvados, perdonados y justificados. Experiencia que relacionaron totalmente con la figura del ajusticiado. El rumbo y la vida de los discípulos cambió y ellos dieron testimonio de que ese cambio había sido producido por un encuentro con Jesús resucitado.

El fundamento, para mí, no está en el hecho histórico de que Jesús haya resucitado sino en la experiencia personal de unos hombres que lo contaron a su manera. Esta experiencia no sólo la contaron aquellos que anduvieron con Jesús por Galilea y le acompañaron a Jerusalén. Pablo también cuenta como una experiencia personal, que Jesús «se me apareció también a mí» (1 Co 15,8).

Lo cierto es que con independencia de lo que haya sido esa experiencia, la cuentan con la certeza de que Jesús permanece vivo y actuante en ellos.

Pasa lo mismo con nuestro testimonio, basado en nuestra propia experiencia. Nos sumamos al testimonio de los primeros discípulos, afirmando que Jesús también está vivo hoy, que ha hablado a nuestro corazones y que sentimos su calor. Hemos tenido experiencias tan impactantes como aquella de meter la mano en su costado. Eso nos ha cambiado como ir a la tumba y encontrarla vacía.

Los cristianos afirmamos que Jesús ha resucitado, no porque tengamos una certeza histórica y documentada, sino porque nuestra experiencia es similar a la de los primeros discípulos y decimos que hoy es posible una relación personal con un Jesús que está vivo y que esa relación personal es la que cambia nuestras vidas.



Fuente: http://www.menonitas.org/el_mensajero/2013/121/index.html







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