miércoles, 28 de marzo de 2018

SEMANA SANTA / 2018




Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
San Mateo 16, 24 - 28.-





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Semana Santa  / 2018



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EL SEPULCRO VACÍO




Ha resucitado!!







LA RESURRECCIÓN DE JESÚS






capítulo 20

El sepulcro vacío




20:1 El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. 

20:2 Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".

20:3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.

20:4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.

20:5 Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. 

20:6 Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo

20:7 y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. 

20:8 Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él vio y creyó. 

20:9 Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. 

20:10 Los discípulos regresaron entonces a su casa.



http://www.vicariadepastoral.org.mx/sagrada_escritura/biblia/nuevo_testamento



"¿POR QUÉ BUSCAN ENTRE LOS MUERTOS AL QUE ESTÁ VIVO?" Lucas 24,5.-




Ha resucitado!!




http://servicioskoinonia.org/cerezo/





"¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?"




El anuncio de la resurrección




24:1 El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado.

24:2 Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro

24:3 y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

24:4 Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.

24:5 Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?

24:6 No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea:

24:7 "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día".

24:8 Y las mujeres recordaron sus palabras.
El testimonio de las mujeres


24:9 Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los Once y a todos los demás.

24:10 Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles,

24:11 pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron.

24:12 Pedro, sin embargo, se levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vio más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por lo que había sucedido.



Evangelio de Lucas 24,1-12.-





http://www.vicariadepastoral.org.mx/sagrada_escritura/biblia/nuevo_testamento/03_lucas






LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Por Daniel Costas



Tumba vacía



En este Domingo de Resurrección, hemos incluido en esta publicación, un excelente artículo de Daniel Costas del sitio web http://www.menonitas.org/el_mensajero/.



BuenaNueva /21




"Los cristianos afirmamos que Jesús ha resucitado, no porque tengamos una certeza histórica y documentada, sino porque nuestra experiencia es similar a la de los primeros discípulos y decimos que hoy es posible una relación personal con un Jesús que está vivo y que esa relación personal es la que cambia nuestras vidas".





La Resurrección de Jesús

por Daniel Costas



La nuestra es una sociedad «cristianizada» y eso hace que se acepte con toda naturalidad la resurrección de los muertos sin plantearnos nada más de una forma racional. Por contra, las personas materialistas claramente afirman que no existe tal cosa y viven su vida sin plantearse mas existencia que la presente. Pero la resurrección implica un cambio.

Resurrección. Volver a la vida después de estar muerto. Cuando hablamos de la resurrección de Jesús, no hablamos de una muerte clínica, un volver a la vida después de «entrar por el túnel hacia la luz», como algunos lo describen. Hablamos de volver a la vida un cadáver humano, torturado, azotado a latigazos, colgado de una cruz, con el costado abierto por una lanza y 36 horas en una tumba cerrada.

La lectura comparada del relato de la Resurrección de Jesús en los evangelios no pareciera ayudar mucho a fomentar una credibilidad en la resurrección. Nos deja con las siguientes preguntas:

¿Cuándo prepararon las mujeres los perfumes? Según Lucas, las mujeres tenían los perfumes preparados el viernes por la noche. Según Marcos, van a comprarlos el sábado al terminar el día de reposo.

¿Con quién fue María Magdalena a la tumba? Según Mateo, Lucas y Marcos, María Magdalena forma parte del grupo de mujeres que le acompañaban desde Galilea; todas ellas acuden juntas a la tumba. Mientras que según Juan, a la tumba acudió María Magdalena sola.

¿Cómo estaba la tumba cuando llegaron las mujeres, abierta o cerrada? Según Lucas, Marcos y Juan, la tumba está abierta. Pero Mateo indica que las mujeres estaban delante de la tumba cuando el ángel del Señor «bajó del cielo y se acercó, corrió la losa y se sentó encima».

¿Cuántos ángeles se les aparecieron en la tumba? Según Lucas, a las mujeres se les aparecen dos varones de vestiduras resplandecientes, Juan incluso dice que uno a la cabeza y otro a los pies de la tumba. Mientras que según la versión de Mateo y Marcos, sólo se aparece uno y con vestiduras blancas.

¿Cuál es el mensaje central de los ángeles en cada conversación? Según Lucas, Mateo y Marcos, los ángeles (sean uno o dos) dan el mismo mensaje: «No está aquí, ha resucitado». Mientras que en Juan le preguntan a María Magdalena por qué llora.

¿Qué hicieron las mujeres después de estar en la tumba y ver los ángeles?Según Marcos, después de ver la tumba vacía y los ángeles, las mujeres no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. Según, Lucas, Mateo o Juan, las mujeres contaron todo esto a los once y a los demás.

¿Tienen que ir los discípulos a algún sitio en especial para un encuentro con Jesús? Según Mateo, los discípulos deben ir a Galilea, a un monte donde se les aparecerá. Según Lucas y Juan, Jesús se les aparece en Jerusalén: están reunidos hablando de cómo se ha aparecido a Pedro y a los de Emaús. Según Marcos debían ir a Galilea, pero se les aparece cuando están reunidos alrededor de la mesa (en Jerusalén).

¿Quién ha sido el primero en ver a Jesús resucitado? Según Lucas, a los primeros que se aparece es a Simón (Pedro) y a los del camino de Emaús. Según Mateo, es a las mujeres que habían acudido a la tumba, cuando corrían a comunicar a los discípulos que Jesús había resucitado. Juan y Marcos dicen que a la primera fue María Magdalena mientras que según Pablo (1º Corintios 15), el primero fue Pedro (más o menos como Lucas).

Además en todo el relato, Jesús solo se aparece a sus discípulos. No nos consta que nadie que no haya sido su discípulo, lo viera vivo después de muerto.

Y aquí me planteo una pregunta: ¿Jesús ha resucitado?

Pero, ¿qué pasaría si pidiésemos a cinco personas entre nosotros que elaborasen un resumen del comienzo de la iglesia evangélica en Burgos? ¿Acaso nos encontraríamos con un único relato? Algunos resaltarían acontecimientos que para otros no son dignos de destacar. Evidentemente, en algunos de los hechos centrales todos coincidirían. En otros aparecerían discrepancias según las fuentes consultadas por cada uno, si es que no ha estado presente. Pero entonces, por esas discrepancias ¿no podrían ser ya válidos como relatos de nuestra historia? Y si además, dado que estamos hablando de acontecimientos de hace mas de 20 años, si los cinco presentan exactamente la misma historia, habría que pensar que se habían reunido aparte para ponerse de acuerdo en lo que contar. Entonces, un relato tan extraordinario como es la resurrección de la muerte, no sería creíble si no fuera precisamente por las diferencias en los detalles circunstanciales del suceso.

Podríamos coger los diferentes relatos e intentar combinarlos y matizarlos de forma que al final quedase un relato único y coherente. Pero evidentemente Dios no pretende eso, ya que de ser así, no tendríamos estos relatos de esta forma.

Entonces, ¿que es lo que hace que el relato de la resurrección sea creíble? Para mí, lo impactante es entender que siendo un movimiento mesiánico, sobreviva a su Mesías.

Tanto Jesús como sus seguidores asumen que Jesús es el Mesías, el Ungido de Dios, para traer la salvación a su pueblo. Jesús es un líder carismático que provoca entusiasmo en las clases humildes y provoca el temor y el rechazo de las clases dirigentes. Pero Jesús no es el primero que se ha alzado en la Palestina ocupada por los romanos como un mesías. Ha habido otros lideres que han arrastrado a las multitudes en un movimiento mesiánico de liberación. Pero todos esos movimientos una vez que su líder es muerto, pierden su razón de ser ya que un movimiento mesiánico solo tiene sentido en la persona del Mesías. La salvación prometida por Dios funciona gracias al propio Mesías. No se trata de un movimiento puramente social, donde la muerte de su líder no significa necesariamente el fin del mismo.

En Hechos 5,36-37 relata que Gamaliel cuenta en el Sanedrín que:

No hace mucho surgió un tal Teudas, dándoselas de ser alguien, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Lo ejecutaron, se desbandaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, cuando el censo, surgió Judas el Galileo arrastrando tras de sí gente del pueblo; también pereció y dispersaron a todos sus secuaces.

Así que lo que toca esperar a la muerte de Jesús es la desbandada de sus seguidores, y eso es lo que empieza a suceder el primer día hábil, o sea, al día siguiente del de reposo. Las mujeres, incondicionales y con lazos afectivos con el crucificado, quieren ungirle. Pero probablemente sus seguidores galileos ya empiezan a pensar en la forma de volver a Galilea; a sus vidas, sus trabajos y familias. Y los de Emaús ya no esperan más y parten hacia su casa.

Pero en este movimiento carismático y Mesiánico, algo sucede ese día, que del movimiento de dispersión pasa a ser un movimiento social conocido como «los del Camino». Movimiento que aquellos que consiguieron llevar a la cruz a su líder, se ven incapaces de parar, amedrentar, desanimar y destruir, por más que lo intenten. El movimiento generado por Jesús crece y perdura en el tiempo. Hasta nuestros días.

Si el maestro había fracasado, ¿por qué vuelven a reunirse los discípulos? Es porque tuvieron una profundísima experiencia que les hizo sentirse salvados, perdonados y justificados. Experiencia que relacionaron totalmente con la figura del ajusticiado. El rumbo y la vida de los discípulos cambió y ellos dieron testimonio de que ese cambio había sido producido por un encuentro con Jesús resucitado.

El fundamento, para mí, no está en el hecho histórico de que Jesús haya resucitado sino en la experiencia personal de unos hombres que lo contaron a su manera. Esta experiencia no sólo la contaron aquellos que anduvieron con Jesús por Galilea y le acompañaron a Jerusalén. Pablo también cuenta como una experiencia personal, que Jesús «se me apareció también a mí» (1 Co 15,8).

Lo cierto es que con independencia de lo que haya sido esa experiencia, la cuentan con la certeza de que Jesús permanece vivo y actuante en ellos.

Pasa lo mismo con nuestro testimonio, basado en nuestra propia experiencia. Nos sumamos al testimonio de los primeros discípulos, afirmando que Jesús también está vivo hoy, que ha hablado a nuestro corazones y que sentimos su calor. Hemos tenido experiencias tan impactantes como aquella de meter la mano en su costado. Eso nos ha cambiado como ir a la tumba y encontrarla vacía.

Los cristianos afirmamos que Jesús ha resucitado, no porque tengamos una certeza histórica y documentada, sino porque nuestra experiencia es similar a la de los primeros discípulos y decimos que hoy es posible una relación personal con un Jesús que está vivo y que esa relación personal es la que cambia nuestras vidas.



Fuente: http://www.menonitas.org/el_mensajero/2013/121/index.html







QUÉ SIGNIFICA LA PASCUA CRISTIANA Por Gonzalo Rendón



Pascua de Resurrección / 2018





http://servicioskoinonia.org/cerezo/



"Se entiende, entonces, por qué el sacrificio de Jesús es pascual: porque nos ha mostrado el camino para librarnos del poder de dominio de unos cuantos sobre los demás; porque nos ha sacado del error a la verdad, del sometimiento y opresión a la libertad, de la muerte a la vida, de la exclusión a la inclusividad en el corazón de Dios"




QUÉ SIGNIFICA LA PASCUA CRISTIANA


Por Gonzalo Rendón 

Para el mundo cristiano, la solemnidad más importante del año litúrgico es la Pascua hacia donde se orienta toda la actividad litúrgica y en donde tiene asiento y razón nuestra fe. Ella es el cumplimiento definitivo de las promesas de Dios que en su hijo Jesucristo ha realizado de una vez para siempre. 



No es posible ahondar en el sentido de la Pascua cristiana sin tener como telón de fondo la Pascua judía. En efecto, para el creyente judío también la pascua es el eje y fundamento de su fe, como que es el recuerdo perenne de aquella acción divina a favor de los esclavizados en Egipto, que trajo para todos libertad y que marcó el punto de arranque, el nacimiento de Israel como pueblo, con una identidad propia y una tierra propia donde realizar el proyecto de una sociedad igualitaria y solidaria según el querer de Dios.

Origen de la Pascua judía.

En sentido estricto es muy difícil fijar su origen preciso. Hasta donde es posible seguir sus rastros, se sabe que entre las tribus seminómadas del cercano oriente existía la costumbre de degollar un cordero la noche anterior a la partida de las caravanas en busca de nuevos pastos para el ganado. Con la sangre del animal se rociaban los palos que utilizarían para armar las tiendas en sus acampadas, y se sabe también que la carne era consumida completamente esa noche, por lo general asada, acompañada de yerbas (especias y hortalizas) y con premura, pues era el momento de partir. 

El sentido o la finalidad de la aspersión con la sangre del cordero era encomendarse al amparo de los espíritus buenos de los lugares donde acamparían; es decir, con esta marca, los pastores daban por hecho que los espíritus malos serían repelidos durante sus jornadas, además de que no podrían ingresar a sus tiendas para hacerles daño. Retengamos este dato: la sangre del cordero con la cual untaban los palos de las tiendas, era signo de vida, de protección, de defensa; era algo así como un exorcismo para repelar cualquier acción maligna. 

No estamos hablando todavía de una fiesta religiosa exactamente, sino de un ritual que obedecía más a la creencia popular de que cada lugar era habitado por espíritus buenos que podían proteger, pero también por espíritus malignos que podían atraer el mal sobre las personas y el ganado. Fue mucho tiempo después del evento de la liberación de la tiranía egipcia cuando esta antiquísima práctica pastoril adquirió un valor estrictamente religioso; es lo que se conoce como el proceso de teologización de la pascua, y que nos da idea de la procedencia de los grupos humanos, tribus y étnias, que están en el origen de Israel como pueblo. 

Con el paso del tiempo, Israel entendió que haberse liberado del poder faraónico en un momento dado de la historia, sólo había sido posible por la acción directa de un Dios que intervino en su favor; por eso quieren revivir y celebrar ese acontecimiento, y para eso echan mano de aquel antiguo ritual pastoril para rememorar la acción liberadora de Dios. Se vuelve a la figura del cordero y la utilización de su sangre como marca para ser salvados. Cuando el Israel religioso legisla sobre el modo de celebrar esta solemnidad litúrgica (cf. Ex 12,1-14; Lv 23,5-8; Nm 9,1-14; Dt 16,1-8; Jos 5,10) aprovecha aquella antiquísima figura del cordero degollado y la utilización de su sangre para marcar, no ya los palos de las tiendas, sino las jambas de las puertas, con lo cual serían librados de morir la noche en que vendría el ángel exterminador a "herir de muerte a los primogénitos de los egipcios…" (Éxodo 12,12). Y en efecto, cuando aparece el ángel de la muerte, "hirió a todo primogénito del país, tanto de hombres como de animales, mas los primogénitos de los israelitas se salvaron porque habían untado las jambas de sus puertas con la sangre del cordero que habían degollado; el ángel pasó de largo, saltó las casas cuyas puertas estaban marcadas". Entre paréntesis digamos que este puede ser el origen etimológico de la palabra "pascua", pesaj = saltar. Dar saltos. Brincar en un solo pie. 

Y bien, ya nos dice el libro del Éxodo la forma cómo los israelitas comieron el cordero: con los lomos ceñidos, puestas las sandalias y con el bastón en la mano; es decir, a la misma usanza de las antiguas tribus del desierto, pero ahora conmemorando como tal el hecho liberador por parte de Dios. 

Transición de la Pascua judía a la Pascua cristiana


Como buen judío, Jesús celebró cada año la Pascua con sus paisanos. Para su época, el cordero ya no era sacrificado en cada casa, por cada familia como había sido al principio. Varios siglos antes de Jesús, un rey de Judá había "reformado" el culto y uno de los puntos de dicha reforma fue la centralización absoluta del culto en el templo de Jerusalén, este era el lugar, único para todo el país, autorizado para toda la actividad cultual. Imaginemos el tremendo tumulto en Jerusalén. Todas las familias, o por los menos los padres, haciendo la fila en el templo para que un sacerdote les sacrificara el cordero pascual que luego sí, podía ser consumido en casa; podemos imaginarnos a Jesús cada año metido en ese tumulto, haciendo lo que todo su pueblo hacía. 

Muy seguramente, por algún período de tiempo, los discípulos de Jesús y los primeros cristianos, continuaron la misma práctica después de la muerte del Maestro; pero esto probablemente no duró mucho tiempo; primero, porque hubo una ruptura radical entre el judaísmo oficial y los seguidores del galileo Jesús que termina con su expulsión definitiva del templo y de la sinagoga; y segundo, porque este grupo de seguidores comenzó a entenderque la propuesta de Jesús, sus enseñanzas y su praxis, su compromiso, todo refrendado con su propia vida, con su sangre derramada, había obrado en ellos la liberación definitiva del poder de una estructura religiosa alienante y opresora y ahora se abría para ellos una perspectiva de vida absolutamente nueva y distinta. El sacrificio de Jesús se convierte así en el nuevo motivo (el culmen) de Revelación divina para quienes le conocieron y siguieron. 

Nosotros hemos recibido a través de los escritos del Nuevo Testamento y de la Tradición apostólica la reflexión ya hecha del efecto liberador de la encarnación del Hijo de Dios, de su vida, muerte y resurrección; pero tendríamos que ponernos en el lugar de los discípulos y de los primeros cristianos para tratar de comprender la lectura o interpretación que ellos hicieron de ese acontecimiento y cuál fue el proceso que los fue llevando a esa lectura hasta comprender que Jesús "es el Cordero de Dios que quita el pecado, la esclavitud y la muerte del mundo". En todo caso, para ellos fue un proceso largo y difícil, y más especialmente tratándose de personas que provenían del judaísmo, acostumbrados al dogmatismo y absolutismo religioso, eso mismo que no permitió a las autoridades judías "ver" al Mesías en el Jesús histórico (a este propósito léase Juan 7,1-31). 

Volver a revivir esta primera etapa de la historia del cristianismo es hacer el ejercicio de re-encontrar el sentido salvífico de la vida, muerte y resurrección de Jesús desde una perspectiva más vivencial, profunda y liberadora; hay que hacer el esfuerzo de romper con ciertos dogmas y preconceptos que la teología y la predicación sobre la Pascua de Jesús han fijado tan firmemente en la mente de los creyentes al punto de obstaculizar el hallazgo de los contenidos siempre nuevos y actuales que tiene el evento salvífico del sacrificio de Jesús y que tienen su máxima expresión en la interpretación pascual. 

Pero, en sí, ¿qué significa la Pascua?: enfaticemos que el significado de nuestra Pascua, no puede ignorar el significado de la Pascua judía. Para ellos, ya dijimos, la pascua rememora la noche en la cual se dieron dos cosas: haber quedado vivos después del paso del ángel exterminador que hirió de muerte a todos los primogénitos de los egipcios; y en segundo lugar, haber salido del país de la esclavitud para dirigirse a la tierra de la libertad, y todo porque Dios había optado por ellos, por los esclavizados, por los que no valían nada para nadie. 

En línea con esa rememoración, la Pascua cristiana, si se quiere instituida por Jesús con su ministerio, celebrada de manera anticipada en su última cena con sus discípulos y discípulas y refrendada con su sacrificio en la cruz y su resurrección por parte del Padre, otorgó al ser humano la liberación total, primero, de la opresión religiosa ejercida por dirigentes y "sabios" que mantenían al pueblo sometido a la figura de un Dios intransigente, cruel, excluyente e indiferente a los padecimientos humanos (con esta clave, léanse todos los signos liberadores obrados por Jesús: curaciones de ciegos, sordos, cojos, paralíticos…, y para constatar cómo Jesús devuelve al pueblo la auténtica figura de Dios, léase con mucha atención y como conclusión de todo su ministerio público, el episodio del velo del templo que se rompe apenas él expira en la cruz: Mc 14,38; Mt 27,51); y en segundo lugar, una liberación política, en el sentido de que sus palabras y enseñanzas, muerte y resurrección, confirman que el sometimiento de unos a otros no es parte del plan de Dios y que por lo tanto, el ser humano puede y tiene que mantener vivo el esfuerzo y la lucha por sacudirse todo lo que signifique sometimiento y opresión por parte de quienes se creen amos y dueños del mundo, de personas y de bienes… 

Se entiende, entonces, por qué el sacrificio de Jesús es pascual: porque nos ha mostrado el camino para librarnos del poder de dominio de unos cuantos sobre los demás; porque nos ha sacado del error a la verdad, del sometimiento y opresión a la libertad, de la muerte a la vida, de la exclusión a la inclusividad en el corazón de Dios (cf. el velo roto). Arriesguémonos a reinterpretar la Pascua celebrada y vivida por Jesús y tratemos de releerla a la luz de nuestra experiencia de fe hoy y para hoy. Es posible que así esta Pascua traiga nuevas luces y nuevos sentidos para nuestra vida humana y cristiana. 




http://www.episcopaleslatinos.org





VIGILIA PASCUAL: JUNTOS ORAMOS ESPERANDO LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR





http://creoperoaumentamife.blogspot.com.ar/


La Vigilia Pascual



El sábado santo es un día de oración junto a la tumba esperando la resurrección. Es día de reflexión y silencio. Es la preparación para la celebración de la Vigilia Pascual



Por la noche se lleva a cabo la celebración de la Vigilia Pascual. Dicha celebración tiene tres partes importantes que terminan con la Liturgia Eucarística:






1. Celebración del fuego nuevo.2. Liturgia de la Palabra.3. Liturgia Bautismal.




Era costumbre, durante los primeros siglos de la Iglesia, bautizar por la noche del Sábado Santo, a los que querían ser cristianos. Ellos se preparaban durante los cuarenta días de Cuaresma y acompañados por sus padrinos, ese día se presentaban para recibir el Bautismo. 

También, ese día los que hacían penitencia pública por sus faltas y pecados eran admitidos como miembros de la asamblea.
Actualmente, la Vigilia Pascual conserva ese sentido y nos permite renovar nuestras promesas bautismales y acercarnos a la Iglesia con un espíritu renovado.

a) Celebración del fuego nuevo:



Al iniciar la celebración, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, enciende un fuego nuevo y con el que prende el cirio pascual, que representa a Jesús. Sobre el cirio, marca el año y las letras griegas "Alfa" y "Omega", que significan que Jesús es el principio y el fin del tiempo y que este año le pertenece. 

El sacerdote llevará a cabo la bendición del fuego. Luego de la procesión, en la que se van encendiendo las velas y las luces de la Iglesia, el sacerdote canta el Pregón Pascual.

El Pregón Pascual es un poema muy antiguo (escrito alrededor del año 300) que proclama a Jesús como el fuego nuevo.


b) Liturgia de la Palabra:


Después de la Celebración del fuego nuevo, se sigue con la lectura de la Palabra de Dios. Se acostumbra leer siete lecturas, empezando con la Creación hasta llegar a la Resurrección.

Una las lecturas más importantes es la del libro del Éxodo, en la que se relata el paso por el Mar Rojo, cómo Dios salvó a los israelitas de las tropas egipcias que los perseguían. Se recuerda que esta noche Dios nos salva por Jesús.



c) Liturgia Bautismal:



Suelen haber bautizos este día, pero aunque no los haya, se bendice la Pila bautismal o un recipiente que la represente y se recita la Letanía de los Santos. Esta letanía nos recuerda la comunión de intercesión que existe entre toda la familia de Dios. Las letanías nos permiten unirnos a la oración de toda la Iglesia en la tierra y la Iglesia triunfante, de los ángeles y santos del Cielo.

El agua bendita es el símbolo que nos recuerda nuestro Bautismo. Es un símbolo que nos recuerda que con el agua del bautismo pasamos a formar parte de la familia de Dios.

A todos los que ya estamos bautizados, esta liturgia nos invita a renovar nuestras promesas y compromisos bautismales: renunciar a Satanás, a sus seducciones y a sus obras. También, de confirmar nuestra entrega a Jesucristo.





Sugerencias para vivir la fiesta



Hay quienes acostumbran este día encender sus velas del bautismo y llevar un cirio pascual a la iglesia o agua bendita, para tener en sus hogares.






Visita nuestro Especial de Semana Santa




Fuente: http://es.catholic.net/celebraciones/120/301/articulo.


CRISTO DA SU VIDA POR AMOR A NOSOTROS




“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”
Jn 15, 9-17.-






 




La pasión sucede hoy, cuando hay niños en la calle.
La pasión sucede hoy, cuando hay violencia de genero.
La pasión sucede hoy, cuando discriminamos y juzgamos.
La pasión sucede hoy, cuando maltratamos a los mas débiles. 
La pasión sucede hoy, cuando abusamos de los que no tienen voz. 
La pasión sucede hoy, cuando explotamos a la viuda, al huérfano y el extranjero. 

Teología de la liberación 





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CRISTO MUERE EN LA CRUZ


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EVANGELIO DE JUAN


LA MUERTE DE JESÚS

capítulo 18


El arresto de Jesús




18:1 Después de haber dicho esto, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en ese lugar una huerta y allí entró con ellos. 

18:2 Judas, el traidor, también conocía el lugar porque Jesús y sus discípulos se reunían allí con frecuencia. 


18:3 Entonces Judas, al frente de un destacamento de soldados y de los guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, llegó allí con faroles, antorchas y armas. 


18:4 Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les preguntó: "¿A quién buscan?"

18:5 Le respondieron: "A Jesús, el Nazareno". Él les dijo: "Soy yo". Judas, el que lo entregaba, estaba con ellos.


18:6 Cuando Jesús les dijo: "Soy yo", ellos retrocedieron y cayeron en tierra



18:7 Les preguntó nuevamente: "¿A quién buscan?" Le dijeron: "A Jesús, el Nazareno".



18:8 Jesús repitió: "Ya les dije que soy yo. Si es a mí a quien buscan, dejen que estos se vayan".



18:9 Así debía cumplirse la palabra que él había dicho: "No he perdido a ninguno de los que me confiaste".



18:10 Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha. El servidor se llamaba Malco.

18:11 Jesús dijo a Simón Pedro: "Envaina tu espada. ¿Acaso no beberé el cáliz que me ha dado el Padre?"


Jesús ante Anás



18:12 El destacamento de soldados, con el tribuno y los guardias judíos, se apoderaron de Jesús y lo ataron.

18:13 Lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, Sumo Sacerdote aquel año. 

18:14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos: "Es preferible que un solo hombre muera por el pueblo".


La primera negación de Pedro



18:15 Entre tanto, Simón Pedro, acompañado de otro discípulo, seguía a Jesús. Este discípulo, que era conocido del Sumo Sacerdote, entró con Jesús en el patio del Pontífice, 

18:16 mientras Pedro permanecía afuera, en la puerta. El otro discípulo, el que era conocido del Sumo Sacerdote, salió, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. 

18:17 La portera dijo entonces a Pedro: "¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?" Él le respondió: "No lo soy". 

18:18 Los servidores y los guardias se calentaban junto al fuego, que habían encendido porque hacía frío. Pedro también estaba con ellos, junto al fuego.


Jesús ante el Sumo Sacerdote


18:19 El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su enseñanza. 

18:20 Jesús le respondió: "He hablado abiertamente al mundo; siempre enseñé en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada en secreto.

18:21 ¿Por qué me interrogas a mí? Pregunta a los que me han oído qué les enseñé. Ellos saben bien lo que he dicho".

18:22 Apenas Jesús dijo esto, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciéndole: "¿Así respondes al Sumo Sacerdote?"

18:23 Jesús le respondió: 

"Si he hablado mal, muestra en qué ha sido; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?" 

18:24 Entonces Anás lo envió atado ante el Sumo Sacerdote Caifás.


Nuevas negaciones de Pedro 


18:25 Simón Pedro permanecía junto al fuego. Los que estaban con él le dijeron: "¿No eres tú también uno de sus discípulos?". Él lo negó y dijo: "No lo soy". 

18:26 Uno de los servidores del Sumo Sacerdote, pariente de aquel al que Pedro había cortado la oreja, insistió: "¿Acaso no te vi con él en la huerta?" 

18:27 Pedro volvió a negarlo, y en seguida cantó el gallo.


Jesús ante Pilato 


18:28 Desde la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Pero ellos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y poder así participar en la comida de Pascua. 

18:29 Pilato salió a donde estaban ellos y les preguntó: "¿Qué acusación traen contra este hombre?" Ellos respondieron: 

18:30 "Si no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos entregado". 

18:31 Pilato les dijo: "Tómenlo y júzguenlo ustedes mismos, según la Ley que tienen". Los judíos le dijeron: "A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie". 

18:32 Así debía cumplirse lo que había dicho Jesús cuando indicó cómo iba a morir. 

18:33 Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?" 

18:34 Jesús le respondió: "¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?" 

18:35 Pilato replicó: "¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?" 

18:36 Jesús respondió: 

"Mi realeza no es de este mundo.  

Si mi realeza fuera de este mundo, 

los que están a mi servicio habrían combatido 

para que yo no fuera entregado a los judíos. 

Pero mi realeza no es de aquí". 

18:37 Pilato le dijo: "¿Entonces tú eres rey?" Jesús respondió: 

"Tú lo dices: 

yo soy rey. 

Para esto he nacido 

y he venido al mundo: 

para dar testimonio de la verdad. 

El que es de la verdad, escucha mi voz". 

18:38 Pilato le preguntó: "¿Qué es la verdad?" Al decir esto, salió nuevamente a donde estaban los judíos y les dijo: "Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo. 

18:39 Y ya que ustedes tienen la costumbre de que ponga en libertad a alguien, en ocasión de la Pascua, ¿quieren que suelte al rey de los judíos?" 

18:40 Ellos comenzaron a gritar, diciendo: "¡A él no, a Barrabás!" Barrabás era un bandido. 


CAPÍTULO 19 

La flagelación y la coronación de espinas 


19:1 Pilato mandó entonces azotar a Jesús. 

19:2 Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto de color púrpura, 

19:3 y acercándose, le decían: "¡Salud, rey de los judíos!", y lo abofeteaban. 

19:4 Pilato volvió a salir y les dijo: "Miren, lo traigo afuera para que sepan que no encuentro en él ningún motivo de condena". 

19:5 Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto de color púrpura. Pilato les dijo: "¡Aquí tienen al hombre!" 

19:6 Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!" Pilato les dijo: "Tómenlo ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo". 

19:7 Los judíos respondieron: "Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir porque él pretende ser Hijo de Dios". 

19:8 Al oír estas palabras, Pilato se alarmó más todavía. 

19:9 Volvió a entrar en el pretorio y preguntó a Jesús: "¿De dónde eres tú?" Pero Jesús no le respondió nada. 

19:10 Pilato le dijo: "¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y también para crucificarte?" 

19:11 Jesús le respondió: "Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si no la hubieras recibido de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti ha cometido un pecado más grave". 


Jesús condenado a muerte 


19:12 Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaban: "Si lo sueltas, no eres amigo del César, porque el que se hace rey se opone al César". 

19:13 Al oír esto, Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el lugar llamado "el Empedrado", en hebreo, "Gábata". 

19:14 Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: "Aquí tienen a su rey". 

19:15 Ellos vociferaban: "¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!". Pilato les dijo: "¿Voy a crucificar a su rey?" Los sumos sacerdotes respondieron: "No tenemos otro rey que el César". 

19:16 Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron. 


La crucifixión de Jesús 


19:17 Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo", en hebreo, "Gólgota". 

19:18 Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. 

19:19 Pilato redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la hizo poner sobre la cruz. 

19:20 Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. 

19:21 Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: "No escribas: "El rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy el rey de los judíos"". 

19:22 Pilato respondió: "Lo escrito, escrito está". 


El sorteo de las vestiduras 


19:23 Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, 

19:24 se dijeron entre sí: "No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca". Así se cumplió la Escritura que dice: 

Se repartieron mis vestiduras 

y sortearon mi túnica. 

Esto fue lo que hicieron los soldados.


Jesús y su madre 


19:25 Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. 

19:26 Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". 

19:27 Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.


La muerte de Jesús 



19:28 Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. 

19:29 Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. 

19:30 Después de beber el vinagre, dijo Jesús: "Todo se ha cumplido". E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. 

La herida del costado 


19:31 Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. 

19:32 Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. 

19:33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, 

19:34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. 

19:35 El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. 

19:36 Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: 

No le quebrarán ninguno de sus huesos. 

19:37 Y otro pasaje de la Escritura, dice: 

Verán al que ellos mismos traspasaron.


La sepultura de Jesús 



19:38 Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús —pero secretamente, por temor a los judíos— pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se la concedió, y él fue a retirarlo. 

19:39 Fue también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos. 

19:40 Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos. 

19:41 En el lugar donde lo crucificaron había una huerta y en ella, una tumba nueva, en la que todavía nadie había sido sepultado. 

19:42 Como era para los judíos el día de la Preparación y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. 




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