jueves, 5 de abril de 2012

PASCUA (PESAJ) : PASO / LIBERACIÓN





  






http://jvelascoa.blogspot.com.ar/2011/04/jueves-santo-jn-131-5.html


JUEVES SANTO


"Fecha en la que se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En ella, Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, donde Él se hace presente a través de la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y su Sangre, y el sacramento del Orden Sacerdotal ".





  • la Última Cena,





  • el Lavatorio de los pies,





  • la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio





  • la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.


  • + Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15

    Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
    Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
    -«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
    Jesús le replicó:

    -«Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.» Pedro le dijo:
    -«No me lavarás los pies jamás.»
    Jesús le contestó:
    -«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»

    Simón Pedro le dijo:
    -«Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
    Jesús le dijo:

    -«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
    Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
    Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
    -«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.» 


    Palabra de Dios

    http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/textos_bib_liturgia/domingos_a/cuaresma_a/jueves_santo_a


    Pascua (Pesaj) significa paso, el paso de la esclavitud a la liberación.


    DIOS LIBERA A SU PUEBLO


    En el contexto histórico de los pueblos que vivían en la antigüedad, luego de cinco siglos de los tiempos de Abraham, allá por Ur de Caldea, las distintas y diferentes tribus que descendían de él, se establecieron en Egipto. Durante la dominación que sufrieron los egipcios, por parte de otros pueblos asiáticos, muchos grupos nómadas entraron con ellos, quedándose allí. Pero cuando Egipto logra quebrar ese sometimiento y reafirma sus dinastías, esos grupos o etnias, ven alterada su vida, su modo de existencia. En su gran mayoría comienzan a ser tratados como esclavos, realizando trabajos forzados o de características similares. Muchos de estas tribus empiezan a huir de Egipto para alcanzar la libertad o directamente huyen para evitar los altos impuestos que los egipcios cargaban sobre ellos. Entre estas etnias de extranjeros, se hallan los judios. El Éxodo es la narración bíblica de esa salida de Egipto. Un hazaña extraordinaria del Pueblo de Dios que decide con un liderazgo también extraordinario,el de Moisés,  liberarse de la esclavitud, a pesar de lo que pueda costar, de lo duro que resulte esa lucha. Yave ( el nombre de Dios en la Biblia), es un Dios que escucha y acompaña siempre a su pueblo y en este proceso no es un espectador más de la historia y su dialéctica; Dios está dentro de ella porque está en su pueblo y sufre con él el oprobio y la sumisión en cada una de sus etapas específicas. Así es como opera incitando la liberacin de Israel, a través de sus lideres, en este caso especial el más grande de ellos: Moisés.
    La experiencia liberadora de Israel en penosos y durísimos 40 años de desierto en el Sinaí, para alcanzar una tierra donde crecer; nos enseña que El no quiere pueblos oprimidos, sino todo lo contrario. Efectivamente, la presencia de Dios se dá históricamente, para llegar a su Plenitud, mediante su Plan de Salvación. El mismo que acompaña a todos aquellos pueblos que luchan por una liberación real y total de todo aquello que les impida desarrollarse y progresar hacia una sociedad mas justa. 
    La pascua es esa liberación, que Dios provoca y origina en Israel primero, pero que no se completa en forma decisiva y en todo su  sentido, sino y hasta su encarnación como verdadero hombre y verdadero Dios en la persona de Jesucristo, su Hijo, como Salvador de todos los hombres en esa Pascua -Paso, Liberación-definitiva y Nueva- de la también  Nueva Alianza, sellada con su sangre en la cruz y que se revelará absolutamente en La realización del fin de los tiempos con su segunda y definitiva Venida, lo que denominamos la Parusia del Señor (del griego presencia), acorde con sus palabras: "Y les dijo (a sus discípulos en la Ultima Cena de Pascua): Cuánto he deseado comer con ustedes esta pascua antes que padezca!! Porque les digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios". (Lc. 22,15) 


    Esta Pascua este paso, esta Liberación, es el significado profundo de la acción de un Dios-Padre que nos ama tanto, que solo quiere que seamos libres y alcancemos la Verdad, construyendo desde ya su Reino de Amor y Justicia.-

    En esta Pascua como en aquella otra, donde Israel decidió el desierto antes que la esclavitud, es bueno plantearse qué nos impide asumir semejante actitud frente a la vida... En el caso que, ello sea así...

    Raúl Olivares.-

    Éxodo 12:1-14

    En Egipto el Señor habló con Moisés y Aarón. Les dijo:«Este mes será para ustedes el más importante, pues será el primer mes del año.Hablen con toda la comunidad de Israel, y díganles que el día décimo de este mes todos ustedes tomarán un cordero por familia, uno por cada casa.Si alguna familia es demasiado pequeña para comerse un cordero entero, deberá compartirlo con sus vecinos más cercanos, teniendo en cuenta el número de personas que sean y las raciones de cordero que se necesiten, según lo que cada persona haya de comer. El animal que se escoja puede ser un cordero o un cabrito de un año y sin defecto, al que cuidarán hasta el catorce del mes, día en que la comunidad de Israel en pleno lo sacrificará al caer la noche.Tomarán luego un poco de sangre y la untarán en los dos postes y en el dintel de la puerta de la casa donde coman el cordero. Deberán comer la carne esa misma noche, asada al fuego y acompañada de hierbas amargas y pan sin levadura. No deberán comerla cruda ni hervida, sino asada al fuego, junto con la cabeza, las patas y los intestinos. Y no deben dejar nada. En caso de que algo quede, lo quemarán al día siguiente. Comerán el cordero de este modo: con el manto ceñido a la cintura, con las sandalias puestas, con la vara en la mano, y de prisa. Se trata de la Pascua del Señor. »Esa misma noche pasaré por todo Egipto y heriré de muerte a todos los primogénitos, tanto de personas como de animales, y ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se encuentren, pues al verla pasaré de largo. Así, cuando hiera yo de muerte a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga destructora. 
    "Éste es un día que por ley deberán conmemorar siempre. Es una fiesta en honor del Señor, y las generaciones futuras deberán celebrarla".


     Éxodo 14

    Los israelitas cruzan el Mar Rojo

    El Señor habló con Moisés, y le dijo:  «Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen junto al mar, frente a Pi Ajirot, entre Migdol y el mar hacia Baal Sefón. El faraón va a pensar que ustedes los israelitas andan perdidos en esta región, rodeados por el desierto. Pero yo voy a endurecer el corazón del faraón para que vaya tras ustedes, y seré glorificado en el faraón y en todo su ejército. Así sabrán los egipcios que yo soy el Señor.»
    Y ellos lo hicieron así. Y cuando el rey de Egipto recibió la noticia de que los israelitas huían, su corazón y el de sus siervos se volvió contra ellos, y dijeron: «¿Cómo hemos podido permitir esto de que Israel se vaya y deje de servirnos?»  Enseguida el faraón unció su carro y echó mano de su pueblo, tomó seiscientos de sus mejores carros de combate, y todos los carros de Egipto con sus respectivos capitanes. Y el Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, y lo hizo perseguir a los hijos de Israel; pero éstos habían salido con mano poderosa. Los egipcios fueron tras ellos, con toda la caballería y los carros del faraón, y con su caballería y todo su ejército, y los alcanzaron a la orilla del mar, a un costado de Pi Ajirot y delante de Baal Sefón, donde estaban acampados.
    Cuando los hijos de Israel levantaron la vista, vieron que el faraón se acercaba y que los egipcios venían tras ellos; esto les hizo tener mucho miedo, así que clamaron al Señor  y le dijeron a Moisés: «¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos has traído hasta el desierto para que muramos aquí? ¿Por qué nos has hecho esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto? Esto es lo que te decíamos en Egipto, cuando te pedimos: “¡Déjanos servir a los egipcios! ¡Es mejor que sirvamos a los egipcios, y no que muramos en el desierto!”» Pero Moisés le dijo al pueblo: «No tengan miedo. Manténganse firmes, y vean la salvación que el Señor llevará hoy a cabo en favor de ustedes. Los egipcios que hoy han visto, nunca más volverán a verlos.Quédense tranquilos, que el Señor peleará por ustedes.» Pero el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué me pides ayuda? ¡Ordena a los hijos de Israel que sigan su marcha! Y tú, levanta tu vara, extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, para que los hijos de Israel lo crucen en seco. Yo, por mi parte, voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me glorificaré en el faraón y en todo su ejército, y en sus carros de guerra y en su caballería. Y cuando me haya glorificado en el faraón, y en su caballería y carros de guerra, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.»
    El ángel de Dios, que precedía al campamento de Israel, se apartó de ellos y se puso en la retaguardia. Así mismo, la columna de nube que los precedía se apartó y fue a ponerse a sus espaldas, entre el ejército egipcio y el campamento de Israel. Para los egipcios, ésta era una nube tenebrosa, pero a Israel lo alumbraba de noche. En toda esa noche, no se acercaron los unos a los otros.
    Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo que toda esa noche el mar se retirara por causa de un fuerte viento oriental; eso hizo que las aguas se dividieran y que el mar se quedara seco. Así los hijos de Israel entraron en el mar y lo cruzaron en seco, con un muro de agua a su derecha y otro a su izquierda. Los egipcios los siguieron. Toda la caballería del faraón, más sus carros de guerra y su gente de a caballo, entraron tras ellos hasta la mitad del mar. Pero en la madrugada del día siguiente el Señor miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y trastornó su campamento: a sus carros les quitó las ruedas, y a ellos los dejó en una confusión tremenda. Entonces los egipcios dijeron: «Huyamos de los israelitas, porque el Señor pelea en favor de ellos y contra nosotros.»
    Pero el Señor le dijo a Moisés: «Ahora extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, y contra sus carros y caballería.» Moisés extendió su mano sobre el mar, y al amanecer el mar se volvió con toda su fuerza contra los egipcios, que al huir se toparon con el mar. ¡Y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar! Al volverse las aguas, cubrieron por completo los carros y la caballería del faraón, y todo su ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. ¡Ni uno de ellos quedó con vida! En cambio, los israelitas cruzaron el mar en seco, con un muro de agua a su derecha y otro a su izquierda. Aquel día el Señor salvó a los israelitas de manos de los egipcios, e Israel vio los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Y al ver el pueblo de Israel aquel gran hecho que el Señor llevó a cabo en contra de los egipcios, tuvo temor del Señor, y todos creyeron en el Señor y en su siervo Moisés.











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