jueves, 3 de agosto de 2017

BARONETTO: "EL PODER ESTABLECIDO LO ASESINÓ POR PROMOVER EL TRABAJO COOPERATIVO Y EL REPARTO DE LA TIERRA" Por Katy García







Artículo publicado al cumplirse 40 años del martirio de Monseñor Enrique Angelelli


Baronetto: “El poder establecido lo asesinó por promover el trabajo cooperativo y el reparto de la tierra”


Agencia Acta




A 40 años del martirio, en una entrevista para ACTA, Luis Baronetto, biógrafo de Monseñor Enrique Angelelli y militante en defensa de los derechos humanos, recuerda algunos aspectos de la vida y obra del Obispo que recomendaba a sus pastores: “Con un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio”.




El 4 de agosto de 1976, el Obispo Enrique Angelelli (1923-1976) y el vicario episcopal Arturo Pintos viajaban desde Chamical a La Rioja. Cerca de Punta de los Llanos fueron encerrados por dos vehículos. Angelelli murió y Pintos sobrevivió. Volvían de los funerales de los curas Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville secuestrados y asesinados días antes.

La orden “Que parezca un accidente”, atribuida pero nunca enunciada por el actor Marlon Brando en la película “El Padrino”, bien podría haber sido impartida por el jerarca Jorge Rafael Videla. La construcción discursiva oficial mantuvo por décadas la teoría del accidente que fue reforzada por los medios de comunicación y avalada por la jerarquía eclesiástica.Esa noche, como otras, un grupo de prisioneros se informaba a través de Radio Universidad de Córdoba gracias a un aparato celosamente escondido. Apenas escucharon la noticia “Los cuatro o cinco que estábamos en la celda comentamos: lo mataron los milicos”, cuenta, Luis Miguel Baronetto, sobreviviente de la dictadura y querellante en la causa que investigó y condenó a los autores mediatos del crimen.

En una extensa charla con este medio, el ex Director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba e infatigable militante de las causas nobles, “Vitín” Baronetto, analizó la trayectoria del obispo tercermundista que “no era mago ni Súperman. Desde el lugar que ocupaba llevó adelante las iniciativas del pueblo junto a otros militantes cristianos y sociales. Ellos, van a ser las primeras víctimas de la dictadura. Desde 1975, numerosos agentes pastorales que también militaban en la Juventud Peronista fueron detenidos” y añadió que el religioso figuraba en una lista de futuras ejecuciones junto a Rodolfo Ortega Peña, Atilio López, Silvio Frondizzi y Alfredo Curuchet.

Con la recuperación de la democracia “nos juntamos con otros compañeros que venían del cristianismo y de la militancia política y editamos la revista Tiempo Latinoamericano que llevó como lema una expresión que Angelelli repetía siempre: Con un oído en el evangelio y otro en el pueblo”.

Desde ese espacio se promovieron homenajes, muestras fotográficas y peñas populares para mantener vivo el reclamo nacido el mismo día de su muerte. A la vez aportaban datos a la causa. En 1986, el juez Aldo Morales afirmó que se trataba de “un crimen premeditado y esperado por la víctima”. El fallo fue apelado. Tras el dictado y posterior proceso de anulación de las leyes del perdón la causa se reabre en 2006. Los únicos acusados vivos, Luis Fernando Estrella y Luciano Benjamín Menéndez fueron condenados a prisión perpetua, en 2014. Los otros acusados Albano Harguindeguy, Jorge Rafael Videla y el ex policía Juan Carlos Romero, fallecieron. A fines de marzo la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la sentencia. (1)

-A 40 años de los hechos y tras una extensa lucha hace dos años terminó la impunidad y hay una sentencia firme, ¿cómo se sienten?

Sentimos que triunfamos. No sólo devolviéndole la muerte que le habían robado sino sobre los silencios cómplices, especialmente, de la institución eclesiástica que él había integrado como obispo. Con el fallo judicial se acababan las excusas para seguir impidiéndole la entrada en los ámbitos eclesiásticos. Aún así todavía hoy la cúpula episcopal argentina no ha tenido una palabra oficial al respecto. Pero la verdad se va imponiendo. No son pocos los esfuerzos del obispo Marcelo Colombo y fue importante el rol favorable que desarrolló en su momento el cardenal Jorge Bergoglio cuando presidió ese cuerpo colegial.

-¿Qué demostró la Justicia? ¿Qué razones hubo para sellar su suerte?

Quedó demostrado que para el poder establecido Angelelli era el peligro mayor. Lo tenía que asesinar porque dinamizaba la participación de las organizaciones populares de base que tocaban fuertes intereses. El Tribunal dijo que hubo dos móviles. Uno, la fuerza de la pastoral diseminada en toda la provincia. Y otro, relacionado con la documentación que tenía en su poder sobre las muertes de los curas. Durante el juicio se conoció un escrito enviado a Pío Laghi y al superior de Murias. Allí advierte que no lo dejaban llegar a Buenos Aires. Si lo hago, decía, van a volar varios birretes.

-Lo mandaron a La Rioja para que no “molestara” en Córdoba. Apenas llegó dijo que venía “como servidor de los pobres”, ¿qué pasó?

Los primeros conflictos los tuvo con los sectores del tradicionalismo católico riojano que no casualmente coincide con las clases altas. Sintieron que la Iglesia ya no era el bastión de sus privilegios. Cuando Paulo VI clausura el Concilio Vaticano II, la ubica como la sirvienta de la humanidad, bien abajo, con el pueblo, con los pobres. Desde ese lugar, Angelelli lleva adelante una pastoral diferente. Lo primero que hace es recorrer la provincia en una Estanciera y convocar a curas, monjas, laicos, creyentes y no creyentes, a una reunión pastoral donde la Iglesia sería interpelada desde dos preguntas. ¿Qué dices de ti misma? ¿Cuál es tu misión?

-De ahí salen a la luz problemáticas vitales para la comunidad y acciones a poner en marcha. ¿Cómo reaccionan los poderosos?

En una primera etapa surgen las injusticias y la pobreza que padecen los campesinos en los llanos y en los barrios periféricos de la ciudad. Hablar de esto le trae problemas. Las misas radiales son prohibidas por el gobierno dictatorial de Onganía y Lanusse. En 1972, se agrava con la formación de cooperativas de producción, comercialización y consumo de nuez, vid y aceitunas. Este paso significaba una conciencia de participación distinta que toca los intereses de productores e intermediarios. Por eso la persecución inicial estuvo dirigida a desarticular las cooperativas de teleras y de viviendas.

-¿La expropiación de tierras fue el punto máximo de la disputa?

Cuando se intenta expropiar el latifundio de los hermanos Azallini que concentra el 70 por ciento de las aguas se forma la Cooperativa de Trabajo de Aminga Limitada (CodeTral). Los terratenientes se ponen en alerta, porque, claro, el pequeño productor ya no les iba a vender su producción. El poder establecido lo asesinó por promover el trabajo cooperativo y el reparto de la tierra. Los cruzados católicos se ponen del lado de los latifundistas con la ayuda de Monseñor Tortolo. Orquestan una campaña para desacreditar su labor, expulsarlo y acusarlo de “comunista”. Paulo VI envía a Zaspe quien informa que el problema no era religioso sino socioeconómico y político. Desde Roma lo ratifican, pero los problemas siguen.

-¿En esa línea, los sectores de poder se abroquelaron ante una posible reforma agraria?

Los militares, los sectores de la alta alcurnia, y los terratenientes, se unieron para defender sus intereses económicos en una provincia con fuertes características feudales. Todos los miembros de las cooperativas fueron presos porque el objetivo era desarticularlas porque obstruían el monopolio de la producción. En 1975 Menéndez dijo que en La Rioja no había subversión armada pero advirtió que una reforma agraria podría extenderse sobre las mercedes que la fuerza aérea quería para ellos. Algunos pobladores fueron tentados con dinero y otros directamente echados.

-¿Angelelli se reunió con Menéndez y le dijo que se cuidara?

En una carta que le manda al arzobispo de Santa Fe, Vicente Zaspe, le cuenta de esa reunión mantenida en junio de 1976 donde expresa su preocupación por la caza de brujas y la detención del cura de Olta, Eduardo Ruiz, liberado el 28 de julio. El capuchino era perseguido por contribuir en la formación del sindicato de Aoma. Y ahí cuenta que Menéndez le había dicho: “El que se tiene que cuidar es usted”. En mayo, había intentado plantearle a Tortolo lo que pasaba pero no le dan cabida.

-Aquellas luchas comprometidas con la opción por los pobres dejaron su impronta en las comunidades ¿Fueron retomadas esas ideas?

Hubo un gran desbande. El temor y el desamparo perduraron por muchos años. Me parece que la siembra se vio en las luchas en contra de la mina en Famatina y en los barrios donde lo religioso y lo político estuvo articulado. Esos síntomas de revitalización se advierten y generan mayor participación. Hoy más que nunca hay pobres y esa realidad pone a las personas con sensibilidad social allí donde hay hambre, violencia policial, falta de servicios básicos y desempleo. En el gran Buenos Aires, trabajan dos grupos en la pastoral villera muy ponderados por Bergoglio. También en Córdoba hubo avances.



1-Más información sobre el Juicio aquí: http://web.archive.org/web/20150701…



* Equipo de Comunicación del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTA)






Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



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ÚLTIMA HOMILÍA DEL OBISPO DE LA RIOJA, ENRIQUE ANGELELLI A 41 años de su martirio






Última homilía del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli




El 4 de agosto de 1976, el cuerpo del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, fue encontrado al costado de la ruta 38, camino a la capital provincial. La camioneta furgón en la que viajaba dio varias vueltas antes de que saliera expulsado. Su acompañante, el entonces vicario episcopal, Arturo Pinto, sufrió numerosos golpes y perdió la conciencia, pero salvó su vida. Cuando la policía encontró el cuerpo de Angelelli, estaba llamativamente dispuesto sobre la tierra. Ambos religiosos regresaban de Chamical, donde unos quince días antes habían sido secuestrados, torturados y brutalmente asesinados los jóvenes sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias. El obispo había oficiado la misa del entierro el 22 de julio y en la camioneta llevaba una valija con documentos recogidos para esclarecer estos crímenes.

Enrique Angelelli nació en 1923, en Córdoba. A los 26 años fue ordenado sacerdote y once años más tarde, obispo. En 1968, le fue asignada la diócesis de La Rioja. Allí, desarrolló con notorio entusiasmo su apuesta por los votos sociales del Concilio Vaticano II. Con su estilo llano y de estrecha relación con el empobrecido poblador de aquella provincia, estimuló y apoyó la organización de las empleadas domésticas, de los trabajadores mineros y agrícolas. Sus misas dominicales llegaron a ser transmitidas por radio hacia todos los rincones de la provincia. Pero en una Argentina en la que se agudizaban los conflictos sociales, pronto encontró la enemistad del clero integralista y conservador del país, de los dirigentes de las Fuerzas Armadas y de los sectores poderosos de La Rioja. Apenas producido el golpe del 24 de marzo de 1976, sus emisiones radiales fueron prohibidas. En varias oportunidades, sus misas debieron ser canceladas por la prepotencia de los grupos de poder local.

Al día siguiente de su muerte, el diario El Sol de La Rioja, tituló: “Murió Angelelli en un accidente”. Esta misma opinión fue la que mantuvieron por años la Dictadura y el Episcopado argentino. Pero su acompañante, Arturo Pinto, aseguró ante el Tribunal que abrió la causa en 1983 para investigar la muerte del obispo, que un Peugeot 404 maniobró bruscamente delante de ellos, provocando el vuelco de la camioneta en la que viajaban. Lo último que dijo recordar fue el ruido de una explosión. El 19 de junio de 1986, el juez Aldo Morales estableció que se trató de “un homicidio fríamente premeditado”. Las “leyes de la impunidad” en los 90 provocaron la caída de la causa. Pero la anulación de aquellas leyes, en 2005, permitió su reapertura. En 2010, Pinto y varios actores más se constituyeron en nuevos querellantes y solicitaron la imputación de catorce militares y policías, encabezados por el ex dictador Jorge Rafael Videla, el entonces comandante del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y el interventor de La Rioja, coronel Osvaldo Héctor Pérez Battaglia. El 4 julio de 2014, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja consideró delitos de lesa humanidad el homicidio del obispo y el intento de asesinato del ex sacerdote Arturo Pinto y condenó por ellos a los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella a prisión perpetua y cárcel común.En esta ocasión, acercamos la última homilía brindada por el obispo, el 22 de julio de 1976, dos semanas antes de su muerte, en ocasión del entierro de los jóvenes sacerdotes del pueblo riojano de Chamical, Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, secuestrados el 18 de julio y cuyos cuerpos aparecieron acribillados dos días más tarde.
Fuente: Pastor y Profeta. Mensajes de Monseñor Angelelli, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 1986.



Homilía con motivo del entierro de los sacerdotes Gabriel y Carlos


22 de julio de 1976.


Mis queridos hermanos y amigos: vamos a seguir rezando, como lo venimos haciendo desde que desaparecieron nuestros hermanos sacerdotes, pastores de Jesucristo, en este noble y sufrido pueblo de Chamical, elegido y probado, señalado como fiel testigo, testimonio vivo de la muerte de estos dos hermanos. (...)

Antes de proseguir tengo que dar cumplimiento a lo que se me ha pedido, no como una cosa externa; debo comunicar a la diócesis las condolencias que hemos recibido. Una de ellas proviene de parte de todo el episcopado argentino, y me la hace llegar mi hermano, el cardenal Primatesta, presidente de la conferencia episcopal argentina. Todos los obispos hubieran deseado estar presentes, como el mismo nuncio apostólico, representante del Papa en la Argentina. Los obispos no pueden hacerlo en este día, porque la comisión ejecutiva del episcopado tiene una entrevista con el excelentísimo señor presidente de la nación.

El segundo telegrama proviene del señor nuncio apostólico del Santo Padre, monseñor Pío Laghi; y el tercero del arzobispo de Santa Fe, monseñor Vicente Zazpe. La sola lectura de estos mensajes nos habla de la adhesión de toda la Iglesia argentina, del representante del papa y de la comisión ejecutiva, y nos explican por qué no están concelebrando y presidiendo -como lo harían con gusto- esta eucaristía, en la despedida de Carlos y Gabriel.

Esto también tiene que hacernos pensar. No es algo de Chamical, no es algo de La Rioja. Es de la patria, es algo de toda la Iglesia argentina, es de todos. Yo diría: de creyentes y no creyentes. ¡Nos toca a todos! (...)

¡Cómo quisiera decir a los que les quitaron la vida, a los que prepararon el crimen, a los que lo instigaron: abran los ojos, hermanos! Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos ante el sacrilegio que se ha cometido, ante el crimen que se ha cometido! (...)

Por nuestro corazón, porque llevamos en la raíz la inclinación al pecado, al mal, a veces nos convertimos a lo que es malo como si eso fuese una cosa buena. Y no nos damos cuenta de que el corazón se nos pudre, apesta, hace daño. En cambio, ¡qué estupendo es cuando el corazón humano está lleno de la palabra de Dios, lleno del Señor y de todo lo que él inspira y nosotros acogemos! 

Pero los hombres llevamos todo esto en vasos de barro. ¡Miren aquí las pruebas de cómo llevamos este tesoro en vasos de barro! Somos frágiles: ¡también nos pueden quitar la vida por Jesucristo! Y nuestros cuerpos tenemos que guardarlos en una caja y hasta soldarla antes de tiempo, porque se descomponen. Y sin embargo, por pura misericordia de Dios, ellos fueron ministros de Jesucristo, pastores del Chamical. (...)

Estamos doloridos, profundamente doloridos, pero no somos locos. Porque gracias a Dios somos normales, y ¡cómo no vamos a llorar al que es carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre, afecto de nuestro afecto, miembro de nuestra familia, hijo del cuerpo de Cristo, parte de su pueblo, testigo de su Iglesia! ¡Cómo no los va a llorar Chamical! (...)

La primicia de la sangre sacerdotal ha sido vertida en esta comunidad y en esta tierra de Los Llanos: véanla con ojos de fe, no la miren con ojos de rencor ni de resentimiento. Doloridos, con lágrimas, sí, pero con ojos de fe. (...)

Este pueblo, como cualquier otro del país, necesita pastores que sigan haciendo lo que Carlos y Gabriel hicieron hasta ahora, y por lo que murieron. Y también para las religiosas es una bendición su muerte. Ellos, hermanas, han entregado la vida, no por tontos, ni por cándidos, sino por la fe, por servir, por amar, para que nosotros entendamos qué es servir, qué es amar, qué es no ser tontos.

No hay ninguna página del evangelio que nos mande ser tontos. Cristo nos enseña a ser humildes como la paloma y astutos como la serpiente; nos manda tomar la cruz de cada día y seguirlo; nos manda que nos gocemos en la persecución; nos manda ser mansos de corazón, y tener alma y corazón de pobres; él nos manda buscar a los más necesitados porque son los privilegiados del Señor, y no rechazar a nadie, porque suya es la respuesta para todos los hombres y para todo hombre, aunque se quiera dudar de esta verdad. “Todo hombre es mi hermano”: esto es el evangelio, aunque se puedan mofar de él. (...)

Hermanos míos, yo los invito a que oremos por los que mataron a Carlos y a Gabriel, sin que nos interesen ni las siglas ni los nombres. Lo repito, no tenemos ni los ojos ni los oídos cerrados; tenemos la inteligencia normal de todo ser humano, o sea, que si hay que saber y podemos conseguir elementos y estar así en condiciones de informar a quien se debe, vamos a hacerlo. Pero también nos preguntamos: ¿hay acaso hermanos nuestros que pueden imaginar o pensar o programar violen­cias, y hay otros que las ejecutan? ¿Y es posible que coincidan? (...)

¡Qué difícil es ser cristiano! Porque al cristiano se le exige perdonar. Si se nos dijera: “No tenemos que perdonar; esto no es cristiano, no es siquiera humano matar sacerdotes”, responderíamos sin vacilar: el cristiano tiene que perdonar a todos. Pero otra cosa es aprobar los errores y otra aún no trabajar para evitar que estas cosas sucedan.

Pero al responsable su conciencia ha de decirle seguramente: "¡Vos lo hiciste!" Y no sé cómo puede dormir y, si está casado, cómo puede darle un beso a su mujer y a sus hijos. No lo entiendo desde la fe, y ni siquiera humanamente, en este y en otros casos... No entiendo como esos hombres pueden tomar a sus semejantes y, diciéndose cristianos, despedazarlos y triturarlos como al trigo para hacer pan, por más que esta vez les haya salido pan bendito. ¿No se acuerdan que Tertuliano dice que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos? Así, los mismos verdugos son instrumentos, en cierta manera, para el bien, para que surja una comunidad fuerte en la fe, en la esperanza y en el amor. (...)

Señor, permite a Gabriel y a Carlos que desde el cielo sacudan los corazones de sus asesinos, para que no sigan haciendo lo que están haciendo. Gabriel y Carlos: como obispo, yo tengo mucho que agradecerles a ambos. ¡Muchas gracias! Amén.




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jueves, 27 de julio de 2017

LOS QUE LUCHAN POR TODOS LOS CRISTIAN por Santiago Asorey


artículo destacado





RELÁMPAGOS

Los que luchan por todos los Cristian 



por Santiago Asorey





“¿Cuántas veces más, los vecinos y trabajadores de la Villa 21.24, y de los barrios del sur de la Ciudad, van a tener que decir: “Basta”? ¿Cuántos pibes, alumnos, amigos y amigas más nos van a matar? Muertos por la policía o en zonas liberadas también por las fuerzas de seguridad o por otras formas de desidia estatal”.





La columna de cientos de trabajadores, vecinos y familiares de Cristian Toledo, viene avanzando por la Avenida Iriarte. Llegó tarde, por eso la encuentro en Iriarte y Velez Sarfield. Pero la gente salió desde la Parroquia de Caacupé en la Villa 21.24. Me encuentro con amigos docentes y vecinos del barrio que no veo hace un tiempo. Mientras estamos ahí,  otra columna empieza también al mismo tiempo desde la Boca, por la detención de tres pibes del barrio a manos de la policía. Esta noche la gente del Sur de la Ciudad tiene el mismo destino: el Ministerio de Seguridad porteño en la Avenida Patricios.

Está cayendo la noche en el barrio de Barracas y son pocas las luces que se mantienen encendidas. Entre esas luces están las antorchas de los familiares y los amigos de Cristian, asesinado por la Policía de la Ciudad, el sábado 15 de julio. Delante de las banderas, avanza una camioneta y un parlante que repite un vallenato, casi como un mantra. Una canción que habla de un amor indestructible, un amor consumado y reciproco, que se sostiene perpetuo.

“Justicia por Cristian Toledo” y “Basta de Gatillo Fácil”, dicen las banderas que encabezan la marcha, los padres de Cristian, el padre Toto de Vedia, junto a otros amigos y familiares. No es la primera marcha que veo sobre la Avenida Iriarte y en otras calles del sur por casos como el de Cristian, se me vienen otras a la cabeza. Pienso en Yiyo, en Miriam, en Micaela, en Nehuen, en Kiki. ¿Cuántas veces más, los vecinos y trabajadores de la Villa 21.24, y de los barrios del sur de la Ciudad, van a tener que decir: “Basta”? ¿Cuántos pibes, alumnos, amigos y amigas más nos van a matar? Muertos por la policía o en zonas liberadas también por las fuerzas de seguridad o por otras formas de desidia estatal. ¿Cuantas marchas más de estas vamos a tener que hacer para que los medios hegemónicos dejen su complicidad y su fogoneo para que sigan cazando a nuestros pibes? No hay remate. Solo nuestro pueblo trabajador que sigue de pie pidiendo Justicia, una vez más. Y lo que nos queda para seguir: solidaridad militante y organización popular.

En las puertas del Ministerio de Seguridad, hay pocos medios pero mucha gente del barrio. El Padre Toto de Vedia habla: “Cristian vivía en nuestro barrio, trabajaba en la ferretería del frente, fue bautizado en la parroquia Caacupé y era un excelente vecino. Al día siguiente a ser asesinado, tenía que jugar un partido de futbol con sus compañeros en el campeonato del barrio. Era un hombre trabajador que hacia un culto a la amistad. Venia de bailar ese día, e injustamente se encontró con un hombre que alevosamente, por los prejuicios que muchas veces la sociedad y los medios de comunicación fomentan, llevo esto al extremo, al infinito y le quito la vida. Masacrándolo. Disparándole un montón de tiros que dieron con el auto.”

Luego, agregó: “Por eso, hoy estamos acá, frente al Ministerio de Seguridad porteño, al que consideramos responsable con lo que suceda con este asesino y también para que no siga habiendo gatillo fácil en nuestro barrios. Para que no siga habiendo detenciones injustas. La Villa 21.24 cree en la integración urbana. Declaramos y aclaramos, y es horrible tener que aclarar esto, que la villa es un barrio obrero. Que no somos delincuentes. Que tiene mucho más espíritu de comunidad y de barrio. Sentido de educación y de lucha por la vida, que muchísima gente de otros barrios. Cristian descansa en paz. Pero nosotros no vamos a descansar, no nos vamos cansar de pedir Justicia. No vamos a parar de luchar”. El Padre Toto sigue hablando y pide que las autoridades los reciban, la lucha sigue. No llego a despedirme de los amigos y compañeros con los cuales nos cruzamos siempre. Me gustaría no tener que cruzarlos más en estas circunstancias. Y la pregunta sigue, ¿Cuántas veces más? ¿Cuánto más puede sufrir un pueblo hasta decir, de una vez y para siempre, basta de gatillo fácil?






RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).




http://www.agenciapacourondo.com.ar/






viernes, 12 de mayo de 2017

PADRE CARLOS MUGICA / A 43 años de su asesinato





Para conocer más sobre el Padre Carlos Mugica, visite estos sitios web:

http://carlosmugica.com.ar/
http://www.barriada.com.ar/Historia/padreCarlosMugica.htm




"Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su Liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición"



"Los signos concretos del mensaje de Cristo se pueden detectar cuando Él dice: 'En esto se conocerá que ustedes son mis amigos, en el amor que se tengan unos a otros'. Y el índice de mi adhesión al mensaje de Jesucristo es mi amor real, concreto, palpable, por mis hermanos. "




lunes, 8 de mayo de 2017

¿DÓNDE ESTÁ DIOS? Por Eduardo Valdés



artículo destacado.-




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OPINIÓN


¿Dónde está Dios?






¿Dónde está Dios?” se pregunta la filósofa Isabel Rauber en un libro de reciente aparición Hagan Lío. 

¿Está en los cielos? ¿O está en la humanidad? Si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza queda claro que todos somos hijos de Dios.

Dios está en la humanidad, vive en ella, goza y sufre. Busca la alegría y la felicidad que implican también la libertad, la igualdad y la Justicia. ¿Dónde? En la vida misma de los seres humanos en la Tierra, según esta teóloga.

¿Dónde está Dios? ¿En Hebe Bonafini buscando desesperadamente a sus dos hijos o con monseñor Emilio Grasselli, quien jugaba delante de ella con un fichero donde supuestamente tenía los datos de todos los detenidos?

A este mismo monseñor acudió Lita Boitano por sus dos hijos que se habían llevado. Suelto de cuerpo, se fijó en un cuaderno y le dijo “no los busque más”. 

¿De qué lado estaba Dios cuando Estela de Carlotto y otras madres veían al arzobispo Antonio Plaza quien utilizaba la información que ellas les daban para perseguir a otros familiares?

Pongo estos tres casos porque estuvieron con el Papa Francisco y le pidieron la apertura de los archivos vaticanos y hablaron con él sobre la necesidad de que la Iglesia haga su autocrítica.

“Hay que curar las heridas, pero sin dejar de mirar las cicatrices”, le he escuchado decir al Pontífice, y agregar que “el que está probado que cometió crímenes tiene que cumplir su condena”. Aquel que desconfíe de estas palabras, solo tiene que escribirlas en cualquier buscador de Internet y allí las encontrará. Porque las ha pronunciado varias veces.

Sigo preguntándome por Dios. ¿Con las monjas francesas o con Astiz?, ¿Con Von Wernich, a quien aun estando condenado se le sigue permitiendo celebrar los sacramentos o con los delatados por él? ¿Con Angelelli o con Pío Laghi?

¿Qué habrá dicho Dios de las reuniones del presidente de la Conferencia Episcopal Monseñor José María Arancedo con el ministro de la Corte Suprema de Justicia Horacio Rosatti en la ciudad de Santa Fe hablando de reconciliación?

¿Qué pensará Él de la conducta del cardenal Raúl Primatesta, monseñor Adolfo Tortolo, monseñor Antonio Bonamín y otros tantos?

Me dan paz las recientes palabras del obispo de San Isidro monseñor Oscar Ojea: “Lograr la cultura del encuentro, primero supone hacer memoria, reconocer la verdad, respetar la justicia (que incluye el cumplimiento de la pena)”. Memoria, verdad y justicia. Con estas palabras me re-concilio, es decir, vuelvo al acuerdo común que como sociedad nos permitió ponerle un fin a la impunidad. 

De lo único de lo que estoy seguro es que monseñor Jaime de Nevares, Enrique Angelelli, Esteban Hessayne, Carlos Ponce de León y Jorge Novak están muy cerca de Dios.



* Diputado del Parlasur.



https://www.pagina12.com.ar/






miércoles, 15 de marzo de 2017

CINCO TEMAS CLAVE DOMINARAN EL QUINTO AÑO DEL PAPADO DE FRANCISCO


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Francisco inició este lunes 13 de marzo el quinto año de su papado EFE




Cinco temas clave dominarán el quinto año del papado de Francisco




Francisco aseguró varias veces que su pontificado sería breve



ROMA.- El papa Francisco inicia este lunes 13 de marzo el quinto año de su papado. El pontífice argentino ha causado hasta el momento mucho revuelo con su gestión desde el Vaticano, pero muchos de los cambios que impulsa solo avanzan lentamente debido a una creciente resistencia en el seno de la Iglesia católica.

¿Le quedará tiempo suficiente al papa, que tiene 80 años, para resolver los problemas y cumplir con las elevadas expectativas? Al fin y al cabo, Francisco aseguró varias veces que su pontificado sería breve. He aquí cinco cuestiones clave que también en el quinto año de su mandato centrarán la discusión.


  • Mujeres: El papa no escatima palabras elogiosas cuando habla de las mujeres. Según Francisco, son más valientes que los hombres, son muy importantes para el mundo y sin ellas no hay armonía. El papa siempre alienta a las mujeres a ser misioneras de la fe. Sin embargo, también bajo el pontificado del argentino se les niega a las mujeres la ordenación sacerdotal.
Preguntado sobre si la Iglesia católica va a cambiar esta postura, el papa dijo el pasado 1 de noviembre, durante su viaje de regreso a Roma tras una breve visita a Suecia, que Juan Pablo II ya había dicho todo lo que se puede decir al respecto. No obstante, la inclusión de las mujeres también es una meta importante para Francisco, asegura el Superior de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa. El religioso venezolano reconoce, sin embargo, que una mejor integración de las mujeres en el seno de la Iglesia podría ser un proceso largo ya que hay obstáculos “en muchos frentes”.

  • Celibato: A la Iglesia católica le faltan sacerdotes. Entonces, ¿no sería un solución aceptar como sacerdotes a hombres casados? Suena muy fácil, pero para Francisco el celibato voluntario no es la solución del problema, según destacó en una entrevista publicada la semana pasada por el periódico alemán “Die Zeit”. Sin embargo, el papa dirigió su atención hacia los “Viri probati”, hombres casados probados que, según las normas católicas, llevan una vida ejemplar. “Debemos reflexionar sobre si los ‘viri probati’ pueden ser una posibilidad. Entonces, también debemos determinar cuáles son las tareas que ellos pueden asumir, por ejemplo en comunidades muy remotas”, señaló Francisco, sin precisar en qué está pensando concretamente.

  • Divorciados o casados de nuevo: Desde que se publicó su exhortación apostólica “Amoris Lealitia”, sobre la familia y el amor, la cuestión de cuál debe ser el trato a las personas divorciadas que se han vuelto a casar es un tema de discusión constante y motivo de conflicto en el seno de la Curia Romana. En casos individuales, ¿pueden recibir la comunión personas que después de su divorcio se han casado con una nueva pareja? En una carta abierta dirigida al jefe de la Iglesia católica, que generó no poco disgusto en el Vaticano, cuatro cardenales lamentaron que el papa no hubiera dado una clara respuesta a esta pregunta. Hasta la fecha, el pontífice no ha dado a conocer su postura.

  • Abusos: Las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica exigen al papa hechos en vez de palabras. Francisco ha condenado los abusos calificándolos como una “enfermedad”. Sin embargo, la comisión papal de protección a la niñez, creada hace tres días por el papa, sufrió hace poco un serio revés cuando la irlandesa Marie Collins, ella misma víctima de violencia sexual, abandonó decepcionada su cargo en la comisión calificando de “catastrófico” el hecho de que algunos miembros de la curia antepongan sus propios intereses al bienestar de los niños. Previamente, un conocido periodista italiano había acusado a Francisco de no actuar con la necesaria firmeza contra los abusos y los sacerdotes pederastas.

  • Ecumenismo: El papa ya ha dado un paso histórico para acercarse a los protestantes, pero para muchos la conmemoración de la Reforma junto con los luteranos durante los primeros actos, celebrados el año pasado, no pasó de ser un mero gesto. A pesar de hay actualmente un trato benevolente al más alto nivel entre protestantes y católicos, algunas posiciones parecen separar ambas confesiones de forma irreconciliable.



FUENTE: dpa






Fuente: https://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com



REFLEXIÓN SOBRE EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN Por Lucia Gayón






REFLEXIÓN SOBRE EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN


Lucia Gayón, permanecerensuamor@gmail.com
IXAPA (GUERRERO, MÉXICO).




ECLESALIA - El sacramento de la Reconciliación o Confesión, es un sacramento que nos permite descubrir, a través de nuestros errores, la fuente de la Gracia.

Sabemos que hemos cometido un error y muchas veces este se manifiesta con un malestar llamado culpa. ¡Qué incómodo es sentirnos culpables! Entonces corremos al confesionario para “confesar” el error y tratar de quitarnos esa culpa.

Ver la reconciliación bajo esa perspectiva, es caer en la superficialidad y por muy arrepentidos que estemos y por mucha penitencia que hagamos, no lograremos llegar al fondo, al origen del error y por lo tanto no podremos experimentar y tocar la fuente de la Gracia. Por consecuencia, el error seguirá repitiéndose ad infinitum.

La palabra ´re-conciliación´ significa, volver a conciliar. Es como en la contabilidad, tenemos que conciliar las cuentas – el saldo deudor y el saldo acreedor. Si algo no se concilia, tenemos que buscar la cifra que hace la diferencia. Puede ser que no sumamos bien las cantidades, o nos faltó añadir alguna factura, o que escribimos mal una cifra, o tenemos un duplicado. Revisamos cada factura o entrada contable y de pronto encontramos dónde está el error – lo corregimos y conciliamos las cuentas.

Cuando reconciliamos las cuentas no buscamos a los culpables; ni tampoco nos flagelamos diciendo que no somos buenos; tampoco tratamos de añadir una cifra falsa para que al final todo sume correctamente. Buscamos detenidamente qué fue lo que faltó o qué fue lo que sobró.

La re-conciliación debe ser con nosotros mismos – encontrar la cifra que no permitía tener las cuentas claras.

Cuando cometemos un error, debemos reconciliar los elementos que nos llevaron a ese error. A veces son muy simples – distracción, olvido, cansancio, no estar en el momento presente, no poner atención. A veces son más complejos – un dolor profundo que no sabemos por qué o por dónde viene.

Cuando se trata de algo complejo, requerimos buscar el tiempo para reflexionar y tratar de llegar al origen del dolor. Tuvimos una experiencia en el pasado en que fuimos profundamente heridos y no pudimos entender o manejar ese dolor. Tal vez la reacción a ese dolor fue de enojo, de incomodidad, de una falsa prudencia o de una humildad contenida y el dolor quedó enterrado en nuestro corazón.

Creo que casi todos los errores humanos se derivan de una situación de dolor – de una ruptura, de un mal trato, de un desprecio, de violencia, de ser olvidado o ignorado.

Entonces cuando hay frustraciones o enojos enterrados, estos no se pueden contener – tarde o temprano emergen en forma de ira, de soberbia, de arrogancia, de celos, de deseo de poseer o de avaricia, de necesidad de llamar la atención, necesidad de llenar los huecos afectivos en situaciones desmedidas como se da con la lujuria o con la gula, o también con el consumismo. Otro efecto es la pereza e incluso la enfermedad de la tristeza. Se manifiesta en una falta de control – se pierde el respeto a uno mismo y al otro; se insulta, se denigra, se humilla – tal vez de la misma forma en que nosotros fuimos agredidos o humillados. Ciertos dolores son tan profundos, que cuando surgen los convertimos en mentiras y fantasías que creamos para distorsionar, apaciguar o anestesiar el dolor.

El camino de la reconciliación es un camino que no frecuentamos mucho – implica tener valentía para encontrar ese punto doloroso que cuando lo tenemos que enfrentar tememos que vuelva a doler como fue la primera vez. El miedo nos hace correr de nuevo a la “seguridad” de lo conocido – aunque implique subirnos a esa rueda de la fortuna que da vueltas sin parar y que solo nos marea, creando un vértigo espiritual.

Cuando optamos por tener la valentía de buscar ese punto doloroso, algo maravilloso ocurre – nos percatamos que no estamos solos en ello. Jesús nos acompaña, nos sigue, está ahí justo para darnos la luz para poder ver el origen del error. Está ahí para darnos fuerza, para permitirnos ver con claridad, enfocando a lo importante. Sabemos que El no nos juzga, como en el Evangelio cuando Él ama a la mujer adúltera. Él nos enseña con su ejemplo a no juzgarnos, sino a tener la mirada comprensiva compasiva de aquello que nos hirió.

Él nos abraza, abraza nuestro dolor, sin interrogatorios, sin castigos, sin recriminaciones. Nos abraza y hace suyo nuestro dolor.

Descubrir la verdad de lo que nos duele podría llevarnos a recorrer un camino larguísimo de interpretaciones y análisis. Pero cuando hacemos este recorrido en la presencia de Jesús, llegamos a ese punto del dolor de una forma rápida y precisa – no más atajos o caminos sin sentido. Es ahí que vamos en el Camino con El, que nos lleva a la Verdad, al punto exacto, y que como resultado nos abre la perspectiva a la Vida absolutamente colorida – a la Libertad de ser amados.

El sacramento de la Reconciliación debe ser un proceso personal de introspección valiente. La meditación cristiana es de gran ayuda para emprender este camino de interioridad al centro de nuestra alma, donde Dios es, donde se da la fuente de la Gracia; donde ocurre el entendimiento y el discernimiento para luego, como consecuencia, entrar al proceso del perdón.

¿Qué es exactamente el perdón?

El perdón es un regalo de Dios; es el premio de haber logrado una reconciliación, como el reconocimiento del origen del dolor y del error. Tocar ese punto doloroso a la luz de Jesús, nos libera, nos da paz, nos reconstituye.

¿Cómo entender la penitencia?

Es una pena usar esta palabra para un proceso de auto-conocimiento y de conocimiento de Dios a la luz de su Amor. La palabra penitencia quiere decir “pena, expiación, castigo, corrección”. Es muy común que la oración (Rosarios, Padre Nuestros, Ave Marías) se utilice como un castigo o como una penitencia por haber cometido un error o un pecado.

Creo que habría que substituir esta palabra por la palabra “Alabanza”. Cuando ha ocurrido una reconciliación luminosa, con un perdón interior – de mí mismo y de Dios, tenemos que festejar, tenemos que alabar a Dios – surge de forma natural. Mi alegría es el resultado de saberme y sentirme libre. En alegría canto al Señor, lo abrazo, me siento a-graciada y agradecida y me percato de todos los regalos que me hace para que yo lleve a cabo su plan divino.

El proceso de reconciliación dejaría de ser un acto de pre-muerte, o la vestidura para el calvario. La reconciliación es un proceso de Vida Eterna – de alegría en conciliar mi condición humana con mi condición divina. Un retorno al hogar, un re-crearme en todo mi potencial – sabiendo que todo lo que parece ser mío, es el trabajo del Espíritu de Jesús, de su Espíritu Santo – que me da el honor de manifestarse en mi persona (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).



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