miércoles, 2 de septiembre de 2015

CARTA DE FRANCISCO SOBRE EL JUBILEO: PERDÓN DEL ABORTO Y LA INDULGENCIA A LOS PRESOS





Carta del Santo Padre Francisco al Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización en el enfoque del Jubileo extraordinario de la Misericordia, 01/09/2015




Al venerado hermano
Monseñor Rino Fisichella
Presidente del Consejo pontificio
para la promoción de la nueva evangelización

La cercanía del Jubileo extraordinario de la Misericordia me permite centrar la atención en algunos puntos sobre los que considero importante intervenir para facilitar que la celebración del Año Santo sea un auténtico momento de encuentro con la misericordia de Dios para todos los creyentes. Es mi deseo, en efecto, que el Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y, así, el testimonio sea cada vez más eficaz.

Mi pensamiento se dirige, en primer lugar, a todos los fieles que en cada diócesis, o como peregrinos en Roma, vivirán la gracia del Jubileo. Deseo que la indulgencia jubilar llegue a cada uno como genuina experiencia de la misericordia de Dios, la cual va al encuentro de todos con el rostro del Padre que acoge y perdona, olvidando completamente el pecado cometido. Para vivir y obtener la indulgencia los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión. Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia. Será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo.

Pienso, además, en quienes por diversos motivos se verán imposibilitados de llegar a la Puerta Santa, en primer lugar los enfermos y las personas ancianas y solas, a menudo en condiciones de no poder salir de casa. Para ellos será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad. Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la santa misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar. Mi pensamiento se dirige también a los presos, que experimentan la limitación de su libertad. El Jubileo siempre ha sido la ocasión de una gran amnistía, destinada a hacer partícipes a muchas personas que, incluso mereciendo una pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad dando su contribución honesta. Que a todos ellos llegue realmente la misericordia del Padre que quiere estar cerca de quien más necesita de su perdón. En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad.

He pedido que la Iglesia redescubra en este tiempo jubilar la riqueza contenida en las obras de misericordia corporales y espirituales. La experiencia de la misericordia, en efecto, se hace visible en el testimonio de signos concretos como Jesús mismo nos enseñó. Cada vez que un fiel viva personalmente una o más de estas obras obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar. De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad.

La indulgencia jubilar, por último, se puede ganar también para los difuntos. A ellos estamos unidos por el testimonio de fe y caridad que nos dejaron. De igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin.

Uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida. Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo. Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza. El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre. También por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón. Los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia.

Una última consideración se dirige a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X. Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil. Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad. Al mismo tiempo, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.

Confiando en la intercesión de la Madre de la Misericordia, encomiendo a su protección la preparación de este Jubileo extraordinario.

Vaticano, 1 de septiembre de 2015.

FRANCISCUS

[01386-ES.01] [Texto original: Español]



http://press.vatican.va/






UN AÑO DE PERDÓN EXCEPCIONAL PARA ARREPENTIDAS Por Washington Uranga


El documento también se refiere a los presos, alienta las obras caritativas y hace un guiño a los lefebvrianos. Imagen: efe


SOCIEDAD › EL PAPA FRANCISCO INDICO QUE, POR EL PRÓXIMO JUBILEO, LA IGLESIA ABSOLVERA “DEL PECADO DEL ABORTO”

Un año de perdón excepcional para arrepentidas

Para el “año santo extraordinario”, el pontífice anunció que quienes “han practicado” el aborto y “arrepentidos de corazón piden perdón por ello” serán absueltos. Históricamente, colaborar o someterse a un aborto implicaba la excomunión para los fieles.


 Por Washington Uranga



A través de una carta difundida ayer en el Vaticano vinculada al “año santo extraordinario” (Jubileo Extraordinario de la Misericordia) que se iniciará el 8 de noviembre próximo y durará hasta el 20 de noviembre de 2016, el papa Francisco hizo un gesto de acercamiento hacia quienes “viven el drama del aborto” y autorizó a todos los sacerdotes católicos a “absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden perdón por ello”. La determinación de Francisco tiene importancia porque las normas de la Iglesia establecen que quienes hayan cometido aborto o quienes hayan colaborado para ello incurren en excomunión (separación de la Iglesia) y no pueden obtener la absolución mediante la simple confesión con un sacerdote, sino que tiene que mediar la autorización expresa de un obispo o del Papa. El gesto de Francisco tiene gran valor simbólico por tratarse de la máxima autoridad de la Iglesia, más allá de que en la actualidad gran parte de los obispos ya han tomado la determinación de autorizar a todos sus curas a conceder esta absolución sin previa consulta y cada vez que le es solicitada por una mujer.

En este caso y en el marco del “año santo” extraordinario decretado por Francisco, el pontífice autoriza a todos los sacerdotes a conceder la absolución “no obstante cualquier cuestión contraria” lo que puede entenderse como siguiendo su propio juicio y criterio, también en los casos en que algún obispo pueda tener una opinión contraria. De esta manera el Papa decide, bajo su autoridad, abrir una puerta para el encuentro con quienes, directa o indirectamente, consideren que han incurrido en “pecado” por haber practicado aborto. La resolución fue notificada por Jorge Bergolio en una carta dirigida al arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. El texto fue difundido por la oficina de prensa del Vaticano.

Más allá de la apertura que significa el pronunciamiento, Francisco no se aparta de la doctrina tradicional católica y, en todo momento, se refiere al aborto como un “pecado” al que considera “una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida”. Advierte el Papa que “algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo”, pero considera también que “muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir”.

Dice también Francisco que “pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto” y “conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión”, para agregar que “sé que es un drama existencial y moral”. El Papa asegura haber “encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”.

No obstante este señalamiento, Bergoglio subraya que “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando de corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación del Padre” y por ello toma la decisión de facilitar el perdón. A los sacerdotes les dice que deben prepararse para “esta gran tarea” y “conjugar palabra de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia”.

El “año santo” o “año jubilar”, también conocido como “año de gracia del Señor”, en recordación de la referencia bíblica, es un tiempo especial en el que la Iglesia insiste y genera condiciones para el ejercicio de la misericordia y el perdón de las faltas. Es potestad del Papa determinar el tiempo y las circunstancias del “año santo”. La decisión de Francisco amplia también las posibilidades para alcanzar tales indulgencias y habilita prácticamente a todas las iglesias y santuarios del mundo para que los fieles concurran a solicitar el perdón. Extiende tales indulgencias a los enfermos que accedan a la comunión o participen de la misa y en la oración comunitaria “también a través de los diversos medios de comunicación”.

Hay una referencia también a las personas privadas de su libertad. “En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen las puertas de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, puede este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”, dice el Papa.

En la misma línea, Francisco alienta a los católicos a realizar “obras de misericordia corporales y espirituales” en las que se hace visible “el testimonio de signos concretos como Jesús mismo nos enseñó” y concede a quienes así procedan “la indulgencia jubilar” entendida como el “perdón completo y total” por las faltas cometidas.

La carta del Papa también incluye un mensaje hacia los sacerdotes lefebvrianos ultraconservadores de la Fraternidad San Pío X, en su momento apartados de la Iglesia y luego reincorporados por Benedicto XVI en marzo del 2009, mediante una resolución que, si bien levantó la excomunión, es clara en el sentido de que dichos curas “no pueden ejercer legítimamente el ministerio de la Iglesia”. Ahora, en forma excepcional y también con motivo del año jubilar, el Papa autorizó a los curas lefebvrianos a otorgar “válida y lícitamente la absolución de los pecados” a sus fieles, expresando también que “confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y superiores de la Fraternidad”.




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LA ESTRATEGIA DE LA MODERACIÓN Por Washington Uranga




SOCIEDAD › OPINION

La estrategia de la moderación




Por Washington Uranga



La determinación comunicada por el papa Francisco ayer a través de una carta que hizo pública el Vaticano y en la que autoriza, bajo su directa responsabilidad, a otorgar la absolución a las mujeres que hayan practicado aborto, se encuadra claramente dentro de la estrategia de apertura moderada que viene impulsando Bergoglio desde que llegó al Vaticano como Papa. Con la decisión tomada, Francisco no avanza en cuestiones doctrinales, porque sigue considerando al aborto como un “pecado”, pero da un paso decidido al determinar que se conceda la absolución a quienes lo soliciten, haciéndolo bajo su directa responsabilidad y “no obstante cualquier cuestión contraria”; frase ésta que bien puede estar dirigida a los sectores conservadores, particularmente obispos, que podrían oponerse a la medida y alzar su voz. Así dicho, los sacerdotes podrán conceder la absolución apelando a la autoridad papal y aun en el caso de que su obispo diga lo contrario.

La resolución del pontífice, así tenga una limitación en el tiempo (el llamado “año jubilar”), encierra una clara manifestación de apertura al tema, como poco antes se había tenido en la Iglesia Católica. Y es además un mensaje a los obispos de todo el mundo que se reunirán en Roma este año para participar del sínodo (asamblea), cuya cuestión central es la familia. La carta del Papa y su perspectiva pasa a ser ahora un punto inevitable de la agenda sinodal.

Hay quienes señalan, sin embargo, que la decisión papal tiene poco efecto práctico, por lo menos en esta parte del mundo. Si bien el aborto es considerado un pecado grave y, por lo tanto, su absolución requiere de una autorización expresa del obispo, no menos cierto es que en gran parte de las diócesis al otorgar las licencias ministeriales (autorización para impartir sacramentos) a los sacerdotes, los obispos incorporan la atribución de perdonar este tipo de faltas bajo criterio del propio cura. En ese sentido, lo manifestado ahora por Francisco constituiría una suerte de “blanqueo” institucional a una realidad evidente en la práctica pastoral de la Iglesia.

Muchos subrayan también que el sacramento de la penitencia (la confesión) ha caído prácticamente en desuso y son escasos los fieles católicos que lo solicitan, aún aquellos que acuden con más regularidad a las celebraciones litúrgicas en los templos. Ellos mismos descreen de que una iniciativa de este tipo sirva para alentar a que más fieles se acerquen a confesarse.

Lo actuado ahora por Bergoglio confirma otra de las características de su tarea como Papa. Francisco elige actuar como “pastor”, es decir, generando gestos prácticos de apertura y acercamiento a quienes están apartados o se sienten alejados de la Iglesia. Lo hizo con los homosexuales, con los divorciados y vueltos a casar y ahora con el conflictivo tema del aborto. No avanza –porque no lo considera necesario, entiende que no corresponde o concluye que no tiene fuerza y poder suficientes para hacerlo– en las cuestiones de fondo. No discute aspectos teológicos o doctrinales, pero genera acontecimientos, hechos y, de esta manera, modifica las prácticas.

Muchos alaban y rescatan la actitud y el sentido de la estrategia. La misma que da fundamento a que, junto con la decisión respecto de absolver a quienes abortan, haga un gesto hacia los ultraconservadores seguidores de Marcel Lefebvre. Otros siguen señalando que “no hay cambios de fondo” y que, aun reconociendo los avances, si no se generan modificaciones profundas en cuestiones normativas, doctrinales, y en la estructura de gobierno de la Iglesia, lo avanzado ahora por Francisco podría volverse atrás sin ninguna dificultad con otro Papa que sostenga una visión contraria o más conservadora.

Por ahora queda claro que Bergoglio –por razones que seguramente sólo él mismo puede ponderar desde su lugar en el Vaticano– sigue avanzando en su estrategia de paso a paso, mediante la cual genera aperturas, intenta recapturar feligresía y sorprende a propios y ajenos.




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ENTREVISTA A SILVIA JULIA / AVANCE PERO CORTO Por Soledad Vallejos





SOCIEDAD › ENTREVISTA A SILVIA JULIA


Avance pero corto



 Por Soledad Vallejos







Como líder religioso es importante que el Papa se identifique con una postura más flexible sobre la construcción del pecado y su conexión con el aborto (...) Sin embargo, en estas declaraciones (de la carta al Presidente del Consejo Pontificio) quedan afuera aquellas mujeres que no lo viven como drama, sino como una elección, una decisión consciente y moralmente válida, en la cual pudieron reconciliar sus decisiones reproductivas, su proyecto de vida con sus creencias religiosas”, señaló en un comunicado Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) de Argentina. En diálogo con este diario, la directora ejecutiva de la organización señaló: “Es la primera vez que la Iglesia muestra cierta consideración hacia las mujeres y sus decisiones en el terreno de derechos sexuales y reproductivos”. La postura que la carta de Bergoglio indica para el Jubileo, agregó, es “interesante” porque “aunque no está del todo claro cuáles van a ser los próximos pasos en el tema, por lo menos le ha bajado el nivel de estigmatización al aborto”.

El documento de CDD señaló, además, que el Papa es “el líder político de una de las instituciones que más han hecho para criminalizar el aborto en nuestra región y para considerar ‘delincuentes’ a las mujeres que voluntariamente deciden interrumpir un embarazo”. “El aborto como crimen es un acto de opresión y de violencia que, como mujeres católicas, tenemos que confrontar. Como sociedades democráticas, nos debemos un marco plural amplio, que permita incluir el pluralismo y la libertad de conciencia necesarios para albergar la diversidad de prácticas y decisiones de las mujeres”, continuó el texto, que también señaló: “Si el mismo Papa no condena a las mujeres que abortan, ¿por qué nuestros representantes religiosos se escudan en reparos religiosos para eludir debatir la inmoralidad de la criminalización penal que todavía subsiste en nuestra legislación?”

“Lo que vemos es que el Vaticano ha mostrado una nueva cara en relación a la pobreza, el sistema capitalista internacional, el sistema financiero, los movimientos sociales y también en relación a la laicidad de los Estados, pero en temas de sexualidad y reproducción no hubo avances. Sin embargo, sí creo que hay diferencia en lo que el Papa escribió”, reflexionó Juliá.

–¿Aunque condicione el perdón a que las mujeres que abortaron se sientan culpables por eso?

–El documento no es todo lo que quisiéramos, porque consideramos que cuando hay una decisión a conciencia no existe el pecado. Pero hay diferencia si confrontamos esta carta con las declaraciones de los obispos, por ejemplo los de Argentina o de otros lugares de Latinoamérica, donde la condena es más fuerte y sus posiciones son mucho más agresivas, y no tienen ninguna consideración por las condiciones por las que atraviesan las mujeres. En la carta, el Papa sí reconoce que hay condiciones que viven las mujeres que son complejas y que las llevan a tomar estas decisiones. Hay una lectura que va un poco más allá del hecho de condenar el aborto. Es una posición diferente, que no tienen los obispos, concretamente. La jerarquía católica argentina, que milita contra el derecho al aborto no punible, no reconoce absolutamente ninguna condición por la cual la mujer pueda tomar la decisión del realizarse un aborto.

–En junio, la Conferencia Episcopal Argentina dio a conocer un documento contra el Protocolo de aborto no punible del Ministerio de Salud.

–Es que ni la violación ni los motivos de salud ni nada han sido nunca reconocidos ni reflexionados en relación a las situaciones que viven las mujeres.

–¿A qué atribuye que el Papa haya tomado esta decisión para el año del jubileo y no, por ejemplo, de aquí en adelante?

–Creo que pueden ser señales, que pueden ir acompañando algunos procesos de cambio en estos temas. También puede ser una prueba para ver cómo reaccionan las jerarquías en los países, qué respuestas hay sobre esto. No es claro, pero a su vez es como tirar una piedra al agua, que se empiezan a hacer las primeras ondas a ver qué respuestas hay. Nosotras no tenemos expectativas de cambio muy radical en temas de sexualidad y reproducción, pero tomamos como positivo cualquier avance que pueda haber. No rechazamos la posibilidad de que haya algunos avances. Incluso porque tenemos algunas reflexiones hechas sobre un Papa que se presenta como progresista en muchos temas, pero ¿cuánto se puede ser progresista sin tener posiciones más flexibles en cuanto a sexualidad, diversidad sexual, anticonceptivos y aborto? ¿Cuánto se puede decir sin abordar esas dimensiones, que tienen que ver con decisiones personales?




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lunes, 3 de agosto de 2015

MONS. ENRIQUE ANGELELLI / "EL BUEN PASTOR DA SU VIDA POR LAS OVEJAS" Jn., 10,11.-



"El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa"...

Evangelio de Juan, 10,11.-


QUIÉN FUE ENRIQUE ANGELELLI ? / A 39 años de su Martirio



Estábamos haciendo un trabajo sobre Mons Angellelli para ésta conmemoración y tuve que ir a una Gráfica para imprimir unos afiches. El muchacho que se hallaba trabajando allí fue el que preguntó: Quién fue Angelelli? De ahí surge la idea de presentar una nota a modo de síntesis biográfica para aquellos que aun no lo conocen, y de esa manera, puedan acercarse a su Mensaje, sabiendo hasta dónde Enrique Angelelli amó el Evangelio, a la Iglesia y a los pobres.

En realidad, se trata especialmente de él, pero en su Pastoral, llena de Vida y Justicia, lo esencial es que anuncia a Jesucristo. Su  Martirio, máximo testimonio de su entrega absoluta en el Amor a sus hermanos los más desposeídos y olvidados, así lo evidencia. 

Angelelli no es un personaje de lejanos tiempos perdidos en círculos de una aburguesada comunidad que se cierra al mundo, en las antípodas de semejante posición, Enrique Angelelli es el modelo de una Iglesia que quiere ser abierta a todos, con una opción preferencial que lo recrea permanentemente en aquellos lugares en donde él cómo Obispo y Pastor, vivió el imperativo cristiano de servir y no ser servido.

Para aquellos que no lo conocen todavía, para quienes sí, y desean volver a rememorarlo, vaya esta sencilla sinopsis que intenta abrir el dialogo entre él y la gente; porque al fin de cuentas,  Enrique Angelelli sigue hablándonos...

Buena Nueva21


1976 - 4 de agosto - 2016

A 40 años

O callaba la verdad del Evangelio o lo silenciaban con la muerte. No calló porque había entendido que no hay amor verdadero, amor de Dios, sin justicia social, pero tampoco hay justicia sin amor solidario. Angelelli, varón de Dios, no se atrincheró en ningún tipo de violencia ni de las de las armas ni de las ideologías.”


Mons. Miguel Hesayne, Obispo emérito de Viedma. 13 Ago. 09 (AICA)










Hijo de Juan Angelelli y Celina Carletti, inmigrantes italianos, había nacido el 18 de julio de 1923 en Córdoba.

Su compromiso con los trabajadores, con los más humildes y con la juventud, lo ubican como un visionario de la opción, que años más tarde la Iglesia haría expresa en los documentos de Medellín (1968) y de Puebla(1979). Como Obispo Auxiliar de Córdoba, Mons. Angelelli tuvo una activa participación, a solicitud de los trabajadores, en diversos conflictos gremiales, marcando así una presencia decisiva de compromiso episcopal poco frecuente en el contexto eclesial de Argentina y especialmente resistida en los círculos del catolicismo tradicional de Córdoba. Por eso, su designación como Obispo de La Rioja, en 1968, no pasó desapercibida como el intento de alejar de Córdoba "la católica" una "voz" molesta y cuestionadora. 



OBISPO DE LA RIOJA









Designado por el Papa Pablo VI, se hizo cargo el 24 de Agosto de 1968, con el lema "Justicia y Paz“. 

Su propósito pastoral fue claro desde el principio: 
"No vengo a ser servido sino a servir; a todos sin distincion alguna de clases sociales, modos de pensar o de creer”.
24 de agosto de 1968 Homilía en la toma de posesión:
"Un riojano más para pastorear este pueblo de Dios" 
27 de setiembre de 1970 Homilía en la misa radial :
“Descubramos la fuerza que llevamos dentro, para leer el Evangelio con ojos y corazón de niño, que son, en definitiva, los ojos y el corazón del Dios de los cristianos”




EL PASTOR

“Como Jesús, quiero ser servidor de nuestros hermanos los pobres, de los que sufren espiritual o materialmente, de los que reclaman ser considerados en su dignidad humana como hijos del mismo padre que está en los cielos“

“El agua es para todos; la tierra es para todos; el pan es para todos. Y esto no es subversión…yo sé que esto puede afectar algunos intereses…pero la iglesia debe estar, y está, profundamente comprometida con el desarrollo del hombre.“


Su pastoral empieza con gestos proféticos, de cercanía a los más pobres y a la clase obrera, acompañando así con coherencia su palabra claramente evangélica…

Mediando en un conflicto laboral, cuando los patrones pensaban recibir el apoyo del obispo, él les dice : "Miren, si estas injusticias continúan, algún día estaremos juntos en el mismo paredón: ustedes los patrones y nosotros los curas. Ustedes, por no haber practicado la justicia social. Nosotros, por no haber sabido defenderla."

Fue así que se dedicó incansablemente a recorrer todos los rincones de la Diócesis, hasta los ranchos más apartados. Desde entonces formuló su regla de oro:

"Para servir, hay que tener un oído atento al Evangelio y el otro en el pueblo".


Atento al espíritu del Concilio Vaticano II, acercó la acción pastoral y las celebraciones a la gente. Así hizo con los mensajes radiales; con la famosa Misa de Nochebuena bajo el alero de un pobre rancho; con el rescate de la tradicional fiesta del Tinkunaco; etc.

Su palabra se fue haciendo potente y molesta para la élite dominante: 

"Existen unos que no tienen voz, que son marginados y explotados y existen otros que tienen privilegios y explotan a los demás. ¿Eso lo quiere Dios? ¡No!"


Denuncia la usura ejercida desde familias poderosas de la sociedad riojana. La prostitución y el narcotráfico, también. A las marchas organizadas, él suma la Comisión de Lucha contra la Usura, creada en abril de 1971. 

A partir de 1971 promovió fuertemente la organización de escuelas rurales y de cooperativas de trabajo. También pidió la inspección de las condiciones laborales en algunas fincas, lo que costó la agresión física a un sacerdote y dos laicos comprometidos.


En una tierra donde el agua es escasa, tener el monopolio de su distribución-como en Aminga-donde una sola familia (el latifundio de los Azzalini) poseía el 70% de ella, era una injusticia. Por eso: “…el agua es para todos” 


“ Angelelli impulsa junto a Caritas, un estudio de factibilidad para la expropiación de tierras del latifundio AZZALINI para ser entregado a una Cooperativa." "…una Cooperativa constituida por los propios trabajadores de las 38 fincas y la bodega que absorbía toda el agua de riego (70%) y la mano de obra de Aminga”


"Enrique Angelelli, Obispo de la Rioja”, de Ricardo Mercado Luna. 



Surge la "Cooperativa de trabajadores rurales de Aminga ltda." ("Codetral").-



1970: EL MOVIMIENTO RURAL DIOCESANO EN LA RIOJA


"Yo no puedo predicar la resignación. Dios no quiere hombres resignados."

Enrique Angelelli






En diciembre de 1971, el gobierno canceló la difusión radial de la Misa de Navidad. Angelelli rezó así: "Señor, te pido por la gente del campo que esta noche no ha tenido misa, que no podemos transmitir por la radio nuestra (...) Quizá le tengan miedo a la misa y la crean peligrosa, porque Tú eres bastante peligroso. El Evangelio, esa Buena Nueva que eres Tú, no es tan fácil vivirlo, y cuando se la quiere vivir en serio, la Buena Nueva es peligrosa."

En agosto de 1972 fueron detenidos los P. Gill y Praolini. Angelelli comenzó la misa y al llegar al ofertorio la interrumpió para encabezar la marcha ante el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia, reclamando su libertad. Recién los liberaron en septiembre, al demostrarse la falsedad de los cargos. 

Hubo numerosas agresiones de grupos conservadores y de parte de la prensa local. En junio de 1973, el obispo, sacerdotes y cristianos comprometidos fueron agredidos en Anillaco por un grupo organizado por terratenientes de la zona. 

Toda esta verdadera Pastoral de Liberación, que partía de un autentico compromiso con los más pobres; fue llevando a un estado de agudización de la crisis, que determino el "cierre del circulo”.

El 29 de julio en Aminga, (cerca de Anillaco) fue destrozada la comunidad de las hermanas de la Asunción y una cooperativa. Angelelli los animó a no aflojar: "Hay que seguir andando, nomás" 

Ante una fuerte campaña de difamación hacia el obispo, el Papa Pablo VI "le ha pedido a Mons. Vicente Zaspe (arzobispo de Santa Fe) que sea portador en su nombre de un gesto fraternal de apoyo y respaldo a su misión pastoral”.  Zaspe recorrió la Diócesis y dialogó con mucha gente. Al final expresó: "La pastoral de la Iglesia riojana es la pastoral de la Iglesia Universal (...). No he venido por mi propia iniciativa; me han enviado. Y el que me envió tiene un nombre concreto: Pablo VI.  Y las consignas son tan concretas como su nombre: pedir la confianza para el obispo, porque el Papa se la tiene." 


24 de MARZO DE 1976


El terrorismo de Estado irrumpe con sangre y fuego en nuestro país. El horror en el marco de un plan sistemático de detención-secuestro-tortura y desaparición  de personas,  se adueñaría de la vida de la nación. 


LOS ASESINATOS DE GABRIEL, CARLOS Y WENCESLAO






El 18 de julio de 1976, un grupo de tareas asesinó a los curas Gabriel de Longueville y Carlos de Dios Murias. Una semana más tarde, fueron a buscar a Pedernera a su casa en Sañogasta, distrito de Chilecito 

El 18 de julio de 1976, se concreta la respuesta más clara de la dictadura: Son secuestrados y asesinados los sacerdotes de Chamical, P. Gabriel Longueville y Fray Carlos de Dios Murias. 
Una semana más tarde, cae asesinado en su casa, el dirigente rural Wenceslao Pedernera, en Sañogasta, departamento de Chilecito. Oriundo de Mendoza, Pedernera llega a La Rioja para colaborar con Angelelli como militante del Movimiento Rural Católico. Había arribado a la provincia para participar en la formación de las cooperativas de campesinos que impulsaba Monseñor Angelelli. Cuando comenzó a recrudecer la represión, se instaló en Sañogasta, donde fueron a matarlo. Una noche fría de julio de 1976, le dispararon en su casa frente a su mujer y a sus dos Hijos. Murió en el Hospital de la zona. 


Era julio de 1976. Ahora, por ese asesinato, el juez federal subrogante Franco Román Grassi pidió en junio de 2006 la detención del ex comandante del III Cuerpo de Ejército Luciano Benjamín Menéndez y de otros diez represores. 

El obispo Angelelli denunció su asesinato junto con el de los dos curas y pidió que se investigasen los crímenes. 
“Un muchacho de 30 años y presbítero ha muerto, por ser fiel a las bienaventuranzas de Jesús mártir”sostuvo en su funeral. Pero su voz fue acallada por la dictadura.

Angelelli preside la misa y el velatorio de los sacerdotes; y en el novenario por los asesinados afirma: "Son varios los que tienen que morir, entre ellos estoy yo".

El 4 de agosto de 1976, aproximadamente a las 14,30. hs, de regreso  a La Rioja desde Chamical; sería asesinado en el transcurso del viaje.


+Enrique Angelelli (1923-1976),Obispo de La Rioja desde agosto de 1968; fue asesinado el 4 de agosto de 1976; es el primer Obispo mártir de la historia argentina y también el primero de la historia contemporánea de América latina.-



EL CRIMEN 

El mismo se produjo cuando volvía de la misa de los sacerdotes asesinados en Chamical, en su camioneta el 4 de agosto de 1976. 

El cura Alberto Pinto, que viajaba con él, recuerda que un Peugeot 504 les salió al cruce y los hizo volcar a la altura de Punta de los Llanos. 

Su cuerpo fue encontrado en medio de la ruta con los brazos abiertos en cruz. Lo habían arrastrado y tenía la nuca destrozada. La dictadura siempre sostuvo que fue un accidente de tránsito.

LA JUSTICIA 

La resolución judicial que dictaminó el homicidio, diez años después, añadía al final: "…Que por ello, doy por acreditado que el hecho que costara la vida a quien fuera Obispo de La Rioja hasta el día cuatro de agosto de mil novecientos setenta y seis, Monseñor Enrique Angelelli, ha sido: homicidio; habiéndose producido su muerte en el lugar precitado, aproximadamente a las quince horas del día mencionado… “(Resolución del Juez Dr. Aldo Fermín Morales 19 de Junio de 1986 Expediente Nº 23.350 Letra M caratulado: N. N. - Homicidio calificado y tentativa de homicidio calificado" Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional Nº 1 de La Rioja.)


Extraido del libro "Reportajes a Mons. Angelelli" - Luís Miguel Baronetto - Junio de 1988.- 


Los asesinatos de los Obispos E. Angelelli, de La Rioja, y C. Ponce de León, de San Nicolás, en agosto de 1976 y julio de 1977, presentan tan llamativas similitudes que sugieren una común inspiración operativa. 


Ambos crímenes se realizaron de modo de que parecieran accidentes de carretera, en ciudades donde tenían asiento sendos batallones de ingenieros del Ejército.



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LLEGÓ LA JUSTICIA

El 4 de julio de 2014, después de 38 años de su asesinato, llegó la justicia, quien dictaminó la condena a prisión perpetua a Menéndez y Estrella por el asesinato del obispo Angelelli en 1976, y de la tentativa de homicidio de quien lo acompañaba, su amigo Arturo Pinto.


http://www.telam.com.ar/


MONS. ENRIQUE ANGELELLI: LA IGLESIA QUE ILUMINA



“La fidelidad de esta Iglesia la defenderé hasta con la sangre”

Mons. Enrique Angelelli.-









"La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres... Así la Iglesia encuentra su salvación."

Mons. Oscar Romero (1977-1980).-






Hace poco volví a ver la famosa cita de Piotr Kropotkin, el gran anarquista ruso, que sentencia: "La única iglesia que ilumina es la que arde"... De inmediato, pensé en su contralectura a la luz del Evangelio y del contexto de la Iglesia como Pueblo de Dios. En gran parte, Kropotkin alude a una realidad desgraciada de la Iglesia del poder y a su destrucción. Desde su visión ideológica la extiende, inapelable, a toda, sin distinción de ningún orden. Sin embargo, hay una que ilumina porque es cierto que arde... Arde en el fuego de su fidelidad a la Buena Noticia del Jesús Histórico, arde porque optó por su amor preferencial por los más pobres, por su compromiso con obreros y trabajadores, arde porque vive y lleva el Reino de Dios, que es Reino de Amor y Justicia para todos, entre ellos, los excluidos y explotados de modo predilecto; arde por la Gracia del Espíritu que la guía, a pesar de las grandes y graves persecuciones de la que fue objeto en todos los tiempos, fundamentalmente cuando le fue leal a Cristo, haciéndolo presente entre todos aquellos que más sufren. Y en modo particular, en Latinoamérica, con persecuciones ejercidas en la coacción, el asedio y silenciadas sistemáticamente entre un poder y otro. Con la efectiva acción, complicidad y omisión, en cada caso que correspondiese, de su propia jerarquía oficial vaticana, adaptándose al neo-liberalismo reaccionario y regresivo, para destruirla en forma definitiva, contraponiendo su programa ultra-conservador, eliminando así,  la ya difundida y asentada Teología de La Liberación que no hacía más que responder a los criterios angulares del Concilio Vaticano II, extendiendo el saber teológico (que hasta entonces había sido propiedad de los ministerios sacerdotales y se reservaba a los más estrictos círculos académicos y doctos) extendiéndolo, decía al mismo pueblo, desde su vida misma, intima y concreta, entre todos reflexionando críticamente esa cotidianidad, esa actualidad, a luz de la FeEntonces, los métodos se enriquecieron vitalmente con: 

"El pobre como lugar teológico privilegiado de manifestación de Dios; la perspectiva del pobre y su liberación como óptica desde la que leer los acontecimientos y releer la historia; el servicio de la teología como palabra segunda, como reflexión crítica del accionar humano y eclesial."

Toda Ella, también ardió con pasión, cuando se la atacó en su expresión más genuina: las Comunidades Eclesiales de Base, desmantelándolas desde su excepcional proyecto pastoral y social, quebrando de este modo, su vínculo con el núcleo de las mismas, la fe popular y su propia teología, con sus dirigentes y sus sacerdotes. Es decir, atacando su base eclesial en lo humano, social, étnico, político y religioso. Es la ruptura de la Sede Vaticana de la que hablábamos, con los históricos lineamientos orientadores de Las Conferencias de Medellín y Puebla, con la Iglesia nacida del pueblo, que organizado comunitariamente, vive el Reino, trasformando su realidad. Y del mismo modo, ardió con el pueblo salvadoreño junto al ministerio pastoral de Mons. Oscar Romero, asesinado por el gobierno de ultra-derecha en alianza con la oligarquía de ese país, en manos de un sicario, el ex capitán Alvaro Saravia, que respondía a ordenes de Roberto D'Aubuisson, de la CIA, fundador y máximo jefe de los escuadrones de la muerte y del partido gobernante ARENA; crimen que hasta el presente permanece impune. Mons. Oscar Romero ardió con la Iglesia que ilumina por su defensa  incondicional y valiente de los DD.HH. y su práctica evangélica de "opción preferencial por los pobres". Hoy se lo llama popularmente "San Romero de América" y su causa de canonización está en marcha. Esa misma Iglesia es la que arde en todos sus mártires los que dieron y dan la vida por la Utopía de Jesús; arde cuando el terrorismo de la  triple "A" ejecutó al Padre Carlos Mujica, cuando la dictadura genocida del '76, con la connivencia eclesiástica Institucional en su gran mayoría, masacró con saña a los Palotinos de San Patricio; y el 4 de agosto en La Rioja, cuando según el poeta: "...Y en Chamical, y en Punta de los Llanos desnucado está Dios".* Así ardió con él, con Mons. Angelelli, porque demostró que es posible la práctica del Evangelio y la construcción del Reino en una sociedad postergada que puede hacerse Nueva; porque hizo patente el Concilio Vaticano II, aplicándolo en su Pastoral Social, indicando y probando que La Iglesia se puede transformar desde adentro, desde sus mismas estructuras y ponerlas totalmente al servicio de un proyecto integral de Liberación y Salvación que tenga al hombre como centro de su misión. Arde e ilumina, consumiéndose para manifestar que anuncia a Cristo, y no a ella y sus intereses personales, predica a Cristo, no se predica ella y así es auténtica Iglesia del pueblo de Dios. Esta es La Iglesia que arde y que ilumina...

Allá Kropotkin, ese genial pensador revolucionario y luchador incansable de su causa, él catapultó su mensaje tan desbastador como controvertido, como siempre lo hacen los grandes y desde ese universo subversivo de ideas y luchas anarquistas, por una sociedad igualitaria, solidaria, fraterna y justa, propone en mi cabeza de habitante del nuevo milenio, esta otra manera de repensar su concepción nihilista sobre la Fe y La Iglesia. 

En este 4 de agosto, fecha de su martirio, Mons. Enrique Angelelli, arde, arde como ardió por los parajes riojanos, con su gente, enseñándoles que eran personas con derechos, arde como ardió cuando propició la expropiación del latifundio de los Azzalini, constituyéndolo en propiedad de sus trabajadores en la zona de "Aminga" y de ello salió la "Codetral", una Cooperativa de campesinos en una tierra donde los feudos y los terratenientes son dueños de la vida. Arde como ardió en su último gesto por su amado rebaño como el Buen  Pastor: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas." (Juan 10,11-13.).Y los lobos tan temidos aparecieron en la oscura y terrorífica noche, reprimiendo, encarcelando, torturando, haciendo desaparecer y matando, pero él se mantuvo firme en su amor por todos y no los abandonó, por el contrario estuvo siempre presente con sus hermanos hasta jugarse la misma vida por ellos.  A sabiendas de su martirio decía: "Son varios los que tienen que morir, entre ellos estoy yo".

En ese viaje que emprendió desde Chamical a la Gloria, en su extrema ofrenda como Obispo, Pastor y Mártir, Monseñor Enrique Angelelli, es manifiestamente La Iglesia que ilumina porque arde de verdades, amores, carismas, testimonios, libertad y esencialmente, porque es pobre, por eso puede arder mejor que ninguna otra, porque el fuego la quema de tanta injusticia que debe convertir para ser realmente Aquella que el crucificado fundó, para que precisamente su abrasadora Palabra sea Luz de Vida, en donde la dignidad y la esperanza, no existen porque nadie las conoce, ni saben de ellas, en la orfandad de los que son imagen y semejanza del mismo Dios.-





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Fuentes consultadas:

* CANTATA RIOJANA, Música: Ramón Navarro, Poemas: Héctor David Gatica
*http://servicioskoinonia.org/relat/300.htm
http://www.prensared.com.ar
"Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja.", Ricardo Mercado Luna.