Un análisis de Lucas 16,19-31.-
Leandro Bassano, "El rico Epulón y el pobre Lázaro", óleo sobre lienzo, 150 x 202 cm. Segunda mitad del siglo XVI. Museo del Prado
Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y comía regiamente todos los días. Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta del rico. Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas. Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.» Abraham le respondió: «Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos. Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro.» El otro replicó: «Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento.» Abraham le contestó: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.» El rico insistió: «No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde ellos, se arrepentirían.» Abraham le replicó:
«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán.»
Lucas 16,19-31.-
Lucas 16,19-31, es una de las denominadas parábolas de Jesús que denota la enorme preocupación del autor por dar respuesta en su época y a las comunidades a las que se dirige, sobre un tema esencial para la Fe y el movimiento nacido con Jesús de Nazareth, el problema de ricos y pobres en el contexto del anuncio del Evangelio y la construcción del Reino. Es más, el único evangelista que menciona esta realidad de la manera en que lo hace, en detalle, y profundizando los antagonismos materiales y humanos, es Lucas.
En la parábola de Lázaro y el rico tenemos en primera instancia una concepción de la realidad que en general se ha acentuado más desde interpretación a nivel espiritual que el de la visión terrenal -integral y concreta de la misma. La brecha, el abismo de carácter irreversible en las condiciones en que se genera, producto de un sistema inhumano, inicuo y menesteroso, no se inicia después de la muerte, en el cielo o en el infierno, donde son llevados los dos personajes de la historia; ese abismo se origina aquí, se crea en y desde la misma sociedad en la que viven lázaro y el rico y es provocado por el hombre. Luego sí se proyecta en su estado celestial posterior.
La inmensa desproporción social, impacta en el relato, situándola en un modelo concreto y vigente en ese período, que tiene como prototipos a una clase rica y poderosa, que acapara todo los bienes y hace obscena ostentación de su opulencia, de su suntuosidad, de su orgiástico estilo de vida, sustentado en la ilimitada acumulación de riquezas y en un infinito deseo de poder para sí. Del otro lado de ese abismo, en contrapartida, la clase de los pobres y expulsados por esos mismos poderosos, a una supervivencia despiadada, cruel, infrahumana que degrada la dignidad de la persona. Ese es el pobre Lazaro, incapacitado, hambreado, rodeado solo por los perros y así también, es el mismo Jesús, Dios hecho hombre y es el hombre imagen y semejanza de Dios, Dios que se ha puesto por Amor en la medida de todos los males que sufrimos, siempre presente en esa agonía. Lazaro, nombre deliberadamente dado en la parábola para que quien escuchara entendiera de quién se estaba hablando y cuál es el significado último y profundo del mismo: (traducción del hebreo Eleazar: Dios ayuda). Y Jesús en la persona del pobre Lazaro, ha sido socialmente dispuesto y estratificado en ese lado de ese abismo. Ese abismo que es una injustificable brecha de poder que rompe definitivamente toda relación y no deja espacio para nada entre una clase y otra. Se alimenta de sus propios excesos y en consecuencia con el acto naturalizado y socializado que significa, fagocita aquello que le es ajeno, como extraño y al cual no tiene ni siquiera en consideración de existencia real. Lázaro está ahí, pero el abismo real, social, entre uno y otro, lo invisibiliza, lo hace parte de la normalidad brutal del otro que no es "otro" para el rico Epulón. *
Ahora:¿Por qué Lucas se preocuparía tanto hace casi 2000 años por un tema como este?¿Qué emergencia surgiría en esas comunidades de seguidores de Jesús entre ricos y pobres? Creo que fundamentalmente, Lucas busca y lo logra por cierto, llamar la atención sobre la necesidad de ser fiel a la doctrina del Jesús histórico, no dejar un solo espacio de duda respecto de su Proyecto de radicalidad igualitaria, fraternal y trascendente. La que se hace presente partiendo desde las costumbres más pequeñas y cotidianas hasta las de mayor rango, pero en todas penetrando y alterando su esencia colectiva. Lo que convierte a aquel movimiento en una praxis contracultural que intenta revolucionar el sistema desde sus habitos y costumbres básicas, ejemplo de ello es la comensalidad también radicalizada de Jesús (comer y beber todos juntos en una mismo ámbito), expuesta en Lucas de manera muy especial, como una imagen demoledora de lo que es el Reino, de cómo se lo debe vivir, de que "locura absoluta" significa para ese mundo (y de hecho también para el nuestro), la practica subversiva del Evangelio del Señor: "Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres; a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos” (Lc 14,12-14). Y es que El lo hace!! Da de comer a la multitud, come con recaudadores de impuestos y estafadores, con pecadores, para El a diferencia de las normas fariseas todos los alimentos eran puros, no había divisiones ni escalas que separaran a unos de otros, todos eran iguales ante Dios. Los pecadores más aun, necesitaban de su presencia: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos; no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores" Mc 2,17. Y ademas se hacia cargo de las acusaciones de los mismos fariceos que no concebían ese proceder:"Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Ahí tienen a un comilón y a un borracho, amigo de publicanos y pecadores" (Lc 7,34). ¿Qué significa eso de comer con lisiados, con cojos, con ciegos en un contexto social donde ya sentarse o reposar para comer, estoy hablando de hacerlo con un cojín o un almohadón, simbolizaba una jerarquía de señorío concreto? ¿Qué "delirio" era ese de compartir el pan con "cualquiera"? Se trata ni más ni menos que del Reino. El mismo Reino es un gran banquete para todos, preferentemente para los más necesitados y enfermos. Pero un banquete diferente, con otras costumbres y otros códigos donde el privilegio no existe y la lógica del orden está invertida respecto de la normalidad:"Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos". Lc. 13,29-30.- ¿Y dónde se manifiesta con más claridad el Reino, entre otros ámbitos y modalidades? En las comidas abiertas a todos, en esa comensalidad que decía: "Ahí entre el pan y el vino, entre nosotros comiendo como iguales y hermanos, ahí está ese Reino". Así de extraordinario e irreverente como aparece ante nuestros conceptos "civilizados" de hoy, se revelaría en su plenitud, el auténtico mensaje de Jesús; y Lucas quiere ser leal a ese mandato central en su Evangelio: "El Reino de los Cielos es de los pobres". (Lc. 6,20.).-
En la parábola de Lázaro y el rico, se hace mención de las consecuencias que conllevan a sus protagonistas sus dos formas de existencia, es verdad que explícitamente se habla sobre el cielo y el infierno como recompensa y condena después de la muerte, sin embargo creo que Lucas, no solo nos habla de ese cielo y ese infierno como tan lejanos, como realidades tan distantes de este mundo, en la cosmovisión de Lucas está latente aquel paraíso celestial de modo proporcional en el contenido de la construcción del Reino. Aquella Presencia Nueva de Dios que salva a los pobres y condena a los ricos ya se manifiesta aleccionadoramente en el ejercicio evangélico, en dar testimonio de cómo un discípulo de Jesús debe transformar la realidad, para que ella sea ese paraíso que el Reino entraña, esa Utopía que es Jesucristo, Liberador y Salvador. De tal modo y solamente así, depende cómo vivamos esa Presencia Nueva, ella se hará efectiva entre nosotros, desde aquí. Para Lucas, La tierra prometida está más cerca de lo que creemos...Ese es su mensaje, no es solo allá, en la otra vida, donde Dios recompensa y libera al hombre de sus miserias, la liberación nace en nosotros y se traduce en el presente.
Un Evangelio con historia
Lucas escribe para comunidades creyentes en una sociedad de gentiles, que inmersas en el mundo imperial romano, en el centro de la cultura helenista, están profundamente influidas por ellas. A ellas, entonces, debe justamente guiar su Evangelio para dar respuesta a su época y su contexto. Para lo cual debe adoptar una característica inusual en los otros Textos evangélicos: la historicidad. En un sentido profundo, el estilo histórico de Lucas, se adentra, se introduce obligadamente en el proceso que aun están atravesando las comunidades originarias judeo-cristinas propiamente dichas. La conmoción, la enorme crisis que significó la destrucción del Templo y la ciudad Santa de Jerusalén, en el año 70 del I siglo de la era común. Consecuencia directa de la guerra judía y el dominio romano, fue la confiscación por parte del Cesar de toda propiedad judía. El impuesto del templo pasó a ser uno más de los tributos que se debían pagar a Roma, el cuantioso tesoro del templo fue apropiado por el invasor. Con esto la guerra significó la aniquilación del poder sacerdotal. En la Cultura y la fe de Israel, el templo era esencial: el lugar donde por sublimidad se hallaba Dios , era ese. Era único, su núcleo y significaba la vida de la religiosidad cultual de los judíos (Antigüedades judías, Flavio Josefo XV,11,33).Sin templo:¿Dónde está Dios? Crisis de fe, de organización, de esperanza...Muchas corrientes judaicas (utilizo el termino como relativo al pueblo y a su religión, no despectivamente) se dispersaron, se fragmentaron y como es lógico también las comunidades judías seguidoras de Jesús sintieron esa ruptura, esa crisis en carne propia. De hecho la gran división que venia en proceso se definiría en esta época. Esa Asamblea originaria, ahora sin templo, decidirá a la luz precisamente del Evangelio, un cambio de raíz como Iglesia: su vida de Fe se apoyará exclusivamente en la Palabra y la Comunidad de fieles y abandonará el culto al templo como centro de su creencia religiosa. Jesús el Cristo, el Mesías y su Iglesia serán el verdadero Templo de la Fe y Dios estará en ese Nuevo Templo comunitario (Mt.18,20;28,20). A su vez aquel acontecimiento político-militar, fue relacionado por la Iglesia primitiva, en palabras de Jesús, como profecía cumplida e interpretación de sus creencias.(Mc.13,2; Mt. 26,61; Jn. 2,19; Hch. 6,13-14). El credo se centralizó entonces en ese Jesús que estaba presente en la Comunidad de creyentes.
Otro fenómeno característico del dominio imperial romano en la región de Judea es la supervivencia de los fariseos quienes acentuarán sus enfrentamientos con los grupos judeocristianos de Israel. La preocupación de Lucas, entonces, se comprende y se justifica frente a esta dimensión política-religiosa-cultural y de fe. Aquellos fariseos eran todo lo que no debía ser el movimiento creado porJesús de Nazareth y que emergiendo de esa situación se iba convirtiendo en Iglesia con Identidad propia sin desentenderse de sus orígenes, más aun, reafirmando aquella Alianza inicial, ahora iluminada por la Palabra de Jesus.
En este sentido Lucas hace esfuerzos notables para destacar los antagonismos que generan y profundizan ese abismo de la parábola, los que origina la misma clase farisea. El texto es una advertencia seria y grave a la amenaza y a la tentación de algunos cristianos que creían poder seguir siéndolo al estilo fariseo de riquezas e hipocresía. Lucas es drástico, tajante y coherente: "No es posible servir a dos amos al mismo tiempo". “¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios” .(Lc 18,24).
"villero" - Villa 13 de julio - Buenos AIres - Argentina. |
"EL ABISMO TREMENDO ENTRE USTEDES Y NOSOTROS"
En la escatología de Lucas, planteada en esta parábola, existe un trasfondo que analizándolo detenidamente, le confiere a cada uno de sus personajes y al entorno en el que se desarrolla, su sentido más pleno.El rico Epulón ahora se halla en medio de las llamas, condenado y sin embargo, aun allí, no ha perdido su conciencia de amo y señor que se traduce en creer que aún mantiene el privilegio de clase que poseía en vida y es capaz de pedir que se "mande" a Lázaro a cumplir con su requerimiento: "...y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas." No se trata de una simple exigencia, de un párrafo más, el evangelista desea poner frente nuestro con claridad, la pétrea soberbia farisea, que no cesa ni aun después de la muerte. En el nuevo estado que significa la otra realidad transmundana, como dije anteriormente, el orden y el sentido de las condiciones de existencia se invierten, en tanto el pobre Lázaro es recompensado con la plena dicha del bien y sus gozos, el rico Epulón, ha sido al fin condenado. En presencia de Abraham, están ahora tanto el uno como el otro, solo que en una nueva dimensión que se inicia después de la muerte, no como el final, por el contrario, como un portal que abre un tiempo nuevo y definitivo, que manifiesta todo lo que pasará en el cielo; y que también debería estar pasando en ésta existencia, si hiciéramos evidente el Reino. Así la parábola opera en el oyente o el lector como una imagen convincente de una realidad ulterior que todavía no se ha consumado en el presente y que viene a decir-como metamensaje-que es totalmente viable que se realice, como primicia de aquella otra celestial, porque el Reino ya está entre nosotros "en el aquí y ahora". Ese paraíso, siempre atribuido a lo distante, a lo remoto, se presenta en el texto de Lucas, como tangible desde esta tierra, en esta actualidad concreta, con la Presencia siempre viva del Señor en la Iglesia. Iglesia que si quiere ser cristiana está exigida de la liberación del hombre para crear las condiciones de salvación, desde ya, en esta sociedad y en este mundo.
Así también, en el análisis de las escenas en el seno del Patriarca Abraham, podemos destacar:
- El rico, a pesar de su condición de condenado, es reconocido como hijo, pero como un aviso urgente contra-religioso que expresa esa filiación traicionada y tergiversada por los fariseos y doctores de la Ley.
- Lázaro , a pesar de no ser y por no ser fariseo, es recibido como hijo en la gloria de Abraham (para los fariseos era un hecho descartado que solo ellos podrían ser acogidos como hijos predilectos del padre de la Fe), Lucas nos expone como no solo la muerte nos nivela, sino más profundamente, como la fe farisea es contraria a la realidad celestial, en tanto todos aquí como allí somos iguales (hijos de un mismo Padre) y en ese mismo sentido, si allí lo somos, qué nos queda para que ese principio fraternal se cumpla y se establezca totalmente en el "aquí"... Ahí va Lucas como un arquero que lanza una flecha certera y directa al corazón de la primitiva Comunidad.
- El rico pide, como un derecho y una prerrogativa, en su conciencia, conciencia de casta, que Lázaro lo socorra, Abraham le indica que no es posible, pero no solo porque él ya ha sido "bendecido" en vida, sino porque a raíz de ese estilo que le es característico, él ha empobrecido a Lázaro, y en su hábitos, en su comportamiento social ha sido indiferente a su prójimo. La falta de misericordia es aun más grave en lo personal, que el pecado social, porque esa indiferencia y apatía, no permite recibir, dejar entrar al mismo Dios que está en el otro, que sufre, que necesita y que no se lo ve por la ceguera que produce el poder divinizado, que solo favorece la generación de más pecado.
- Ahora las cosas están claras: El abismo lo crea el mismo hombre, no Dios. Y ese abismo es producto de una sociedad injusta, antagónica con Dios, el Evangelio y el mismo hombre que es su creación. Un abismo humano y social insalvable, en tanto ya lo ha construido la clase social enriquecida, apartándose ella misma en su universo de abundancias obscenas frente a la miseria; esa práctica específica que subdesarolla, que pauperiza, hace el abismo infranqueable. La vida de riquezas, lujos, boato, suntuosidad, es el infierno en la tierra para millones de Lazaros. Por ello, y en consecuencia, será también condenación para esta sociedad inicua que la ha producido en la figura emblemática del rico Epulón.
- Por último en este análisis, nos queda la petición final del rico, más como una forma de exponer su justo castigo que como otra cuestión. El mismo, solicita aun en la errónea convicción de sus fueros, que Abraham envíe a Lázaro en misión de admonición para sus hermanos, nótese que no pide por todos, sino solo y excluyentemente, para los de su clase, el personaje adquiere su "refinamiento" más categórico hasta en la situación más extrema y limite en la que se halla. El patriarca es taxativo: No más privilegios, no mas enviados, aquellos ricos que han servido al dinero como un autentico dios, que le han rendido culto y que han hecho de ese culto un sistema de vida, deformando la Fe Verdadera, ni los resucitados los pueden cambiar.
VIGENCIA DEL EVANGELIO EN NUESTRA REALIDAD
Estamos en los comienzos de la llamada era de la globalización del capital, donde el sistema a través de sus políticas neoliberales, ha producido su apoteosis de acumulación, hiperdesarrollo asimétrico, concentración desmesurada de las riquezas, exclusión social constante- gracias al modelo científico tecnológico- que le permite independizarse progresivamente de la fuerza de trabajo, expulsando masivamente en consecuencia mano de obra, generando una de las más graves y caóticas crisis sistémicas de la historia. La acuciante emergencia que se remonta sobre los sectores más débiles de la sociedad, cada vez se hace más palpable en nuestros pueblos, en Latinoamérica en su conjunto, especialmente por la manera absolutamente brutal con la que se aplica el mismo, abriendo ese abismo del que hablábamos, ahora infinitamente más vasto, más extenso, más insondable...
"La opción neoliberal impulsa un modelo de reconversión tecnológica salvaje -tendiente a expulsar trabajadores bajo diversos mecanismos de precarización, desocupación, subempleo, exclusión, brutal disminución de los salarios reales, incremento de los niveles de pobreza, eliminación de los derechos sociales básicos- que, al combinarse con una lógica de acumulación caracterizada por la acelerada concentración y polarización de la riqueza, está gestando una inmensa masa de población excedente absoluta, supernumeraria, inservible desde la perspectiva de los intereses hegemónicos: no les sirven como mano de obra barata, porque son reemplazados por sistemas automatizados más baratos y eficientes; ni como productores de determinadas materias primas, desplazadas por la composición de los nuevos materiales; ni mucho menos como consumidores, dados sus niveles de miseria e indigencia. No es simplemente una masa de población pobre, se trata de excluidos, de pobreza sin salida, de seres humanos que sobran en este mundo. En la dinámica de la globalización neoliberal, esta masa de hombres y mujeres excedentes está en peores condiciones que los esclavos, los siervos de la gleba o los proletarios de Marx; porque para poder obtener lucro de estas tres grandes categorías históricas de explotados, se necesitaba que estuvieran mínimamente vivos, mínimamente alimentados y mínimamente sanos. Por el contrario, cuando se trata de población sobrante, lo mejor para los grupos dominantes es que desaparezcan, que se mueran; exterminarlos, como hicieran con los pueblos nativos en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o la Argentina, para enviar a esos territorios su propia población sobrante europea en la etapa madura de la Revolución Industrial, hacia mediados y fines del siglo XIX. Nuevamente se pretende que una parte minoritaria de la humanidad es verdaderamente humana y el resto son menos que humanos; para colmo, cada vez más peligrosos. Así, hemos llegado a la situación explosiva de la cual dan cuenta, entre muchos otros, los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se demuestra que el 20% más rico de la población mundial concentra más del 85% de las ingresos y la riqueza; mientras la dinámica de la globalización neoliberal determina que el flujo de recursos continúe drenando desde los pobres hacia los ricos y desde el Sur hacia el Norte. El problema adicional es que entre los pobres se produce el 97% de los nacimientos en el mundo y, de continuar estas mismas tendencias, en no más de 10 a 15 años tendremos a un 10% de la población concentrando el 90% de la riqueza terrenal, en tanto un 75% o más de los habitantes quedarían como población excedente, excluida, sobrante, sin posibilidades de futuro y, por consiguiente, barbarizada, obligada a conductas de desesperación que se manifiestan de diferentes maneras" Barbarie o Solidaridad: las alternativas ante el siglo XXI, Alcira Argumedo. Mayo 1999.-Entonces, a partir de este análisis específico e intensivo de la crisis: Cuál es el aporte y la vigencia del Evangelio en nuestros días y en particular de esta parábola?
Pensemos a Jesús narrándola en medio de una audiencia integrada mayoritariamente por campesinos empobrecidos. En un lugar en donde no se sabía si ese día se iba a comer, la relación entre ricos y pobres era una situación explosiva, crítica y escandalosa. ¿Qué podría haber pasado al oírlo? Lo más lógico: Una discusión que incluyese preguntas como: Por qué tenemos que vivir así? Por qué las rentas son tan caras? Por qué tenemos que pagar cada vez más y más y seguir siendo pobres? Por qué tantos impuestos? ¿Por qué lo permitimos? Y tal vez, la pregunta que podía surgir, la más importante:¿Cómo hacemos para que esto se termine?
En esta posibilidad de cuestionamiento e incitación a transformar la realidad, está la propuesta medular, fundamento de todo el movimiento de Jesús y del Reino de Dios, como proyecto trascendente, político-religioso, social y cultural. Ayer, allí en Judea, ahora aquí en Latinoamérica. Los contextos cambian, cambian los problemas, cambian los hombres, pero en la raíz la cuestión sigue siendo la misma: "El abismo tremendo" que presenta Lucas, lo crea el hombre a través de sus inicuas relaciones sociales, de su modo de producción y especialmente de su egocentrismo de clase. De todas maneras el Reino está, siempre estará, el Reino es una realidad que permanece siempre entre nosotros... Y como en la historia, su presencia dinámica y su permanencia solo dependen de Dios y nosotros. Y El ya lo ha enviado...Raúl Olivares.-Todos los derechos reservados.-
* El nombre que no es un nombre propio, quedó así como sinónimo del que es glotón y vive en la abundancia. Seguramente originado en los Épulos romanos, banquetes "sagrados" a cargo de los epulones.-
Biblia de Jerusalen: Exodo, Isaias, Amós, Evangelios sinopticos.-Antigüedades judías, Flavio Josefo.-
Biblia Latinoamerica: Evangelios sinopticos, Hechos de los Apóstoles.-
El Jesús histórico, Jhon Dominic Crossan. Editorial Planeta.-
Jesús Esencial, su palabra autentica y sus primeras imágenes, Jhon D. Crossan. E. Planeta.-
Jesús, vida de un campesino judío, Jhon Dominic Crossan. Crítica Barcelona 1994.-
La Utopía de Jesus, Ruben Dri. Editorial Biblos, 01/07/1997.-Barbarie o Solidaridad:las alternativas ante el siglo XXI, Alcira Argumedo. Mayo 1999.-