martes, 26 de septiembre de 2017

ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES / Mensaje de Curas en Opción por los Pobres




Ante las próximas elecciones legislativas





Nos acercamos a las elecciones de medio término en el contexto de una situación muy delicada para el país. En nuestras Cartas al Pueblo de Dios y otras comunicaciones a la opinión pública, hemos abundado en descripciones acerca de las características del gobierno de Cambiemos, de las consecuencias ya visibles de sus políticas de corte neoliberal conservador, de su perfil autoritario que ha debilitado notablemente el estado de derecho.

Después de dos años, es largo el elenco de acciones reprobables: represión violenta a la protesta social y abusos de autoridad de las fuerzas de seguridad, protección a los capitales más que a los ciudadanos, promesas incumplidas, mentiras y falsedades permanentes, presos políticos, un desaparecido, persecución a quienes piensan distinto, aumento de la pobreza, desempleo, un insostenible endeudamiento que hipoteca el futuro, la especulación financiera, la desindustrialización, la entrega de nuestra soberanía.

Nos preocupa e indigna especialmente un rasgo cada vez más visible de este gobierno: no asume la función social del Estado y su necesario rol cohesionador. Expresiones del presidente o sus ministros y medidas de gobierno, están dirigidas contra los sectores más débiles o populares a quienes se les causa un visible perjuicio y sufrimiento, en especial porque son pisoteados sus derechos.

La lista sería interminable. La quita de miles de pensiones por discapacidad, la reducción de medicamentos gratuitos de primera necesidad entregados por el PAMI a los jubilados, el recorte de un programa histórico que brindaba asistencia técnica a pequeños y medianos productores y que excluye del beneficio a más de diez mil familias que viven en situación de vulnerabilidad, el desguace de las políticas de salud y la falta de medicamentos, los aumentos injustificados y delirantes de las tarifas de los servicios, el aumento de la mortalidad infantil. Estos casos sólo sirven de muestra. A esto debemos agregarle el gran ajuste y la extrema precarización laboral anunciadas para después de las elecciones.

Frente a esta coyuntura, como cristianos, sabemos que el resultado de estas elecciones puede confirmar o revocar el rumbo elegido por el gobierno, influyendo a su favor o en su contra en la relación de fuerzas, fortaleciendo o debilitando su poder político. Un gobierno que maltrata así a su población, y vive construyendo falsedades, es un gobierno que le da la espalda a los preferidos de Dios. Matar de hambre, desamparo o indiferencia al pobre es un pecado. Votar un gobierno que asfixia a los pobres, creemos que también lo es. Sin ningún temor o prejuicio sostenemos firmemente que un cristiano no puede darle el voto a un gobierno como éste, que multiplica las ayudas fraudulentas a sus amigos, facilita las ganancias de los ricos y condena a los pobres a la marginalidad y lo hace a la luz del día con mentiras y desparpajo.

Están en juego dos modelos antagónicos de país. Un país injusto y dependiente, que concentra la riqueza en una minoría o un país con la gente adentro, distributivo, soberano e inclusivo. La política no es una varita mágica ni una práctica purista, pero sigue siendo una herramienta imprescindible para forjar el destino de la sociedad y organizar la vida en torno a la dignidad, la libertad, los derechos humanos y la convivencia pacífica y solidaria.

Como cristianos y como curas, caminando a la par del pueblo, invitamos a votar contra este gobierno, contra la agresión a los pobres y vulnerables, contra el secuestro del futuro. Nos inspiramos en los amigos de Jesús, como el querido Santo Cura Brochero. En 1912, enfermo de lepra, casi ciego, escribe antes de las primeras elecciones legislativas en las que se aplicó la Ley Sáenz Peña de voto secreto y obligatorio. Militante del Partido Radical, alternativa popular frente al Partido Conservador, Brochero escribe sin dudar que Cárcano, el candidato conservador es “el hombre más funesto y contrario al bienestar y felicidad de los habitantes del Oeste” (carta 449) “los que votan por Cárcano van contra la felicidad y facilidades de los habitantes del Oeste” (carta 448, 26/9/1912) mientras que “votando por los candidatos que dará el Partido Radical buscan su felicidad, su engrandecimiento, el de la Provincia, y aún el de la Nación entera” (carta 451, 4/10/1912)

Inspirados en él, pues, y buscando la felicidad del pueblo y de los pobres creemos, sin dudarlo, que “no se puede ser cristiano y neoliberal”, como decía el recordado obispo Esteban Hesayne. Y exhortamos a nuestros hermanos a votar en consecuencia. “Los pobres, no pueden esperar”.


Mientras nos encaminamos a esta crucial elección del 22 de octubre, nos seguimos preguntando: ¿Dónde está Santiago Maldonado?



Curas en Opción por los Pobres

Septiembre 2017





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jueves, 24 de agosto de 2017

POR LA JUSTA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA / Documento de Curas en la Opción por los Pobres 30º encuentro anual, Córdoba







Por la justa distribución de la riqueza




El grupo de Curas en opción por los pobres nos hemos reunido en nuestro 30º Encuentro anual haciendo memoria agradecida de los 50 años de 3 momentos eclesiales

  • La encíclica Populorum Progressio del Papa Pablo VI (26 de marzo de 1967)
  • El mensaje de 18 obispos del Tercer mundo a la sociedad, partiendo de dicha Encíclica (15 de agosto de 1967 [en adelante Mensaje])
  • El surgimiento del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (diciembre de 1967)

Comprobamos que las realidades y los tiempos son distintos, pero creemos que muchas cosas mencionadas en el Mensaje de los 18 Obispos conservan toda su actualidad y –como entonces – queremos retomarlas:

I.- El mensaje tiene claro que la situación de los pobres y el serio problema de la pobreza tiene su origen en la acumulación injusta de la riqueza.

Los gobiernos deben abocarse a hacer cesar esa lucha de clases que, contrariamente a lo que de ordinario se sostiene, han desencadenado los ricos con frecuencia y (la) continúan realizando contra los trabajadores, explotándolos con salarios insuficientes y condiciones inhumanas de trabajo. Es una guerra subversiva que desde hace mucho tiempo lleva a cabo taimadamente el dinero a través del mundo, masacrando a pueblos enteros (Mensaje 22). 

“¿Pero cuáles son, dime, los bienes que te pertenecen? ¿De dónde los has sacado? […] Al hambriento pertenece el pan que tú guardas. Al hombre desnudo, el abrigo que encierran tus cofres. AI descalzo, los zapatos que se pudren en tu casa. Al miserable, el dinero que tienes oculto. Así oprimes a tanta gente que podrías ayudar... No, no es tu capacidad la que se condena aquí sino tu negativa a compartir” (San Basilio; Mensaje 13).

No conocemos otro camino que la justa distribución de la riqueza para llegar a la tan proclamada “Pobreza Cero”.

II.- Como el Mensaje insistimos que “El obrero es infinitamente superior a todo el dinero” (15), y queremos denunciar repitiendo a Pablo VI y los 18 obispos que 
no podrá permitirse que los ciudadanos provistos de rentas abundantes, provenientes de los recursos y la actividad nacionales, transfieran una parte considerable al extranjero para su beneficio personal, sin preocuparse del daño que hacen sufrir por ello a su patria (20).

III.- Acompañamos a los trabajadores

con el fin de exigir y defender sus derechos: justo salario, licencias pagadas, seguridad social, viviendas familiares, participación en la gestación de la empresa… No es suficiente que estos derechos sean reconocidos sobre el papel por las leyes. Estas leyes deben ser aplicadas y corresponde a los gobiernos ejercer sus poderes en este terreno para servicio de los trabajadores y los pobres (22).

IV.- Sabemos que en su historia, la Iglesia, de la cual formamos parte, ha sido muchas veces más esposa del dinero que de Jesucristo: A veces, 
las Iglesias se encuentran de tal manera ligadas al sistema, que parecen estar confundidos, unidos en una sola carne como en un matrimonio. Pero la Iglesia tiene un solo esposo, Cristo. La Iglesia no está casada con ningún sistema, cualquiera que éste sea, y menos con el “imperialismo internacional del dinero” (Pablo VI y Mensaje 5).

V.- Por eso nos vemos en el compromiso –levantando la voz como los profetas o los primeros Padres de la Iglesia– de insistir que 
Dios no quiere que haya ricos que aprovechen los bienes de este mundo explotando a los pobres. No, Dios no quiere que haya pobres siempre miserables. La religión no es el opio del pueblo. La religión es una fuerza que eleva a los humildes y rebaja a los orgullosos, que da pan a los hambrientos y hambre a los hartos (19).

Por todo esto 

Tenemos el deber de compartir nuestro pan y todos nuestros bienes. Si algunos pretenden acaparar para ellos mismos lo que es necesario a los otros, entonces es un deber de los poderes públicos imponer el reparto que no se hace de buen grado (20).

Mirando nuestro presente histórico e iluminándonos con la Palabra de Dios reiteramos que juzgamos antievangélico este modelo de concentración de poder neoliberal que se lleva adelante en estos momentos en Argentina y otros países de América Latina y el Caribe, y supone otros sometimientos en los órdenes social, cultural y político. 
Como ya lo hemos dicho en anteriores mensajes:

  • Como lo hicieron otros organismos internacionales, exigimos la libertad de Milagro Sala y los demás presos políticos de nuestra patria;
  • Reclamamos la aparición con vida de Santiago Maldonado ya que entendemos que la desaparición forzada de un hermano llena de sombras la necesaria transparencia que toda democracia debiera tener.
Como integrantes del pueblo de Dios sabemos que el egoísmo, el individualismo y la muerte no tienen la última palabra. Y, como pastores, confiados en el Dios de la vida, exhortamos a todos los varones y mujeres de buena voluntad a “que vuelvan a tener confianza en ellos mismos” (18) y reforzar la esperanza en que “otro mundo es posible



Encuentro Nacional de Curas en la Opción Preferencial por los Pobres



Curas en la Opción por los Pobres se pronunciaron a favor de la distribución de la riqueza





ENLACE RELACIONADO:  http://www.curasopp.com.ar/





viernes, 4 de agosto de 2017

EL OBISPO ANGELELLI Y LA DESOCUPACIÓN Por Luis Miguel Baronetto



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Opinión


El obispo Angelelli y la desocupación




Por Luis Miguel Baronetto



Advertimos azorados un porvenir inseguro, efecto de una de esas situaciones graves que se manifiestan bajo las formas inhumanas de la desocupación, carestía de la vida, bajos salarios, escaso rendimiento del poder adquisitivo, alto déficit de vivienda, hospitales abarrotados, niños enfermos y desnutridos, carencia de una asistencia médica social y vigorosa y congruente. Se suma a esta situación desalentadora el cierre de plantas industriales, suspensiones masivas de personal, retracción en los sectores de la producción, desniveles marcados entre producción y consumo, y una paralización virtual del aparato financiero económico, ya sea estatal o privado, que hace difícil un cambio o una salida del estancamiento en que nos encontramos. Esto configura algo más que una crisis; es la conculcación, la negación misma de los derechos humanos y cristianos de la persona…Debemos llamar especialmente la atención, sobre la ilicitud de las ganancias usurarias fruto de este espíritu, que han practicado en estos últimos años muchas de las llamadas empresas financiadoras. Este proceso ha encarecido enormemente el valor del dinero haciendo perder la función social y natural del ahorro. Lo que a su vez, ha incidido directamente sobre el incremento desmesurado de los costos de la producción y de los precios de venta al consumidor. Todo lo cual, finalmente ha desembocado en la inflación que padecemos y, particularmente el sector obrero y ponderables núcleos de la clase media, que han visto disminuir vertiginosamente el poder adquisitivo de sus magros ingresos.”

Este diagnóstico de Enrique Angelelli en 1963, cuando era Obispo Auxiliar de Córdoba, cobra una vigencia preocupante ante la grave situación que padecen hoy especialmente los más empobrecidos. 

Los datos de la dura realidad nos dicen que el año pasado perdieron su trabajo unas 100.000 personas y en lo que va de este 2017 rondan las 25.000, sin contar los empleados en negro, changarines y cuentapropistas. Según las estadísticas oficiales el desempleo en el conurbano bonaerense supera el 11,8 por ciento, en Rosario creció al 10,3 y en Córdoba al 9.9. El Indec –la oficina de estadísticas del gobierno nacional– dice que “a unos 3,5 millones de autoexcluidos por el denominado efecto desaliento –que ya no buscan trabajo– se le suman 1.200.000 desocupados y otro tanto de subempleados, más 3.4 millones de ocupados en negro, lo que totaliza más de 8.000.000 de personas fuera del mercado laboral”. La consultora Ecolatina dice que “en 31 aglomerados urbanos hay 1 millón 24 mil trabajadores subocupados. 

El aumento desorbitante de los niveles de pobreza ha sido señalado en los últimos informes de la Universidad Católica Argentina. En Córdoba 618.000 personas están en el umbral de la pobreza, es decir con lo que ganan no les alcanza para la canasta básica alimenticia y de servicios. Algo más de 453.000 son pobres y 165.000 indigentes. Esto representa el 40,5 por ciento de la población de la ciudad de Córdoba, con el 10,8 por ciento de indigentes. Por su parte, el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) indica que en Córdoba 564 mil niños y adolescentes (el 55,63) estaban en condición de pobreza al tercer trimestre de 2016. En La Rioja se han perdido 1.600 puestos laborales en el último año y medio por la apertura de las importaciones textiles.

Al cierre de innumerables fábricas textiles, alimenticias, químicas, electrónicas y metalúrgicas en todas las provincias argentinas se le agrega las reducciones de personal en otras que ya lo vienen anticipando para después de las próximas elecciones. La calidad de vida de las familias argentinas ha sido abruptamente degradada. 

A este triste y frío panorama en números, que esconden el drama de ciudadanos de todas las latitudes del país, se le suma la respuesta del gobierno mediante una feroz represión que se va incrementando, con nuevos equipos y armamentos para acallar la protesta social. Y el mayor empobrecimiento que significarán las modificaciones a la legislación laboral, sindical y previsional. Sin duda el desamparo más cruel e injusto es el que sufren los niños, los ancianos y los discapacitados, que padecen la quita de derechos reconocidos en las leyes.

En este nuevo aniversario del asesinato del Obispo Angelelli, su memoria cuestiona desde la fe y la esperanza a no quedarnos en el lamento; y buscar formas organizadas de solidaridad y lucha, acompañando los diversos reclamos de las víctimas directas de estas injusticias.

Traemos el mensaje escrito que nos dejó como legado para actualizarlo en nuestros días. Compartiendo la vida de los pobres, en La Rioja, reflexionó: “En el sufrimiento de nuestro pueblo está el grito de Dios Encarnado que nos debe hacer pensar en el cambio de sistema de vida que llevamos. Todo lo que atente contra la dignidad de cada hombre es una ofensa a Dios, es un ultraje a Él.” (1-1-1972). “Pareciera que Dios quiere enseñarnos cómo construir un verdadero proyecto que haga feliz a un pueblo, sólo cuando le ponemos en serio el oído a ese mismo pueblo”. (28-7-1974). 

Pero esta actitud de servicio siempre afectó –y afecta– los intereses de minorías con privilegios. El Obispo Angelelli lo asumió y lo dijo: “Por eso, la Iglesia deberá jugarse hasta el martirio si fuere necesario, en el cumplimiento de su misión, para que los hombres y los pueblos sean siempre templos vivos de Dios y tratados como tales”. (9-6-1974). Su mensaje es denuncia y propuesta. Su memoria sigue interpelando. Su martirio es el sello de las palabras convertidas en acciones de justicia y solidaridad.

“Trabajo, trabajo…Cuando la gente pide trabajo está gritando contra este tipo de sociedad que tenemos” E. Angelelli, (Reportaje en Familia Cristiana, abril 1975). 

Esta voz profética de un obispo debiera interpelar también a la actual jerarquía católica, como a la de otras iglesias, para denunciar la grave situación y exigir medidas que hagan justicia para la vida digna de los pobres.



* Querellante en la causa judicial por el asesinato de Angelelli.



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