lunes, 4 de julio de 2016

LOS PALOTINOS ASESINADOS POR LA DICTADURA Por Alejandra Dandan


La comunidad de los palotinos realizó ayer una manifestación, con un reclamo de justicia dirigido también hacia la propia Iglesia.
Imagen: Nestor J. Beremblum / ANCCOM



› HOY SE CUMPLEN CUARENTA AÑOS DE LA MASACRE DE SAN PATRICIO

SUBNOTAS

Los palotinos asesinados por la dictadura


Los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo José Kelly y Pedro Eduardo Dufau, y los seminaristas Salvador Barbeito Doval y José Emilio Barletti fueron víctimas de un grupo de tareas el 4 de julio de 1976. La causa judicial, la posición de la Iglesia Católica y el proceso de canonización.


Por Alejandra Dandan



Se cumplen 40 años de la masacre de los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo José Kelly y Pedro Eduardo Dufau y los seminaristas Salvador Barbeito Doval y José Emilio Barletti de la comunidad de los Palotinos de la parroquia San Patricio, en el barrio de Belgrano. La comunidad preparó durante meses un homenaje que ayer incluyó, por primera vez, un mensaje político hacia el interior de la iglesia, con la salida al espacio público de una “caminata” cuyo punto de origen fue el espacio Patrick Rice de la ex Escuela de Mecánica de la Armada. El llamado “Camino de los mártires”, con un recorrido de cinco “estaciones” en distintas parroquias que evocó a cada uno de los asesinados, concluyó en la sede de Estomba y Echeverría y fue a la vez la búsqueda –de parte de las comunidades de base– de un emparentamiento explícito de los curas asesinados con los 30 mil desaparecidos. El homenaje central se hará hoy, durante una misa convocada a las 20, que estará encabezada por el arzobispo porteño, cardenal Mario Aurelio Poli. Ese escenario también será un espacio de mensajes subterráneos. Los palotinos esperan numerosa presencia de obispos. Entienden que esa presencia, en el contexto del papado de Francisco, puede ser un gesto que convenza al aún poco convencido arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires de impulsar una consulta todavía pendiente para la declaración de los cinco palotinos como mártires.

En el año 2001, el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio hizo un reconocimiento a los cinco religiosos e impulsó la creación de un tribunal y la apertura de la causa canónica. De acuerdo a las leyes católicas, ese proceso tiene dos vías: la constatación de la existencia de milagros o la designación de los muertos como mártires. En 2009 y 2011, Bergoglio buscó consensos entre los obispos argentinos para la declaración del martirio. Pero ninguna de las consultas prosperó. Hubo obispos que no se manifestaron favorables a la causa y Bergoglio decidió esperar mejores vientos, según una fuente de los Palotinos. Desde que Poli asumió no volvió a hacer esa consulta. Es en ese contexto en el que también deben leerse la espera de los obispos y el escenario de esta noche.

Otro de los datos que los organizadores señalan en clave política es la decisión de esta primera salida a la calle. Hasta ahora los actos se realizaron puertas adentro, cada 4 de julio, y sólo a modo de recordación. El destinatario de la caminata de ayer no es sólo el cardenal Poli, sino la propia comunidad del barrio de Belgrano. A esa comunidad que llegó a dejar balas entre las ofrendas de las misas antes de la masacre, el padre Kelly le dedicó un recordado sermón cuando exhortaba a los fieles a no comprar bienes de los desaparecidos y dijo que quienes medraban con esa persecución “dejan de ser para mí ovejas para transformarse en cucarachas”.

Leonardo Orlando es un joven de la comunidad. “Me crié y me formé en San Patricio”, dice. “Lo que me parece importante de todo esto es sacarlos a la calle. Que los Palotinos no sean algo que todos los 4 de julio, cuando lo conmemoramos, abrimos una cajita y los mostramos a los que vienen a la misa, y después los volvemos a guardar, sino sacarlos a la calle. Que la sociedad toda conozca su historia, que fue la de un proyecto de comunidad.”

Ese tránsito por la calle, al que los integrantes de la comunidad no llaman “marcha” sino “caminata”, es también entendido por ellos en clave de filiación con las víctimas de la dictadura. “El asesinato fue un mensaje a la Iglesia en general y a la comunidad, quisieron desarticular cualquier tipo de comunidad, también las que estaban viviendo el Evangelio como en este caso y peleando contra las injusticias. Lo que nosotros queremos decir es que ellos son parte de los 30 mil”.

Carlos Loza no es de la comunidad. Es sobreviviente de la ESMA, parte del colectivo de Justicia Ya! Y uno de los impulsores de la reactivación de la causa judicial que aún no tienen ningún dato sobre los autores de la masacre. “Esta ceremonia tiene una importancia política superlativa”, dice. “Porque por primera vez públicamente se va a reivindicar a estos sacerdotes y seminaristas, cosa que la comunidad se negó por siempre a hacer. Nunca quiso colaborar, nunca aportó nada. Es una comunidad que apoyaba el golpe de Estado, que denunciaba, que tenía personas activas que juntaban firmas para desplazar a los religiosos y a Kelly, que en sus últimos escritos está denunciando amenazas. Todo esto nunca fue reivindicado. Hoy es importante que ese compromiso se reivindique y no quede oculto.”

La masacre se produjo en la madrugada del 4 de julio de 1976. Los vecinos vieron un Peugeot negro estacionado con cuatro hombres y un patrullero que se detuvo y luego se alejó. Rolando Savino, el organista que encontró los cuerpos, contó lo que vio aquel día: “Cuando llego al primer piso veo una escena rara, era todo un desorden. Toda la casa tirada por el pasillo. Había colchones, papeles. La puerta escrita con la leyenda que decía: por los camaradas dinamitados en Coordinación. Insultos. Y yo no salía de mi asombro hasta que llego y veo la habitación, los cuerpos. Yo pensé que estaba soñando. Me tomó casi diez minutos cerciorarme que no era un sueño, una pesadilla. Atino a bajar despacio las escaleras. Salgo y toda la gente me pregunta qué pasó”.
Los pasos pendientes

El caso tiene dos caminos abiertos. Uno en el terreno de la Iglesia, que está dado por la apertura del proceso de canonización. La postulación fue hecha por el responsable de la Orden padre Juan Sebastián Velasco y el laico Francisco Chirichela. El otro camino está abierto en la Justicia penal argentina desde la dictadura. Esa causa estuvo originalmente a cargo del juez Guillermo Federico Rivarola que “cumplió con la mayoría de los requisitos formales de la investigación, aunque resulta ostensible que una serie de elementos decisivos para la elucidación del asesinato no fueron tomados en cuenta”, describió el periodista Eduardo Kimel en su libro La masacre de San Patricio. En 2013, el juzgado de Sergio Torres a cargo de la causa ESMA retomó la investigación al tener en cuenta el testimonio de dos sobrevivientes que escucharon al marino Antonio Pernías jactarse de haber participado en el operativo de San Patricio. En 2006, Torres procesó a 17 integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA, pero la Cámara Federal porteña consideró que no estaba probado que los autores hayan partido de la ESMA. Torres desistió su competencia, pero la Cámara volvió a darle la causa en carácter transitorio. La semana pasada, el juzgado envió a Roma un exhorto vía Cancillería para pedir la desclasificación de archivos del Vaticano en busca de la identidad de dos supuestos excomulgados de la comunidad de San Patricio como autores de la masacre.

Los Palotinos nunca se presentaron en la causa penal. Este es un dato importante dado que habla del silencio público de la jerarquía de la Iglesia católica ante la masacre y la posición de complicidad con la dictadura. Y el debate interno que esta masacre generó y aún genera, al interior de la orden. En julio de 2005, el periodista Horacio Verbitsky explicó que “el nuncio Pio Laghi y el cardenal arzobispo Juan Carlos Aramburu designaron al sacerdote Efraín Sueldo Luque para que investigara lo sucedido y redactara un informe con sus impresiones, en dos copias: una para el Vaticano, otra para la Curia y ninguna para la dictadura”. En el artículo, citó información de la embajada de Estados Unidos y documentos del Arzobispado de Buenos Aires. “Pese a lo que sabían, los obispos decidieron no confrontar con la dictadura y dar por buenas sus hipócritas disculpas”. Entre los datos, mencionó un diálogo entre Aramburu y el entonces ministro del Interior Albano Harguindeguy: “La Iglesia sabe sin lugar a dudas que los sacerdotes fueron asesinados por fuerzas de seguridad del gobierno”, dijo Aramburu. Harguindeguy intentó contestarle, pero Aramburu advirtió: “Sería mejor que no hiciera ningún comentario, ya que cualquier negativa sería una mentira”.

Los Palotinos anunciaron en la conferencia de prensa de la semana pasada que finalmente se presentarán como querellantes en la causa. Para hacerlo necesitaban el acuerdo por unanimidad de todas las congregaciones. Según explica una de las fuentes, ese acuerdo recién se obtuvo en la reunión anual de 2015. Desde entonces, abogados del colectivo Justicia Ya! trabajaron en un borrador para la presentación que se concretará en los próximos días. El avance de la causa por el asesinato de Enrique Angelelli en La Rioja, pero sobre todo la posición que en ese caso asumió el obispado de la provincia son dos antecedentes que habilitaron internamente la posición que ahora asume la Orden de los Palotinos también en el escenario penal. En 2010, el obispado de La Rioja se presentó como querellante ante la Justicia y fue uno de los principales impulsores de la causa que culminó con la sentencia del juicio oral de 2014 y la condena a prisión perpetua del vicecomodoro Luis Fernando Estrella, jefe de Escuadrón de Tropas en la Base Aérea y segundo jefe de la ciudad de Chamical. Y de Luciano Benjamín Menéndez. La sentencia fue confirmada este año por la Cámara de Casación Penal.

En marzo de este año, en el contexto de los 40 años del golpe y cuando Estados Unidos anunció una nueva desclasificación de documentos de la dictadura, el Vaticano anunció la desclasificación de sus propios archivos. El secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, Carlos Malfa, informó sobre la decisión luego de un encuentro con el Papa. Dijo que el “el ordenamiento” de la documentación archivada “llevará su tiempo” porque algunas “estaban más ordenadas y otras necesitan más atención”. En 2005, Verbitsky decía que Jorge Bergoglio impulsaba la canonización de los palotinos para limpiar su imagen en el camino de ascenso al papado. Ahora Bergoglio es Francisco. No es posible confirmar que él impulse la designación de mártires de los palotinos, pero existen trascendidos en ese sentido. Sus viejas posiciones sobre el tema hacen posible prever que la misa de Poli y los pasos que asuma la Iglesia serán seguidos de cerca desde Roma.



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UN INFORME REVELA CÓMO SE ORQUESTÓ LA PERSECUCIÓN A RELIGIOSOS EN LA DICTADURA Por Gerardo Aranguren


“Es evidente que la Iglesia opera en la diócesis bajo la dirección de monseñor Ponce de León como una resultante de fuerzas enroladas sustancialmente en las filas del enemigo”



Teniente coronel Manuel Saint Amant, jefe del área 132





Monseñor Carlos Horacio Ponce de León, asesinado por la dictadura genocida, el 11 de Julio de 1976




SÁBADO, 02 DE JULIO DE 2016

Un informe revela cómo se orquestó la persecución a religiosos en la dictadura



A 39 años de la muerte del obispo Ponce de León, el documento forma parte de las pruebas de la causa que se tramita lentamente en la justicia federal. Los informes de Saint Amant.




POR GERARDO ARANGUREN



En 14 páginas escritas a máquina, el entonces teniente coronel Manuel Saint Amant, jefe del área 132, elevó en diciembre de 1976 un informe de inteligencia al Primer Cuerpo del Ejército sobre la Diócesis de San Nicolás y su obispo, Carlos Ponce de León. “Es evidente que la Iglesia opera en la diócesis bajo la dirección de monseñor Ponce de León como una resultante de fuerzas enroladas sustancialmente en las filas del enemigo”, concluye el represor. 




El documento forma parte de la causa judicial que (muy lentamente) investiga la muerte de Ponce de León, de la que el próximo lunes 11 de julio se cumplen 39 años, y permite conocer cómo se orquestó la persecución a los sectores religiosos que se oponían al régimen y que pertenecían o simpatizaban con las ideas del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. El supuesto accidente que acabó con la vida del obispo de San Nicolás en 1977 le permitió a la Iglesia argentina barrer de la diócesis a los curas más identificados con esas ideas. 

"Existe suficiente información sobre las actividades de grupo tercermundista-marxista en la diócesis de San Nicolás”.

“Existe suficiente información en el área 132 sobre las actividades de grupo tercermundista-marxista de la congregación salesiana que actúa en el Colegio Don Bosco y en la diócesis de San Nicolás”, arranca el documento y aclara que los grupos “más importantes de Montoneros de San Nicolás han salido de la Iglesia”.

El informe toma información de las denuncias realizadas por un grupo de laicos y de curas opositores a Ponce de León pero también realiza un seguimiento de actividades y homilías del obispo así como un detallado listado de los sacerdotes que estaban en la diócesis y sus posturas ideológicas. 

Para simplificar la tarea a sus superiores, Saint Amant agrupó en cuatro sectores las líneas políticas dentro de la Iglesia en esa región, que incluye las ciudades como San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Pergamino y Colón: 1) Sacerdotes aliados posibles, 2) Sacerdotes marxistas 3) la línea intermedia y 4) el resto.

Sobre la rama marxista de los curas, señala que la Iglesia “les brinda un refugio económico importante y una cierta garantía de impunidad: tienen donde ir a comer, donde dormir, quien proteste cuando a ellos les pueda pasar algo”. 

De manera brutal, el represor (quien murió condenado a prisión perpetua en marzo pasado) transparenta la estrategia del Ejército apenas a nueve meses del golpe cívico militar. “Este informe se ha preparado en función de la prioridad fundamental que tiene nuestra institución en este momento histórico: la guerra contra la subversión. Para ganar dicha batalla, que estamos librando exitosamente, hay que atacar al enemigo en todos los frentes. El enemigo no es el grupo minoritario de jóvenes guerrilleros, hoy en triste y escandalosa retirada, sino el marxismo que lo caracteriza, que lo dirige, que lo utiliza y que incluso, en algunos casos aparentemente lo abandona”, resume el jerarca militar. 

Antecedentes

La represión a religiosos comenzó apenas unos días después del golpe cívico militar. El 4 de junio de 1976 fueron secuestrados los seminaristas asuncionistas de San Miguel Carlos Antonio Di Pietro y Raúl Eduardo Rodríguez en el barrio Manuelita. El sacerdote Jorge Adur, quien vivía con los seminaristas, logró escapar y exiliarse a Brasil, donde fue capturado en 1980. Los tres permanecen desaparecidos. 
Un mes después, el 4 de julio, se produjo la conocida Masacre de San Patricio, de la que mañana se cumplirán 40 años. El 4 de de agosto fue asesinado Enrique Angelelli, en La Rioja.

En la diócesis de San Nicolás también hubo muchos sacerdotes represaliados. Los padres Marciano Alba y Jorge Galli de Pergamino; Raúl Acosta de General Rojo; Luis López Molina de Ramallo. Aníbal Polacci, muy cercano a Ponce de León, también fue detenido en dictadura. 

La causa judicial

Tras el rechazo del exhorto enviado al Vaticano para pedir información, la querella pone sus expectativas en el lento avance de la causa judicial, hoy a cargo del juez rosarino Marcelo Bailaque. Con un año de demora, comenzaron las audiencias con los peritos que intervinieron en la causa. Hay dos estudios que se contradicen: uno realizado por Gendarmería que consideró que el choque entre el Renault 4 en el que iba Ponce de León y una camioneta F100 fue un accidente. Mientras que para el perito de parte de la Secretaría de Derechos Humanos, el ingeniero Jorge Geretto, se trató de un choque provocado, en un claro atentado contra la vida del obispo. « 




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ENLACE RELACIONADO: 






martes, 7 de junio de 2016

“HACIA LA LIBERACIÓN DE LAS NUEVAS FORMAS DE ESCLAVITUD EN NUESTRO MUNDO ACTUAL” Por José Centeno / Informe sobre el 32 Encuentro Europeo de Curas Obreros


sentir la curación

“HACIA LA LIBERACIÓN DE LAS NUEVAS FORMAS DE ESCLAVITUD EN NUESTRO MUNDO ACTUAL”


Informe sobre el 32 Encuentro Europeo de Curas Obreros
JOSÉ CENTENO, curasobreros@hotmail.com
TURÍN (ITALIA).
ECLESALIA, 06/06/16.-Se celebró en Pentecostés como viene siendo habitual, el 32 Encuentro Europeo de Curas Obreros (CO) llegados de Alemania, Bélgica, Italia, Inglaterra, Francia y España. Estos encuentros son al mismo tiempo ecuménicos puesto que también participan en ellos pastores obreros evangelistas y anglicanos, hombres o mujeres.
Las conversaciones giraron sobre cómo vivir con los inmigrantes y refugiados que sufren situaciones de esclavitud, marginación o descarte.
1.- Los CO hacen una lectura de la realidad.
Los refugiados e inmigrantes han tenido que abandonar su casa, su familia, su país, todas sus pertenencias para sobrevivir y vienen con la riqueza de su dignidad y sus valores. En Europa muchos les  tienen miedo  y no ven que detrás de cada uno hay un drama humano.
Podemos ser cómplices de su esclavitud a través de nuestro consumo de productos hechos con trabajos esclavos.
Si hay refugiados a quien acoger es porque hay guerras a denunciar. No podemos hacer el discurso esencialista de “bienvenidos todos” sin denunciar los “poderes” que los expulsan y los “poderes” que imposibilitan la acogida.
Hay una creciente degradación laboral y de los derechos humanos en todo el mundo. Es una mentira anunciar trabajo para todos como el medio para obtener los recursos económicos suficientes para vivir (trabajos ¿de qué tipo?). No va a ser posible el trabajo para todos pero sí una vida digna para todos. La cuarta Revolución Industrial (robótica, la Inteligencia artificial) hará estragos si no se contrarresta con “rentas básicas”, o similares
2.- Ante esta situación
Disciernen gritos y exigencia por un mundo sin exclusión y señales de la llamada del Señor a actuar. Es en estas y otras fronteras de “inhumanidad” donde se lleva a cabo el Reino de Dios. Jesús citó a sus discípulos a las fronteras de Galilea. Se trata de devolver la dignidad a los vapuleados de un país a otro, de contemplar al “otro” desde sus ojos y desde su corazón.
Las convicciones y esperanza consiste en que “muchas pequeñas realidades ayudan a construir un mundo habitable. Cada acción concreta es la anticipación del cambio del sistema. “El reino de Dios –dicen los CO- no se puede reducir a una tradición cultural de Occidente”; se trata de “enderezar un mundo al revés”.
3.- ¿Qué se puede hacer?
El camino consiste irremediablemente en “la integración y convivencia pluricultural o intercultural, extirpar la explotación-esclavitud y dignificar la vida de todos y cada uno.
No es suficiente el socorro y la ayuda inmediata. “Hay que denunciar que las migraciones son el resultado del colonialismo” y de las intervenciones armadas en Oriente Medio o África. “Hay que luchar por sus derechos a quedarse en su propio país. Descubrir y destruir las razones de su éxodo provocado”.
Los poderes económicos controlan casi todo y a pesar de la aparente impotencia se impone “apoyar a todas organizaciones que actúan para lograr el bien de toda la humanidad”.
El futuro pasa sobre todo por decisiones políticas (aunque no sólo) sobre: el tratado EU-Turquía, el TTIP, la lucha contra la corrupción económica,  Panamà-paraísos fiscales…Nuestra intervención ha de ser también política. La Lucha será dura y violenta  por la represión policial, laboral… sin embargo habrá victorias.
4.- Aportación de Leh, pastor protestante, teólogo y obrero, presente en encuentro.  Hizo un lectura desde el Evangelio, que se recoge en estas frases que fueron muy debatidas:
  • La justicia humana no se identifica con la justicia de Dios, que es la plenitud de la humanidad.
  • Comprometerse por la plenitud de la humanidad es la profesión de fe para algunos. Si se lucha por la plenitud humana, ¿por qué hablar de la “fe” o de las “fes”?
  • Humanizar es evangelizar sin proselitismos. Es ofrecer una experiencia que creemos que es muy humanizadora. Una riqueza que se puede tener o no tener, es “gratuita pero no superflua” como la conciencia obrera, pero que ensancha y profundiza el sentido de la propia vida.
  • No se puede comprender a Jesús al margen de su relación con el Abba. En el estilo de vida de Jesús se nos revela a los cristianos el horizonte de la plenitud de la humanidad.
  • La fe es la vida vivida de una manera concreta. Fe no quiere decir tener la verdad sino ”crear confianza”. Bonhoeffer habla de “vivir sin Dios pero delante de Dios”, desde un profundo sentido de la trascendencia y la adoración
  1. Celebración de la Liturgia de Pentecostés.
Fue una oración muy bien preparada, llena de cantos de Taizé, símbolos y belleza, presidida por dos mujeres belgas. Todo el mundo se sintió celebrando la eucaristía aunque formalmente no hubo consagración ni referencia a la santa cena.
En tono de Manifiesto se fue proclamando:
“Nunca como ahora nuestro mundo necesita personas que aporten Reconciliación, Solidaridad humana, Coraje,  Confianza, Esperanza,  Humor, Silencio.
Se leyó un texto de Dorothée Solle sobre “Mística y Resistencia”, y el fragmento de Colosenses 3,11-15 (“Desde ahora no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, etc; sólo está Cristo, que lo es todo en todos”).
Recitaron alternadamente entre hombres y mujeres, la parte central de la oración:
– “Porque creemos en un Dios de amor, de luz en medio de la oscuridad, de agua en el desierto; nos oponemos al odio, al racismo y la violencia “.
– “Porque creemos en el hombre Jesús que nos ha precedido en la atención y cuidado, partiéndose y repartiéndose, nos oponemos a la pobreza, el hambre y tanta injusticia”.
– “Porque creemos en su Espíritu que nos anima, nos ilumina y nos calienta, nos conduce y nos muestra caminos, nos oponemos a la indiferencia, a la soledad y a tanto dolor”.
– “Juntos animados por el Espíritu que vive y da vida, cada uno con sus propios dones, queremos realizar lo que pedimos: reaccionar contra la injusticia y el odio y vivir la ternura, la justicia y el amor. Partimos el pan y el vino con el fin de convertirnos en hombres y mujeres en su Espíritu “. (Y se partió y repartió el pan entre todos) (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

martes, 24 de mayo de 2016

CARTA A LOS 7 MONJES DE TIBHIRINE Por Mari López Santos


artículo destacado


La película sobre su testimonio de vida y su martirio.







Carta a los 7 monjes de Tibhirine


Publicado: 23 mayo, 2016 en ACTUALIDAD




21 de mayo (1996-2016)
CARTA A LOS 7 MONJES DE TIBHIRINE
Celebración 20º aniversario de su muerte
MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@pazsantos.com
MADRID.



ECLESALIA, 23/05/16.- Queridos hnos. monjes de Tibhirine (Christian, Christophe, Luc, Celestin, Paul, Michel y Bruno):

Durante muchos años vuestro testimonio como comunidad de monjes cristianos en un país musulmán fue silencioso: compartir vuestra vida de oración, trabajo y acogida, atentos a vuestros vecinos y a quienes se acercaban a la hospedería del monasterio. Pero también compartíais el sufrimiento y la inquietud que generaba la violencia que azotaba Argelia en aquellos años, junto a la gente sencilla del pueblo. Como otros muchos religiosos y religiosas que optaron por permanecer aún sabiendo que el precio podía ser el que, finalmente, pagasteis.

Tras vuestro secuestro y muerte, en 1996, y en los años siguientes, a muchas personas en el mundo fue llegando, de una forma casi subliminal… (¿será esto el soplo del Espíritu que no hay quien lo pare?) vuestro testimonio. Se ha esparcido silenciosamente a modo de semillas dormidas bajo tierra, que en la explosión de la primavera se convierten en plantas magníficas, con hojas y flores, distribuyendo el polen de vuestra vida vivida con coherencia, discernimiento y opción comunitaria.

En 2011, la película “DE DIOSES Y HOMBRES” recogía con dignidad, dureza y belleza lo que fueron los últimos tres años de vuestras vidas. Y este acontecimiento os puso en medio del mundo para quien quiera recoger el mensaje de no-violencia, cercanía interreligiosa en la vida desde lo sencillo, desde la oración, desde la ayuda al otro, ya sea cristiano, musulmán o quien se acerque necesitado.

En los tiempos que corren se necesita urgentemente “escucharos” de nuevo. Será a través de lo que dejasteis escrito, como el Testamento de Christian, abierto el 25 de mayo de 1996, en la fiesta de Pentecostés; los libros y textos de muchos de vosotros y los testimonios de quienes os conocieron en persona: también vuestros vecinos y amigos musulmanes; las personas con las que compartíais diálogo interreligioso desde el respeto y los sencillos detalles de la vida.

Y también, como le pasó al San Pablo, los que de alguna forma quedamos “tocados” por vuestra vida, aún sin conoceros personalmente, poniéndonos en marcha para ayudar a que la semilla de Tibhirine siga siendo fecunda para la vida de la Iglesia y, muy especialmente, del mundo en este convulso tiempo en donde tenemos que mirarnos en vuestro espejo, para identificar al hermano más allá de la densa bruma de la violencia; con mirada certera, sin caer en el desprecio globalizado. Una filigrana de la que sois maestros y mucho tenemos que aprender.

He escrito en otras ocasiones sobre lo recibido a través de vuestro testimonio y, como siempre, creo que debo callar y nuevamente dar la palabra a Christian que, en su Testamento, dice todo lo que hay que decir y en primera persona (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Me uno a su despedida: ¡Amén!… ¡In Shallah!

Mari Paz López Santos



Cuando un A-Dios se vislumbra…

Si me sucediera un día –y ese día podría ser hoy–
ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento
a todos los extranjeros que viven en Argelia,
yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia,
recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país.
Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida
no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.
Que recen por mí.
¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?
Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas
y abandonadas en la indiferencia del anonimato.
Mi vida no tiene más valor que otra vida.
Tampoco tiene menos.
En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.
He vivido bastante como para saberme cómplice del mal
que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo,
inclusive del que podría golpearme ciegamente.
Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez
que me permita pedir el perdón de Dios
y el de mis hermanos los hombres,
y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido.
Yo no podría desear una muerte semejante.
Me parece importante proclamarlo.
En efecto, no veo cómo podría alegrarme
que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato.
Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la “gracia del martirio”
debérsela a un argelino, quienquiera que sea,
sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam.
Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente.
Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto islamismo.
Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila
identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.
Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma.
Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido,
encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio
que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia,
precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes.
Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón
a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista:
“¡qué diga ahora lo que piensa de esto!”
Pero estos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad.
Entonces podré, si Dios así lo quiere,
hundir mi mirada en la del Padre
para contemplar con El a Sus hijos del Islam
tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo, 
frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu,
cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión
y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.
Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos,
doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente
para este GOZO, contra y a pesar de todo.
En este GRACIAS en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida,
yo os incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy,
y a vosotros, amigos de aquí,
junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos,
¡el céntuplo concedido, como fue prometido!
Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías.
Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este “A-DIOS” en cuyo rostro te contemplo.
Y que nos sea concedido reencontrarnos como ladrones felices
en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío.
¡AMEN! IN SHALLAH!

Argel, 1 de diciembre de 1993
Tibhirine, 1 de enero de 1994

Christian.+




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LOS MONJES DE TIBHIRINE: UN SUPERVIVIENTE Y SIETE MÁRTIRES Por Eva Dallo



Midelt, Marruecos. El padre Jean Pierre Schumacher (último superviviente de Tibhirine) en la habitación dedicada a los mártires de Tibhirine, en el monasterio de Notre Dame de l'Atlas de Midelt (se llama como el argelino)" BRUNO ZANZOTTERA/PARALLELOZERO




Argelia


Los monjes de Tibhirine: un superviviente y siete mártires

  • En marzo de 1996 el GIA secuestró en Argelia a siete monjes, cuyas cabezas aparecieron en una cuneta, lo cuenta el superviviente Jean-Pierre.




EVA DALLO

 

Tibhirine quiere decir jardines en taqbaylit, una de las variedades de la lengua bereber en Argelia. Tibhirine es, también, un pueblo a 100 kilómetros al sur de Argel en el que, a pesar de su nombre, se vive sin florituras. Los veranos son achicharrantes y los inviernos gélidos, condiciones salvajes que preservan una belleza virgen. Puede ser el cielo y el infierno. Como aquella noche del 26 al 27 de marzo de 1996, hace ahora 20 años. "Estábamos preparados, hacía tres años que vivíamos con miedo. La noche que vinieron y se los llevaron, me dijo el hermano Amédée que no los matarían, que si quisieran hacerlo lo habrían hecho allí mismo. Que si corrían el riesgo de llevárselos, pues entre el grupo había un monje con by-pass y otro asmático, era porque querían hacer algo con ellos, querían utilizarlos". Pero Amédée, o Hamidi, como le llamaban los lugareños, se equivocaba. No volverían a ver a ninguno de los siete monjes trapenses con vida. Lo cuenta aCrónica en primera persona Jean-Pierre Schumacher, de 92 años, el último superviviente vivo de una tragedia a la que sólo él y Amédée (fallecido en 2008) escaparon.

De origen francés, Jean-Pierre es menudo, perennemente ataviado con su hábito, un forro polar y un gorro árabe de punto. Hoy habita otro monasterio, el de Middelt, en Marruecos, el único cisterciense en el Magreb. Uno de esos templos donde se viven los votos con doble fervor, como queriendo asumir los de otros. "No sabemos quiénes vinieron al monasterio. Nos hacemos preguntas como todo el mundo, y las investigaciones continúan. El guardián me contó que uno de los raptores dijo a uno de sus colegas "ve a buscar un trozo de alambre, vamos a enseñarle a éste quién es el GIA [Grupo Islámico Armado]", porque querían degollarlo. Consiguió escapar", explica, sereno, a pesar de lo que sigue.

El 30 de mayo las cabezas de los siete monjes secuestrados fueron encontradas en bolsas de plástico junto a la carretera, cerca del pueblo de Medea. La de Christian, el prior del monasterio, Christophe, el agricultor, Michel, el cocinero, Célestin, el responsable del albergue, Luc, el médico que llevaba más de 47 años en Argelia y que curaba gratis a los habitantes de la región, y los monjes Bruno y Paul, de visita en el monasterio, quienes probablemente salvaron la vida a Amédée y Jean-Pierre. Los cuerpos nunca fueron localizados, y dos décadas después, tras numerosos artículos, libros, investigaciones, e incluso un documental de ficción -De dioses y hombres- merecedor del Gran Premio del Jurado de Cannes, esta oscura tragedia aún no se ha resuelto. Aunque todo apunta a que el GIA, grupo islamista armado surgido con motivo de la anulación de las elecciones de Argelia en diciembre del 1991, perpetró el secuestro, nunca se ha sabido a ciencia cierta quién ejecutó y decapitó a los trapistas. De hecho, nuevas investigaciones señalan que pudo ser elpropio ejército argelino quien los matara de forma no premeditada en un ataque contra los islamistas, aunque éstos, para hacerse fuertes, reivindicaran después las muertes.

Otra hipótesis apunta a que los terroristas sacrificaron a los rehenes al verse asediados por el ejército. Desde Marruecos, donde su pequeña comunidad de cuatro monjes intenta mantener vivo el espíritu de Tibhirine, el último superviviente recuerda lo sucedido con la lucidez propia de una mente que se ha dispersado poco. "Los comienzos de la orden fueron difíciles. Fue un periodo duro y de poca estabilidad. Eran los años 60 y se estaba construyendo la nueva Argelia. Abrimos el dispensario, donde el hermano Luc atendía a casi 80 personas al día. En 1984 Christian, que hablaba árabe, fue elegido prior, y a partir de ahí nos convertimos en una auténtica comunidad. Éramos casi independientes, lo que fue una ventaja porque nos permitía tomar muchas iniciativas en la relación cristiano-musulmana". Una de ellas fue la creación de encuentros bianuales con musulmanes sufíes que llamaron ribat (monasterio islámico). "Esto nos permitió llevar a cabo una evolución hacia el estudio del islam". Sin embargo, los ribat dejaron de celebrarse en 1993, cuando el primer ataque. "Era la noche de Navidad, y estábamos en la sacristía preparando los cantos, cuando entró un grupo de hombres armados hasta los dientes. Los croatas y los bosnios acababan de ser asesinados [13 degollados a manos del GIA en Tamesguida, el 14 de diciembre de 1993, a tres kilómetros], y pensamos que nos pasaría lo mismo. Pero nos dijeron que, como éramos religiosos, no nos harían nada. Hicieron llamar al padre Christian y exigieron que el doctor fuera a curar a los heridos a la montaña, que les diéramos medicamentos y dinero. En árabe, Christian dijo que no a las tres cosas, pero les invitó a traer a los heridos al monasterio para curarlos. Volveremos, dijeron. Al día siguiente, comenzamos a debatir si nos quedábamos o no". Unos querían, otros no.


Arriba de izquierda a derecha: Hermano Christian, Hermano Célestin, Hermano Bruno y Hermano Christophe. Abajo Hermano Paul, hermano Luc y Hermano Michel


"Yo había llegado en 1964... Llevaba el economato, hacía recados, iba a vender las verduras de nuestra cooperativa al mercado. Tenía contacto con los comerciantes y la gente. Lo veía como un ministerio, me veía como el representante del monasterio entre la gente. Para nada buscaba convertirlos, se trataba del intercambio, de ayudar a esa gente y de demostrar que la convivencia de los hermanos musulmanes y los cristianos era posible".

Las medidas de seguridad se hicieron necesarias, y a partir de ese momento Notre Dame de l'Atlas permanecería cerrado a partir del mediodía y hasta la mañana siguiente. El albergue dejó de funcionar, lo que afectó a la economía de los trapistas. Aun así decidieron quedarse, y con ellos lo hizo también el miedo, que tres años más tarde, el 26 de marzo de 1996, volvió a tomar forma humana, conalma terrorista. "Yo estaba en la habitación de la portería, y hacia la una de la mañana me desperté. Había ruido en la entrada, ya estaban dentro, en el jardín. Me di cuenta de que eran ellos, pero pensaba que habían venido a pormedicamentos. Hablaban delante de mi puerta, estaban dentro de los muros. Mi habitación tenía una ventana que daba al claustro, y vi a uno de ellos que aporreaba directamente la puerta del hermano Luc. Después oí a Christian que preguntaba "¿Quién es el jefe?" Y alguien contestó "Es ése, hay que obedecerlo", y eso me puso la mosca detrás de la oreja. No se habla así cuando se viene a pedir algo. Hicieron entrar a Mohammed [el guardián] y lo colocaron contra la pared de mi habitación, al lado de la puerta de cristal. Uno lo quería violar con un palo, pero otro le dijo que lo dejara tranquilo. Preguntaron si éramos siete, y Mohammed dijo "así es". Pero éramos nueve. Después alguien tocó a mi puerta. Son ellos, pensé, ya está. Abrí, y me encontré a Amédée. Me preguntó "¿sabes qué ha pasado? ¡Se han llevado a los hermanos, estamos solos los dos!"". En las horas siguientes surgieron las preguntas en la cabeza de Jean-Pierre. "Me decía, si los hubiera visto salir, ¿qué habría hecho? ¿Habría salido corriendo detrás de ellos? Todavía hoy me hago esa pregunta. El choque fue grande. Nadie pensaba que alguien fuera a hacer daño a los monjes, a hombres de paz respetados por todos".

Al día siguiente Amédée y Jean-Pierre abandonaron Tibhirine, con la sensación de que quizás nunca volverían. "Cerramos todo, organizamos las labores con los trabajadores, y nos llevamos una gran cacerola de alubias verdes que había preparado el hermano Luc. Nos las comimos por la noche, en la casa diocesana de Argel, donde se habían refugiado muchos otros religiosos y religiosas, y nos decíamos, es el hermano Luc el que nos ha preparado esta noche la cena". Sólo volvieron a su querido monasterio una vez, el 4 de junio, para enterrar las cabezas de sus siete hermanos. "Todos los hombres de alrededor del monasterio vinieron. Ellos enterraron a los hermanos. La población civil llevó los ataúdes a las tumbas, y cada uno echó un puñado de tierra. Al final todos nos abrazamos". Como unafamilia perseguida por los mismos barbudos; así los llaman algunos en Tibhirine.

Veinte años después, el Notre Dame de l'Atlas argelino continúa vivo. Un sacerdote, también llamado Jean-Pierre (Lassausse), gestiona la comunidad agrícola del monasterio con cinco hectáreas cubiertas de 2.500 frutales. Pero vive escoltado.
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domingo, 22 de mayo de 2016

EL RETORNO DE LA CLASE PRIVILEGIADA Por Leonardo Boff






El retorno de la clase privilegiada



El principal problema brasileño que atraviesa toda nuestra historia es la monumental desigualdad social que reduce gran parte de la población a la condición de chusma.

Los datos son alarmantes. Según Marcio Pochman y Jesse Souza, que reemplazó a Pochman en la presidencia de IPEA, son sólo 71.000 personas (el 1% de la población, que representa solo el 0,05% de los adultos), los multimillonarios brasileños que controlan prácticamente nuestras riquezas y nuestras finanzas y a través de ellas el juego político. Esta clase adinerada, que Jesse Souza llama la clase privilegiada, además de ser socialmente perversa es muy hábil, pues se articula nacional e internacionalmente de manera que siempre consigue maniobrar el poder del Estado en su beneficio.

Estimo que su logro más reciente fue inclinar la orientación de la política de los gobiernos de Lula-Dilma hacia sus intereses económicos y sociales, a pesar de las intenciones originales del gobierno de practicar una política alternativa, propia de un hijo de la pobreza y del caos social, como era el caso de Lula.

Con el pretexto de asegurar la gobernabilidad y de evitar el caos sistémico, como se alegaba, esta clase privilegiada consiguió imponer lo que le interesaba: mantener inalterable la lógica acumuladora del capital. Los proyectos sociales del gobierno no obligaban a renunciar a nada, antes bien eran adecuados para sus propósitos. Llegaban a decir entre sí, que en lugar de que nosotros, la élite, gobernemos el país, es mejor que gobierne el PT, manteniendo intocables nuestros intereses históricos, con la ventaja de ya no tenemos ninguna oposición. Él firma nuestros proyectos esenciales.

Esta clase adinerada obligaba al gobierno a pagar la deuda pública antes de responder a las demandas históricas de la población. Así quitaba la deuda monetaria con el sacrificio de la deuda social, que era el precio para poder hacer las políticas sociales. Estas, nunca antes habidas, fueron vigorosas e incluyeron en el consumo alrededor de 40 millones de pobres.

Los más críticos se dieron cuenta de que este camino era demasiado irracional e inhumano para prolongarlo. Fue aquí donde se instaló una falla entre los movimientos sociales y el gobierno Lula-Dilma.

Todo indicaba que con cuatro elecciones ganadas, a pesar de las limitaciones sistémicas, se consolidaba otro sujeto de poder, venido desde abajo, de las grandes mayorías procedentes de las senzalas (viviendas de los esclavos) y de los movimientos sociales. Estas comenzaron a ocupar los lugares y a utilizar los medios antes reservados a la clase media y a la clase privilegiada, que en el fondo nunca aceptó al obrero Lula y nunca se reconcilió con el pueblo, sino que lo despreciaba y humillaba. Entonces los antiguos dueños del poder despertaron con rabia, pues a través del voto podrían no volver al poder nunca más.

Instaurada una crisis político-económica bajo el gobierno de Dilma, crisis cuyos contornos son globales, la clase privilegiada aprovechó la oportunidad para agravar la situación, y por la puerta de atrás, llegar a Planalto. Se creó una articulación nada nueva, ya probada contra Vargas, Jango y Juscelino Kubischek, asentada sobre el tema moralista del combate contra la corrupción, salvar la democracia (la de ellos, que es de pocos). Para esto era necesario suscitar la fuerza de choque que son los partidos de la macroeconomía capitalista (PSDB, PMDB y otros), con el apoyo de la prensa empresarial, que era el brazo extendido de las fuerzas más conservadoras y reaccionarias de nuestra historia, con periodistas que se prestan a la distorsión, la difamación y directamente a la difusión de mentiras.

La historia es vieja, se sataniza al Estado como un antro de corrupción y se magnifica el mercado como lugar de las virtudes económicas y de la integridad de los negocios. Nada más falso. En los estados, incluso en los países centrales, existe la corrupción. Pero donde es más salvaje es en el mercado debido a que su lógica no se rige por la cooperación, sino por la competición donde casi todo vale, cada uno buscando tragarse al otro. Hay evasiones millonarias de impuestos y grandes empresarios esconden sus ganancias absurdas en cuentas en el extranjero, en paraísos fiscales, como recientemente ha sido denunciado por los Zelotes, Lava jato y los papeles de Panamá. Por lo tanto es pura falsedad atribuir las buenas obras al mercado y las malas al Estado. Pero este discurso, martilleado continuamente por los medios de comunicación ha conquistado la clase media. Jesse Souza dice con razón que «literalmente en todos los casos la clase media conservadora fue usada como fuerza de choque para derrocar al gobierno de Vargas, de Jango y ahora al de Lula-Dilma y dar el "apoyo popular" y la consecuente legitimidad a esos golpes, siempre en interés de media docena de poderosos» (El atontamiento de la inteligencia brasilera, 2015, p. 207).

En la base está una mezquina visión mercantilista de la sociedad, sin ningún interés por la cultura, que excluye y humilla a los más pobres, robándoles tiempo de vida en transportes sin calidad, en bajos salarios y negándoles cualquier posibilidad de mejora, ya que carecen de capital social (educación, tradición familiar, etc.). Para asegurar el éxito en esta empresa perversa se creó una articulación que incluye a grandes bancos, FIESP, MP, la Policía Federal y la justicia. En lugar de bayonetas ahora trabajan jueces justicieros que no son reacios a llevarse por delante los derechos humanos y la presunción de inocencia de los acusados con prisiones preventivas y presión psicológica a la delación premiada con información confidencial divulgada por la prensa.
El actual proceso de impeachment a la presidenta Dilma cae dentro de este marco golpista, pues se trata de quitarla del poder no a través de elecciones, sino mediante la exageración de prácticas administrativas consideradas delito de responsabilidad. Por errores eventuales (concedidos y no aceptados) se castiga con la pena suprema a una persona honesta a la que no se le reconoce ningún delito. La injusticia es lo que más lastima la dignidad de una persona. Dilma no merece este dolor, peor que el sufrido a manos de los torturadores. 







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