domingo, 30 de junio de 2013

LAS MULTITUDES EN LAS CALLES: ¿CÓMO INTERPRETARLO? por Leonardo Boff




Las multitudes en las calles: ¿cómo interpretarlo?

2013-07-30

Un espíritu de insurrección de masas humanas se extiende por el mundo, ocupando el único espacio que les queda: las calles y plazas. El movimiento apenas está comenzando, primero en el norte de África, luego en España con los "indignados", en Inglaterra y Estados Unidos con los "ocupas", y en Brasil con la juventud y otros movimientos sociales. Nadie se refiere a las banderas clásicas del socialismo, de la izquierda, de algún partido liberador o de la revolución. Todas estas propuestas o están agotadas o no ofrecen la atractivo suficiente para mover a las masas. Actualmente interesan los temas relacionados con la vida cotidiana de los ciudadanos: el trabajo participativo, la democracia para todos, los derechos humanos, personales y sociales, la presencia activa de las mujeres, la transparencia pública, el claro rechazo a todo tipo de corrupción, un nuevo mundo posible y necesario. Nadie se siente representado por los poderes instituidos que generan un mundo político palaciego de espaldas al pueblo o manipulando directamente a los ciudadanos.


 Interpretar este fenómeno supone un reto para cualquier analista. No basta la razón pura, tiene que ser una razón holística que incorpore otras formas de inteligencia, datos no racionales, emocionales y arquetípicos y acontecimientos propios del proceso histórico e incluso de la cosmogénesis. Sólo así tendremos una forma más o menos completa de hacer justicia a la singularidad del fenómeno.


 Para empezar, hay que reconocer que es el primer gran evento resultado de una nueva fase de la comunicación humana completamente abierta, una democracia en grado cero que se expresa a través de las redes sociales. Todo ciudadano puede salir del anonimato, tomar la palabra, encontrar sus interlocutores, organizar grupos y reuniones, alzar una bandera y salir a la calle. De repente, se forman redes de redes que mueven a miles de personas más allá de los límites del espacio y del tiempo. Este fenómeno debe ser analizado cuidadosamente, porque puede representar un salto civilizatorio que marcará un nuevo rumbo a la historia, no sólo de un país, sino de toda la humanidad.

Las manifestaciones de Brasil provocaron manifestaciones de solidaridad en decenas y decenas de otras ciudades del mundo, especialmente en Europa. De repente, Brasil ya no es sólo de los brasileños. Es una parte de la humanidad que se identifica a sí misma como especie, en una misma Casa Común constituida por las causas colectivas y universales.


 ¿Por qué estos movimientos masivos han estallado en Brasil ahora? Hay muchas razones. Me detengo solamente en una y volveré a las demás en otra ocasión.


Mi sentimiento del mundo me dice que, en primer lugar, se trata un efecto de saturación: el pueblo está harto del tipo de política que es practicado en Brasil, incluso por las cúpulas del PT (hago notar la excepción de las políticas municipales, que aún conservan el antiguo fervor popular). El pueblo se ha beneficiado de los programas de bolsa familia, luz para todos, mi casa mi vida, del crédito consignado… y ha entrado en la sociedad de consumo. ¿Y ahora qué? Bien dijo el poeta cubano Ricardo Retamar: "el ser humano tiene dos hambres: hambre de pan, que es saciable, y hambre de belleza, que es insaciable". Por belleza se entiende la educación, la cultura, el reconocimiento de la dignidad humana y de los derechos personales y sociales, una atención sanitaria de calidad y un transporte básico menos inhumano.


 Esta segunda hambre no ha sido atendida adecuadamente por el poder público, sea el PT u otros partidos. Los que han saciado su hambre, quieren ver atendidas otras hambres, y no en último lugar el hambre de cultura y de participación. Aumenta la conciencia de las profundas desigualdades sociales, que es el gran estigma de la sociedad brasileña. Este fenómeno se hace más y más intolerable en la medida en que crece la conciencia de ciudadanía y de democracia real. La democracia, en sociedades profundamente desiguales como la nuestra, es puramente formal, practicada sólo en el acto de votar (que en el fondo viene a ser el poder de elegir a su "dictador" cada cuatro años, porque el candidato, una vez elegido, da la espalda al pueblo y practica la política palaciega de los partidos). Una política que aparece como una farsa colectiva y esa farsa está siendo desenmascarada. Las masas quieren estar presentes en las decisiones de los grandes proyectos que les afectan y para los que no se les consulta en absoluto. Y no hablemos de los indígenas cuyas tierras son secuestradas para el agronegocio o las industrias hidroeléctricas.


Este hecho de la multitud en las calles me recuerda la obra de Chico Buarque de Hollanda y Paulo Pontes escrita en 1975: "La gota de agua". Se ha llegado a la gota que desborda el vaso. Los autores de alguna manera intuyeron el fenómeno actual al decir en el prefacio del libro: "La clave es que la vida brasileña pueda ser devuelta, en el escenario, al público brasileño... Nuestra tragedia es una tragedia de la vida brasileña". Ahora esta tragedia es denunciada por las masas que gritan en las calles. El Brasil que tenemos no es para nosotros, no nos incluyen en el pacto social que garantiza siempre la parte del león para las élites. Quieren un Brasil brasileño en el que el pueblo cuenta y quiere contribuir a la reconstrucción del país sobre otras bases, formas más democráticas, participativas, más éticas y menos malvadas de relación social.


Este grito no puede dejar de ser escuchado, comprendido y seguido. La política puede ser otra en el futuro. 




miércoles, 26 de junio de 2013

MADIBA



"Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos." 
Mateo 5,10.-




Nelson Mandela recibió la unción de los enfermos

El arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo pidió un "perfecto final" para el líder anti-apartheid, que sigue internado en estado crítico

"Que tu bendición repose en Madiba ahora y por siempre. Dale, te lo rogamos, una noche tranquila y un buen, perfecto final"

Oración del reverendo Thabo Makgoba, para Nelson Mandela internado en la clínica de Pretoria .

Madiba es el nombre de clan utilizado afectuosamente en Sudáfrica para designar al ex jefe de Estado, ícono mundial de la reconciliación racial.




http://www.lanacion.com.ar/

lunes, 24 de junio de 2013

"YO SOY LA VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO" Juan, 19-28
















En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «Les aseguro que no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él. Desde que apareció Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de él. Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. Y es que, lo acepten o no, él es Elías, el que tenía que venir. El que tenga oídos, que oiga».

Mateo 11, 11-15.



Hay muchos tipos de desiertos...























































En cuál de todos ellos estás? 

Dónde grita hoy Juan Bautista? 

Dónde gritás vos,  también con él?





Juan es su nombre

Lucas 1, 57-66.80.


Nacimiento de Juan Bautista

 "Es preciso que él crezca y que yo disminuya".

Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. El pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Primer Testimonio de Juan


 "Yo soy la voz que grita en el desierto" 
Juan 1, 19-28. 

Primer Testimonio de Juan

Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?" Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?" El les respondíó: "No soy". "¿Eres el profeta?" Respondió:"No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron.¿Qué dices de ti mismo?" Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: ´Enderecen el camino del Señor´, como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos le preguntaron: "Entonces por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Juan 1, 19-28




Muerte de Juan Bautista

Martirio de Juan Bautista. 

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Felipe, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. En muchos asuntos seguía su parecer y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: Pídeme lo que quieras, que te lo doy. Y le juró: Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino. Ella salió a preguntarle a su madre: ¿qué le pido? La madre le contestó: La cabeza de Juan el Bautista. Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.


Marcos 6, 17-29.








http://textosdevocionales.wordpress.com/

http://es.catholic.net/







jueves, 25 de abril de 2013

FRANCISCO TIENE LA PELOTA Por Washington Uranga












Aunque el diálogo de ayer fue breve, las Abuelas quedaron satisfechas porque Francisco, contó Carlotto, les dijo “cuenten conmigo” cuando le pidieron ayuda. “Fue un encuentro muy agradable, muy lindo. El Papa quiso vernos. No es que dijo ‘no, por ahora no’ –contó Carlotto a Página/12– . Ha tenido gestos importantes, como esa carta que le mandó a Hebe de Bonafini (la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo) y recibir en audiencia al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Ahora, mi esperanza y mi convicción es que las cosas van a cambiar. El papa Francisco es el jefe de la Iglesia de allá. Tiene que haber un cambio. No digo que salgan a pedir perdón, a hacer discursos. No queremos discursos. Queremos acciones que lleven al encuentro de los nietos y a saber dónde están sus padres.”


http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-218736-2013-04-25.html





Francisco tiene la pelota


 Por Washington Uranga

Las Abuelas, a través de Estela de Carlotto, le pidieron a Francisco que contribuya a la recuperación de los nietos desaparecidos abriendo aquellos archivos del Vaticano y de la Iglesia en Argentina que puedan aportar datos en ese sentido y para el esclarecimiento de las desapariciones forzadas. El Papa dijo “cuenten conmigo; estoy a disposición de ustedes”. El intercambio, escueto, sencillo, en el marco de la audiencia general de los miércoles en Roma, estuvo acompañado de la carta circunstanciada que las Abuelas entregaron a Francisco y que seguramente merecerá, en días más, una contestación formal de la Santa Sede. Quizás en esa respuesta pueda valorarse en mejor medida cuál es la disposición de la Iglesia, ahora en su máximo nivel institucional, para contribuir de manera decidida al esclarecimiento de los trágicos hechos que ocurrieron en la Argentina durante la dictadura militar. Si efectivamente lo pedido se concreta, lo que se haga no servirá –sin duda– para borrar las complicidades institucionales ya demostradas entre la jerarquía de la Iglesia Católica (la local y la vaticana) y los personeros de la dictadura, pero estará indicando que existe un cambio de rumbo, una modificación en la actitud de la jerarquía eclesiástica sobre el tema.

El ánimo que reinaba ayer en la delegación de Abuelas en Roma era de moderado optimismo. Creen que se abrió una puerta que puede ayudar al esclarecimiento de algunos hechos y, quizás, a recuperar la identidad que aún permanece oculta de hijos de desaparecidos. Estela de Carlotto, que a poco de asumir Bergoglio como papa planteó –a la luz de los antecedentes– su escepticismo acerca de la posibilidad de la predisposición eclesiástica, ahora mira, también ella, el futuro con mayor optimismo. La carta de Abuelas hace pedidos muy concretos y se basa en información cierta acerca de la existencia de información que obra en manos de la jerarquía eclesiástica y que nunca fue entregada a la Justicia. Pero aún más allá de eso, lo que se reclama es una actitud pastoral por la cual el Papa invite a los obispos argentinos y a los fieles católicos a aportar todos los datos que puedan obrar en su poder. Y lo hacen argumentando que “es un deber cristiano brindar información sobre el destino de los niños desaparecidos en Argentina”. Se paran en el terreno propio de la Iglesia para ejercer su demanda.

Francisco se ha instalado en el papado generando gestos que intentan modificar por lo menos una parte de las prácticas y también de la imagen de la Iglesia Católica. En lo que va del pontificado algunos de esos gestos han comenzado también a traducirse en hechos. Los primeros han sido de orden intraeclesial. Ensayar una forma nueva de colegialidad en el gobierno de la Iglesia nombrando una comisión internacional de cardenales; pronunciarse claramente en contra de los pedófilos y de quienes los protegen. Han sido pasos en el sentido de acompañar con hechos los gestos y el discurso. A lo ya señalado hay que sumar también que hace apenas unos días, Francisco, personalmente, decidió que se siga adelante con la causa de canonización (proceso hacia la santificación) del obispo mártir salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado por el ejército en El Salvador el 24 de marzo de 1980. El proceso había estado trabado hasta ahora y por más de veinte años por decisión directa de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Romero era un obispo considerado por muchos como demasiado cercano a la “teología de la liberación” y por lo tanto su eventual canonización podría, según los más conservadores, ser un “mal signo” para la Iglesia.

Hasta el momento nada está dicho acerca de la actitud que Francisco tomará respecto del pedido muy concreto que le formularon las Abuelas. Existió el gesto. En primer lugar de aceptar rápidamente recibir a la delegación a partir del pedido hecho mediante los buenos oficios del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero. Bergoglio no es un improvisado en la política de los gestos. Por eso es importante advertir que dio prioridad a la delegación argentina, que haya demostrado la mayor cordialidad con las Abuelas y que buscó incluso “complicidades” en el breve diálogo aludiendo a encuentros anteriores y reconociendo personalmente a cada uno de los visitantes. También a Juan Cabandié. Los gestos son mensajes. Importantes en sí mismos, aunque requieren siempre la posterior confirmación y ratificación en los hechos. Ayer se abrió una nueva puerta para el esclarecimiento de los crímenes del terrorismo de Estado en la Argentina. La Iglesia, ahora a través de su máxima autoridad universal, tiene la posibilidad de producir acciones que muestren su compromiso con los derechos humanos, la justicia y la democracia. Francisco, que es un hombre futbolero, sabe que la pelota está de su lado. Sólo cabe esperar.






martes, 23 de abril de 2013

SAN ROMERO DE AMÉRICA: FRANCISCO DESBLOQUEA LA BEATIFICACIÓN DE MONS. ROMERO



monsenor


Se trata del arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, muy popular en América Latina luego de su muerte y llamado "la voz de los sin voz", asesinado el 24 de marzo de 1980 por paramilitares derechistas.



EL SALVADOR

El papa Francisco desbloqueó la beatificación de monseñor Romero



"La causa de beatificación se desbloqueó", anunció el postulante de la causa, monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo de la Familia, según reportó la agencia Ansa, tras reunirse el sábado con el pontífice, por lo que los medios italianos dedujeron que la decisión de seguir adelante con esa causa salió de ese encuentro.


Romero, que solía pronunciar encendidos discursos en favor de los pobres y contra la violencia de la dictadura salvadoreña, fue asesinado mientras daba misa en la capilla del Hospital Divina Providencia de la capital salvadoreña.

Su homicidio se produjo días después de decir en otra misa: “Soldado: una ley inmoral nadie tiene que cumplirla. En nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más, les suplico, les ruego, les ordeno, en nombre de dios: ¡cese la represión!”.

En 1994, dos años después de firmarse la paz con que concluyó la guerra civil en este país centroamericano que dejó un saldo de 75.000 muertos o desaparecidos, el sucesor en la arquidiócesis de San Salvador, Arturo Rivera y Damas, inició su proceso de beatificación.

En el año 2000 la Congregación para la Doctrina de la Fe comenzó en el Vaticano el estudio de todos los discursos de Romero. En 2005 monseñor Paglia aseguró públicamente que “Romero no era un obispo revolucionario, sino un hombre de la Iglesia, del Evangelio y de los pobres”.

Sin embargo, la beatificación de monseñor Romero permaneció bloqueada hasta este anuncio del obispo Paglia.

Católicos contestatarios citados por el portal Terra, como el obispo francés Jacques Gaillot y el teólogo suizo Hans Küng deploraban desde hace años que el proceso de beatificación de Romero, abierto en 1996, hubiera sido, según ellos, "bloqueado".

Juan Pablo II y Benedicto XVI desaprobaron siempre los excesos de la Teología de la Liberación, un desvío peligroso, según ellos, del cristianismo hacia la lucha de clases preconizada por el marxismo.

Monseñor Romero, antes de su muerte, habría sufrido la falta de apoyo de Juan Pablo II, sintiendo que éste lo había "abandonado", afirmó en 2011 el teólogo italiano Giovanni Franzoni.

Por eso, la autorización dada por el papa Francisco es entendido como una fuerte señal para todo un sector del clero latinoamericano que, sin estar comprometido con las posiciones más radicales de la Teología de la Liberación, ha actuado en favor de los más pobres, a veces corriendo grandes riesgos.

Monseñor Romero era un obispo moderado, pero bastante cercano a las corrientes de la Teología de la Liberación. Había denunciado el hecho de que los campesinos salvadoreños autorizados a tomar posesión de las tierras gracias a la reforma agraria hubiesen tenido que enfrentarse a gente armada, y puso a disposición de ellos la radio de su diócesis.

El sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, fundador de la Teología de la Liberación, fue una de las 70.000 personas que fueron al entierro de monseñor Romero el 30 de marzo de 1980 y se salvó de los francotiradores que provocaron una masacre: más de 40 muertos y miles de heridos.

Por otra parte, meses después de asumir el gobierno de El Salvador, Mauricio Funes, candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) -la guerrilla de ese país que llevó adelante el conflicto armado hasta 1992, transformada luego en partido político-, pidió perdón por la responsabilidad estatal en el asesinato de monseñor Romero.

A 30 años del homicidio del obispo, el 24 de marzo de 2010, Funes reconoció que los asesinos "actuaron bajo la cobertura o participación de agentes estatales", pese a que la amnistía a esos crímenes establecida en 1992, aún deja impune, entre muchas otras, la muerte de Romero.


"Los asesinos actuaron bajo la cobertura

 o participación de agentes estatales"

Mauricio Funes



El mandatario, el primero de izquierda en la historia de El Salvador, reconoció que Romero “fue víctima de la violencia ilegal que perpetró un escuadrón de la muerte”.

“Este tipo de grupos armados ilegales ejercieron el terror de manera generalizada entre la población civil durante aquellos años aciagos, dejando tras de sí miles de víctimas. Dichos escuadrones de la muerte lamentablemente actuaron bajo la cobertura, colaboración, aquiescencia o participación de agentes estatales”, añadió.

Según la Comisión de la Verdad que investigó los crímenes durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992), “existe plena evidencia” de la participación del ya fallecido militar Roberto D’Aubuisson, fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) partido que gobernó el país entre 1989 y junio de 2009, y que el FMLN volverá a enfrentar en las próximas elecciones presidenciales del 2 de febrero de 2014.







viernes, 12 de abril de 2013

FRANCISCO SE DESNUDA PARA CUBRIR LA DESNUDEZ DEL PAPA por Leonardo Boff






2013-04-12

Francisco se desnuda para cubrir la desnudez del Papa


Saben los historiadores que el Papa del tiempo de san Francisco, Inocencio III (1198-1216), llevó el papado a un apogeo y esplendor como nunca lo había habido antes ni lo habrá después. Hábil político, consiguió que todos los reyes, emperadores y señores feudales, con algunas excepciones, fuesen sus vasallos. Bajo su regencia estaban los dos poderes supremos: el Imperio y el Sacerdocio. Ser sucesor del pescador Pedro era poco para él. Se declaró «representante de Cristo», pero no del Cristo pobre, que andaba por los polvorientos caminos de Palestina, profeta peregrino, anunciador de una radical utopía, la del Reino del amor incondicional al prójimo y a Dios, de la justicia universal, de la fraternidad sin fronteras y de la compasión sin límites. Su Cristo era el Pantocrator, el Señor del Universo, cabeza de la Iglesia y del Cosmos.

Esta visión favoreció la construcción de una Iglesia monárquica, poderosa y rica pero absolutamente secularizada, contraria a todo lo que es evangélico. Tal realidad sólo podía provocar una reacción contraria entre el pueblo. Surgieron los movimientos pauperistas, de laicos ricos que se hacían pobres. Predicaban por su cuenta el evangelio en la lengua popular: el evangelio de la pobreza contra el fasto de las cortes, de la sencillez radical contra la sofisticación de los palacios, la adoración al Cristo de Belén y de la Crucifixión contra la exaltación de Cristo Rey todo poderoso. Eran los valdenses, los pobres de Lyon, los seguidores de Francisco, de Domingo y de los siete Siervos de María de Florencia, nobles que se hicieron mendicantes.

A pesar de este fasto, Inocencio III fue sensible a Francisco y a los doce compañeros que lo visitaron, desharrapados, en su palacio de Roma, para pedirle permiso para vivir según el evangelio. Conmovido y con remordimientos, el Papa les concedió un permiso oral. Corría el año 1209. Francisco no olvidaría este gesto generoso.

Pero la historia da sus vueltas. Lo que es verdadero e imperativo, llegado su momento de maduración, se revela con una fuerza volcánica. Y se reveló en 1216 en Perugia adonde fue el Papa Inocencio III a uno de sus palacios.

Súbitamente el Papa muere después de 18 años de pontificado triunfante. Pronto se oyen los sonidos lúgubres del canto gregoriano provenientes de la catedral pontificia. Se entona el grave planctum super Innocentium («el llanto sobre Inocencio»).

Nada detiene a la muerte, señora de todas las vanidades, de toda la pompa, de toda gloria y de todo triunfo. El ataúd del Papa está frente al altar mayor cubierto oropeles, joyas, oro, plata y los signos del doble poder sagrado y secular. Cardenales, emperadores, príncipes, monjes y filas de fieles se suceden en la vigilia. El obispo Jacques de Vitry, llegado de Namur y nombrado después cardenal de Frascati, es quien lo cuenta.

Es medianoche. Todos se retiran apesadumbrados. Solamente la luz vacilante de las velas encendidas proyecta fantasmas en las paredes. El Papa, en otro tiempo siempre rodeado de nobles, está ahora solo con las tinieblas. Y de pronto unos ladrones entran sigilosamente en la catedral. En pocos minutos despojan el cadáver de todas las ropas preciosas, del oro, la plata y las insignias papales.

Ahí yace un cuerpo desnudo, ya casi en descomposición. Se hace realidad lo que Inocencio III dejara registrado en un famoso texto suyo sobre «la miseria de la condición humana». Ahora ella se muestra con toda la crudeza en su verdadera condición.

Un pobrecito, sucio y miserable, se había escondido en un rincón oscuro de la catedral para velar, rezar y pasar la noche junto al Papa. Se quitó la túnica rota y sucia, túnica de penitencia, y con ella cubrió las vergüenzas del cadáver ultrajado.

Siniestro destino de la riqueza, grandioso el gesto de la pobreza. La primera no lo salvó del saqueo, la segunda lo salvó de la vergüenza.

Y concluye el cardenal Jacques de Vitry: «Entré en la iglesia y me di cuenta, con plena fe, de cuán breve es la gloria engañosa de este mundo».

Aquel al que todos llamaban Poverello y Fratello nada dijo ni nada pensó. Sólo hizo. Quedó desnudo para cubrir la desnudez del Papa que un día le aprobara el modo de vida. Francisco de Asís, fuente inspiradora del Papa Francisco de Roma. 




lunes, 8 de abril de 2013

FRANCISCO: LA "PACIENCIA" DE DIOS


"...el papa Francisco destacó la “paciencia” de Dios que, subrayó, “no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar”. Y haciendo un llamado, que ha repetido ya otras veces, a los que se han ido de la Iglesia y que son especialmente numerosos en los países desarrollados, dijo que “Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado, no está nunca lejos y, si volvemos, está preparado para abrazarnos”. “Sentiremos su ternura, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor”, concluyó."




FRANCISCO ASUMIÓ EL CARGO EN TANTO JEFE DE LA IGLESIA

El nuevo obispo de Roma

En la homilía de la misa en San Juan de Letrán, el Papa destacó la “paciencia” de Dios. “Quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar.”
 
Por Elena Llorente

Desde Roma

En una ceremonia realizada en la basílica de San Juan de Letrán, el papa Francisco asumió ayer como obispo de Roma, una función que le corresponde en tanto máximo jefe de la Iglesia Católica. Pero antes, junto al alcalde de Roma, Gianni Alemanno, Francisco descubrió una placa que rebautizó el área ubicada en torno del obelisco egipcio del 1500 a.C., situado a un costado de la iglesia, como plaza Beato Juan Pablo II. No hubo discursos ni mensajes especiales en este caso, dado que el Papa entraría pocos minutos después a San Giovanni para la misa de asunción.

San Juan de Letrán, una de las cuatro mayores basílicas de Roma, es considerada la madre de todas las iglesias de Italia y del mundo. Surgió en el siglo IV por decisión del primer emperador que legalizó el cristianismo, Constantino, en las huertas de la familias de los Lateranos. Es la sede del obispado de Roma.

Francisco dio una vuelta en el papamóvil antes de entrar a la iglesia. A sus puertas se habían congregado miles de fieles desde temprano, con la esperanza de ver al papa argentino, tal vez poder dirigirle una palabra o recibir su especial atención y bendición, como ocurre cada miércoles en la Plaza San Pedro, donde el Papa se baja del jeep, abraza y saluda a la gente, besa a los niños. Al entrar a la basílica, como exige la ceremonia de asunción, besó el crucifijo de la basílica y luego bendijo con agua bendita a sí mismo y a los que estaban a su alrededor. Poco después y emprendiendo el largo recorrido de más de cien metros hasta el altar, se detuvo con los minusválidos que, numerosos, ocupaban un lugar privilegiado y esperaban su saludo. Al comentar detalles de la preparación de la ceremonia, un periodista católico contó que alguien le había dicho al Papa que para abreviar la ceremonia se podía acortar el saludo a los enfermos. Y que Francisco habría contestado: “No me quiten los enfermos. Ellos serán mi pasaporte al Paraíso”.

El Papa fue recibido en la iglesia de San Juan oficialmente, por el obispo vicario de Roma, cardenal Agostino Vallini, quien en realidad hace el verdadero trabajo del obispo en representación del Papa. Vallini, en un breve mensaje de apertura, y hablando en nombre incluso de los católicos de la diócesis, le prometió obediencia. “Roma lo quiere al Papa –dijo Vallini en una entrevista con Radio Vaticana ayer por la mañana–. He visitado algunas parroquias últimamente y toda la gente manifestaba un gran afecto y una gran sintonía con el papa Francisco.” Y más adelante contó que muchos le pidieron que el pontífice fuera a visitar las pequeñas parroquias y que él les preguntó por qué. “Es que el papa Francisco nos ha llegado al corazón”, respondieron.

En la homilía de la misa en San Juan de Letrán, el papa Francisco destacó la “paciencia” de Dios que, subrayó, “no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar”. Y haciendo un llamado, que ha repetido ya otras veces, a los que se han ido de la Iglesia y que son especialmente numerosos en los países desarrollados, dijo que “Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado, no está nunca lejos y, si volvemos, está preparado para abrazarnos”. “Sentiremos su ternura, sentiremos su abrazo y seremos también nosotros más capaces de misericordia, de paciencia, de perdón y de amor”, concluyó.

En la mañana de ayer, en ocasión de la oración del Regina Coeli (que sustituye al Angelus en el período pascual) a mediodía desde el balcón de su estudio que da a la Plaza San Pedro, el papa Francisco se había referido específicamente a la paz. “La Iglesia ha sido enviada por Cristo a hace crecer el reino del amor, a sembrar la paz en los corazones para que se afirme también en las relaciones, en la sociedad, en las instituciones”, dijo. También recordó a Juan Pablo II y los casi 100 mil fieles reunidos en la plaza estallaron en un prolongado aplauso.

Francisco ha asumido a este punto sus dos funciones principales, la de papa y la de obispo de Roma, por lo cual ahora podrá dedicarse de lleno a los nuevos nombramientos dentro del Vaticano y a las esperadas reformas de la curia vaticana y de la Iglesia en general. Su agenda prevé, entre muchas otras cosas, el 12 de mayo la consagración de sus primeros santos en la plaza de San Pedro, entre ellos la colombiana Laura de Santa Catalina de Siena y la mexicana María Guadalupe García Zavala.