jueves, 11 de octubre de 2012

EL PEQUEÑO CONCILIO DE QUILMES (JUNIO 1965)



Homenaje a 50 años del Concilio Vaticano II


Padres Rossi, Morales, Bresci, Olagaray, Artiles, Galli, francisco Mascialino, de izq. a der.


Pequeño Concilio de Quilmes: 28 y 29 de Junio 1965

Sólo uno de los doce obispos de la provincia de Buenos Aires no alcanzó a recibir el documento: monseñor Antonio Aguirre, titular de San Isidro, quien se había embarcado diez días antes hacia Roma. Pero desde el miércoles pasado, las 40 carillas mimeografiadas que resumían el Encuentro de Quilmes fueron llegando a las manos de los demás. Una decimotercera copia, inclusive, fue entregada al primado de la Argentina, cardenal Antonio Caggiano. Para ninguno de ellos el documento resultaba absolutamente novedoso: el Encuentro (28 y 29 de junio pasado) era la culminación de otras cuatro reuniones entre grupos sacerdotales dispuestos a intensificar el diálogo de la Iglesia Argentina con aquello que los teólogos llaman mundo, pero que es, en rigor, todo lo que está ,más allá de esa Iglesia. Por lo demás, el presbítero Juan José Rossi había publicado, en el quincenario Criterio —edición del 12 de agosto—, una minuciosa crónica del Encuentro. Dos obispos no tuvieron necesidad de informarse a través del documento: Jerónimo Podestá, de Avellaneda, y Antonio Quarraccino, de Nueve de Julio, comulgaron en la misa del 29 con todos los sacerdotes concentrados en Quilmes, y se sentaron a las mismas mesas de debate para dialogar con ellos, en pie de igualdad, sobre tres temas básicos: La ubicación de Dios en nuestra vida (la sacerdotal), Nuestra ubicación en la Iglesia, Nuestra relación con el mundo.
Las conversaciones duraron doce horas en total, y, por lo que se sabe, en algunas mesas (fueron diez en total, para 80 asistentes) el afán de entendimiento mutuo llegó a tales límites que algunas opiniones se parecieron más bien a una confesión en voz alta. Las consecuencias son explosivas: indican una voluntad de cambio radical en la Iglesia argentina, sobre todo en lo que concierne a la evangelización del mundo y a la ruptura de algunos antiquísimos tabúes: la relación recelosa del sacerdote con la mujer, exagerada cautela de algunos sectores de la Iglesia ante graves injusticias, el temor ante los riesgos del mundo.
Pero la clave del Encuentro está quizá en otra parte: en la necesidad de un diálogo franco entre los obispos y el clero. El documento de Quilmes dice, textualmente: "Nos falta gobierno de parte del Obispo. Ni siquiera habla con los sacerdotes. Si alguna vez lo hace, no es para consultarlos o escucharlos. Todo esto nos crea una situación de soledad pastoral, de gran incomodidad, que nos desubica al estar asumiendo responsabilidades que no nos corresponden."
Pese a que de ese texto podría inferirse un enfrentamiento, todo lo que hay es una apasionada voluntad de comunicación: "Quisimos dar alguna salida a nuestro sentimiento de desgobierno y de orfandad humana -explicó uno de los 80 sacerdotes de Quilmes, la semana pasada. Por nuestra formación, y por la estructura misma de la Iglesia, los sacerdotes dependemos hasta afectivamente del Obispo, a veces de un modo inconsciente. Cuando un cura es llamado por su Obispo, siente un golpe interior. ¿Qué me irá a decir?, teme. Ocurre que, en general —se quejó el informante—, los Obispos sólo llaman a sus sacerdotes para reprenderlos."
Los 80 hombres de Quilmes, ahora, sostienen que fueron impulsados por su amor a la Iglesia. Elaboraron su documento luego de haber transcripto todos los largos diálogos grabados; confiaron su redacción a los peritos, moderadores y coordinadores del Encuentro; llamaron a esa reunión "Primera Asamblea General de Equipos de Sacerdotes". Las 40 carillas mimeografiadas se convirtieron, así, en una especie de plan de vida para aquellos 80 hombres que representan a más de cien, y cuya edad promedio es 35 años. Pero es la historia previa al Encuentro lo que arroja luz sobre él y, en cierto modo, lo que le da el aire de una auténtica, empecinada revolución.

Los nombres y apellidos

Aunque la idea de un Encuentro entre grupos sacerdotales nació, en rigor, hacia julio de 1964, durante la Asamblea de la AJAC (los jóvenes de Acción Católica), y aunque ya en agosto se concentraron 9 sacerdotes de 7 equipos diferentes, en Buenos Aires, el proceso se remonta a diez años atrás, cuando 12 presbíteros —de 4 parroquias— empezaron a trabajar junto al padre Alfredo Trusso, de Todos los Santos. Uno de los miembros era monseñor Alberto Devoto, ahora Obispo de Goya, quien siguió adherido al equipo aun después de ser transferido a la diócesis de San Isidro.
A lo largo de esa década se produjo, inclusive, una escisión, cuando dos miembros se retiraron por razones ideológicas: el sector disidente procuraba poner el acento del trabajo sacerdotal sobre los aspectos litúrgicos; el resto defendía una labor pastoral más amplia. Por pastoral se entiende (según precisó un miembro de aquel grupo) "la acción de la Iglesia en relación a todos los hombres, cristianos o no, y en especial la evangelización del mundo". Lo doméstico, en cambio, la acción orientada a la Iglesia como tal, es lo que se conoce por liturgia y, catequesis. Estas dos formas de entender la misión de los sacerdotes cambió la fisonomía del grupo después de aquel desprendimiento: los que quedaron eran hombres preocupados ante todo por la evangelización. Los miembros más antiguos fueron Francisco Mascialino, párroco; Miguel Ramondetti, asesor del Movimiento Obrero Católico (MOAC); Néstor García Morro, párroco; Manuel Artiles, consejero psico-pastoral, y Juan José Rossi, consagrado al periodismo y miembro de la Junta Nacional de Catequesis.
Mientras ese equipo crecía con la incorporación de dos sacerdotes franceses —quienes estudian ahora, en Avellaneda, la gestación de un centro apostólico en el medio obrero—, otros grupos sacerdotales iban agregándose a aquel primer núcleo de 12 hombres: uno, con seis o siete miembros, empezó a ocuparse de Revisión de Vida y Pastoral; otro, al que se incorporaron los presbíteros Alejandro Mayol, Carlos Mugica y Pedro Geltman, se consagró a la Juventud Católica Universitaria (JUC). A partir de la reunión inicial (agosto de 1964, en Buenos Aires), los encuentros fueron produciéndose regularmente, a razón de 8 sacerdotes por vez. Hacia noviembre, el equipo primitivo había ya establecido vínculos con otros diez: ese movimiento comprendía ya el total de las doce
diócesis bonaerenses (Azul, Bahía Blanca, Avellaneda, La Plata, Mercedes, Mar del Plata, San Nicolás, Nueve de Julio, Morón, Lomas de Zamora, San Martín, San Isidro) y parecía dispuesto para una acción en bloque.
El primer encuentro entre los grupos fue efectuado en Mercedes, a fines de 1964: concentró a 19 sacerdotes de 6 diócesis; en marzo, Hurlingham cobijó a 23, y las diócesis ascendieron a 8; Azul, en mayo recibió a 37: a esa altura, sólo la diócesis de San Martin dejaba ya de estar representada. El encuentro de Quilmes fue como una repentina mayoría de edad: el crecimiento despacioso da las reuniones previas se transformó en un avasallador cónclave de dos obispos, 80 sacerdotes y 15 equipos.
Desde diciembre de 1964, cada uno de estos vastos diálogos había permitido la mutua revelación de preocupaciones comunes, una voluntad de hacer algo, y rápido, entre los sacerdotes bonaerenses; a la vez, se iba elaborando el orden de temas para Quilmes. Allí hubo un descubrimiento primordial: cuanto más maduro está un sacerdote, tanto más comprometido se siente en una acción colectiva.

Parados en la barranca

Los 80 hombres que llegaron a Quilmes el 28 de junio estaban dispuestos a no, dejar una sola pregunta sin contestación: había 14 en total, y todas eran arduas. Algunas ponían en tela de juicio la propia razón de ser del sacerdocio, en un esfuerzo valeroso por llevar la indagación hasta sus últimas consecuencias; otras postulaban una búsqueda del valor y la vigencia "de la pobreza, el celibato y la obediencia"; otras más, en fin, investigaban la actitud de los clérigos católicos ante las injusticias y la mentira.
El lugar de concentración fue una casa para retiros espirituales —el Hogar Sanford—, un enorme solar antiguo que se empina sobre una barranca, de cara al Río de la Plata. Durante las dos noches de fines de junio, los sacerdotes durmieron en los inmensos dormitorios del Hogar, donde caben unas quince camas por sala.
El método de trabajo consistió —como lo define el Documento— "en el ya clásico ver, juzgar y obrar". Durante la jornada inicial, los 80 sacerdotes se distribuyeron en diez mesas redondas; por la noche, los coordinadores de las mesas, un equipo moderador y tres teólogos (Lucio Gera, Miguel Mascialino y Carmelo Giaquinta) elaboraron las coincidencias básicas: al día siguiente, la Asamblea General pudo discutirlas. Fueron los mismos teólogos quienes, al fin del segundo día, expusieron las líneas de fuerza que predominaron en el Encuentro.
Durante el primer día, cuando "quisimos ser lo más objetivos posible", el clima de franqueza permitió un análisis a fondo de la relación entre los sacerdotes y la realidad. "Esa realidad —dijo uno de ellos, según revela el documento— se presenta como un mundo del trabajo y de la técnica, con todo lo que eso significa: la ida al cosmos, incorporar lo que es el cosmos a una nueva visión. Es un hecho. Incluso puede determinar un cambio de imagen del mundo humano."
El debate permitió, además, enfrentar al científico que descubre nuevos elementos en el universo con "la viejita —cristiana antigua— que dice no, es imposible que los hombres puedan ir arriba, eso es blasfemia". Fue como una segunda reivindicación de Galileo.
Otro tema básico de discusión —el sexo, la mujer— arrancó algunas notables definiciones: "Podríamos decir: en el horizonte ha aparecido la mujer. Cuestionada o no. Es un hecho que debemos valorar definitivamente. Aparece de un modo nuevo. Presenta características que no presentaba antes. La mujer se nos ha acercado."
Una suerte de estribillo se desplazó insistentemente sobre todas las conversaciones: La Iglesia tiene que estar presente, la Iglesia debe dialogar la Iglesia debe actuar.
Hasta el sábado pasado, el documento de Quilmes no había derivado en respuestas oficiales. Es probable, por lo demás, que ningún obispo bonaerense salga al cruce de las 40 carillas mimeografiadas, al menos de manera pública.
Los 80 sacerdotes explican allí que "tenían conciencia de participar en algo trascendental", que fueron al Encuentro "no a librarse de una culpa, sino a asumir una situación". Entendieron que la asumían al sentirse responsables del diálogo entre la Iglesia y el mundo, y que esa responsabilidad está basada sobre una pregunta importantísima: "¿Cómo vivir el sacerdocio para ser plenamente hombre?" En Quilmes se descubrió que la mejor manera de zanjar esa interrogación era no ya "cómo empezar a vivir", sino cómo comprender lo que ya se está viviendo". 
24 de agosto de 1965


FUENTE: REVISTA PRIMERA PLANA



VIDEOS / TESTIMONIOS

Pequeño Concilio de Quilmes (28 y 29 de Junio 1965) 

Centro de Producción Audivisual del Municipio de Quilmes

Entrevistados: Padre Domingo Bresci, Aldo Etchegoyen, Padre Pichi Meisseheier y Padre Luis Sanchez






sábado, 6 de octubre de 2012

LUJÁN: UNA PEREGRINACIÓN A LA VIDA!! TESTIMONIO DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR




http://www.peregrinacionlujan.org.ar/entrar.htm


"Este es el siglo de América, 
este es tu siglo Señor, 
los jóvenes estamos presentes, 
testigos de tu gran amor..." 


Estrofa que cantábamos mientras peregrinábamos.-



Cuando todo comenzó hace 38 años, muy pocos sabíamos que significaba peregrinar, no conocíamos el profundo sentido que tiene esa experiencia en todos los niveles, empezando por el principal, el humano. De hecho, no fue hasta "la tercera" de ellas, donde allí en la Parroquia del barrio y en plena dictadura militar, en aquel oasis de encuentro entre jóvenes, nos decidimos a ir. Reitero que se trataba de un grupo de jóvenes bastante importante en número y con una calidad diversa de posturas y compromisos, en mitad de la noche más larga y tortuosa que pudimos padecer. No es antojadizo, teníamos otro lugar, otro sitio y la Iglesia, fue sin dudas, aquel rincón de confluencia y de abrigo. Ella nos abrió sus puertas, nos dio todo su espacio, toda su disposición y todo su amor. No hubiese sido posible sin ella, sin la parroquia del barrio y aquellos curas y laicos que en una pastoral social de liberación y con mucho miedo y mucho valor, nos enseñaron que la Iglesia éramos todos. Desde ese sencilla Comunidad de “Jesús salvador”, en Lugano, fuimos creciendo en la fe; entonces fue ahí, donde sentimos necesidad de llegar hasta la Virgen con todos nuestros proyectos, con todas nuestras alegrías y todas nuestras incertidumbres.


Aquella fueron tardes, noches y madrugadas de aprendizaje. Lo primero que uno siente es que no está solo y en ese momento histórico concreto, eso es muchísimo... Después uno se sabe pueblo que camina, no que camina en términos usuales, sino como modo de vida; luego se aprende a compartir, a saber caminar, a rezar en el silencio y en grupo, a conocerse mejor como personas, a vivir el sacrificio, el cansancio con un sentido de superación; a descubrir lo importante que significa el prójimo, tanto que en él se descubre al mismo Dios...

Pocas veces en mi vida he sentido la presencia de María tan en mí como cuando apoyado en un bastón (un palo de escoba), Ella y quienes me acompañaban, me sostenían, me alentaban, me infundieron fuerzas cuando ya no daba más... Qué lejos quedaba Gral Rodriguez!! La pregunta obligada siempre era: Falta mucho para Lujan? Qué lejos quedaba Luján cuando salias hecho trizas de Rodriguez!! Inalcanzable, imposible con el sueño, las ampollas y la lluvia o el sol que te habían pasado su arado y surcado en todo el trayecto!! Veíamos los chicos que iban quedando, las lágrimas por no poder seguir, parecían muñequitos tristes sentados con los pies hinchados, llagados, en la ruta... Pero cuando los que llegábamos  mirábamos el cartel que decía: "Lujan centro urbano" y la flechita que indicaba que “ya la teníamos” a la ciudad encima, era el desborde de la fe que sobreponía todo, era la gente que nos aplaudía, nos recibía al llegar y por un instante sentíamos que éramos titanes pero la imagen de la virgencita, pequeña, a cuestas en los brazos de los peregrinos de adelante, nos bajaba los humos y nos decía que era María la que importaba... Entré varias veces a la Basílica después de cada peregrinación y cuando me disponía a agradecerle y a orar, levantaba la mirada, y entre tanta majestuosidad arquitectónica, entre el esplendor envolvente y la pompa vacua, estaba Ella, su figura morena, su estampa popular y simple; en apariencia sola e insignificante, rodeada de tanta ostentación proyectada a modo de piedad, pero única en sí misma y en el corazón de la gente.

Luján no terminaba en Luján, Luján continuaba en la vida de cada uno, en la fe como testimonio social y privado, Luján quedaba mucho más lejos todavía que lo que pensábamos, en realidad a ese “Luján” no se llega nunca, todos los días se peregrina hacia él. No sabíamos que lo teníamos dentro nuestro, pero para saberlo debíamos pasar por ese otro Luján que nos preparó para entenderlo; más que como un destino, Luján entonces, se transformó en una partida sin solución de continuidad, desde allí, era posible transitar la fe para hacer el Reino presente con auténtica devoción y perseverancia entre todos, preferentemente los pobres, desde allí podíamos vivir la fe sin medias tintas, fortalecidos en una movilización religiosa y popular que excede toda palabra.

Hay que ir...




Raul Olivares.-
Todos los derechos reservados.-









martes, 25 de septiembre de 2012

MARÍA QUIERE ESTAR ENTRE NOSOTROS!!




















El 25 de Setiembre de 1983, en la ciudad de San Nicolás se comienza a asistir a un hecho de características particulares: Una sencilla mujer llamada Gladys Quiroga de Motta, esposa y madre de dos hijas, que solamente había podido cursar el cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, manifiesta ver y oír a la Santísima Virgen. Mas tarde descubre que la Virgen se le aparece como la Virgen del Rosario, cuya imagen estaba relegada al campanario por su deterioro.
La Santísima Virgen, según la vidente, le había pedido la construcción de un templo en su honor, en el lugar de las apariciones. La Virgen comienza a darle una serie de mensajes, mayormente exhortativos, juntamente con citas bíblicas, llamando a la oración, a la conversión y a la consagración.




Se reproducen los primeros mensajes que Gladis Quiroga de Motta manifiesta ver y oír de la Virgen María. Son aquellos que darían comienzo a una de las devociones más significativas y populares de nuestro país. 




PRIMEROS MENSAJES

I - DESDE EL 25 DE SEPTIEMBRE AL 12 DE NOVIEMBRE DE 1983
PM 00 AL 016


25-9-83                                                                                                       PM 00 

"Vi a la Virgen por primera vez."

29-9-83                                                                                                       PM 01 

"Volví a verla."

5-10-83                                                                                                       PM 02 

"La vi nuevamente."

7-10-83                                                                                                       PM 03 

La vi y le pregunté qué quería de mí; se borró su imagen y apareció una Capilla. Comprendí que quería estar entre nosotros. 








viernes, 21 de septiembre de 2012

¿VES A ESTA MUJER? Lucas 7,36-50





Evangelio:

En aquel tiempo un fariseo le rogó a Jesús que comiera con él, y, entrando Jesús en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora. Jesús le respondió: Simón, tengo algo que decirte. Él dijo: Di, maestro. Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más? Respondió Simón: Supongo que aquel a quien perdonó más. Él le dijo: Has juzgado bien, y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: Tus pecados quedan perdonados. Los comensales empezaron a decirse para sí: ¿Quién es éste que hasta perdona los pecados? Pero Él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado. Vete en paz.

Lucas 7,36-50. 



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Una mujer anónima, una mujer considerada marginal, prostituida, indeseable para la sociedad, irrumpe en la cena que Jesús ha aceptado con un fariseo, y mojando con sus lagrimas los pies del Señor, los seca con sus cabellos, los besa y los unge con perfume. ¿Ves a esta mujer? pregunta Jesús... La vemos

Desde tiempos inmemoriales ha sido excluida, dejada a un lado como una cosa insignificante, ha sido explotada bajo todas las formas posibles y conocidas... El la vio, la aceptó y la integró con su amor y su misericordia. Aquella mujer sin un nombre dado (porque ella es en este evangelio todas las mujeres), ha sido vista y  valorizada como persona antes que nada o por encima de todo. Ella ha sabido amar mucho y amando de esa manera se ha dignificado también, se ha sabido valorar a sí misma, se ha reconocido por encima del peso que su vida tenía y sabiendo que Jesús estaba en ese lugar, ha corrido a su encuentro para demostrarle lo inmensamente feliz que estaba por haber sido amada, recibida y acogida de verdad, sin prejuicios, sin especulaciones, sin vacilaciones, amada totalmente como era, así y de tal modo que también ha sentido el perdón, la reconciliación con la Vida misma. El fariseo, apegado a una fe hueca y "tan perfecto", solo ve a la mujer prostituida, a la mujer pública y cree en su "sabiduría" que solo él puede reconocerla y saber quién es únicamente por su condición social establecida... Discrimina a los dos, descree y sentencia:"Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora." Así habla su conciencia y su corazón en su "lógica" elitista de "salvación". No ve a la mujer que Jesús sí vio. La que necesitaba que la identificaran más desde su necesidad de comprensión que por su nombre, la que perfumó a Aquel que le ha llevado la alegría de su Reino (que esencialmente es El), que la ha hecho participar en el por su fe, que ha compartido con ella su Gracia que libera. Ella lo ha visto a El, se han visto los dos; El, el rabi, el Maestro y el Profeta de Nazareth que vive la palabra hasta el extremo, considerado subversivo por los poderosos. Ellala pecadora, la despreciada, "la sucia", la maldecida, "la inmunda", "la de todos", "la pública", la meretriz, esa misma mujer con todas estas cargas y estigmatizada, ha reconocido a Jesús como el Señor... Por eso y solo por eso, su fe la ha salvado.

Este Evangelio, nos está cuestionando ahora también: ¿Ves a esta mujer? 




Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-


miércoles, 5 de septiembre de 2012

NUESTRO SILENCIO: Un análisis desde la palabra de Martín Luther King





"La verdadera tragedia de los pueblos no consiste en el grito de un gobierno autoritario, sino en el silencio de la gente"

Martin Luther King




La cita de Martín Luther King es más que clara y contundente. La leí y sentí la verdad y la vergüenza que se abrían paso en mi conciencia. Desde su poderosa palabra, intento una reflexión sobre esenuestro silencio como acto íntimo y nuestro a la vez. Nuestro como sociedad, nuestro como pueblo, nuestro y de cada uno entre los tantos que callamos cuando no debimos o cuando no debemos callar,  frente a esas situaciones de la vida, en donde hace falta imperativamente que seamos protagonistas.

La tragedia, el silencio de cada uno y el de todos, en el entorno del autoritarismo, no únicamente como forma de gobierno, no solo permite su advenimiento y perdurabilidad como poder omnímodo, sino también, en gran parte y esencialmente; desde nuestro lugar en lo social, en aquel espacio que ocupamos en la extensa y compleja trama colectiva, en el sentido sistémico del término; además, lo produce. Ese silencio hace, ese silencio "construye", ese silencio es cómplice... Ese silencio resignado es parte fundamental en el armado de una autoridad desmedida, porque lo que cada individuo resigna es precisamente poder, delegándolo a otro, para que lo ejerza tan desmedidamente como él no lo puede, no lo quiere o no le conviene hacer...
Nuestro silencio es devastador cuando se trata de consentir, de subordinarse, de claudicar el derecho que nos compete como personas y como pueblo frente a la injusticia. ¡¡Qué esclavizados podemos estar, si nos doblegamos pacientemente a la fuerza de nuestra propia comodidad y no hacemos nada cuando el poderoso sistematiza la impunidad a nuestra costa!!  ¡¡Qué tan detestable podemos llegar a ser, si no tenemos ni conciencia, ni vergüenza de nuestras actitudes que nos condenan a caer en la obsecuencia típica de los lacayos, que solo se desviven por satisfacer a sus señores!!

Nuestro silencio obliga... Nos obliga, nos sustrae a una realidad lacerante de no saber quiénes somos, de no saber cuál es nuestra capacidad para levantarnos desde nuestras propias y subjetivas limitaciones, no nos deja que nos conozcamos, nos aliena. Nuestro silencio es un arma... En sí misma y como tal, se puede aseverar lo valiosa que es acorde con la aplicación que le demos. Nuestro silencio entonces, es una tragedia en condiciones concretas donde ese "grito autoritario" es más fuerte y silencia nuestro poder, el que todos llevamos por naturaleza y que en definitiva, es
 más fuerte porque "su grito se escucha, precisamente, por nuestro silencio"...
Cuando dejamos que todo pase, que todo se haga, que todo se decida, nos masificamos. En la masa no importa quienes somos, ni como somos, "el hombre" masificado no es hombre, es silencio útil para otros. 
¿Qué habría sido de nuestras vidas, si no hubiésemos guardado silencio, cuando la dictadura cívico-militar y genocida, ejecutó el golpe del 24 de marzo del '76? No se podría haber sostenido, o le hubiera sido muy difícil hacerlo, sin el indispensable apoyo de amplios sectores de la sociedad, que en silencio, dejaron paso al terrorismo de Estado. Ese silencio nuestro, fue más activo, más fuerte que las manos de los asesinos, ese silencio nuestro, levantó sus brazos para que reprima, detenga, torture y haga desaparecer a tantísimas victimas... ¡¡Qué distinto sería todo sin ese silencio nuestro, que nace del miedo y que es más poderoso y efectivo, cuando ese miedo se hace todo silencio como postura, como actitud de supervivencia!!

Hay hitos en la vida que deben afrontarse con toda la dignidad, con todo el coraje, con toda la fe que podamos tener...Recuerdo a  muchos que dieron testimonio en horas inciertas donde uno no valía nada, donde la existencia era un plus para verdugos que tenían el "privilegio" de impartir sentencia y condena sumarísima. Los recuerdo a todos, tan humanos y tan íntegros hasta la ultima hora y se que están mi corazón y en mi mente para doblegarme frente a mis propias miserias cuando ya no sé que hacer y mi silencio aparece como lo más conveniente...





Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-








martes, 4 de septiembre de 2012

IGLESIA Y PEDOFILIA: DETRÁS DE LA CRUZ



 http://manouhanoisegura.blogspot.com.ar/2010_11_01_archive.html




Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: "Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres". 

Juan 8, 31-32



"Cuando hay un sacerdote condenado, justifica su silencio diciendo que no suele emitir juicio ni comentario alguno sobre la actuación de la Justicia civil en casos en los que están involucrados miembros del clero. Pero el silencio siempre es una forma de lenguaje, es una forma de decisión y de posición personal o de gobierno. El silencio nunca es neutro, siempre nos posiciona al norte o al sur, al este o al oeste. ¿Por qué el silencio piadoso e imprudente de la jerarquía ante casos tan evidente? ¿Qué saben los sacerdotes pedófilos de los obispos de la conferencia episcopal, que la institución corporativamente prefiere con su silencio quedar como cómplice? ¿Qué hay en el subsuelo de este silencio? ¿Será un silencio consensuado? ¿Será un silencio negociado? ¿Qué precio tiene este silencio? ¿Será por temor a que iluminen los agujeros negros de la Iglesia? Siempre la institución con los recursos de los fieles termina pagando estudios jurídicos caros para defender a curas que han abusado de menores."


Adrián Vitali, ex sacerdote en entrevista del diario pagina /12. 


No habrá otro camino más que el de la verdad, si es que realmente queremos eliminar este innegable flagelo social que necesita también del valor para romper con el silencio como arma del poder para someter, tapar y perpetuarse en estructuras institucionales, que en la órbita del Estado, han sido proyectadas ideológicamente para establecer y consolidar el status quo de todos los tiempos, a través de la legitimación de una "suprema autoridad", que se ejerce como tal con su prerrogativa de magisterio, su derecho de enseñanza y su capacidad de educación de generación en generación. Esta condición, inherente a la constitución histórica de la Iglesia, desde que Constantino la oficializó como religión y fe del antiguo Imperio Romano y posteriormente, en los distintos modos de producción, siempre rigiendo los destinos de cada una de las diferentes sociedades, permanece inalterable en su esencia de potestad al estilo monárquico.
Cuando las corrientes progresistas contemporáneas, quisieron erradicar definitivamente este status de su existencia, para transformarla con "la opción preferencial por los pobres", como programa de práctica radical evangélica, con el Concilio Vaticano II o con lineamientos teológicos pastorales como los de Medellín y Puebla, fue combatida y perseguida por todos los poderes e intereses del capitalismo en su conjunto, especialmente los del conservadurismo ultramontano, acérrimo defensor vaticano,  y el neoliberalismo, este último, como “el modelo” neo-colonial, que surgía en esta etapa de la llamada "globalización" del capital. Aquella otra visión y praxis eclesiástica, pos-conciliar, persiste y lucha sin embargo, por cambiarla en la fidelidad a su único y trascendente Proyecto liberador, el del Evangelio de Jesús de Nazaret; sin el cual, su Iglesia, no tiene razón de ser en el mundo y en consecuencia, sólo sirve a los propósitos de ese poder que la desnaturaliza, haciéndola fuente de todos las anomalías propias de los Institutos de este Orden. Entonces, cuando silencia sus crímenes más aberrantes, como el de la pedofilia, de igual manera, está ejerciendo una estrategia, una metodología más de gobierno, de las que la impunidad le otorga, en el marco del régimen del cual es sustento y se nutre a la vez.


La divinización pomposala espiritualización desmedida de la doctrina, asume características primordiales en la edificación de esa autoridad que exalta lo sagrado como exclusivamente propio, exaltándose de esta manera, ella misma y arrogándose así, el monopolio no sólo de la fe, lo religioso, lo cultural, sino también y fundamentalmente, el de la vida privada, de manera tal que su cátedra penetra los actos más íntimos de los pueblos y  de las personas. Este excepcional panóptico de disciplinamiento social, según su propio dogma le es inherente, sin el cual "su misión” como preceptora universal, no podría aplicarse. Es en esta concepción de lo sagrado, donde se origina el abuso como una extensión necesaria del mismo. El cual, no es otra forma más que arbitrariedad encubierta de falsa piedad la que se produce como conducta aberrante, que se va erigiendo en los ámbitos en donde todo está controlado por ese paternalismo dominante, entre los unos y los otros. 

Prácticamente toda la dogmática tradicional de la Iglesia se fundamenta en el dualismo como doctrina que afirma la existencia inequívoca de dos principios supremos, con entidad propia, autosuficientes, irreductibles y antagónicos: el bien y el mal, cada uno de los cuales en su evolución dialéctica conforman toda la realidad desde la misma creación. Es muy importante  tener en cuenta esta cosmovisión filosófica, porque es ella la que provee los instrumentos a una teología determinante sobre la noción e imagen de un Dios concreto y su opuesto necesario. Y desde esa lógica, hacia los restantes criterios que se desprenden de ella; ser ideal y ser real, materia y espíritu, naturaleza y gracia divina y cada uno de ellos en planos diferentes del conocimiento, como por ejemplo, razón y fe. El dualismo teológico o cosmogonía, considera asimismo, en su cuerpo doctrinal los argumentos que explican los principios de bendición y maldición, gracia y pecado, que son angulares en la justificación de un sistema de explotadores y explotados, de  ricos y pobres, de santos y pecadores. 
La valoración de estas concepciones, como un pétreo paradigma religioso, se multiplican aún más en otros planos de la fe, cuando se desenvuelven similarmente, otras doctrinas como los de la Indulgencia, que exime, libra de las  penas temporales, que se deberían purgar en esta o la otra vida y que por lo tanto configuran un privilegio de impunidad en el contexto Iglesia-mundo, tan cercano, tan próximo a nuestro tema. Además, se deben considerar del mismo modo, perspectivas que nacen de la teoría católica del pecado original, desde la cual se desprende una visión sobre el mismo, sobre el sufrimiento, la mortificación, la culpa y otros aspectos de las llamadas verdades de la fe, que exacerbadas y llevadas hasta sus últimas consecuencias, han sido siempre más un instrumento de opresión y sumisión que cualquier otra cosa. A todo esto, debemos añadir las escuelas y movimientos que sentaron las bases de La Doctrina Católica de la Fe, afirmando los dogmas y creencias, en los múltiples Concilios Ecuménicos, desde Nicea I en adelante, que regirían la vida de la Iglesia en forma definitiva. Estas mismas interpretaciones de la ortodoxia, fueron decisivas en tiempos de paganismo y de las sucesivas posturas heterodoxas, que surgirían lógica e indefectiblemente a lo largo de toda la historia, las llamadas herejías. La apología del cristianismo tuvo sus principales exponentes, hoy Doctores de la Fe, en los pensadores de La Patrística, el Tradicionalismo, la neo-escolástica, desarrollada por Tomás de Aquino, comúnmente denominada Tomismo y que a partir del pontificado de León XIII, pasará a ser cimiento filosófico-teologal de la Iglesia hasta nuestros días, en donde el neo-tomismo junto a otras de sus variantes, asume ese protagonismo medular como columna vertebral de la Iglesia en materia de fe, la que se volcará inevitable, en su práctica social y educativa. 
El claustro, el encierro, adosan una de las funciones claves en este proceso. Aislados en esas verdaderas fortalezas medievales o circunscritos a una delegación de responsabilidad pedagógica, que le ha sido otorgada y que también la ha constituido en su rol de educadora por excelencia, bajo las reglas que ella misma ha creado y que le son propias para formar vigilando, es ahí donde se arraiga y se fortalece un vínculo propio e intenso, que en estas formas de organización, genera las condiciones propicias para la aparición de patrones de conductas y hábitos que asociados a lo sexual, son proclives paulatinamente a volverse ocultos y compulsivos; canalizados u orientados primordialmente hacia niños, concluyendo en el abuso deshonesto liso y llano. 
Es demasiado, demasiado poder... Pero si realmente queremos dilucidar la matriz de esta Iglesia, en donde se han incubado y  albergado tan desgraciadamente, curas pedófilos, debemos conocerla a ella, así como está pergeñada desde dentro, desde su interior como  lo que es en definitiva, no lo que intenta mostrar en su apariencia pública y convencional, como Santa Sede de la Verdad revelada, con todo su boato ostentado y espiritualizado, sino en su hechura sistemática.

La pedofilia es una enfermedad, una parafilia* como es denominada actualmente por la psiquiatría, es un delito agravado en estos casos por ese vínculo del que hablábamos, no puede ser tratado de otra manera, si la Iglesia lo silencia es idénticamente coautora y cómplice de ellos.
Como plantea el fragmento de la entrevista de Pagina 12*, también nos cuestionamos ¿Cuál será el subsuelo de ese silencio? Y por qué ese silencio es consensuado por los pedófilos y la Institución de poder eclesial, desde el papado hacia otros niveles de mando? Precisamente la clave de acercamiento a esta respuesta, estaría en la conformación de la Iglesia como un Estado más, una superestructura de clase cimentada y consolidada como maquinaria de sometimiento y a la postre un Imperio. Y no cualquier Imperio, como se ha detallado...

Un imperio... Nada más ajeno, nada más contrario al Jesús Histórico, ese "campesino judío del mediterráneo" - en palabras de John D. Crossan revolucionario, itinerante, sin posesiones de ningún tipo, sin templos, sin verticalismos ni jerarquías, más que las basadas en el servicio por amor. Sin nada de ello, pero libre y pobre, que es como quería y quiere a su Iglesia. En esa esperanza cierta, el que suscribe, alienta a perseverar en esa lucha para que La Nave levante velas y cambie su rumbo, donde soplen otros vientos, nuevos vientos como aquellos que sacudieron a nuestros padres conciliares y al mismo mundo, allá por octubre de 1962, hace ya 50 años... 

Y por supuesto, animamos a todos a tener conciencia crítica de esta realidad, combatiéndola a través de la verdad, del dialogo, de la difusión y cuando sea necesario, de su denuncia ante la justicia.



Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-





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Más información

www.rimaweb.com.ar/violencias/asistenc…

info@redmaltratoinfantil.org

www.redmaltratoinfantil.org



Fuentes Consultadas:

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-202362-2012-09-01.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Pedofilia

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=23833&id_seccion=27