sábado, 6 de octubre de 2012

LUJÁN: UNA PEREGRINACIÓN A LA VIDA!! TESTIMONIO DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR




http://www.peregrinacionlujan.org.ar/entrar.htm


"Este es el siglo de América, 
este es tu siglo Señor, 
los jóvenes estamos presentes, 
testigos de tu gran amor..." 


Estrofa que cantábamos mientras peregrinábamos.-



Cuando todo comenzó hace 38 años, muy pocos sabíamos que significaba peregrinar, no conocíamos el profundo sentido que tiene esa experiencia en todos los niveles, empezando por el principal, el humano. De hecho, no fue hasta "la tercera" de ellas, donde allí en la Parroquia del barrio y en plena dictadura militar, en aquel oasis de encuentro entre jóvenes, nos decidimos a ir. Reitero que se trataba de un grupo de jóvenes bastante importante en número y con una calidad diversa de posturas y compromisos, en mitad de la noche más larga y tortuosa que pudimos padecer. No es antojadizo, teníamos otro lugar, otro sitio y la Iglesia, fue sin dudas, aquel rincón de confluencia y de abrigo. Ella nos abrió sus puertas, nos dio todo su espacio, toda su disposición y todo su amor. No hubiese sido posible sin ella, sin la parroquia del barrio y aquellos curas y laicos que en una pastoral social de liberación y con mucho miedo y mucho valor, nos enseñaron que la Iglesia éramos todos. Desde ese sencilla Comunidad de “Jesús salvador”, en Lugano, fuimos creciendo en la fe; entonces fue ahí, donde sentimos necesidad de llegar hasta la Virgen con todos nuestros proyectos, con todas nuestras alegrías y todas nuestras incertidumbres.


Aquella fueron tardes, noches y madrugadas de aprendizaje. Lo primero que uno siente es que no está solo y en ese momento histórico concreto, eso es muchísimo... Después uno se sabe pueblo que camina, no que camina en términos usuales, sino como modo de vida; luego se aprende a compartir, a saber caminar, a rezar en el silencio y en grupo, a conocerse mejor como personas, a vivir el sacrificio, el cansancio con un sentido de superación; a descubrir lo importante que significa el prójimo, tanto que en él se descubre al mismo Dios...

Pocas veces en mi vida he sentido la presencia de María tan en mí como cuando apoyado en un bastón (un palo de escoba), Ella y quienes me acompañaban, me sostenían, me alentaban, me infundieron fuerzas cuando ya no daba más... Qué lejos quedaba Gral Rodriguez!! La pregunta obligada siempre era: Falta mucho para Lujan? Qué lejos quedaba Luján cuando salias hecho trizas de Rodriguez!! Inalcanzable, imposible con el sueño, las ampollas y la lluvia o el sol que te habían pasado su arado y surcado en todo el trayecto!! Veíamos los chicos que iban quedando, las lágrimas por no poder seguir, parecían muñequitos tristes sentados con los pies hinchados, llagados, en la ruta... Pero cuando los que llegábamos  mirábamos el cartel que decía: "Lujan centro urbano" y la flechita que indicaba que “ya la teníamos” a la ciudad encima, era el desborde de la fe que sobreponía todo, era la gente que nos aplaudía, nos recibía al llegar y por un instante sentíamos que éramos titanes pero la imagen de la virgencita, pequeña, a cuestas en los brazos de los peregrinos de adelante, nos bajaba los humos y nos decía que era María la que importaba... Entré varias veces a la Basílica después de cada peregrinación y cuando me disponía a agradecerle y a orar, levantaba la mirada, y entre tanta majestuosidad arquitectónica, entre el esplendor envolvente y la pompa vacua, estaba Ella, su figura morena, su estampa popular y simple; en apariencia sola e insignificante, rodeada de tanta ostentación proyectada a modo de piedad, pero única en sí misma y en el corazón de la gente.

Luján no terminaba en Luján, Luján continuaba en la vida de cada uno, en la fe como testimonio social y privado, Luján quedaba mucho más lejos todavía que lo que pensábamos, en realidad a ese “Luján” no se llega nunca, todos los días se peregrina hacia él. No sabíamos que lo teníamos dentro nuestro, pero para saberlo debíamos pasar por ese otro Luján que nos preparó para entenderlo; más que como un destino, Luján entonces, se transformó en una partida sin solución de continuidad, desde allí, era posible transitar la fe para hacer el Reino presente con auténtica devoción y perseverancia entre todos, preferentemente los pobres, desde allí podíamos vivir la fe sin medias tintas, fortalecidos en una movilización religiosa y popular que excede toda palabra.

Hay que ir...




Raul Olivares.-
Todos los derechos reservados.-









martes, 25 de septiembre de 2012

MARÍA QUIERE ESTAR ENTRE NOSOTROS!!




















El 25 de Setiembre de 1983, en la ciudad de San Nicolás se comienza a asistir a un hecho de características particulares: Una sencilla mujer llamada Gladys Quiroga de Motta, esposa y madre de dos hijas, que solamente había podido cursar el cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, manifiesta ver y oír a la Santísima Virgen. Mas tarde descubre que la Virgen se le aparece como la Virgen del Rosario, cuya imagen estaba relegada al campanario por su deterioro.
La Santísima Virgen, según la vidente, le había pedido la construcción de un templo en su honor, en el lugar de las apariciones. La Virgen comienza a darle una serie de mensajes, mayormente exhortativos, juntamente con citas bíblicas, llamando a la oración, a la conversión y a la consagración.




Se reproducen los primeros mensajes que Gladis Quiroga de Motta manifiesta ver y oír de la Virgen María. Son aquellos que darían comienzo a una de las devociones más significativas y populares de nuestro país. 




PRIMEROS MENSAJES

I - DESDE EL 25 DE SEPTIEMBRE AL 12 DE NOVIEMBRE DE 1983
PM 00 AL 016


25-9-83                                                                                                       PM 00 

"Vi a la Virgen por primera vez."

29-9-83                                                                                                       PM 01 

"Volví a verla."

5-10-83                                                                                                       PM 02 

"La vi nuevamente."

7-10-83                                                                                                       PM 03 

La vi y le pregunté qué quería de mí; se borró su imagen y apareció una Capilla. Comprendí que quería estar entre nosotros. 








viernes, 21 de septiembre de 2012

¿VES A ESTA MUJER? Lucas 7,36-50





Evangelio:

En aquel tiempo un fariseo le rogó a Jesús que comiera con él, y, entrando Jesús en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora. Jesús le respondió: Simón, tengo algo que decirte. Él dijo: Di, maestro. Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más? Respondió Simón: Supongo que aquel a quien perdonó más. Él le dijo: Has juzgado bien, y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra. Y le dijo a ella: Tus pecados quedan perdonados. Los comensales empezaron a decirse para sí: ¿Quién es éste que hasta perdona los pecados? Pero Él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado. Vete en paz.

Lucas 7,36-50. 



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Una mujer anónima, una mujer considerada marginal, prostituida, indeseable para la sociedad, irrumpe en la cena que Jesús ha aceptado con un fariseo, y mojando con sus lagrimas los pies del Señor, los seca con sus cabellos, los besa y los unge con perfume. ¿Ves a esta mujer? pregunta Jesús... La vemos

Desde tiempos inmemoriales ha sido excluida, dejada a un lado como una cosa insignificante, ha sido explotada bajo todas las formas posibles y conocidas... El la vio, la aceptó y la integró con su amor y su misericordia. Aquella mujer sin un nombre dado (porque ella es en este evangelio todas las mujeres), ha sido vista y  valorizada como persona antes que nada o por encima de todo. Ella ha sabido amar mucho y amando de esa manera se ha dignificado también, se ha sabido valorar a sí misma, se ha reconocido por encima del peso que su vida tenía y sabiendo que Jesús estaba en ese lugar, ha corrido a su encuentro para demostrarle lo inmensamente feliz que estaba por haber sido amada, recibida y acogida de verdad, sin prejuicios, sin especulaciones, sin vacilaciones, amada totalmente como era, así y de tal modo que también ha sentido el perdón, la reconciliación con la Vida misma. El fariseo, apegado a una fe hueca y "tan perfecto", solo ve a la mujer prostituida, a la mujer pública y cree en su "sabiduría" que solo él puede reconocerla y saber quién es únicamente por su condición social establecida... Discrimina a los dos, descree y sentencia:"Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora." Así habla su conciencia y su corazón en su "lógica" elitista de "salvación". No ve a la mujer que Jesús sí vio. La que necesitaba que la identificaran más desde su necesidad de comprensión que por su nombre, la que perfumó a Aquel que le ha llevado la alegría de su Reino (que esencialmente es El), que la ha hecho participar en el por su fe, que ha compartido con ella su Gracia que libera. Ella lo ha visto a El, se han visto los dos; El, el rabi, el Maestro y el Profeta de Nazareth que vive la palabra hasta el extremo, considerado subversivo por los poderosos. Ellala pecadora, la despreciada, "la sucia", la maldecida, "la inmunda", "la de todos", "la pública", la meretriz, esa misma mujer con todas estas cargas y estigmatizada, ha reconocido a Jesús como el Señor... Por eso y solo por eso, su fe la ha salvado.

Este Evangelio, nos está cuestionando ahora también: ¿Ves a esta mujer? 




Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-


miércoles, 5 de septiembre de 2012

NUESTRO SILENCIO: Un análisis desde la palabra de Martín Luther King





"La verdadera tragedia de los pueblos no consiste en el grito de un gobierno autoritario, sino en el silencio de la gente"

Martin Luther King




La cita de Martín Luther King es más que clara y contundente. La leí y sentí la verdad y la vergüenza que se abrían paso en mi conciencia. Desde su poderosa palabra, intento una reflexión sobre esenuestro silencio como acto íntimo y nuestro a la vez. Nuestro como sociedad, nuestro como pueblo, nuestro y de cada uno entre los tantos que callamos cuando no debimos o cuando no debemos callar,  frente a esas situaciones de la vida, en donde hace falta imperativamente que seamos protagonistas.

La tragedia, el silencio de cada uno y el de todos, en el entorno del autoritarismo, no únicamente como forma de gobierno, no solo permite su advenimiento y perdurabilidad como poder omnímodo, sino también, en gran parte y esencialmente; desde nuestro lugar en lo social, en aquel espacio que ocupamos en la extensa y compleja trama colectiva, en el sentido sistémico del término; además, lo produce. Ese silencio hace, ese silencio "construye", ese silencio es cómplice... Ese silencio resignado es parte fundamental en el armado de una autoridad desmedida, porque lo que cada individuo resigna es precisamente poder, delegándolo a otro, para que lo ejerza tan desmedidamente como él no lo puede, no lo quiere o no le conviene hacer...
Nuestro silencio es devastador cuando se trata de consentir, de subordinarse, de claudicar el derecho que nos compete como personas y como pueblo frente a la injusticia. ¡¡Qué esclavizados podemos estar, si nos doblegamos pacientemente a la fuerza de nuestra propia comodidad y no hacemos nada cuando el poderoso sistematiza la impunidad a nuestra costa!!  ¡¡Qué tan detestable podemos llegar a ser, si no tenemos ni conciencia, ni vergüenza de nuestras actitudes que nos condenan a caer en la obsecuencia típica de los lacayos, que solo se desviven por satisfacer a sus señores!!

Nuestro silencio obliga... Nos obliga, nos sustrae a una realidad lacerante de no saber quiénes somos, de no saber cuál es nuestra capacidad para levantarnos desde nuestras propias y subjetivas limitaciones, no nos deja que nos conozcamos, nos aliena. Nuestro silencio es un arma... En sí misma y como tal, se puede aseverar lo valiosa que es acorde con la aplicación que le demos. Nuestro silencio entonces, es una tragedia en condiciones concretas donde ese "grito autoritario" es más fuerte y silencia nuestro poder, el que todos llevamos por naturaleza y que en definitiva, es
 más fuerte porque "su grito se escucha, precisamente, por nuestro silencio"...
Cuando dejamos que todo pase, que todo se haga, que todo se decida, nos masificamos. En la masa no importa quienes somos, ni como somos, "el hombre" masificado no es hombre, es silencio útil para otros. 
¿Qué habría sido de nuestras vidas, si no hubiésemos guardado silencio, cuando la dictadura cívico-militar y genocida, ejecutó el golpe del 24 de marzo del '76? No se podría haber sostenido, o le hubiera sido muy difícil hacerlo, sin el indispensable apoyo de amplios sectores de la sociedad, que en silencio, dejaron paso al terrorismo de Estado. Ese silencio nuestro, fue más activo, más fuerte que las manos de los asesinos, ese silencio nuestro, levantó sus brazos para que reprima, detenga, torture y haga desaparecer a tantísimas victimas... ¡¡Qué distinto sería todo sin ese silencio nuestro, que nace del miedo y que es más poderoso y efectivo, cuando ese miedo se hace todo silencio como postura, como actitud de supervivencia!!

Hay hitos en la vida que deben afrontarse con toda la dignidad, con todo el coraje, con toda la fe que podamos tener...Recuerdo a  muchos que dieron testimonio en horas inciertas donde uno no valía nada, donde la existencia era un plus para verdugos que tenían el "privilegio" de impartir sentencia y condena sumarísima. Los recuerdo a todos, tan humanos y tan íntegros hasta la ultima hora y se que están mi corazón y en mi mente para doblegarme frente a mis propias miserias cuando ya no sé que hacer y mi silencio aparece como lo más conveniente...





Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-








martes, 4 de septiembre de 2012

IGLESIA Y PEDOFILIA: DETRÁS DE LA CRUZ



 http://manouhanoisegura.blogspot.com.ar/2010_11_01_archive.html




Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: "Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres". 

Juan 8, 31-32



"Cuando hay un sacerdote condenado, justifica su silencio diciendo que no suele emitir juicio ni comentario alguno sobre la actuación de la Justicia civil en casos en los que están involucrados miembros del clero. Pero el silencio siempre es una forma de lenguaje, es una forma de decisión y de posición personal o de gobierno. El silencio nunca es neutro, siempre nos posiciona al norte o al sur, al este o al oeste. ¿Por qué el silencio piadoso e imprudente de la jerarquía ante casos tan evidente? ¿Qué saben los sacerdotes pedófilos de los obispos de la conferencia episcopal, que la institución corporativamente prefiere con su silencio quedar como cómplice? ¿Qué hay en el subsuelo de este silencio? ¿Será un silencio consensuado? ¿Será un silencio negociado? ¿Qué precio tiene este silencio? ¿Será por temor a que iluminen los agujeros negros de la Iglesia? Siempre la institución con los recursos de los fieles termina pagando estudios jurídicos caros para defender a curas que han abusado de menores."


Adrián Vitali, ex sacerdote en entrevista del diario pagina /12. 


No habrá otro camino más que el de la verdad, si es que realmente queremos eliminar este innegable flagelo social que necesita también del valor para romper con el silencio como arma del poder para someter, tapar y perpetuarse en estructuras institucionales, que en la órbita del Estado, han sido proyectadas ideológicamente para establecer y consolidar el status quo de todos los tiempos, a través de la legitimación de una "suprema autoridad", que se ejerce como tal con su prerrogativa de magisterio, su derecho de enseñanza y su capacidad de educación de generación en generación. Esta condición, inherente a la constitución histórica de la Iglesia, desde que Constantino la oficializó como religión y fe del antiguo Imperio Romano y posteriormente, en los distintos modos de producción, siempre rigiendo los destinos de cada una de las diferentes sociedades, permanece inalterable en su esencia de potestad al estilo monárquico.
Cuando las corrientes progresistas contemporáneas, quisieron erradicar definitivamente este status de su existencia, para transformarla con "la opción preferencial por los pobres", como programa de práctica radical evangélica, con el Concilio Vaticano II o con lineamientos teológicos pastorales como los de Medellín y Puebla, fue combatida y perseguida por todos los poderes e intereses del capitalismo en su conjunto, especialmente los del conservadurismo ultramontano, acérrimo defensor vaticano,  y el neoliberalismo, este último, como “el modelo” neo-colonial, que surgía en esta etapa de la llamada "globalización" del capital. Aquella otra visión y praxis eclesiástica, pos-conciliar, persiste y lucha sin embargo, por cambiarla en la fidelidad a su único y trascendente Proyecto liberador, el del Evangelio de Jesús de Nazaret; sin el cual, su Iglesia, no tiene razón de ser en el mundo y en consecuencia, sólo sirve a los propósitos de ese poder que la desnaturaliza, haciéndola fuente de todos las anomalías propias de los Institutos de este Orden. Entonces, cuando silencia sus crímenes más aberrantes, como el de la pedofilia, de igual manera, está ejerciendo una estrategia, una metodología más de gobierno, de las que la impunidad le otorga, en el marco del régimen del cual es sustento y se nutre a la vez.


La divinización pomposala espiritualización desmedida de la doctrina, asume características primordiales en la edificación de esa autoridad que exalta lo sagrado como exclusivamente propio, exaltándose de esta manera, ella misma y arrogándose así, el monopolio no sólo de la fe, lo religioso, lo cultural, sino también y fundamentalmente, el de la vida privada, de manera tal que su cátedra penetra los actos más íntimos de los pueblos y  de las personas. Este excepcional panóptico de disciplinamiento social, según su propio dogma le es inherente, sin el cual "su misión” como preceptora universal, no podría aplicarse. Es en esta concepción de lo sagrado, donde se origina el abuso como una extensión necesaria del mismo. El cual, no es otra forma más que arbitrariedad encubierta de falsa piedad la que se produce como conducta aberrante, que se va erigiendo en los ámbitos en donde todo está controlado por ese paternalismo dominante, entre los unos y los otros. 

Prácticamente toda la dogmática tradicional de la Iglesia se fundamenta en el dualismo como doctrina que afirma la existencia inequívoca de dos principios supremos, con entidad propia, autosuficientes, irreductibles y antagónicos: el bien y el mal, cada uno de los cuales en su evolución dialéctica conforman toda la realidad desde la misma creación. Es muy importante  tener en cuenta esta cosmovisión filosófica, porque es ella la que provee los instrumentos a una teología determinante sobre la noción e imagen de un Dios concreto y su opuesto necesario. Y desde esa lógica, hacia los restantes criterios que se desprenden de ella; ser ideal y ser real, materia y espíritu, naturaleza y gracia divina y cada uno de ellos en planos diferentes del conocimiento, como por ejemplo, razón y fe. El dualismo teológico o cosmogonía, considera asimismo, en su cuerpo doctrinal los argumentos que explican los principios de bendición y maldición, gracia y pecado, que son angulares en la justificación de un sistema de explotadores y explotados, de  ricos y pobres, de santos y pecadores. 
La valoración de estas concepciones, como un pétreo paradigma religioso, se multiplican aún más en otros planos de la fe, cuando se desenvuelven similarmente, otras doctrinas como los de la Indulgencia, que exime, libra de las  penas temporales, que se deberían purgar en esta o la otra vida y que por lo tanto configuran un privilegio de impunidad en el contexto Iglesia-mundo, tan cercano, tan próximo a nuestro tema. Además, se deben considerar del mismo modo, perspectivas que nacen de la teoría católica del pecado original, desde la cual se desprende una visión sobre el mismo, sobre el sufrimiento, la mortificación, la culpa y otros aspectos de las llamadas verdades de la fe, que exacerbadas y llevadas hasta sus últimas consecuencias, han sido siempre más un instrumento de opresión y sumisión que cualquier otra cosa. A todo esto, debemos añadir las escuelas y movimientos que sentaron las bases de La Doctrina Católica de la Fe, afirmando los dogmas y creencias, en los múltiples Concilios Ecuménicos, desde Nicea I en adelante, que regirían la vida de la Iglesia en forma definitiva. Estas mismas interpretaciones de la ortodoxia, fueron decisivas en tiempos de paganismo y de las sucesivas posturas heterodoxas, que surgirían lógica e indefectiblemente a lo largo de toda la historia, las llamadas herejías. La apología del cristianismo tuvo sus principales exponentes, hoy Doctores de la Fe, en los pensadores de La Patrística, el Tradicionalismo, la neo-escolástica, desarrollada por Tomás de Aquino, comúnmente denominada Tomismo y que a partir del pontificado de León XIII, pasará a ser cimiento filosófico-teologal de la Iglesia hasta nuestros días, en donde el neo-tomismo junto a otras de sus variantes, asume ese protagonismo medular como columna vertebral de la Iglesia en materia de fe, la que se volcará inevitable, en su práctica social y educativa. 
El claustro, el encierro, adosan una de las funciones claves en este proceso. Aislados en esas verdaderas fortalezas medievales o circunscritos a una delegación de responsabilidad pedagógica, que le ha sido otorgada y que también la ha constituido en su rol de educadora por excelencia, bajo las reglas que ella misma ha creado y que le son propias para formar vigilando, es ahí donde se arraiga y se fortalece un vínculo propio e intenso, que en estas formas de organización, genera las condiciones propicias para la aparición de patrones de conductas y hábitos que asociados a lo sexual, son proclives paulatinamente a volverse ocultos y compulsivos; canalizados u orientados primordialmente hacia niños, concluyendo en el abuso deshonesto liso y llano. 
Es demasiado, demasiado poder... Pero si realmente queremos dilucidar la matriz de esta Iglesia, en donde se han incubado y  albergado tan desgraciadamente, curas pedófilos, debemos conocerla a ella, así como está pergeñada desde dentro, desde su interior como  lo que es en definitiva, no lo que intenta mostrar en su apariencia pública y convencional, como Santa Sede de la Verdad revelada, con todo su boato ostentado y espiritualizado, sino en su hechura sistemática.

La pedofilia es una enfermedad, una parafilia* como es denominada actualmente por la psiquiatría, es un delito agravado en estos casos por ese vínculo del que hablábamos, no puede ser tratado de otra manera, si la Iglesia lo silencia es idénticamente coautora y cómplice de ellos.
Como plantea el fragmento de la entrevista de Pagina 12*, también nos cuestionamos ¿Cuál será el subsuelo de ese silencio? Y por qué ese silencio es consensuado por los pedófilos y la Institución de poder eclesial, desde el papado hacia otros niveles de mando? Precisamente la clave de acercamiento a esta respuesta, estaría en la conformación de la Iglesia como un Estado más, una superestructura de clase cimentada y consolidada como maquinaria de sometimiento y a la postre un Imperio. Y no cualquier Imperio, como se ha detallado...

Un imperio... Nada más ajeno, nada más contrario al Jesús Histórico, ese "campesino judío del mediterráneo" - en palabras de John D. Crossan revolucionario, itinerante, sin posesiones de ningún tipo, sin templos, sin verticalismos ni jerarquías, más que las basadas en el servicio por amor. Sin nada de ello, pero libre y pobre, que es como quería y quiere a su Iglesia. En esa esperanza cierta, el que suscribe, alienta a perseverar en esa lucha para que La Nave levante velas y cambie su rumbo, donde soplen otros vientos, nuevos vientos como aquellos que sacudieron a nuestros padres conciliares y al mismo mundo, allá por octubre de 1962, hace ya 50 años... 

Y por supuesto, animamos a todos a tener conciencia crítica de esta realidad, combatiéndola a través de la verdad, del dialogo, de la difusión y cuando sea necesario, de su denuncia ante la justicia.



Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-





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(0385) 421 – 1880 (Ministerio Acción Social)

San Rafael:

(02627) 422121 / 430268 Int. 348/352 (Consejo de la Mujer)

(02627) 435753 (Asociación en Defensa de los Derechos de la Mujer)

Santa Fe:

(0342) 453-0026 / 453-4775 (Secretaría de Promoción Comunitaria)

(0341) 449-7777 (Linea Amarilla)

(0341) 480-2444 (Departamento de la Mujer)

San Luis:

(02652) 42 – 8481 (Dirección de Calidad de Vida)

Tierra del Fuego: 02901-421888 / Int. 212-213 (Ministerio de Salud y Acción Social)

Tucumán:

(0381) 431-0980 (Dirección de Minoridad, Familia Ancianos)

(0381) 4302786 (Departamento de Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar)

(0381) 424 8069 (Comisaría de la Mujer)

Más información

www.rimaweb.com.ar/violencias/asistenc…

info@redmaltratoinfantil.org

www.redmaltratoinfantil.org



Fuentes Consultadas:

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-202362-2012-09-01.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Pedofilia

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=23833&id_seccion=27


miércoles, 29 de agosto de 2012

YO TENGO UN SUEÑO, MARTÍN LUTHER KING


A  49 años

1963 - 28 de agosto - 2012


"Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad."
Martin Luther King 



Yo tengo un sueño 




Discurso pronunciado por Martin Luther King el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, en el marco de la lucha del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Considerado con justicia como uno de los más grandes discursos de todos los tiempos. 




Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.
También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.
Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"
Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".
Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.
Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.




Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"




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