martes, 4 de septiembre de 2012

IGLESIA Y PEDOFILIA: DETRÁS DE LA CRUZ



 http://manouhanoisegura.blogspot.com.ar/2010_11_01_archive.html




Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: "Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres". 

Juan 8, 31-32



"Cuando hay un sacerdote condenado, justifica su silencio diciendo que no suele emitir juicio ni comentario alguno sobre la actuación de la Justicia civil en casos en los que están involucrados miembros del clero. Pero el silencio siempre es una forma de lenguaje, es una forma de decisión y de posición personal o de gobierno. El silencio nunca es neutro, siempre nos posiciona al norte o al sur, al este o al oeste. ¿Por qué el silencio piadoso e imprudente de la jerarquía ante casos tan evidente? ¿Qué saben los sacerdotes pedófilos de los obispos de la conferencia episcopal, que la institución corporativamente prefiere con su silencio quedar como cómplice? ¿Qué hay en el subsuelo de este silencio? ¿Será un silencio consensuado? ¿Será un silencio negociado? ¿Qué precio tiene este silencio? ¿Será por temor a que iluminen los agujeros negros de la Iglesia? Siempre la institución con los recursos de los fieles termina pagando estudios jurídicos caros para defender a curas que han abusado de menores."


Adrián Vitali, ex sacerdote en entrevista del diario pagina /12. 


No habrá otro camino más que el de la verdad, si es que realmente queremos eliminar este innegable flagelo social que necesita también del valor para romper con el silencio como arma del poder para someter, tapar y perpetuarse en estructuras institucionales, que en la órbita del Estado, han sido proyectadas ideológicamente para establecer y consolidar el status quo de todos los tiempos, a través de la legitimación de una "suprema autoridad", que se ejerce como tal con su prerrogativa de magisterio, su derecho de enseñanza y su capacidad de educación de generación en generación. Esta condición, inherente a la constitución histórica de la Iglesia, desde que Constantino la oficializó como religión y fe del antiguo Imperio Romano y posteriormente, en los distintos modos de producción, siempre rigiendo los destinos de cada una de las diferentes sociedades, permanece inalterable en su esencia de potestad al estilo monárquico.
Cuando las corrientes progresistas contemporáneas, quisieron erradicar definitivamente este status de su existencia, para transformarla con "la opción preferencial por los pobres", como programa de práctica radical evangélica, con el Concilio Vaticano II o con lineamientos teológicos pastorales como los de Medellín y Puebla, fue combatida y perseguida por todos los poderes e intereses del capitalismo en su conjunto, especialmente los del conservadurismo ultramontano, acérrimo defensor vaticano,  y el neoliberalismo, este último, como “el modelo” neo-colonial, que surgía en esta etapa de la llamada "globalización" del capital. Aquella otra visión y praxis eclesiástica, pos-conciliar, persiste y lucha sin embargo, por cambiarla en la fidelidad a su único y trascendente Proyecto liberador, el del Evangelio de Jesús de Nazaret; sin el cual, su Iglesia, no tiene razón de ser en el mundo y en consecuencia, sólo sirve a los propósitos de ese poder que la desnaturaliza, haciéndola fuente de todos las anomalías propias de los Institutos de este Orden. Entonces, cuando silencia sus crímenes más aberrantes, como el de la pedofilia, de igual manera, está ejerciendo una estrategia, una metodología más de gobierno, de las que la impunidad le otorga, en el marco del régimen del cual es sustento y se nutre a la vez.


La divinización pomposala espiritualización desmedida de la doctrina, asume características primordiales en la edificación de esa autoridad que exalta lo sagrado como exclusivamente propio, exaltándose de esta manera, ella misma y arrogándose así, el monopolio no sólo de la fe, lo religioso, lo cultural, sino también y fundamentalmente, el de la vida privada, de manera tal que su cátedra penetra los actos más íntimos de los pueblos y  de las personas. Este excepcional panóptico de disciplinamiento social, según su propio dogma le es inherente, sin el cual "su misión” como preceptora universal, no podría aplicarse. Es en esta concepción de lo sagrado, donde se origina el abuso como una extensión necesaria del mismo. El cual, no es otra forma más que arbitrariedad encubierta de falsa piedad la que se produce como conducta aberrante, que se va erigiendo en los ámbitos en donde todo está controlado por ese paternalismo dominante, entre los unos y los otros. 

Prácticamente toda la dogmática tradicional de la Iglesia se fundamenta en el dualismo como doctrina que afirma la existencia inequívoca de dos principios supremos, con entidad propia, autosuficientes, irreductibles y antagónicos: el bien y el mal, cada uno de los cuales en su evolución dialéctica conforman toda la realidad desde la misma creación. Es muy importante  tener en cuenta esta cosmovisión filosófica, porque es ella la que provee los instrumentos a una teología determinante sobre la noción e imagen de un Dios concreto y su opuesto necesario. Y desde esa lógica, hacia los restantes criterios que se desprenden de ella; ser ideal y ser real, materia y espíritu, naturaleza y gracia divina y cada uno de ellos en planos diferentes del conocimiento, como por ejemplo, razón y fe. El dualismo teológico o cosmogonía, considera asimismo, en su cuerpo doctrinal los argumentos que explican los principios de bendición y maldición, gracia y pecado, que son angulares en la justificación de un sistema de explotadores y explotados, de  ricos y pobres, de santos y pecadores. 
La valoración de estas concepciones, como un pétreo paradigma religioso, se multiplican aún más en otros planos de la fe, cuando se desenvuelven similarmente, otras doctrinas como los de la Indulgencia, que exime, libra de las  penas temporales, que se deberían purgar en esta o la otra vida y que por lo tanto configuran un privilegio de impunidad en el contexto Iglesia-mundo, tan cercano, tan próximo a nuestro tema. Además, se deben considerar del mismo modo, perspectivas que nacen de la teoría católica del pecado original, desde la cual se desprende una visión sobre el mismo, sobre el sufrimiento, la mortificación, la culpa y otros aspectos de las llamadas verdades de la fe, que exacerbadas y llevadas hasta sus últimas consecuencias, han sido siempre más un instrumento de opresión y sumisión que cualquier otra cosa. A todo esto, debemos añadir las escuelas y movimientos que sentaron las bases de La Doctrina Católica de la Fe, afirmando los dogmas y creencias, en los múltiples Concilios Ecuménicos, desde Nicea I en adelante, que regirían la vida de la Iglesia en forma definitiva. Estas mismas interpretaciones de la ortodoxia, fueron decisivas en tiempos de paganismo y de las sucesivas posturas heterodoxas, que surgirían lógica e indefectiblemente a lo largo de toda la historia, las llamadas herejías. La apología del cristianismo tuvo sus principales exponentes, hoy Doctores de la Fe, en los pensadores de La Patrística, el Tradicionalismo, la neo-escolástica, desarrollada por Tomás de Aquino, comúnmente denominada Tomismo y que a partir del pontificado de León XIII, pasará a ser cimiento filosófico-teologal de la Iglesia hasta nuestros días, en donde el neo-tomismo junto a otras de sus variantes, asume ese protagonismo medular como columna vertebral de la Iglesia en materia de fe, la que se volcará inevitable, en su práctica social y educativa. 
El claustro, el encierro, adosan una de las funciones claves en este proceso. Aislados en esas verdaderas fortalezas medievales o circunscritos a una delegación de responsabilidad pedagógica, que le ha sido otorgada y que también la ha constituido en su rol de educadora por excelencia, bajo las reglas que ella misma ha creado y que le son propias para formar vigilando, es ahí donde se arraiga y se fortalece un vínculo propio e intenso, que en estas formas de organización, genera las condiciones propicias para la aparición de patrones de conductas y hábitos que asociados a lo sexual, son proclives paulatinamente a volverse ocultos y compulsivos; canalizados u orientados primordialmente hacia niños, concluyendo en el abuso deshonesto liso y llano. 
Es demasiado, demasiado poder... Pero si realmente queremos dilucidar la matriz de esta Iglesia, en donde se han incubado y  albergado tan desgraciadamente, curas pedófilos, debemos conocerla a ella, así como está pergeñada desde dentro, desde su interior como  lo que es en definitiva, no lo que intenta mostrar en su apariencia pública y convencional, como Santa Sede de la Verdad revelada, con todo su boato ostentado y espiritualizado, sino en su hechura sistemática.

La pedofilia es una enfermedad, una parafilia* como es denominada actualmente por la psiquiatría, es un delito agravado en estos casos por ese vínculo del que hablábamos, no puede ser tratado de otra manera, si la Iglesia lo silencia es idénticamente coautora y cómplice de ellos.
Como plantea el fragmento de la entrevista de Pagina 12*, también nos cuestionamos ¿Cuál será el subsuelo de ese silencio? Y por qué ese silencio es consensuado por los pedófilos y la Institución de poder eclesial, desde el papado hacia otros niveles de mando? Precisamente la clave de acercamiento a esta respuesta, estaría en la conformación de la Iglesia como un Estado más, una superestructura de clase cimentada y consolidada como maquinaria de sometimiento y a la postre un Imperio. Y no cualquier Imperio, como se ha detallado...

Un imperio... Nada más ajeno, nada más contrario al Jesús Histórico, ese "campesino judío del mediterráneo" - en palabras de John D. Crossan revolucionario, itinerante, sin posesiones de ningún tipo, sin templos, sin verticalismos ni jerarquías, más que las basadas en el servicio por amor. Sin nada de ello, pero libre y pobre, que es como quería y quiere a su Iglesia. En esa esperanza cierta, el que suscribe, alienta a perseverar en esa lucha para que La Nave levante velas y cambie su rumbo, donde soplen otros vientos, nuevos vientos como aquellos que sacudieron a nuestros padres conciliares y al mismo mundo, allá por octubre de 1962, hace ya 50 años... 

Y por supuesto, animamos a todos a tener conciencia crítica de esta realidad, combatiéndola a través de la verdad, del dialogo, de la difusión y cuando sea necesario, de su denuncia ante la justicia.



Raúl Olivares.-
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Más información

www.rimaweb.com.ar/violencias/asistenc…

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Fuentes Consultadas:

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-202362-2012-09-01.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Pedofilia

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=23833&id_seccion=27


miércoles, 29 de agosto de 2012

YO TENGO UN SUEÑO, MARTÍN LUTHER KING


A  49 años

1963 - 28 de agosto - 2012


"Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad."
Martin Luther King 



Yo tengo un sueño 




Discurso pronunciado por Martin Luther King el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, en el marco de la lucha del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Considerado con justicia como uno de los más grandes discursos de todos los tiempos. 




Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.
También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.
Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"
Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".
Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.
Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.




Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"




Video: Discurso completo subtitulado en 2 partes






lunes, 30 de julio de 2012

ACCION CONTRA EL HAMBRE :SONRISAS Y RECORTES

Buenanueva21 en solidaridad y apoyo difunde.


La crisis del sistema golpea de diferentes modos y en muchas partes del mundo. Tanto en una región como otra, en países distintos, en continentes enteros sus efectos desbastadores se viven de manera dramática. La profunda asimetría de las riquezas y recursos existentes en una parte de la población mundial respecto de la gran mayoria de la otra es la raíz de estos males, la gigantesca brecha entre ricos y pobres tiene su fundamento en esta perversa e injusta desigualdad. La misma no es una cuestión accidental, ni casual, no es producto del destino, sino del modo en que se produce y se distribuyen esas riquezas. Sin embargo, hay hombres y mujeres que organizados solidariamente, asumen esta realidad y en donde haga más falta, trabajan para combatir el hambre, las enfermedades, la muerte... La promoción humana y el compromiso con los más pobres es su signo en este mundo, iluminando donde no hay luz, llevando la fraternidad y la esperanza a los más olvidados y excluidos. 

Ahora la crisis también toca a gran parte de los países de donde ellos provienen: España, Portugal, Grecia... Entonces, desde el lugar del que sufre, nos envían este mensaje con hechos concretos, con personas que nos sonríen a pesar de todo lo que han sufrido. Precisamente sonríen porque alguien llegó y se hizo carne de sus problemas, se hizo su prójimo y lo amó. Y aún con las salvajes medidas estatales que recortan la vida de pueblos enteros en Europa, ellos desde aquella miseria trasformada en vida, nos alientan a seguir luchando, a no decaer, a perseverar en la Acción contra el hambre y los derechos humanos sea donde sea.Sus frutos se ven en estas imágenes que no necesitan más palabras...


Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados


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http://www.accioncontraelhambre.org/ 900 100 822



Foto del perfil

Foto: Acción contra el Hambre / Uganda

Las sonrisas de nuestros beneficiarios y compañeros que trabajan en el terreno no tienen precio. En las fotos parece que todos ellos sonríen ajenos a la terrible realidad económica que, más allá de sus propias realidades, viven algunos países desarrollados como España, Grecia o Portugal. En un momento en el que nuestras vidas se ven afectadas directamente por tanta crisis, económica y moral, seguro que a muchos de ellos les gustaría apoyarnos como lo hemos hecho y seguimos haciendo las ONG que conseguimos sobrevivir a los recortes, medidas de ajuste y demás barbarie político-económica.Desde Acción contra el Hambre nos solidarizamos con tantas niños y niñas, mujeres y hombres, familias enteras afectadas por la crisis económica que afecta al norte del planeta. Pero también os lanzamos estas inmesas sonrisas valientes para poner un punto de alegría a tanta desesperanza. ¡Que no nos recorten los Derechos Humanos! 

 Foto: Acción contra el Hambre / Pakistán
  


                 

Foto: Acción contra el Hambre / Pakistán




VIDEO: ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE. QUIENES SON...








lunes, 23 de julio de 2012

LAS BRUJAS SIEMPRE PRESENTES por OSVALDO BAYER / COMENTARIO AL TEXTO















Deseo compartir este sincero e interesante artículo del prestigioso escritor y pensador Osvaldo Bayer, quien desde su incuestionable honestidad intelectual y personal, interpela a la Iglesia (entre otras Instituciones) por su pasado en el contexto de la temática abordada y  realiza a través de esta nota, propuestas de consideración, que pueden servir eficazmente para acercar la fe, la reconciliación y la justicia a los hombres que crean en ella. En este excelente y doloroso trabajo, Osvaldo Bayer nos plantea la necesidad de un gran Encuentro ecuménico para un proyecto de sociedad nueva, en un sistema "sin violencias y con justicia para todos eliminando para siempre el sistema de ricos y pobres y de las armas como diálogo entre los pueblos". Para este trascendental y viable programa mancomunado, es necesario obviamente, desde la misma Iglesia, como Institución, la revisión, el pedido de perdón sincero y el asumir la responsabilidad histórica que le cabe (y  a ella, en este sentido, le es absoluta) para "...recordar el pasado monstruoso del ser humano, como el de la tragedia de las llamadas “brujas”, para aprender y no repetir esos episodios que denigran la palabra humanidad". 
Es muy justo y necesario que de una vez por todas, en el umbral que se abre en este nuevo siglo, seamos fieles a nuestra Identidad evangélica y enfrentemos los horrores cometidos por la Iglesia del poder en épocas de oscuridad y terror sistematizado, la que refugiándose bajo el aciago epíteto de "brujerías", temido y siniestro estigma, que marcaba prácticamente toda práctica social considerada como herejía, para someter enemigos tanto de afuera como de adentro, justificó y ejecutó crímenes espantosos, al servicio de sus intereses de predominio ideológico, económicos y políticos. 
En estos tiempos se utiliza un neologismo apropiado para designar los actos criminales que se cometen contra un tipo específico de personas, la violencia de genero, lleva el nombre de feminicidio, porque estos hechos están dirigidos y orientados especialmente contra la mujer solo por su condición de mujer. Pienso en aquellas "brujas" que cita Bayer en su articulo y reflexiono, en tanto y en cuanto, solo por su condición, aquellas otras mujeres fueron la gran mayoría de las victimas de las hogueras que ardieron por toda Europa en esos siglos de terror religioso y "Santa Inquisición"...

Lo que Dios quiere es "...un corazón contrito y humillado." *


El día que esta Iglesia haga un auténtico, un activo examen de conciencia, con dolor por sus pecados y verdadero propósito de enmienda, ese día Jesucristo mismo estará junto a ella, como siempre lo ha estado, pero en ese gran día, aún más, porque entonces, así podrá caminar con la Gracia del Señor que jamás la abandonó, pero libre, muchísimo más libre de la gran culpa por esas atribuladas y atormentadas almas que le claman por Justicia hace siglos, desde el cielo que tanto les negaron y que seguramente habrán alcanzado después de semejante holocausto.



Raúl Olivares.-
Todos los derechos reservados.-


*Salmo 51, 3-6.18-19.






Artículo del autor para Pagina/12

Las brujas siempre presentes








 Por Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania
Un tema que nunca va a poder ser ocultado definitivamente. Las quemas de brujas llevadas a cabo por los cristianos en nombre de Cristo. Aquí, en Alemania, ha vuelto a llenar páginas enteras de los órganos de difusión y es tema actual en universidades y centro culturales. También, por supuesto, en las iglesias católicas y protestantes. La periodista Erken puso esta problemática nuevamente en primera plana al levantar la figura del pastor evangélico y docente religioso Hartmut Hegeler, quien desde hace diez años lucha para que finalmente se haga una revisión y una autocrítica profunda de los métodos de la Iglesia Católica, y también de la Evangélica, con respecto a los miles de crímenes monstruosos que, en nombre del cristianismo, se cometieron contra mujeres y también hombres a los que se condenó a morir en la hoguera. Más de treinta mil seres humanos fueron quemados vivos en la Europa cristiana, entre los siglos XVI y XVII, acusados de practicar métodos brujos, en su gran mayoría mujeres.
En la ciudad alemana de Colonia se acaba de rehabilitar a Christina Boeffgens, la mujer que en 1631 fue llevada a la denominada Torre de las Brujas y torturada hasta su muerte por la denominada Policía contra el Brujerío. Los juicios nunca fueron revisados. La historia oficial siempre trató de callar el tema. Hoy mismo, ante la pregunta de por qué tanta ignominia, obispos católicos y protestantes responden con el fácil argumento de “eran cosas de época”. Argumento que en la Argentina se usa para responder ante el genocidio de los pueblos originarios. No, se trata de horribles crímenes cometidos por el ser humano.
Es así, las iglesias callan con respecto a las miles de mujeres quemadas vivas en los siglos XVI y XVII. No se ha hecho públicamente una autocrítica de tan horribles crímenes. Pero eso sí, hay lugares aquí, en esta zona alemana de Renania, como en Rheinbach, donde actualmente se hacen recorridos turísticos en los que se visitan las llamadas Torres de las Brujas. Allí eran ejecutadas esas mujeres. Más, en Rheinbach, la Torre de las Brujas es alquilada actualmente para la realización de fiestas familiares, cumpleaños y aniversarios empresariales. Es que en el sistema capitalista todo tiene que dar ganancias.
Un ejemplo de cómo las autoridades eclesiásticas europeas tratan de rehuir el tema lo ofrece el cardenal católico Meisner, a quien le preguntaron acerca de cuándo la Iglesia iba a tomar el tema de la quema de brujas para comenzar con una profunda autocrítica. El cardenal no quiso contestar personalmente y dio su opinión a través de su vicario general. La respuesta no tiene desperdicio: “Nosotros, como cristianos, debemos tener confianza en nuestra fe en Dios, como máximo juez, y de que El mismo va a sanar las injusticias y las irregularidades de este mundo”. Una respuesta parecida a la de Poncio Pilatos. Lavarse las manos. Esperar que Dios responda.
En la ciudad de Colonia fueron quemadas públicamente 38 mujeres acusadas de brujería. Todas eran las llamadas “curanderas” que, a falta de médicos, en esa época empleaban los métodos que creían convenientes para rescatar con vida principalmente a los niños enfermos.
El pastor protestante Hartmut Hegeler se acaba de dirigir a la Iglesia Católica para expresarle un pedido pleno de profundidad e ironía. Le dijo: “Mi deseo más grande sería que los católicos celebraran una misa y Te Deum por las víctimas de los procesos de brujas en la Catedral de Colonia”. Hasta ahora no ha tenido respuesta.
Es increíble la historia del ser humano. Los crímenes que se cometieron en el nombre de Dios. En vez de enseñar la no violencia y el respeto absoluto de la vida, sus religiosos fueron partícipes de las represiones y de las guerras más crueles de la historia. En nuestro caso, el argentino, basta ver las fotografías de nuestros genocidas Videla, Massera y Agosti arrodillados en la Catedral de Buenos Aires y tomando la comunión que les alcanza en la boca el cardenal Bergoglio.
Pero la Historia no perdona. Y lo repetimos siempre. A veces el triunfo final de la Etica tarda siglos, pero al final se impone para siempre. A los quemadores de brujas se los recordará para toda la eternidad como los asesinos más crueles de la historia, aunque hayan vestido “sagrados” atuendos religiosos “bendecidos por Dios”. En cambio, a las víctimas se las recordará siempre como heroínas o héroes del pueblo. Lo dice la escritora Erken al mencionar este hecho: el conjunto alemán de rock Black Föös (Patas sucias) ejecuta en todos sus conciertos una pieza musical titulada “Salve, Katharina” dedicada a la “bruja” Katharina Henot, una verdadera heroína condenada a la hoguera hace dos siglos y medio. Los rockeros le cantan hoy: “Salve, Katharina, a tu memoria/ tú eres para nosotros/la verdadera reina/Salve, salve, reina Katharina/tú estarás siempre/en nuestros corazones”.
Mientras la religión las quemó vivas, el Arte las convierte en heroínas del pueblo.
Es que para las religiones ha llegado el momento de formar un frente común para luchar por la paz y la defensa de la vida. El mundo ha pasado experiencias trágicas y debe superarlas. El momento en que vive Europa es justo el que debe servir de enseñanza para no repetir errores. Miles de desocupados. Todos los días despidos, hoy los supermercados Karstadt, aquí en Alemania, despidieron a dos mil empleados. De la noche a la mañana. Los rostros de los despedidos, la inmensa tristeza. El fracaso, una vez más, del sistema capitalista como regulador de una vida que tendría que ser ya –dadas las experiencias del mundo– digna y sin estas sorpresas plenas de desesperación. Justamente ese camino deberían tomar las religiones cristianas. Llamar a un congreso de economistas para que estudien un sistema económico que asegure justamente eso: una administración racional de los bienes, trabajo para todos, la palabra dignidad en todas las resoluciones políticas y económicas. Pero no sólo las religiones sino también las casas de estudio, los congresos de economistas e intelectuales deberían tener como principal tema ése: el lograr un sistema sin violencias y con justicia para todos eliminando para siempre el sistema de ricos y pobres y de las armas como diálogo entre los pueblos.
Ese debe ser el tema de los próximos congresos eucarísticos y sínodos religiosos. Para que se muevan en esa dirección también todos los congresos internacionales de las Naciones Unidas.
Recordar el pasado monstruoso del ser humano, como el de la tragedia de las llamadas “brujas”, para aprender y no repetir esos episodios que denigran la palabra humanidad. La situación de Europa hoy, en su inmensa crisis, da justo la ocasión para pensar aprendiendo definitivamente de todas las experiencias del horror en que ha caído en su historia el llamado ser humano.


lunes, 2 de julio de 2012

PASTOR JOSÉ MIGUEZ BONINO / EVANGELIO Y LIBERACIÓN


"Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos".


 (1Cor 12,4-6).-




BuenaNueva21 

Con pesar por la muerte del Pastor y Teólogo José Miguez Bonino reproduce dos artículos sobre su ejemplar compromiso con  el Evangelio, los más pobres y su lucha por los DD.HH.

PUBLICACION DE: 

José Míguez Bonino falleció el 30 de junio pasado a la edad de 88 años. Fue pastor metodista y rector de la entonces Facultad Evangélica de Teología (hoy IU-ISEDET), entre otras tantas labores. Sin duda, fue uno de los teólogos protestantes que más ha influenciado a la reflexión teológica latinoamericana. A modo de homenaje, citamos un reportaje que le hiciera Víctor Rey, extraído del sitio web de la Fraternidad Teológica Latinoamericana.

José Míguez Bonino, pastor metodista, argentino, teólogo reconocido, profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Teológicos(ISEDET); miembro de la Constituyente que dio a la luz la nueva Constitución argentina. Destacado pensador. Decano de los teólogos evangélicos latinoamericanos.






ENTREVISTA


¿Nos puede contar algo de su vida?
Soy hijo de dos inmigrantes, padre gallego y madre italiana, trabajadores de puerto. Se convirtieron aquí. Mi madre se convirtió primero y mi padre la siguió. De manera, que yo estuve dentro de la Iglesia Evangélica Metodista de chico y participé activamente a nivel de juventud hasta cuando sentí, estudiando en la Facultad de Medicina, la vocación al ministerio. Entonces vine a Buenos Aires a estudiar teología, y luego ingresé al pastorado de la Iglesia Metodista. 

Tuve ya un pastorado como estudiante en Bolivia por un año y después en Mendoza, en Buenos Aires. Entonces el Obispo de la Iglesia me invitó a hacer un curso de post-grado para trabajar en la enseñanza teológica. Lo hice en Estados Unidos en la Facultad Metodista y luego en el Seminario Unión en New York. Volví a enseñar aquí desde 1954 hasta 1958, y luego del trabajo del doctorado del 60, me hice cargo de la Dirección de lo que era entonces la Facultad Evangélica de Teología, que al unirse con la Facultad Luterana de Teología formó lo que es ahora el ISEDET. 

Mientras tanto, siempre mantuve una vinculación con la iglesia local, en unos casos como pastor titular y en otros como pastor asociado, lo que todavía sigo haciendo y, eventualmente, por distintas circunstancias tuve participación en el Movimiento Ecuménico de Comisión de Fe y Doctrina del Consejo Mundial de Iglesias, y en un momento entre 1975 y 1983 formé parte de la Presidencia del CMI. Diría que dos o tres cosas que me marcaron fueron la experiencia que me dio -justamente el participar en el Movimiento Ecuménico-, por una parte, conocer sobre las iglesias de Europa, Africa, Asia y su problemática, y la oportunidad de viajar bastante por América Latina. 

La segunda cosa fue durante el período del gobierno militar en Argentina; mejor dicho, poco antes del gobierno militar, la formación de la Asamblea Permanente por los Derecho Humanos con participación de personas de diversas extracciones políticas, religiosas, ideológicas, culturales. La Asamblea tuvo la responsabilidad, junto con otras organizaciones, de defender los Derechos Humanos, así como la protección hasta donde fuera posible, y el apoyo, de la gente que sufrió persecución durante esos años. Medió una visión que me parece que para mí fue muy significativa, en relación con los esfuerzos de solidaridad dentro de la sociedad civil y el valor que tienen en momentos de crisis.

¿Cuáles han sido los factores, autores y libros que han contribuido en su formación como teólogo?
En primer lugar, por supuesto, fuera de todo el resto, la Biblia. Yo estoy convencido, desde mi infancia, que finalmente allí uno encuentra no respuestas hechas, pero sí dirección, conducción y orientación, de modo que hay la necesidad de volver constantemente a la Biblia. Luego yo diría que de las cosas que yo he leído me ha ayudado a contemplarla mejor. Desde el punto de vista del estudio son para mí muy significativos los comentarios y trabajos que ubican la Historia Bíblica dentro de su contexto, saber lo que significaba, lo que hizo un Isaías, Jeremías en su tiempo, la clase de sociedad que Jesús anuncia y el significado que tiene. Ver el mundo helenístico al cual entra Pablo y como logra hablar en el idioma de ese mundo, sin traicionar ni cambiar para nada la centralidad de la Fe. 

Todo el campo de estudios bíblicos que se abre enormemente en Europa y en particular en las décadas del 50, 60 y 70 me ha ayudado muchísimo y ha sido fuente de inspiración. 

Por otra parte, tal vez el tema teológico que se nos presentaba a los estudiantes de teología por la década del 40, cuando yo estudié, era que por un lado teníamos herencia religiosa muy pietista, muy evangélica, centrada en la Salvación de Jesucristo, en la búsqueda de la Santidad, la dirección del Espíritu Santo. Muy centrada en la experiencia de la conversión y el crecimiento en la fe. Además, habían entrado todas las tendencias liberales que nos interesaban, porque nos ponían en contacto con la cultura de nuestros pueblos y como jóvenes evangélicos argentinos sentíamos la necesidad de entrar y participar de la cultura, en la vida social de nuestros pueblos. 

Entonces, en las tendencias liberales, especialmente lo que se llamó "el evangelio social", encontramos una orientación para esa preocupación nuestra por la cultura, por la sociedad. Pero al mismo tiempo, notamos la debilidad teológica de esa orientación, en la búsqueda de ligar nuestra tradición bíblica teológica evangélica con la preocupación social, con el ámbito cultural. Para mí y para muchos compañeros míos, la Teología de Bart fue sumamente significativa. Este era un teólogo que había llamado a la teología de vuelta a la Escritura, pero que al mismo tiempo participaba activamente en la lucha contra el racismo.

Entonces creo que esto nos atrapó y aprendimos mucho. Para mí por lo menos fue significativo leer primeramente algunos artículos de Bart, luego el libro sobre Romanos, la Teología Sistemática, y junto con él a otros autores ligados a este despertar teológico europeo de origen reformado, por ejemplo, que nos ha ayudado. También Ray Hollinworth, que critica el evangelio social fuertemente por su debilidad teológica y por su idealismo utópico, pero al mismo tiempo está preocupado en cómo se puede construir dentro una sociedad moral, una vida más justa y más digna.

¿Nos podría dar una breve definición de lo es la teología?
Ya que mencioné a Bart, una definición bartiana que para mí sigue siendo vigente es la reflexión de la Iglesia a la luz de las Escrituras sobre su misión en el mundo. Todavía es la mejor definición que conozco.

¿Y a qué se debe que América Latina la teología no tenga mucha presencia y cuál sería el futuro de la teología en América Latina?
La teología en América Latina fue siempre una teología importada. Desde el principio, la teología española de la conquista fue una teología importada; la teología protestante, tanto de las iglesias de inmigración como de las iglesias misioneras, fue importada. Esto a mí no me escandaliza, porque a cualquier lugar del mundo donde llega el Evangelio tiene que traerlo alguien. El Evangelio no lo inventa un pueblo, tiene que recibirlo. Y tiene que recibirlo, de manera que uno puede decir que toda la teología ha sido de alguna forma importada desde el nacimiento del cristianismo, desde que de Palestina la llevó Pablo al mundo helenístico y después muchos a varias partes del mundo. 

A mí no me preocupa, siempre que en algún momento esa teología heredada empiece a ser reflexionada, interpretada en relación con la vida del pueblo donde se está arraigando el Evangelio, es decir, que tome en cuenta las experiencias históricas, sociales y tradición, mas esto en América Latina no había ocurrido. 

Hay algunos textos que podríamos mencionar, muy esporádicos, donde se intenta. Pero yo diría que hasta la década del 40 ó 50 no hay un intento serio de pensar sobre la Fe recibida, heredada, vivida y pensar a la luz de la problemática y necesidades de nuestros pueblos. Entonces yo creo que recién allí empiezan a aparecer esos intentos, estimulados a veces por otros autores de afuera. Pero al mismo tiempo, porque había surgido ya una segunda generación de evangélicos y, en algunos casos, una tercera que se sentían verdaderamente parte de su país. Entonces intentaban pensar en esta teología. 
Yo creo que es allí donde nacen, por un lado, algunas participaciones en lo que se ha llamado Teología de la Liberación; donde comienza la Fraternidad Teológica Latinoamericana a tratar de sus experiencias desde sus iglesias, a pensar la teología como latinoamericanos. Eso se va profundizando, yo creo que desde las décadas del 50 y del 60 empieza a aparecer una teología latinoamericana que las iglesias aún no han asumido. Tal vez por el peso de la tradición. En realidad siempre ha ocurrido así, pero creo que ya hay una consciencia teológica latinoamericana, que se expresa de muchísimas maneras: movimientos estudiantiles, grupos de estudio, etc. Y que es muy necesaria, especialmente en gente joven de todas las iglesias evangélicas.

Uno pude también advertir en los seminarios e institutos bíblicos el sentimiento de que se necesita una formación más profunda, en términos de la interpretación de la Escritura como de la teología, la ética. De ahí que creo que hay un campo muy grande y que estos intentos de los últimos años no deben considerarse como la última palabra, sino que tienen que ser profundizados y enriquecidos.

¿Cuál es la misión de la Iglesia hoy?
La misión de la Iglesia está dada fundamentalmente por la comisión evangélica. En las distintas versiones que tienen los escritos de los evangelios, se llama a predicar el Evangelio a todas las naciones, no solamente a todos los individuos, sino a todas las naciones. Este evangelio del Reino será predicado hasta el día del retorno en Gloria, del Señor. En el mensaje de la vida, en el Evangelio de Juan, el Señor sopla para que ese mensaje de la vida eterna sea anunciado. Creo que el énfasis en predicar el Evangelio, de ser testigos del Reino de Dios y de anunciar la vida, me parece que son formas distintas de referirse a una misma misión, pero que tienen que ser formas complementarias. De manera que la misión no se la entienda simplemente como una proclamación oral del Evangelio, tampoco se puede entender uniteralmente como una forma de vida que de por sí misma sin hablar, muestre lo que signifique el Reinado de Jesucristo en la vida humana. 

De manera que creo que es necesario tomar en conjunto esta diversidad, esta amplitud que nos muestra la Biblia para una concepción de la misión de la Iglesia para que sea lo que hoy llamamos Integral o algunos utilizan la expresión Holística, si es que se refiere a la totalidad a la vida.

¿Cómo ve al pueblo evangélico en estos momentos en América Latina, cuáles son sus áreas fuertes y débiles?
Evidentemente, si uno piensa de sus áreas fuertes creo que el impulso misionero, el impulso evangelizador es (en un librito que va a salir por aquí) el principio básico de las Iglesias Evangélicas en América Latina. La Iglesia en América Latina tiene la consciencia de que tiene que anunciar el evangelio y que tiene que llamar a la gente a creer y seguir a Jesucristo. De amanera que creo que eso es lo fuerte, principalmente. La experiencia de los últimos años ha mostrado que responde a una necesidad muy profunda de la población nuestra, en estos momentos de crisis cultural, social, ética, muy fuerte de condiciones en las cuales sectores crecientes de nuestra población, son lanzados a la marginalidad o situaciones muy precarias donde no se encuentra el sentido de la vida. Parecería que todas las posibilidades están agotadas creo que la ansiedad y la necesidad que eso crea ha encontrado en la predicación evangélica una respuesta y por eso se da el crecimiento, éstas son las cosas débiles. Yo diría que nuestra fortaleza y nuestra debilidad, es decir que esa concentración enorme en la acción misionera a veces no ha sido acompañada de un crecimiento. Tanto en el aspecto yo diría espiritual más profundo, es decir que a veces hemos cultivado una especie de piedad bastante superficial, la piedad hecha solamente de cantos fervorosos, de predicación encendida está muy bien, pero que no tiene suficientes raíces y entonces cuando sobrevienen situaciones difíciles fácilmente se diluyen o lo que es peor es llevada a expresiones espectaculares que no me parece que tienen la profundidad y la seriedad que tiene el evangelio, expresiones puramente exteriores que son muy contagiosas pero que a veces nos generan un verdadero compromiso de toda la vida, estamos teniendo ya, desgraciadamente, las Iglesias Evangélicas una especie de clientela religiosa que consume la religión pero que no produce la vida, es decir que son clientes de la religión pero no discípulos en el sentido total del discipulado. También me parece que es sumamente peligroso el mostrar el evangelio como un camino para la prosperidad. Esto está entrando fuertemente en unos sectores evangélicos, tal vez con muy buena voluntad y tal vez respondiendo a una necesidad real porque la gente necesita poder vivir, pero haciendo promesas que no son las promesas de Jesucristo, el no nos prometió que nos iba a ir bien, que todo el mundo nos iba a querer , que vamos a ser prósperos. Nos dijo que lo siguiéramos que estuviéramos dispuestos a llevar la cruz, que lo que dejáramos por el evangelio nos sería devuelto en dos o tres o diez veces más, pero eso es gracia, el propósito es seguirlo a él, lo demás viene por añadidura conseguiremos que la gente crea lo que es fundamental, me parece que ahí un error y es bastante débil.

La otra debilidad que estoy advirtiendo ahora es justamente el hecho que por el gran crecimiento el mundo evangélico viene a ser un actor social en la sociedad latinoamericana, es decir que tiene peso, todavía no muy visible, pero tiene peso. Entonces la tentación de aprovechar ese peso para el poder propio me parece que es una tentación muy grande, estamos advirtiendo ya. Sería muy triste que nosotros que como evangélicos criticados siempre por el uso del poder, legitimando religiosamente el uso del poder político con la Iglesia Católica para sus propios fines termináramos siguiendo el mismo ejemplo, en lugar de pensar en una cristiandad católica, nosotros intentáramos ahora una cristiandad protestante, que sería igualmente grave. Yo no digo que no deba pensar en el tema del poder es un tema importante y gracias a Dios si tenemos posibilidad de participar pero separamos desde donde participamos cual es efectivamente una forma evangélica de entender la vida política la vida social, porque si no corremos el riesgo de transformarnos en clientes del que más nos ofrezca, de manera que creo que aquí hay otro campo en el que tenemos debilidades, pero, nuevamente la debilidad es nuestra fortaleza porque llegamos de pronto a ser significativos en la sociedad sin tener suficientemente preparado la retaguardia teológica de formación que nos sirva para participar activamente.

¿Cómo ve la participación de los evangélicos en la política, y cuéntenos acerca de sus propias participaciones políticas en la constituyente que formo la constitución en Argentina?
Yo veo la participación de evangélicos en política en principio positivamente, yo creo que el evangélico es un ciudadano que tiene responsabilidades por su país y que debe ejercerlas en todos los niveles. En nivel religioso, pero, también social, cultural, económico, político, de manera que en principio esto ya esta bien, personalmente yo no creo en la formación de partidos evangélicos, creo que la experiencia de partidos políticos confesionales en el mundo entero no es positiva, porque crea una confusión entre lo que es el evangelio y lo que es la política. Me parece que las dos cosas son muy importantes pero que deben tener identidad propia y entonces o se juntan demasiado o se separan. Es decir o uno vive su evangelio por un lado y su política por el otro sin racionalizarlas o una las mezcla tanto que no se sabe cuando está, cuando como político o como cristiano. Me parece que el partido evangélico yo diría no, participación de evangélicos en la vida política, si, y creo que la experiencia que hemos tenido en los últimos años con la participación en varios lugares nos está mostrando a la vez la posibilidad pero también los peligros, tenemos ya algunas experiencias que nos advierten bastante. La experiencia en Centroamérica, me parece que nos llama la atención a los peligros, la experiencia de Perú también. Por otra parte nos muestra que sí que hay una posibilidad. Yo personalmente nunca quise participar siendo pastor ministro, en un partido político, en realidad en mi juventud yo fui afiliado de un partido político cuando ingresé al ministerio renuncié a la afiliación porque en ese momento me parecieron incompatibles.

En lo de la Asamblea Constituyente en el 94, me invitaron a participar como ex partidarios, es decir sin asumir afiliación partidaria y pensé esto es una cosa muy distinta, se trata no de una cuestión partidaria, sino de la Constitución de la Nación, que es para todo el pueblo. Por otra parte yo hice muy claro que no asumía un partido, y que si había puntos en los cuales la posición del sector con el cual yo participaba, por el cual era elegido, no la consideraba coherente con mis convicciones no lo iba a apoyar, además era acotado por un tiempo la Conversión Constituyente es elegida para que haga las reformas y tardó cuatro a cinco meses en hacerlo y allí terminó, de manera que en ese sentido acepté la candidatura pensando que me daba la oportunidad de participar en la preparación pero que era muy difícil que llegara a ser elegido. Fui elegido y entonces participe con una preocupación principal por ciertos temas que me parecían que eran temas que me interesaban como cristiano, como evangélico. Por un lado los temas que tenían que ver con la condición de libertad religiosa y de igualdad religiosa que es el tema más importante, nuestra constitución era todavía una constitución muy católica, con artículos que venían del tiempo del patronato, entonces yo creía había modificación que había que hacer. Algunas se pudieron hacer, otras, particularmente, no. Y por otra parte me interesaba también todo el tema que tenía que ver con la distribución del poder, Es decir, la inclusión en la Constitución de formas directas y semidirectas de democracia que permitieran mayor participación al pueblo y los temas que tenían que ver con Derechos Humanos de todo orden, es decir, derechos políticos pero también derechos sociales y muy particularmente el tema de los derechos de los pueblos indígenas, de manera que participe. Participé particularmente en las comisiones internas de la Asamblea que tenían que ver con esos temas de los nuevos derechos, de las formas de participación política y del tema religioso. En ese sentido mi experiencia fue muy positiva aunque las cosas que surgieron de la Asamblea algunas me gustan y otras no me gustan, esto es lo que pasa cuando uno participa en un proceso como este. 










 Nota de Pagina /12.

FALLECIÓ EL PASTOR JOSE MIGUEZ BONINO

Por Washington Uranga



José Miguez Bonino, pastor metodista, trabajador infatigable de la causa ecuménica, luchador por los derechos humanos y teólogo de la liberación de amplio reconocimiento en la Argentina y América latina, falleció el pasado sábado en la ciudad de Tandil (Buenos Aires), a la edad de 88 años. El religioso se destacó especialmente por su lucha contra la dictadura militar y la defensa de los derechos humanos, y tenía un amplio reconocimiento más allá de la comunidad metodista a la que pertenecía, porque sus actividades desbordaron ampliamente ese marco a través de una interlocución permanente con los actores protagónicos de la sociedad civil, en las causas por la justicia y en defensa de la vida.

El pastor Miguez Bonino nació el 5 de marzo de 1924 en la ciudad de Santa Fe, estuvo casado con Noemí Nieuwenhuize y tuvo tres hijos. Hizo estudios de teología y alcanzó el título de Doctor en Teología del Union Theological Seminary de Nueva York (1959). Fue profesor y luego director del Instituto Superior de Estudios Teológicos (Buenos Aires) y su producción teológica, reflejada en numerosos libros e incontables artículos y publicaciones, fue traducida a varios idiomas y sigue siendo parte de los textos obligatorios en seminarios y universidades, tanto protestantes como católicos. Fue invitado como observador evangélico al Concilio Vaticano II, donde tuvo encuentros personales con los papas Juan XXIII y Pablo VI. Allí forjó amistad con teólogos católicos latinoamericanos, con los que después compartiría líneas de trabajo y producciones, formando la Asociación de Teólogos del Tercer Mundo. Fue también observador invitado en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Medellín 1969). Desarrolló una intensa actividad ecuménica que lo llevó a ser presidente del Consejo Mundial de Iglesias. (CMI).
En una autobiografía escrita recientemente, el pastor Miguez Bonino afirmó que “la teología de la liberación fue la respuesta de una generación de jóvenes católicos y evangélicos al llamado del Espíritu Santo hacia un renovado compromiso espiritual, ético y social con los pobres, el llamado a una nueva e integral evangelización”.
Durante los años de la dictadura militar, Miguez Bonino contribuyó a fundar y fue parte del Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, siendo repetidas veces orador principal en las manifestaciones organizadas por los movimientos de derechos humanos en el país. Fue electo convencional constituyente (1994), siendo, junto con el obispo católico Jaime De Nevares, los dos clérigos presentes en la Convención.
Respecto de la lucha por los derechos humanos, Miguez Bonino sostuvo que “en términos directos, la defensa de la vida humana fue vista por muchos cristianos como el inexcusable reclamo de amor”. Y él mismo fue consecuente con esta apreciación, dedicando gran parte de su vida, por una parte, a la tarea de defensa de los derechos humanos y, por otra, a la denuncia de “la opresión, la crítica de las ideologías dominantes que inspiran al nuevo imperio” y a la búsqueda de “nuevas alternativas de futuro” a través de la “lucha por la vida y la justicia” desde “nuestra fe y nuestro compromiso cristiano”.


Fuente: Pagina /12 http://www.pagina12.com.ar