miércoles, 26 de diciembre de 2012

BEATIFICACIÓN DEL CURA BROCHERO




BEATIFICACION DE NUESTRO QUERIDO JOSE GABRIEL BROCHERO



Diciembre 21, 2012


La beatificación del cura José Gabriel Brochero, aprobada ayer por el papa Benedicto XVI, hizo estallar de júbilo a los feligreses de su pueblo natal Villa Santa Rosa y de Villa Cura Brochero, donde desarrolló su obra social y religiosa. En ambos lugares tronaron campanas, pirotecnia y gritos de algarabía de la gente que adoptó a Brochero como un símbolo.

La increíble salvación de un bebe de 11 meses que en un accidente de tránsito sufrió fractura cerebral con pérdida de masa encefálica, por quien la ciencia médica ya nada podía hacer, fue acreditada como un milagro del llamado “cura gaucho” que los padres de la criatura le encomendaron.

La comprobación del milagro atribuido al sacerdote se produjo después de un largo proceso, que comenzó en Córdoba y finalizó ahora en el Vaticano. Para el futuro ya se piensa en gestionar su consagración como santo, según confió Dante Simón, el vicario judicial que intervino en el proceso.

En el Arzobispado de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez reunió a la prensa para anunciar la noticia, junto a los padres del niño salvado por el milagro brocheriano. “Me llena de alegría y emoción. Es un hombre que gastó la vida en Traslasierra predicando el Evangelio y buscando también una vida cada vez más humana y más digna para los fieles de su parroquia”, dijo Ñáñez.

Al destacar la beatificación que se formalizará en septiembre próximo, Ñáñez expresó que Brochero era “un modelo para los sacerdotes, para los creyentes y para la Iglesia” y enumeró su obra pastoral.

Su tarea abarcó la asistencia social, construcción de escuelas, caminos y hasta la concreción del trazado ferroviario que unió la capital provincial con el valle de Traslasierra, divididos por la cadena montañosa de las Altas Cumbres. Ese tortuoso trayecto Brochero lo transitó infinidad de veces a lomo de mula.

Ante los periodistas, Sandra Violino y Osvaldo Flores, los padres de Nicolás -el niño salvado por el milagro- se mostraron felices por la beatificación y se declararon “brocherianos de la primera hora”, ya que siempre adhirieron a la obra del cura y encomendaron su matrimonio y el posterior embarazo a Brochero. Más aún, dijeron que cuando ocurrió la tragedia automovilística le imploraron que salvara la vida del bebe.

Sandra dijo a LA NACION que Nicolás -hoy tiene 13 años y acaba de concluir la escuela primaria- “tiene una profunda fe y ha vivido esta realidad. Comparte la misa en Villa Cura Brochero y visita la tumba (del sacerdote)”.

“Nos dijo que está muy emocionado y que sentía mucho amor en su corazón”, agregó. Y justificó su ausencia ayer en el Arzobispado al indicar que prefirieron preservarlo de todo este proceso.

Señaló que la familia estaba segura de la beatificación y que desde el día del accidente del niño rezaban diariamente para pedir la consagración del cura.

A su vez, el perito médico que intervino en la causa, Carlos Rezzónico (ex ministro de Salud de la provincia), expuso un descarnado informe sobre la situación que afrontó el bebe al ocurrir el accidente y concluyó que su recuperación “fue inexplicable” para la ciencia, aunque aclaró que los médicos no podían hablar de milagro.

Recordó que en el percance, ocurrido el 28 de septiembre de 2000, el niño experimentó “un severísimo trauma craneoencefálico” y que “como sucedió en ruta sin recibir auxilio inmediato debió afrontar una situación vital sumamente crítica con riesgo de muerte inmediata y de sufrir además severas lesiones del encéfalo”.

Agregó que “tuvo un riesgo de muerte casi del 100%, como lo señala la literatura referida a una lesión traumática craneoencefálica, con fractura y pérdida de sustancia ósea y masa cerebral acompañada de hemorragia externa e intracraneana”.

El médico indicó: “[El bebe] careció de ayuda inmediata fundamental para su reanimación, no se lo pudo intubar ni canalizar un vaso periférico para tratar su estado de shock. Se tardó más de una hora para proporcionarle tratamiento efectivo hasta llegar al Servicio de Emergencia del Hospital de Niños de Córdoba”.

Nicolás debió superar tres paros cardiorrespiratorios, uno de ellos de 15 minutos de duración.

Puntualizó que la recuperación del niño “excede claramente lo esperado, pues era remota su posibilidad de vida y, en el caso de sobrevivir, sólo con riesgo de permanecer con severos impedimentos neurológicos”.

Remarcó que “por el contrario, se dio una restauración esencial de las funciones cerebrales: cognitiva, motora y sensorial”.

Concluyó que “la naturaleza se vio auxiliada por la intervención de factores que nuestros conocimientos médicos no explican” y que así lo entendió la junta médica del Vaticano para atribuir el milagro al cura Brochero.

Una vida consagrada

Amplia tarea del sacerdote en el Valle de Traslasierra


Trayectoria: 

José Gabriel Brochero había nacido en 1840 en Santa Rosa del Río Primero y murió en 1914, afectado de lepra.


Iniciativas: 

No sólo asistió enfermos y salvo vidas, sino que promovió una casa de retiros, una escuela para niños, la construcción de caminos y la extensión del ferrocarril


Fuente:
http://curabrochero.wordpress.com/



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Biografía


Puertas Abiertas | Vocacional

El Cura Brochero, hijo del Seminario de Loreto


José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba.
Entró al Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto”, el 5 de marzo de 1856, cuando tenía 16 años. Un amigo suyo escribió: “Muchas veces le he oído contar [a Brochero] que la constante preocupación de su juventud fue el sacerdocio… No sabía qué vocación seguir: la laical o la sacerdotal… Su espíritu fluctuaba y su corazón sufría con esta indecisión. Un día, dominado por esta preocupación, asistió a un sermón en que se bosquejaron las exigencias y sacrificios de una y otra… y apenas concluyó de escucharlo, la duda ya no atormentaba su alma, y ser sacerdote era para él una resolución inquebrantable” (CÁRCANO, RAMÓN J.,José Gabriel Brochero, en: Periódico Los Principios, Córdoba, 30 de enero de 1916.)
Es ordenado presbítero el 4 de noviembre de 1866 por el Obispo Vicente Ramírez de Arellano. El 10 de diciembre del mismo año celebra su primera misa en la capilla del Colegio Seminario “Nuestra Señora de Loreto”, cuando ésta se encontraba en la casa detrás de la Catedral, donde hoy se encuentra la Plazoleta del Fundador.
En diciembre de 1869 asume el Curato de San Alberto, siendo San Pedro la villa que hacía de cabecera en aquel departamento. Por aquel tiempo el extenso Curato de San Alberto (de 4.336 kilómetros cuadrados) contaba con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas, desperdigados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. Era triste el estado moral y la indigencia material de la gente. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicará su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes.
Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales recorriendo unos 200 kilómetros cruzando las sierras. Dicha travesía requería tres días a lomo de mula y las caravanas muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.
En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. También construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes.
Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran, “abandonados de todos pero no por Dios”, como solía repetir.
“Un sacerdote que vivió una verdadera pasión por el evangelio que testimonió y transmitió en medio de una considerable transformación cultural en nuestro país después de los acontecimientos de la organización nacional. Sin ingenuidad, pero también sin ceder a lamentos o enfrentamientos estériles se dedicó con empeño y con espíritu constructivo a la maravillosa tarea de la evangelización. De su pasión por el evangelio brotaba también su pasión por sus hermanos y el deseo de brindarles las condiciones de una vida digna. Por eso trabajó incansablemente por levantar templos o capillas, la casa de ejercicios espirituales en la Villa del Tránsito, escuelas y otras obras que aseguraran a todos una existencia que mereciera el título de humana y cristiana.” (Mons. Carlos Ñáñez, homilía Misa Crismal 1º de abril de 2010).
Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”. Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Transito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.


Fuente:
http://www.seminariocordoba.org.ar



lunes, 24 de diciembre de 2012

NOS HA NACIDO UN SALVADOR!!



"...encontraran un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre."

Lc 2, 6-12. 15-20 





El nacimiento de Jesús

Mateo 1, 18-25

2:1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo.
2:2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria.
2:3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
2:4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,
2:5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
2:6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre;
2:7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

La visita de los pastores

2:8 En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.
2:9 De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor,
2:10 pero el Ángel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:
2:11 Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
2:12 Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre".
2:13 Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
2:14 "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!"
2:15 Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: "Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado".
2:16 Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
2:17 Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño,
2:18 y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
2:19 Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
2:20 Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.

Evangelio de Lucas 2, 1-20.-

domingo, 9 de diciembre de 2012

35 AÑOS / SECUESTROS EN LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ: CON LOS PAÑUELOS HAY QUE SEGUIR ANDANDO



A 35 años de los secuestros en la Iglesia de la Santa Cruz

Siempre presentes!!
Juicio y castigo a los culpables!!

  


El 8 de diciembre de 1977 fue secuestrado un grupo de Madres de Plaza de Mayo y dos monjas francesas. El papel de Alfredo Astiz.






El 8 de diciembre de 1977, un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), encabezado porAlfredo Astiz, secuestró y desapareció a once personas en la Iglesia de la Santa Cruz, que hasta entonces servía como punto de encuentro para familiares de desaparecidos y organizaciones defensoras de los derechos humanos en el barrio porteño de Boedo.

Entre los desaparecidos se encontraban Esther Careaga, Mary Bianco, Alice Domon, Angela Auad, Patricia Oviedo, Raquel Bulit y Gabriel Horane. Como parte mismo operativo, en diferentes horarios, los militares también secuestraron a Remo Berardo, Julio Fondovila y Horacio Elbert.

A instancias del párroco de la Iglesia de la Santa Cruz, Mateo Perdía, integrante de la Comunidad Pasionista, durante 1977 el grupo que se reunía en la iglesia de la calle Estados Unidos se convirtió en uno de los frentes de resistencias más activos contra la dictadura.

María del Rosario Cerruti, una de las madres de Plaza de Mayo línea fundadora, contó a Página/12 en 2004 que “unos meses después del secuestro de las monjas francesas y de familiares de la iglesia, llegó al país la madre superiora de la congregación francesa de las Hermanas de las Misiones Extranjeras, a la que pertenecían las hermanas detenidas-desaparecidas”.

En ese momento, “el cónsul de Francia me citó como testigo de ese hecho. En esa reunión comenté que me había impresionado un joven que caminaba desde la esquina donde está la entrada de la iglesia hasta la puerta de la casa parroquial, donde estábamos hablando la hermana Alice Domon, Mary Ponce y yo. Cuando era la hora de retirarnos, Alice ingresó a la iglesia y salió Esther Careaga con otra madre, diciendo que tenían el dinero de la solicitada. Detrás íbamos Mary Ponce y yo, cuando veo que un hombre arrastra a Esther hacia los coches estacionados y otro hombre en mangas de camisa se la lleva a Mary y me tira contra la pared gritando ‘Sigan, esto es un operativo por drogas’. Beatriz Neuhaus y Quita Chidichimo, dos Madres, venían detrás. El ‘Chacal’ Astiz señaló a las personas que sin duda fueron las más destacadas en una lucha que, a pesar de no haber alcanzado la justicia, logró el repudio general a los militares asesinos”.

Astiz estaba al tanto de las reuniones del grupo de familiares ya que había conseguido infiltrarse (y al mismo tiempo ganarse la confianza de los asistentes) con el seudónimo Gustavo Niño.

Dos días después de los secuestros, el 10 de diciembre de 1977, Madres de Plaza de Mayo logró publicar una solicitada en el diario La Nación. Ese mismo día, militares secuestraría a Azucena De Vincenti y la religiosa franco-argentina Leonie Duquet en la provincia de Buenos Aires.


http://www.lv12.com.ar/

http://granatesutebaquilmes.blogspot.com.ar/

sábado, 8 de diciembre de 2012

LA RIOJA, CONDENA POR LOS "MÁRTIRES DE CHAMICAL": "SE CUMPLIÓ EL JUICIO Y CASTIGO"




PERPETUA PARA MENENDEZ, ESTRELLA Y VERA POR  ASESINATOS DE LOS CURAS MURIAS Y LONGUEVILLE


Sábado, 08 de diciembre de 2012


CONDENAS POR EL ASESINATO DE LOS CURAS CARLOS DE DIOS MURIAS Y GABRIEL LONGUEVILLE

“Se cumplió el juicio y castigo”

El ex general Luciano Benjamín Menéndez, el vicecomodoro Luis Fernando Estrella y el ex comisario Domingo Benito Vera fueron condenados a prisión perpetua. Cumplirán la sentencia en una cárcel común.

Luego de 36 años, cuatro meses y nueve días de impunidad, el ex general Luciano Benjamín Menéndez y otros dos represores fueron condenados a prisión perpetua por los asesinatos de los sacerdotes tercermundistas Carlos de Dios Murias y Rogelio Gabriel Longueville. En una sala repleta, con más de 200 personas expectantes en la calle, el Tribunal Oral Federal de La Rioja ordenó revocar las excarcelaciones del vicecomodoro Luis Fernando Estrella y del ex comisario Domingo Benito Vera para que cumplan la sentencia en una cárcel común. “Se han cumplido las dos banderas fundamentales de los organismos de derechos humanos: juicio y castigo. El juicio fue ejemplar, con todas las garantías del Estado de derecho, y el castigo fue acorde a lo que las leyes vigentes indican. La Rioja dio un paso tremendo hacia adelante”, celebró el abogado Guillermo Díaz Martínez, querellante en representación de la Secretaría de Derechos Humanos de La Rioja. Desde ayer son 348 los condenados por delitos de lesa humanidad.
Comunidades cristianas de base, miembros del Seminario de Formación Teológica, de organismos de derechos humanos, junto con ex presos políticos y militantes sociales esperaron la sentencia en una vigilia que comenzó el jueves a la noche. “Es el momento de la verdad que permite la Justicia, que nos llevará a la paz”, reflexionó el obispo riojano Roberto Rodríguez. Murias y Longueville “quisieron vivir el Evangelio con toda libertad y transparencia, tenemos que ver la fuente de su valentía”, dijo “No se trataba de una ideología o fin político: fueron fieles al Evangelio, por lo tanto no pueden ser tratados de marxistas o comunistas”, se distanció del discurso de la Iglesia durante la dictadura. “El amor pide justicia, no venganza. Rogamos por la paz y la justicia para que sea un gran día para la Diócesis y para La Rioja”, se esperanzó.
Por la mañana, los acusados dijeron sus últimas palabras. “He presenciado la mentira durante todo este proceso y me proclamo inocente”, dijo Estrella, según la FM América de La Rioja. “Mis acusadores dirigen su odio y violencia contra quienes ostentamos la condición de militar y ésta es la verdadera artimaña de la acusación de la que soy víctima”, agregó. Vera, de buenos contactos con sectores de poder riojanos, se declaró “totalmente inocente” y dijo tener su “corazón lleno de paz”. Menéndez, por videoconferencia desde el penal de Ezeiza, dijo que el juicio era “inconstitucional”, ironizó que eran “supuestos culpables de supuestos crímenes” y reiteró su habitual perorata sobre la “guerra contra la subversión marxista internacional”.
A las 19, con la calle repleta de banderas y bombas de estruendo de fondo, el juez José Quiroga Uriburu, secundado por Carlos Lascano y Jaime Díaz Gavier, leyó la sentencia. Rechazó pedidos de nulidades e incompetencias y declaró que “los hechos tratados constituyen delitos de lesa humanidad en el marco del terrorismo de Estado”. Declaró a Menéndez coautor mediato de los secuestros y los homicidios, agravados por alevosía, por la participación de más de dos personas y, en el caso de Murias, también por ensañamiento. Las mismas figuras aplicaron a Estrella y a Vera. Para sorpresa de querellantes y fiscales, el tribunal los absolvió por el delito de tormentos. Los jueces ordenaron revocar el arresto domiciliario (en la causa) de Menéndez, que seguirá en el penal de Ezeiza, y ordenó el alojamiento de Estrella y Vera en una cárcel provincial. También ordenaron enviar a primera instancia las pruebas sobre la participación del ex alférez Ricardo Pessetta, con falta de mérito pese a las pruebas de su actuación en la inteligencia previa a los secuestros, y del policía Juan Carlos Romero, que tiene arresto domiciliario por el asesinato del obispo Enrique Angelelli, por el que será juzgado en 2013.
“Se ha hecho justicia”, admitió a la salida del tribunal el obispo Rodríguez, según informó la FM Fénix. “Espero que Carlos y Gabriel puedan descansar en paz y que se encauce el camino de justicia y verdad para el asesinato del obispo Angelelli”, dijo la senadora Teresita Luna. “Hay muchos compañeros que ya no están y que me hubiera gustado que estuvieran para compartir este momento de justicia”, agregó. “Recuperamos la fe en la Justicia”, afirmó la senadora Hilda Aguirre de Soria. “Era lo que se pedía. Estamos muy contentos. Ahora nos queda el juicio por el asesinato de Angelelli. Hoy es un día de profunda emoción”, confesó.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-209460-2012-12-08.html
http://noticias.terra.com.ar/politica/perpetua-para-menendez-estrella-y-vera-por-asesinatos-de-los-curas-murias-y-longueville


DOS MUERTES COMO MENSAJE A ANGELELLI






16 DE AGOSTO DE 2012


CRISTINA MURIAS, LA HERMANA DE CARLOS, EL CURA ASESINADO EN LA RIOJA

Dos muertes como mensaje a Angelelli



Empieza en La Rioja el juicio por el homicidio de Carlos Murias y Gabriel Longueville, los dos sacerdotes que trabajaban con el obispo Angelelli, quien investigó sus muertes y también fue asesinado.
Por Alejandra Dandan
Desde La Rioja



“Para mí lo que pretendieron cuando matan a Carlitos y a Gabriel es darle un mensaje al obispo: un mensaje para que se calle la boca, porque cuando hace la misa de cuerpo presente Angelelli dice: ‘Me pegaron donde más me dolía’”, dice Cristina Murias, la hermana de Carlos, uno de los dos curas mártires de Chamical. “Angelelli hizo la misa. Lloraba a moco tendido, no se preocupaba. ¡Cómo lloraba desde el púlpito! Y decía: ‘¡Donde más me dolía! Porque a Carlitos yo lo conocía desde los 12 años y yo lo ordené!’. Por eso yo creo que empiezan por Carlitos, y aparte porque los tenían a mano.”



Treinta y seis años después empieza el juicio por el asesinato de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, parte de la pastoral del obispo Enrique Angelelli, en una parroquia de Chamical. Los secuestraron el 18 de julio de 1976, los tuvieron en la Base de la Fuerza Aérea del pueblo y arrojaron los cuerpos muertos dos días después con los ojos vendados y marcas brutales de tortura. Angelelli, que había ordenado a Carlos en Buenos Aires, celebró la misa de cuerpo presente. Cinco días más tarde fusilaron a un laico y quince después ejecutaron al obispo en el falso accidente de ruta que la Iglesia siempre ocultó junto con una carpeta con las investigaciones de los crímenes. El juicio empieza en una trampera llena de pedidos y contrapedidos de los dos acusados para que se detenga. Pero finalmente estamos aquí. La persecución a la pastoral y el trabajo de los curas por las tierras con el movimiento campesino será eje del juicio.

–¿Carlos había recibido amenazas?
–El 24 de marzo lo que empezó fueron las detenciones. Dos curas fueron detenidos, pero lo que hacían eran detenerlos en la ruta cuando iban de un lado a otro, les hacían parar el auto. Los tenían cuatro o cinco horas interrogándolos y los dejaban ir. También con las monjas. Después los citaban a la Base. A Carlitos lo citaron en junio, lo sé por él. Lo acompañó otro cura. Le dijeron: “¡Qué cristianismo es el de ustedes! ¡Eso no es cristianismo!”. Entre marzo y junio hubo muchas citaciones. Después vino Augusto Pereyra, lo citan, no va y caen a buscarlo a la casa de una feligresa. Y tiene que ir. Decían que Chamical era un nido de guerrilleros. Ahora yo creo que Carlitos lo presentía.

–¿Por qué?
–Lo vimos en junio (en Córdoba) cuando murió papá. Le dijimos que se cuidara. “No creo que se animen con un obispo”, nos dijo. Cuando vuelve a Chamical, aparece De Tomasso (alguien cuyo nombre está en la causa, ligado a otra escena en la que un comodoro de apellido Bario aparece a comienzos de los ’70 como dueño de una extensión de 68 mil hectáreas en el oeste de Chamical. Carlos, Gabriel y Angelelli trabajaban con los campesinos ahí para intentar alguna organización contra los que querían embaucarlos. Aquel De Tomasso reapareció en Córdoba mientras se llevaban adelante esos trabajos). Un día nos dijo: “¡Díganle a su cuñado que se calle la boca!”. Esa noche fuimos al teléfono de mi mamá. Llamamos a Carlitos y nos dijo: “No vuelvan a llamar a la parroquia, ni me hablen desde lo de mami. No importa, nosotros ya sabemos”. ¡Cómo no iban a saber, si la Base estaba enfrente de la parroquia! O sea, no había que decirles a los militares qué hacían ellos.

–Un día antes del secuestro Carlos dio una misa.
–Cuentan las feligresas que va a dar misa en la parroquia de Santa Bárbara. Y cuando termina la misa dice: “Recen por este cura que está amenazada la vida”. Cuando (uno de los dos acusados del juicio, el ex comisario Domingo Benito) Vera las cita a declarar, le cambian lo que dicen. Vera siempre manejó la causa, desde el primer momento.

–¿Cómo vive este momento?
–Con una terrible ansiedad, con mucha angustia porque en esta provincia somos minoría y esperando que al final salga la verdad. Durante todos estos años he tratado de aportar todo. Pero estoy esperando, esperando que al final el bien triunfe sobre el mal.

–¿La angustia es por lo que usted llama blindaje político de los acusados?
–Yo veo que Vera, oriundo de Chamical y del que todo el mundo sabe que estuvo ahí, porque lo vieron, porque dejó de ir a la Iglesia, nunca estuvo preso en estos 36 años. Tiene parientes en la cámara de Chamical; su abogado los tiene en el superior tribunal, y así. Yo veo que tiene mucho respaldo político. Y la angustia es porque ya en una oportunidad la Justicia provincial hizo un juicio con sólo dos imputados (dos ex convictos); ningún juez encontró conexiones locales, fueron absueltos y terminamos prácticamente con nosotros imputados. Ahora me da miedo de que pase lo mismo, pero me alientan los abogados, la querella de la Secretaría de Derechos Humanos y el fiscal de Córdoba.

Cristina acaba de llegar de Córdoba con su hermana. Revuelve unas carpetas y desde adentro de una bolsa saca dos fotos chiquitas en blanco y negro. El cura Carlos bautiza a uno de sus hijos. Era enero de 1976. En la foto Carlos la abrazó: “A mí me dijeron que ese abrazo me iba a acompañar toda la vida –dice–, así, acá, me lo imagino en el juicio”.
Fuente:Pagina12

Las misas prohibidas de monseñor Angelelli Las misas del Obispo Angelelli fueron prohibidas a fines de 1971 y hasta junio de 1973. Su palabra, transmitida en las homilías radiales fue silenciada. A 36 años de su asesinato, aún impune, Tiempo latinoamericano recupera esas prédicas paridas desde el compromiso y la acción junto a un pueblo que se organizaba en plena dictadura de Lanusse. 


Por Luis Miguel Baronetto* 
Son los dos años donde recrudecen los conflictos de los opositores a la pastoral diocesana a favor de los pobres. Las prédicas del Obispo que llegaban a todos los rincones riojanos por LV 14 radio Joaquín V. González, debían ser acalladas porque resultaban no sólo molestas a los oídos de los poderosos y cuestionadoras de las injusticias; sino alentadoras a la participación y a la organización en defensa de la vida, la justicia y la dignidad de los empobrecidos. Esa palabra episcopal no era inocua, etérea, despegada de las problemáticas cotidianas.

Arraigada en las necesidades concretas de las que el Obispo se hacía eco para que fueran asumidas por el conjunto de la comunidad en el compromiso de las soluciones, tanto de los ciudadanos como de los gobernantes. 

La palabra fue suspendida cuando desembocó en acción organizada, que provocó la reacción violenta de hacendados, latifundistas y otros beneficiarios de aquel desorden establecido sobre las injusticias sociales. 

En marzo de 1972 el párroco Aguedo Pucheta, en Famatina, y dos laicos fueron interceptados en su vehículo por una patota del latifundio Huiracocha, que les propinó una feroz paliza. En esa zona y en la casa parroquial de Olta, con el P. Ruiz, se organizaba entonces AOMA, el sindicato de los mineros. 

Angelelli dijo: “Abramos los ojos y no nos prestemos a esta indiferencia ni a la explotación de nuestro pueblo. Para comprender mejor el hecho de Famatina, hay que pensar, entre otras cosas, en la ‘carestía de la vida’, en los ‘presos’ que no lo son por ‘delito común, en los torturados, en los perseguidos por ejercer la justicia según las enseñanzas de Jesucristo…Quieren hacernos callar como pastores de nuestro pueblo.” (12 de marzo/1972). 

En junio el obispo denunció en la prensa a los servicios de inteligencia con sede en Córdoba que presionaban a los campesinos de Sierra de los Quinteros y Merced la Chimenea para comprarles el ganado a bajo precio y quedarse con sus tierras. 

En el norte, el Movimiento Rural Diocesano organizó la cooperativa CODETRAL, que reclamaba la expropiación del latifundio Azzalini, entre Aminga y Anillaco. Los terratenientes de la zona, apoyados por el diario el Sol, que abrió sus páginas ese mismo año, orquestaron difamaciones injuriosas al Obispo Angelelli.

Lo acusaron de comunista y de pretender instalar “granjas rusas como en Cuba”. Cuando la movilización de los campesinos llegó con sus reclamos a la capital riojana, la respuesta del gobierno militar de entonces fue la detención de dos sacerdotes, Enrri Praolini y Antonio Gill, acusados de subversivos. Ante semejante agresión a la pastoral diocesana, el Obispo se instaló otra vez en la Catedral para convocar a un Tinkunaco, que también fue prohibido. San Nicolás y el Niño Alcalde quedaron cada uno en la puerta de su templo hasta que tuvieran autorización de los dictadores de turno para juntarse con su pueblo, en el tradicional Encuentro, como lo denunció públicamente Mons. Angelelli. 

En noviembre un grupo de padres del tradicionalismo católico impidió al obispo presidir las celebraciones del centenario del Colegio regenteado por las religiosas Esclavas del Corazón de Jesús, en disidencia con las orientaciones pastorales diocesanas que estaban inspiradas en la renovación conciliar (1962-1965) y las transformaciones sociales alentadas por los obispos latinoamericanos en Medellín (1968). 

1973 fue el año de la lucha por la tierra y las expectativas de liberación. Los campesinos de CODETRAL esperaron que se cumplieran las promesas electorales. Carlos Menem había levantado la consigna por la liberación nacional y social; y “la tierra para quien la trabaja”. El Obispo acompañó las aspiraciones populares, advirtiendo también que “la verdadera liberación de un pueblo” exige tener un corazón recto, porque no se le puede poner “vestidos nuevos a lo que ya es viejo” (15/julio/1973).

Era un llamado de atención a las autoridades votadas por el pueblo para no traicionar las expectativas populares. Más aún cuando eran evidentes las presiones de los señores feudales acostumbrados a la impunidad, también cubierta por el manto de una religión que prometía el cielo del más allá con el sufrimiento de los pobres en el más acá. Se llegó al extremo cuando los terratenientes de Anillaco y Aminga expulsaron con violencia al Obispo Angelelli y sus acompañantes en las fiestas patronales de San Antonio, el trece de junio de 1973. 

Pocos días después destruyeron la casa de las religiosas y la sede de CODETRAL. Fue la violencia que necesitaban implantar para infundir el terror y conseguir que la legislatura rechazara la expropiación del latifundio de Azzalini para la cooperativa. 

El conflicto socio económico y político como lo definió Angelelli, que quisieron disfrazar de religioso, con la complicidad del poder político – legislativo con la división del bloque del FREJULI en alianza con los radicales y el gobernador Menem - terminó negando el derecho de los pobres a tener su tierra para el cultivo, la cosecha y la vida. La palabra recuperada de la Misa Radial del Obispo – el 10 de junio de 1973 en la fiesta de Pentecostés - fue para denunciar a los responsables de la violencia y la negación al derecho de los pobres, ratificando la opción fundamental. 

“La fidelidad al Señor y al proceso de una liberación integral de todo el hombre y de todos los hombres de nuestro pueblo, nos seguirán señalando el camino y marcando los objetivos a toda nuestra misión pastoral y de toda la diócesis…Y si en el camino que deberemos seguir recorriendo, difícil y riesgoso pero lleno de esperanzas, se nos señala como Iglesia, con distintos “ismos”, esto no nos apartará del cumplimiento de la misión evangelizadora…” (Misa radial, 10 de junio de 1973). 

Los conflictos padecidos que absorbieron las preocupaciones de la diócesis riojana, lejos de producir en el Obispo el efecto de una predicación licuada y descomprometida, afianzaron la reflexión sobre la opción por los pobres y la responsabilidad cristiana de comprometerse con su liberación. Vale la pena hacer esta reflexión cuando celebramos los 40 años de la teología de la liberación. 

Porque estas palabras y estas acciones se multiplicaban en muchas otras comunidades de Latinoamérica, al calor del Mensaje de Medellín. Y fue la reflexión sobre Dios y la misión de los cristianos, que se conoció a partir de 1972, después de la publicación del Libro “Teología de la Liberación”, del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, considerado fundador de esta reflexión teológica.

La tierra, el agua y las riquezas profundas del suelo riojano como creaturas de Dios debían alimentar y favorecer la vida en abundancia para todos. Pero el egoísmo de los poderosos persiguió hasta el martirio a los que como Mons. Angelelli, Fray Carlos Murias, el P. Gabriel Longueville, el laico Wenceslao Pedernera y tantas y tantos otros que desde la fe lucharon hasta ofrendar su sangre por la vida, la libertad, la justicia y la fraternidad. 

“La fidelidad de esta Iglesia la defenderé hasta con la sangre”, había dicho el obispo Angelelli. Su martirio quedó sellado el 4 de agosto de 1976, cuando lo asesinaron mediante un atentado que judicialmente fue establecido como “accidente de tránsito provocado intencionalmente”. 

Y sus autores mediatos (Jorge Videla, Albano Harguindeguy, Luciano Menéndez, Luis Estrella y Juan Carlos Romero) procesados por el delito de homicidio calificado, con ratificación reciente de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba. Falta el juicio y la condena de los asesinos. 

*Director de la revista Tiempo Latinoamericano, Belgrano 715, Córdoba (TE 0351-4609769 ) 
El Libro “Misas Radiales de Mons. Angelelli” – Tomo III – Años 1972 y 1973, de Ediciones Tiempo Latinoamericano, Julio de 2012, será presentado el lunes 6 de agosto, a las 20,30, en la Feria del Libro, en la ciudad de La Rioja. En tanto que el jueves 9 de agosto, a las 20, se hará lo propio en el Auditorio de la Universidad Católica, Obispo Trejo 323, ciudad de Córdoba.FuentedeOrigen:www.prensared.com.ar 
Fuente:Agndh

http://colectivoepprosario.blogspot.com.ar/2012/08/la-rioja-comienza-hoy-el-juicio-oral.html

http://www.polivalentechamical.com.ar/Martires/murias.html

CHAMICAL: TIERRA DE MARTIRES



martires de chamical


Dos sacerdotes y un laico que acompañaban la misión pastoral del obispo Enrique Angelelli y fueron asesinados durante la dictadura militar de 1976, en La Rioja, podrían ser las primeras víctimas del terrorismo de Estado en la Argentina con méritos probados para ser declarados santos. Se trata de los padres Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, que fueron secuestrados, torturados y asesinados el 18 de julio de ese año en un paraje cercano a Chamical, sobre la ruta nacional 38, lo que puso fin a un compromiso social con los más pobres, sostenido desde el púlpito y desde la acción. Una semana después, el laico Wenceslao Pedernera, comprometido con la Iglesia y la asistencia a los más necesitados, apareció muerto brutalmente en Chilecito.


"Llevaron el Evangelio y no los comprendieron. Realizaron un proyecto pastoral y no fueron entendidos. Los que los mataron pensaron que les estaban haciendo un bien a Dios y a la patria", afirmó monseñor Rodríguez la semana última, al declarar iniciado el proceso en la parroquia de Chamical.

Ahora, 35 años más tarde, el actual obispo de La Rioja, monseñor Roberto Rodríguez, en una decisión que sorprendió a varios obispos, comenzó el proceso de recolección de datos y testimonios para aportar pruebas y avanzar en el proceso de beatificación de los tres seguidores de la obra de Angelelli.


                                            




http://www.polivalentechamical.com.ar/Martires/index.html



martes, 4 de diciembre de 2012

LA CONFESIÓN por Horacio Verbitsky

 LA IGLESIA RECONOCE LA AUTENTICIDAD DEL DOCUMENTO SOBRE EL ASESINATO DE LOS DETENIDOS-DESAPARECIDOS



Jorge Rafael Videla toma la comunión 30 de diciembre 1990 en Buenos Aires. Videla, quien cumplía una condena de cadena perpetua por cargos de asesinato, secuestro y tortura, fue indultado por el presidente Carlos Menem y puesto en libertad el 30 de diciembre de 1990. El 22 de diciembre de 2010 fue condenado a prisión perpetua en cárcel común por el caso conocido como UP1. El 5 de julio de 2012, fue condenado a 50 años en prisión por encontrársele responsable penalmente por el secuestro sistemático de neonatos y niños durante el último régimen militar en Argentina.


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La Iglesia reconoció ante la Justicia que por lo menos desde 1978 sabía que la dictadura asesinaba a los desaparecidos. La admisión se produjo al reconocer la autenticidad del documento publicado el 6 de mayo en Página/12, en el cual el Episcopado informaba al Vaticano sobre un diálogo secreto con Videla.



    Donde mueren las palabras



El Episcopado confirmó ante la Justicia que desde 1978 sabía que la dictadura militar asesinaba a las personas detenidas-desaparecidas, cosa que nunca hizo pública.



La tardía admisión se produjo con el reconocimiento de la autenticidad del documento publicado aquí el domingo 6 de mayo sobre el diálogo secreto con el dictador Jorge Videla del 10 de abril de ese año. Pese a ello tanto el Episcopado como el Vaticano y la gran prensa guardan silencio. 



Por Horacio Verbitsky

La Iglesia Católica confirmó por primera vez ante la Justicia que por lo menos desde 1978 sabía que la dictadura militar asesinaba a las personas detenidas-desaparecidas, cosa que nunca hizo pública, y que sus máximas autoridades discutieron con el jefe supremo de la dictadura cómo manejar la información sobre esos crímenes. La tardía admisión se produjo con el reconocimiento de la autenticidad del documento publicado aquí el domingo 6 de mayo sobre el diálogo secreto con el dictador Jorge Videla del 10 de abril de 1978, luego de un almuerzo del que participaron los tres miembros de la Comisión Ejecutiva que conducía a la institución. Pese a ello tanto el Episcopado como el Vaticano y la gran prensa siguen guardando un escandaloso silencio.

La cuestión de las listas

La judicialización del documento eclesiástico se produjo en la causa abierta para determinar lo sucedido con los restos de Roberto Santucho, a pedido de su familia, representada por el abogado Pablo Llonto. Santucho fue abatido por una partida del Ejército el 19 de julio de 1976 y su cuerpo exhibido a la prensa en Campo de Mayo, pero luego desapareció sin explicaciones. A raíz de la confesión de Videla a un periodista español y otro argentino sobre el asesinato de los detenidos-desaparecidos, la jueza federal de San Martín, Martina Forns, a cargo de esa causa, citó a declarar al ex dictador. Videla dijo que él había decidido ocultar el destino de los restos de Santucho para evitar homenajes pero que quien sabía qué habían hecho con ellos era el entonces jefe de Campo de Mayo, general Santiago Riveros. Ante el cuidadoso interrogatorio preparado por Forns, Videla respondió sus preguntas durante más de tres horas. Sin eufemismos dijo que los detenidos-desaparecidos eran “condenados” y “ejecutados” y que ese método se había adoptado por comodidad porque creían que “no provocaba el impacto de un fusilamiento público”, que “la sociedad no lo iba a tolerar”. Agregó que “era difícil pensar que tantas personas podían ser juzgadas y la Justicia estaba asustada por la persecución que habían sufrido los jueces” del Camarón, el tribunal especial que actuó entre 1971 y 1973 durante la penúltima dictadura. Cuando Forns lo interrogó sobre las listas de personas detenidas-desaparecidas, Videla contestó que eran incompletas y que no se publicaron, porque contenían errores e inexactitudes y no hubo acuerdo entre las tres Fuerzas Armadas que compartían el gobierno. Agregó que la información sobre el destino de cada persona es “una obligación moral” pero que no es fácil cumplir con ella “por la forma tabicada en que se procedía y en algunos casos no hay rastros de eso y no puede publicarse a medias”.

Un diálogo entre amigos

Pero durante el almuerzo con el cardenal Raúl Primatesta, arzobispo de Córdoba, el arzobispo de Santa Fe, Vicente Zazpe, y el de Buenos Aires, cardenal Juan Aramburu, quienes eran presidente y vicepresidentes del Episcopado, Videla dio otra explicación mucho más sincera acerca de la publicación de las listas y sobre lo sucedido a las personas detenidas-desaparecidas. Ello consta en una minuta para el Vaticano, que los tres eclesiásticos redactaron luego de ese almuerzo y que fue reproducida en esta página hace tres domingos, en la nota “Preguntas sin respuesta”. En un clima que Aramburu describió como cordial, Videla dijo que no era fácil admitir que los desaparecidos estaban muertos, porque eso daría lugar a preguntas sobre dónde estaban y quién los había matado. Primatesta hizo referencia a las últimas desapariciones producidas durante la Pascua de 1978, “en un procedimiento muy similar al utilizado cuando secuestraron a las dos religiosas francesas”. Videla respondió que “sería lo más obvio decir que éstos ya están muertos, se trataría de pasar una línea divisoria y éstos han desaparecido y no están. Pero aunque eso parezca lo más claro sin embargo da pie a una serie de preguntas sobre dónde están sepultados: ¿en una fosa común? En ese caso, ¿quién los puso en esa fosa? Una serie de preguntas que la autoridad del gobierno no puede responder sinceramente por las consecuencias sobre personas”, es decir los secuestradores y asesinos. Primatesta insistió en la necesidad de encontrar alguna solución, porque preveía que el método de la desaparición de personas produciría a la larga “malos efectos”, dada “la amargura que deja en muchas familias”. Se refería en forma implícita a la carta que esa misma mañana le había enviado el presidente fundador del CELS, Emilio Mignone, padre de la detenida-desaparecida Mónica Candelaria Mignone, y una de las más altas personalidades laicas del catolicismo argentino. Mignone había sido ministro de Educación en la provincia de Buenos Aires en la década de 1940 y viceministro de Educación nacional en la de 1960. El fundador del CELS le escribió a Primatesta que el sistema del secuestro, el robo, la tortura y el asesinato, “agravado con la negativa a entregar los cadáveres a los deudos, su eliminación por medio de la cremación o arrojándolos al mar o a los ríos o su sepultura anónima en fosas comunes” se realizaba en nombre de “la salvación de la ‘civilización cristiana’, la salvaguardia de la Iglesia Católica”. Agregó que la desesperación y el odio iban ganando muchos corazones. Al día siguiente del almuerzo, Zazpe le informó a Mignone que la Comisión Ejecutiva le había transmitido a Videla “todo lo que dice su carta”. Dijo que habían sido “tremendamente sinceros y no recurrimos a un lenguaje aproximativo” pero le advirtió, como si se tratara de una accesoria cuestión técnica, que había una “divergencia con su carta” acerca de la publicidad o reserva de esta entrevista. “En esta ocasión volvió a recurrirse a la reserva”, que dura hasta hoy. Primatesta informó luego a la Asamblea Plenaria que los obispos le plantearon a Videla los casos señalados en su carta por Mignone, de presos que en apariencia recuperaban su libertad pero en realidad eran asesinados; que se interesaron por sacerdotes desaparecidos, como Pablo Gazzarri, Carlos Bustos y Mauricio Silva, y por otros detenidos de los que pidieron la libertad y/o el envío al exterior. Pero el desarrollo completo del diálogo sólo consta en la síntesis para el Vaticano. Cuando Primatesta advirtió sobre las amargas consecuencias del método de la desaparición forzada, Videla asintió. También él lo advertía, pero no encontraba la solución, dijo. Zazpe preguntó: “¿Qué le contestamos a la gente, porque en el fondo hay una verdad?”. Según el entonces arzobispo de Santa Fe, Videla “lo admitió”. Aramburu explicó que “el problema es qué contestar para que la gente no siga arguyendo”. Según Aramburu, cuando Videla repitió que “no encontraba solución, una respuesta satisfactoria, le sugerí que, por lo menos, dijeran que no estaban en condiciones de informar, que dijeran que estaban desaparecidos, fuera de los nombres que han dado a publicidad”. Primatesta explicó que “la Iglesia quiere comprender, cooperar, que es consciente del estado caótico en que estaba el país” y que medía cada palabra porque conocía muy bien “el daño que se le puede hacer al gobierno con referencia al bien común si no se guarda la debida altura”.
Luego de la publicación, la jueza Forns solicitó la entrega del documento a la Conferencia Episcopal. Sin dilación, recibió una copia. De este modo, la máxima conducción católica de la Argentina corroboró en forma oficial y en un expediente judicial que tanto la Iglesia argentina como la Santa Sede, para la que se confeccionó esa minuta, estaban al tanto del asesinato de las personas cuya desaparición era denunciada por sus familiares y por los organismos defensores de los derechos humanos.

Copia Fiel

El facsímil que se publica a la izquierda es el que obtuve en forma subrepticia en la sede de la calle Suipacha que el propio Videla donó a la Conferencia Episcopal antes de dejar el poder, en 1981. Arriba a la derecha se observa el número con que está archivado, lo cual da una idea de la magnitud de ese archivo cuya misma existencia la Iglesia negó, en una nota que en el año 2000 me dirigió su presidente, cardenal Estanislao Karlic. El de la derecha es el que la actual conducción episcopal, presidida por el Arzobispo de Santa Fe, José Arancedo, remitió a la jueza Forns. Arriba a la izquierda se lee “Es Copia Fiel” y abajo a la derecha consta el sello de la Conferencia Episcopal Argentina. En ambos ejemplares de ese documento secreto se observa que la afirmación de Videla sobre la protección a quienes cumplieron sus órdenes criminales está completada a mano por Primatesta. Pese a la enorme trascendencia de este demorado reconocimiento, ninguna autoridad eclesiástica hizo la menor referencia pública al tema, aunque la Comisión Ejecutiva se reunió el 16 de mayo y emitió un documento, cuestionando la ley de muerte digna sancionada por el Congreso. Como si la enormidad del hecho les cortara el habla, tampoco los diarios Clarín, La Nación y Perfil se dieron por enterados de la publicación de ese documento fundamental para establecer el grado al que llegó la complicidad de la Iglesia Católica con la dictadura militar y su política criminal. Treinta y cuatro años después, el encubrimiento continúa. Cuando el periodista español Ricardo Angoso lo entrevistó en la prisión que el Servicio Penitenciario Federal tiene en Campo de Mayo, Videla dijo que “mi relación con la Iglesia Católica fue excelente, muy cordial, sincera y abierta”, porque “fue prudente”, no creó problemas ni siguió la “tendencia izquierdista y tercermundista” de otros Episcopados. Condenaba “algunos excesos”, pero “sin romper relaciones”. Con Primatesta, hasta “llegamos a ser amigos”. Se nota.



Dos copias del mismo documento. A la izquierda, la que obtuve en el archivo del Episcopado, cuya existencia misma la Iglesia negaba. El número 10.949 que lleva, agregado a mano por el ex secretario del Episcopado Carlos Galán cuando ordenó el archivo, da una idea de la magnitud de ese repositorio. A la derecha, la versión oficial que este mes la Iglesia envió a la Justicia, a solicitud de la jueza Martina Forns. Le han borrado el número y le han agregado “Es copia fiel” y el sello de la Conferencia Episcopal.


Fuente: 

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-194987-2012-05-27.html



LOS OBISPOS SUMAN RECHAZOS por WASHINGTON URANGA



"¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que cierran la puerta del reino de los cielos para que otros no entren. Y ni ustedes mismos entran, ni dejan entrar a los que quieren hacerlo."

Evangelio de Mateo 23, 13.-


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EL COLECTIVO DE TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN CONTRA EL DOCUMENTO

Los obispos suman rechazos

Desde que la semana pasada se conoció el crítico documento del Episcopado, varias agrupaciones católicas le salieron al cruce. El Colectivo de Teología de la Liberación ironiza comparándolo con “un editorial de Clarín”.

 Por Washington Uranga
El documento emitido la semana anterior por la jerarquía católica y que expresa la particular mirada de los obispos sobre la situación del país sigue generando manifestaciones de desacuerdo en el seno de la propia feligresía católica. Ahora el llamado Colectivo de Teología de la Liberación Pichi Meisegeier (en recuerdo de un sacerdote jesuita recientemente fallecido y de gran compromiso popular) sostiene que “no nos sorprende el contenido del documento”, pero “lo importante es que esta vez, al hacerlo público a un mes antes de la Navidad, y a una semana del 7D, marca claramente su alineamiento del lado de los poderosos”. Y agregan que “las declaraciones allí vertidas se parecen más a una editorial de Clarín que a un escrito de testigos del Evangelio”.
El pronunciamiento, titulado “Del lado de los poderosos... como siempre”, lleva la firma, entre otros, de Rubén Dri, Adriana Fernández, Antonio Puigjané, Graciela Daleo, Alejo García, Rafael Villegas, Graciela Vanzan, Marianela García, Paula Blaskley y el coordinador del grupo, Tony Fenoy.
En otra parte del texto se señala que “cada postura tomada en este documento (episcopal) niega una buena noticia generada en estos diez años: la Asignación Universal por Hijo, el matrimonio igualitario, la ley de medios, los juicios a los genocidas por delitos de lesa humanidad, la creación de puestos de trabajo, el ingreso de miles de jóvenes a la política, la unidad latinoamericana y muchas más”.
Dicen también estos cristianos que “aunque reconocemos que faltan muchas cosas y que vemos contradicciones profundas en el llamado modelo, creemos que hemos avanzado y vamos por el buen camino”, agregando que “el conflicto es parte del crecimiento personal y social. Es el motor de la historia. No hay que tenerle miedo. La cuestión es cómo nos posicionamos frente al mismo: si desde los postergados y marginados o desde los opresores de siempre”.
En coincidencia con lo señalado días atrás por los Curas en la Opción por los Pobres, el Colectivo de Teología de la Liberación afirma que “los obispos hablan de diálogo y amistad social, que no es más que el falso consenso que favorece a los que más tienen” porque “siempre es necesario un Estado que funcione como igualador de la sociedad, en donde los que más tienen aporten más para redistribuir la riqueza”. Y critican que los miembros de la jerarquía católica hablen nuevamente de reconciliación “sin unirla a la justicia, negando la posibilidad de la verdad, fundamental para la construcción de una sociedad liberada. ¿Cómo pueden hablar de reconciliación cuando siguen sin pedir perdón por su actuación cómplice con la dictadura y no abren definitivamente los archivos del episcopado?”, sostienen avalando también un pedido hecho en días pasados por los Cristianos para el Tercer Milenio.
Según los firmantes, “este documento deja al desnudo lo que siempre fue, salvo las pequeñas excepciones, el episcopado argentino. Sienten que pierden poder y atacan enceguecidos como en una nueva cruzada en defensa de una identidad nacional con la que no tienen nada que ver”. Por eso, sostienen, los obispos quedan “totalmente alejados del sentir de nuestro pueblo más pobre... y en la vereda de enfrente del proyecto de Jesús”. Y rematan señalando que “no nos sorprende. Es lo que hicieron siempre, durante la dictadura y hoy también”.

FUENTE: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-209133-2012-12-04.html