jueves, 24 de agosto de 2017

POR LA JUSTA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA / Documento de Curas en la Opción por los Pobres 30º encuentro anual, Córdoba







Por la justa distribución de la riqueza




El grupo de Curas en opción por los pobres nos hemos reunido en nuestro 30º Encuentro anual haciendo memoria agradecida de los 50 años de 3 momentos eclesiales

  • La encíclica Populorum Progressio del Papa Pablo VI (26 de marzo de 1967)
  • El mensaje de 18 obispos del Tercer mundo a la sociedad, partiendo de dicha Encíclica (15 de agosto de 1967 [en adelante Mensaje])
  • El surgimiento del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (diciembre de 1967)

Comprobamos que las realidades y los tiempos son distintos, pero creemos que muchas cosas mencionadas en el Mensaje de los 18 Obispos conservan toda su actualidad y –como entonces – queremos retomarlas:

I.- El mensaje tiene claro que la situación de los pobres y el serio problema de la pobreza tiene su origen en la acumulación injusta de la riqueza.

Los gobiernos deben abocarse a hacer cesar esa lucha de clases que, contrariamente a lo que de ordinario se sostiene, han desencadenado los ricos con frecuencia y (la) continúan realizando contra los trabajadores, explotándolos con salarios insuficientes y condiciones inhumanas de trabajo. Es una guerra subversiva que desde hace mucho tiempo lleva a cabo taimadamente el dinero a través del mundo, masacrando a pueblos enteros (Mensaje 22). 

“¿Pero cuáles son, dime, los bienes que te pertenecen? ¿De dónde los has sacado? […] Al hambriento pertenece el pan que tú guardas. Al hombre desnudo, el abrigo que encierran tus cofres. AI descalzo, los zapatos que se pudren en tu casa. Al miserable, el dinero que tienes oculto. Así oprimes a tanta gente que podrías ayudar... No, no es tu capacidad la que se condena aquí sino tu negativa a compartir” (San Basilio; Mensaje 13).

No conocemos otro camino que la justa distribución de la riqueza para llegar a la tan proclamada “Pobreza Cero”.

II.- Como el Mensaje insistimos que “El obrero es infinitamente superior a todo el dinero” (15), y queremos denunciar repitiendo a Pablo VI y los 18 obispos que 
no podrá permitirse que los ciudadanos provistos de rentas abundantes, provenientes de los recursos y la actividad nacionales, transfieran una parte considerable al extranjero para su beneficio personal, sin preocuparse del daño que hacen sufrir por ello a su patria (20).

III.- Acompañamos a los trabajadores

con el fin de exigir y defender sus derechos: justo salario, licencias pagadas, seguridad social, viviendas familiares, participación en la gestación de la empresa… No es suficiente que estos derechos sean reconocidos sobre el papel por las leyes. Estas leyes deben ser aplicadas y corresponde a los gobiernos ejercer sus poderes en este terreno para servicio de los trabajadores y los pobres (22).

IV.- Sabemos que en su historia, la Iglesia, de la cual formamos parte, ha sido muchas veces más esposa del dinero que de Jesucristo: A veces, 
las Iglesias se encuentran de tal manera ligadas al sistema, que parecen estar confundidos, unidos en una sola carne como en un matrimonio. Pero la Iglesia tiene un solo esposo, Cristo. La Iglesia no está casada con ningún sistema, cualquiera que éste sea, y menos con el “imperialismo internacional del dinero” (Pablo VI y Mensaje 5).

V.- Por eso nos vemos en el compromiso –levantando la voz como los profetas o los primeros Padres de la Iglesia– de insistir que 
Dios no quiere que haya ricos que aprovechen los bienes de este mundo explotando a los pobres. No, Dios no quiere que haya pobres siempre miserables. La religión no es el opio del pueblo. La religión es una fuerza que eleva a los humildes y rebaja a los orgullosos, que da pan a los hambrientos y hambre a los hartos (19).

Por todo esto 

Tenemos el deber de compartir nuestro pan y todos nuestros bienes. Si algunos pretenden acaparar para ellos mismos lo que es necesario a los otros, entonces es un deber de los poderes públicos imponer el reparto que no se hace de buen grado (20).

Mirando nuestro presente histórico e iluminándonos con la Palabra de Dios reiteramos que juzgamos antievangélico este modelo de concentración de poder neoliberal que se lleva adelante en estos momentos en Argentina y otros países de América Latina y el Caribe, y supone otros sometimientos en los órdenes social, cultural y político. 
Como ya lo hemos dicho en anteriores mensajes:

  • Como lo hicieron otros organismos internacionales, exigimos la libertad de Milagro Sala y los demás presos políticos de nuestra patria;
  • Reclamamos la aparición con vida de Santiago Maldonado ya que entendemos que la desaparición forzada de un hermano llena de sombras la necesaria transparencia que toda democracia debiera tener.
Como integrantes del pueblo de Dios sabemos que el egoísmo, el individualismo y la muerte no tienen la última palabra. Y, como pastores, confiados en el Dios de la vida, exhortamos a todos los varones y mujeres de buena voluntad a “que vuelvan a tener confianza en ellos mismos” (18) y reforzar la esperanza en que “otro mundo es posible



Encuentro Nacional de Curas en la Opción Preferencial por los Pobres



Curas en la Opción por los Pobres se pronunciaron a favor de la distribución de la riqueza





ENLACE RELACIONADO:  http://www.curasopp.com.ar/





viernes, 4 de agosto de 2017

EL OBISPO ANGELELLI Y LA DESOCUPACIÓN Por Luis Miguel Baronetto



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Opinión


El obispo Angelelli y la desocupación




Por Luis Miguel Baronetto



Advertimos azorados un porvenir inseguro, efecto de una de esas situaciones graves que se manifiestan bajo las formas inhumanas de la desocupación, carestía de la vida, bajos salarios, escaso rendimiento del poder adquisitivo, alto déficit de vivienda, hospitales abarrotados, niños enfermos y desnutridos, carencia de una asistencia médica social y vigorosa y congruente. Se suma a esta situación desalentadora el cierre de plantas industriales, suspensiones masivas de personal, retracción en los sectores de la producción, desniveles marcados entre producción y consumo, y una paralización virtual del aparato financiero económico, ya sea estatal o privado, que hace difícil un cambio o una salida del estancamiento en que nos encontramos. Esto configura algo más que una crisis; es la conculcación, la negación misma de los derechos humanos y cristianos de la persona…Debemos llamar especialmente la atención, sobre la ilicitud de las ganancias usurarias fruto de este espíritu, que han practicado en estos últimos años muchas de las llamadas empresas financiadoras. Este proceso ha encarecido enormemente el valor del dinero haciendo perder la función social y natural del ahorro. Lo que a su vez, ha incidido directamente sobre el incremento desmesurado de los costos de la producción y de los precios de venta al consumidor. Todo lo cual, finalmente ha desembocado en la inflación que padecemos y, particularmente el sector obrero y ponderables núcleos de la clase media, que han visto disminuir vertiginosamente el poder adquisitivo de sus magros ingresos.”

Este diagnóstico de Enrique Angelelli en 1963, cuando era Obispo Auxiliar de Córdoba, cobra una vigencia preocupante ante la grave situación que padecen hoy especialmente los más empobrecidos. 

Los datos de la dura realidad nos dicen que el año pasado perdieron su trabajo unas 100.000 personas y en lo que va de este 2017 rondan las 25.000, sin contar los empleados en negro, changarines y cuentapropistas. Según las estadísticas oficiales el desempleo en el conurbano bonaerense supera el 11,8 por ciento, en Rosario creció al 10,3 y en Córdoba al 9.9. El Indec –la oficina de estadísticas del gobierno nacional– dice que “a unos 3,5 millones de autoexcluidos por el denominado efecto desaliento –que ya no buscan trabajo– se le suman 1.200.000 desocupados y otro tanto de subempleados, más 3.4 millones de ocupados en negro, lo que totaliza más de 8.000.000 de personas fuera del mercado laboral”. La consultora Ecolatina dice que “en 31 aglomerados urbanos hay 1 millón 24 mil trabajadores subocupados. 

El aumento desorbitante de los niveles de pobreza ha sido señalado en los últimos informes de la Universidad Católica Argentina. En Córdoba 618.000 personas están en el umbral de la pobreza, es decir con lo que ganan no les alcanza para la canasta básica alimenticia y de servicios. Algo más de 453.000 son pobres y 165.000 indigentes. Esto representa el 40,5 por ciento de la población de la ciudad de Córdoba, con el 10,8 por ciento de indigentes. Por su parte, el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES) indica que en Córdoba 564 mil niños y adolescentes (el 55,63) estaban en condición de pobreza al tercer trimestre de 2016. En La Rioja se han perdido 1.600 puestos laborales en el último año y medio por la apertura de las importaciones textiles.

Al cierre de innumerables fábricas textiles, alimenticias, químicas, electrónicas y metalúrgicas en todas las provincias argentinas se le agrega las reducciones de personal en otras que ya lo vienen anticipando para después de las próximas elecciones. La calidad de vida de las familias argentinas ha sido abruptamente degradada. 

A este triste y frío panorama en números, que esconden el drama de ciudadanos de todas las latitudes del país, se le suma la respuesta del gobierno mediante una feroz represión que se va incrementando, con nuevos equipos y armamentos para acallar la protesta social. Y el mayor empobrecimiento que significarán las modificaciones a la legislación laboral, sindical y previsional. Sin duda el desamparo más cruel e injusto es el que sufren los niños, los ancianos y los discapacitados, que padecen la quita de derechos reconocidos en las leyes.

En este nuevo aniversario del asesinato del Obispo Angelelli, su memoria cuestiona desde la fe y la esperanza a no quedarnos en el lamento; y buscar formas organizadas de solidaridad y lucha, acompañando los diversos reclamos de las víctimas directas de estas injusticias.

Traemos el mensaje escrito que nos dejó como legado para actualizarlo en nuestros días. Compartiendo la vida de los pobres, en La Rioja, reflexionó: “En el sufrimiento de nuestro pueblo está el grito de Dios Encarnado que nos debe hacer pensar en el cambio de sistema de vida que llevamos. Todo lo que atente contra la dignidad de cada hombre es una ofensa a Dios, es un ultraje a Él.” (1-1-1972). “Pareciera que Dios quiere enseñarnos cómo construir un verdadero proyecto que haga feliz a un pueblo, sólo cuando le ponemos en serio el oído a ese mismo pueblo”. (28-7-1974). 

Pero esta actitud de servicio siempre afectó –y afecta– los intereses de minorías con privilegios. El Obispo Angelelli lo asumió y lo dijo: “Por eso, la Iglesia deberá jugarse hasta el martirio si fuere necesario, en el cumplimiento de su misión, para que los hombres y los pueblos sean siempre templos vivos de Dios y tratados como tales”. (9-6-1974). Su mensaje es denuncia y propuesta. Su memoria sigue interpelando. Su martirio es el sello de las palabras convertidas en acciones de justicia y solidaridad.

“Trabajo, trabajo…Cuando la gente pide trabajo está gritando contra este tipo de sociedad que tenemos” E. Angelelli, (Reportaje en Familia Cristiana, abril 1975). 

Esta voz profética de un obispo debiera interpelar también a la actual jerarquía católica, como a la de otras iglesias, para denunciar la grave situación y exigir medidas que hagan justicia para la vida digna de los pobres.



* Querellante en la causa judicial por el asesinato de Angelelli.



https://www.pagina12.com.ar





jueves, 3 de agosto de 2017

HAY QUE SEGUIR ANDANDO NOMAS!!


Mons. Enrique Angelelli: Su Martirio 
1976 - 4 de Agosto - 2017
41 años.-






"El Buen Pastor da su vida por las ovejas" Jn., 10,11.-

"El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa"... 
Evangelio de Juan, 10,11.-


QUIÉN FUE ENRIQUE ANGELELLI ? / A 41 años de su Martirio







Estábamos haciendo un trabajo sobre Mons. Angellelli para ésta conmemoración y tuvimos que ir a una Gráfica para imprimir unos afiches. El muchacho que se hallaba trabajando allí fue el que preguntó: Quién fue Angelelli? De ahí surge la idea de presentar una nota a modo de síntesis biográfica para aquellos que aun no lo conocen. Entonces, quizás, de esta manera, ellos puedan acercarse a su Mensaje, sabiendo hasta dónde Enrique Angelelli amó el Evangelio, a la Iglesia y a los más pobres.

En realidad, se trata especialmente de él, pero en su Pastoral, llena de Vida y Justicia, lo esencial, es que anuncia a Jesucristo. Su Martirio, máximo testimonio de su entrega absoluta en el Amor a sus hermanos los más desposeídos y olvidados, así lo evidencia. 

Angelelli, no es un personaje de lejanos tiempos perdidos en círculos de una aburguesada comunidad que se cierra al mundo, en las antípodas de semejante posición, Enrique Angelelli es el modelo de una Iglesia que quiere ser abierta a todos, con una opción preferencial que lo recrea permanentemente en aquellos lugares en donde él cómo Obispo y Pastor, vivió el imperativo cristiano de servir y no ser servido.

Para aquellos que no lo conocen todavía, para quienes sí, y desean volver a rememorarlo, vaya esta sencilla sinopsis que intenta abrir el dialogo entre él y la gente; porque al fin de cuentas, Enrique Angelelli sigue hablándonos...


Buena Nueva21.- 






1976 - 4 de agosto - 2017
A 41 años.-



O callaba la verdad del Evangelio o lo silenciaban con la muerte. No calló porque había entendido que no hay amor verdadero, amor de Dios, sin justicia social, pero tampoco hay justicia sin amor solidario. Angelelli, varón de Dios, no se atrincheró en ningún tipo de violencia ni de las de las armas ni de las ideologías.”


Mons. Miguel Hesayne, Obispo emérito de Viedma. 13 Ago. 09 (AICA)




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Hijo de Juan Angelelli y Celina Carletti, inmigrantes italianos, había nacido el 18 de julio de 1923 en Córdoba.

Su compromiso con los trabajadores, con los más humildes y con la juventud, lo ubican como un visionario de la opción, que años más tarde la Iglesia haría expresa en los documentos de Medellín (1968) y de Puebla(1979). Como Obispo Auxiliar de Córdoba, Mons. Angelelli tuvo una activa participación, a solicitud de los trabajadores, en diversos conflictos gremiales, marcando así una presencia decisiva de compromiso episcopal poco frecuente en el contexto eclesial de Argentina y especialmente resistida en los círculos del catolicismo tradicional de Córdoba. Por eso, su designación como Obispo de La Rioja, en 1968, no pasó desapercibida como el intento de alejar de Córdoba "la católica" una "voz" molesta y cuestionadora. 


OBISPO DE LA RIOJA



                                                       



Designado por el Papa Pablo VI, se hizo cargo el 24 de Agosto de 1968, con el lema "Justicia y Paz“. 

Su propósito pastoral fue claro desde el principio: "No vengo a ser servido sino a servir; a todos sin distincion alguna de clases sociales, modos de pensar o de creer”.

24 de agosto de 1968 Homilía en la toma de posesión: "Un riojano más para pastorear este pueblo de Dios" 

27 de setiembre de 1970 Homilía en la misa radial : “Descubramos la fuerza que llevamos dentro, para leer el Evangelio con ojos y corazón de niño, que son, en definitiva, los ojos y el corazón del Dios de los cristianos”



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EL PASTOR

“Como Jesús, quiero ser servidor de nuestros hermanos los pobres, de los que sufren espiritual o materialmente, de los que reclaman ser considerados en su dignidad humana como hijos del mismo padre que está en los cielos“ 

“El agua es para todos; la tierra es para todos; el pan es para todos. Y esto no es subversión…yo sé que esto puede afectar algunos intereses…pero la iglesia debe estar, y está, profundamente comprometida con el desarrollo del hombre.“ 


Su pastoral empieza con gestos proféticos, de cercanía a los más pobres y a la clase obrera, acompañando así con coherencia su palabra claramente evangélica…

Mediando en un conflicto laboral, cuando los patrones pensaban recibir el apoyo del obispo, él les dice : "Miren, si estas injusticias continúan, algún día estaremos juntos en el mismo paredón: ustedes los patrones y nosotros los curas. Ustedes, por no haber practicado la justicia social. Nosotros, por no haber sabido defenderla."

Fue así que se dedicó incansablemente a recorrer todos los rincones de la Diócesis, hasta los ranchos más apartados. Desde entonces formuló su regla de oro:


"Para servir, hay que tener un oído atento al Evangelio y el otro en el pueblo".

Atento al espíritu del Concilio Vaticano II, acercó la acción pastoral y las celebraciones a la gente. Así hizo con los mensajes radiales; con la famosa Misa de Nochebuena bajo el alero de un pobre rancho; con el rescate de la tradicional fiesta del Tinkunaco; etc.

Su palabra se fue haciendo potente y molesta para la élite dominante: 

"Existen unos que no tienen voz, que son marginados y explotados y existen otros que tienen privilegios y explotan a los demás. ¿Eso lo quiere Dios? ¡No!"

Denuncia la usura ejercida desde familias poderosas de la sociedad riojana. La prostitución y el narcotráfico, también. A las marchas organizadas, él suma la Comisión de Lucha contra la Usura, creada en abril de 1971. 


A partir de 1971 promovió fuertemente la organización de escuelas rurales y de cooperativas de trabajo. También pidió la inspección de las condiciones laborales en algunas fincas, lo que costó la agresión física a un sacerdote y dos laicos comprometidos.

En una tierra donde el agua es escasa, tener el monopolio de su distribución-como en Aminga-donde una sola familia (el latifundio de los Azzalini) poseía el 70% de ella, era una injusticia. Por eso: “…el agua es para todos” 


“ Angelelli impulsa junto a Caritas, un estudio de factibilidad para la expropiación de tierras del latifundio AZZALINI para ser entregado a una Cooperativa." "…una Cooperativa constituida por los propios trabajadores de las 38 fincas y la bodega que absorbía toda el agua de riego (70%) y la mano de obra de Aminga”


"Enrique Angelelli, Obispo de la Rioja”, de Ricardo Mercado Luna. 



Surge la "Cooperativa de trabajadores rurales de Aminga ltda." ("Codetral").-




1970: EL MOVIMIENTO RURAL DIOCESANO EN LA RIOJA


"Yo no puedo predicar la resignación. Dios no quiere hombres resignados." 

Enrique Angelelli 






En diciembre de 1971, el gobierno canceló la difusión radial de la Misa de Navidad. Angelelli rezó así: "Señor, te pido por la gente del campo que esta noche no ha tenido misa, que no podemos transmitir por la radio nuestra (...) Quizá le tengan miedo a la misa y la crean peligrosa, porque Tú eres bastante peligroso. El Evangelio, esa Buena Nueva que eres Tú, no es tan fácil vivirlo, y cuando se la quiere vivir en serio, la Buena Nueva es peligrosa."

En agosto de 1972 fueron detenidos los P. Gill y Praolini. Angelelli comenzó la misa y al llegar al ofertorio la interrumpió para encabezar la marcha ante el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia, reclamando su libertad. Recién los liberaron en septiembre, al demostrarse la falsedad de los cargos. 

Hubo numerosas agresiones de grupos conservadores y de parte de la prensa local. En junio de 1973, el obispo, sacerdotes y cristianos comprometidos fueron agredidos en Anillaco por un grupo organizado por terratenientes de la zona. 

Toda esta verdadera Pastoral de Liberación, que partía de un autentico compromiso con los más pobres; fue llevando a un estado de agudización de la crisis, que determino el "cierre del circulo”.

El 29 de julio en Aminga, (cerca de Anillaco) fue destrozada la comunidad de las hermanas de la Asunción y una cooperativa. Angelelli los animó a no aflojar: "Hay que seguir andando, nomás" 

Ante una fuerte campaña de difamación hacia el obispo, el Papa Pablo VI "le ha pedido a Mons. Vicente Zaspe (arzobispo de Santa Fe) que sea portador en su nombre de un gesto fraternal de apoyo y respaldo a su misión pastoral”. Zaspe recorrió la Diócesis y dialogó con mucha gente. Al final expresó: "La pastoral de la Iglesia riojana es la pastoral de la Iglesia Universal (...). No he venido por mi propia iniciativa; me han enviado. Y el que me envió tiene un nombre concreto: Pablo VI. Y las consignas son tan concretas como su nombre: pedir la confianza para el obispo, porque el Papa se la tiene." 







24 de MARZO DE 1976


El terrorismo de Estado irrumpe con sangre y fuego en nuestro país. El horror en el marco de un plan sistemático de detención-secuestro-tortura y desaparición de personas, se adueñaría de la vida de la nación. 


LOS ASESINATOS DE GABRIEL, CARLOS Y WENCESLAO





El 18 de julio de 1976, un grupo de tareas asesinó a los curas Gabriel de Longueville y Carlos de Dios Murias. Una semana más tarde, fueron a buscar a Pedernera a su casa en Sañogasta, distrito de Chilecito 

El 18 de julio de 1976, se concreta la respuesta más clara de la dictadura: Son secuestrados y asesinados los sacerdotes de Chamical, P. Gabriel Longueville y Fray Carlos de Dios Murias. 

Una semana más tarde, cae asesinado en su casa, el dirigente rural Wenceslao Pedernera, en Sañogasta, departamento de Chilecito. Oriundo de Mendoza, Pedernera llega a La Rioja para colaborar con Angelelli como militante del Movimiento Rural Católico. Había arribado a la provincia para participar en la formación de las cooperativas de campesinos que impulsaba Monseñor Angelelli. Cuando comenzó a recrudecer la represión, se instaló en Sañogasta, donde fueron a matarlo. Una noche fría de julio de 1976, le dispararon en su casa frente a su mujer y a sus dos Hijos. Murió en el Hospital de la zona. 


Era julio de 1976. Ahora, por ese asesinato, el juez federal subrogante Franco Román Grassi pidió en junio de 2006 la detención del ex comandante del III Cuerpo de Ejército Luciano Benjamín Menéndez y de otros diez represores. 

El obispo Angelelli denunció su asesinato junto con el de los dos curas y pidió que se investigasen los crímenes. 

“Un muchacho de 30 años y presbítero ha muerto, por ser fiel a las bienaventuranzas de Jesús mártir”, sostuvo en su funeral. Pero su voz fue acallada por la dictadura.


Angelelli preside la misa y el velatorio de los sacerdotes; y en el novenario por los asesinados afirma: "Son varios los que tienen que morir, entre ellos estoy yo".


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El 4 de agosto de 1976, aproximadamente a las 14,30. hs, de regreso a La Rioja desde Chamical; sería asesinado en el transcurso del viaje.



+ Enrique Angelelli (1923-1976),Obispo de La Rioja desde agosto de 1968; fue asesinado el 4 de agosto de 1976; es el primer Obispo mártir de la historia argentina y también el primero de la historia contemporánea de América latina.-


EL CRIMEN 


El mismo se produjo cuando volvía de la misa de los sacerdotes asesinados en Chamical, en su camioneta el 4 de agosto de 1976. 

El cura Alberto Pinto, que viajaba con él, recuerda que un Peugeot 504 les salió al cruce y los hizo volcar a la altura de Punta de los Llanos. 

Su cuerpo fue encontrado en medio de la ruta con los brazos abiertos en cruz. Lo habían arrastrado y tenía la nuca destrozada. La dictadura siempre sostuvo que fue un accidente de tránsito.

LA JUSTICIA 

La resolución judicial que dictaminó el homicidio, diez años después, añadía al final: "…Que por ello, doy por acreditado que el hecho que costara la vida a quien fuera Obispo de La Rioja hasta el día cuatro de agosto de mil novecientos setenta y seis, Monseñor Enrique Angelelli, ha sido: homicidio; habiéndose producido su muerte en el lugar precitado, aproximadamente a las quince horas del día mencionado… “(Resolución del Juez Dr. Aldo Fermín Morales 19 de Junio de 1986 Expediente Nº 23.350 Letra M caratulado: N. N. - Homicidio calificado y tentativa de homicidio calificado" Juzgado de Instrucción en lo Criminal y Correccional Nº 1 de La Rioja.)

Extraido del libro "Reportajes a Mons. Angelelli" - Luís Miguel Baronetto - Junio de 1988.- 



Los asesinatos de los Obispos E. Angelelli, de La Rioja, y C. Ponce de León, de San Nicolás, en agosto de 1976 y julio de 1977, presentan tan llamativas similitudes que sugieren una común inspiración operativa. 

Ambos crímenes se realizaron de modo de que parecieran accidentes de carretera, en ciudades donde tenían asiento sendos batallones de ingenieros del Ejército.

Pagina/ 12


LLEGÓ LA JUSTICIA 


El 4 de julio de 2014, después de 38 años de su asesinato, llegó la justicia, quien dictaminó la condena a prisión perpetua a Menéndez y Estrella por el asesinato del obispo Angelelli en 1976, y de la tentativa de homicidio de quien lo acompañaba, su amigo Arturo Pinto.


http://www.telam.com.ar/



MONS. ENRIQUE ANGELELLI, LA IGLESIA QUE ILUMINA / A 41 años de su Martirio



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“La fidelidad de esta Iglesia la defenderé hasta con la sangre”











Mons. Enrique Angelelli.-










"La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres... Así la Iglesia encuentra su salvación."

Mons. Oscar Romero (1977-1980).-





Hace poco volví a ver la famosa cita de Piotr Kropotkin, el gran anarquista ruso, que sentencia: "La única iglesia que ilumina es la que arde"... De inmediato, pensé en su contralectura a la luz del Evangelio y del contexto de la Iglesia como Pueblo de Dios. En gran parte, Kropotkin alude a una realidad desgraciada de la Iglesia del poder y a su destrucción. Desde su visión ideológica la extiende, inapelable, a toda, sin distinción de ningún orden. Sin embargo, hay una que ilumina porque es cierto que arde... Arde en el fuego de su fidelidad a la Buena Noticia del Jesús Histórico, arde porque optó por su amor preferencial por los más pobres, por su compromiso con obreros y trabajadores, arde porque vive y lleva el Reino de Dios, que es Reino de Amor y Justicia para todos, entre ellos, los excluidos y explotados de modo predilecto; arde por la Gracia del Espíritu que la guía, a pesar de las grandes y graves persecuciones de la que fue objeto en todos los tiempos, fundamentalmente cuando le fue leal a Cristo, haciéndolo presente entre todos aquellos que más sufren. Y en modo particular, en Latinoamérica, con persecuciones ejercidas en la coacción, el asedio y silenciadas sistemáticamente entre un poder y otro. Con la efectiva acción, complicidad y omisión, en cada caso que correspondiese, de su propia jerarquía oficial vaticana, adaptándose al neo-liberalismo reaccionario y regresivo, para destruirla en forma definitiva, contraponiendo su programa ultra-conservador, eliminando así, la ya difundida y asentada Teología de La Liberación que no hacía más que responder a los criterios angulares del Concilio Vaticano II, extendiendo el saber teológico (que hasta entonces había sido propiedad de los ministerios sacerdotales y se reservaba a los más estrictos círculos académicos y doctos) extendiéndolo, decía al mismo pueblo, desde su vida misma, intima y concreta, entre todos reflexionando críticamente esa cotidianidad, esa actualidad, a luz de la Fe. Entonces, los métodos se enriquecieron vitalmente con: "El pobre como lugar teológico privilegiado de manifestación de Dios; la perspectiva del pobre y su liberación como óptica desde la que leer los acontecimientos y releer la historia; el servicio de la teología como palabra segunda, como reflexión crítica del accionar humano y eclesial."

Toda Ella, también ardió con pasión, cuando se la atacó en su expresión más genuina: las Comunidades Eclesiales de Base, desmantelándolas desde su excepcional proyecto pastoral y social, quebrando de este modo, su vínculo con el núcleo de las mismas, la fe popular y su propia teología, con sus dirigentes y sus sacerdotes. Es decir, atacando su base eclesial en lo humano, social, étnico, político y religioso. Es la ruptura de la Sede Vaticana de la que hablábamos, con los históricos lineamientos orientadores de Las Conferencias de Medellín y Puebla, con la Iglesia nacida del pueblo, que organizado comunitariamente, vive el Reino, trasformando su realidad. Y del mismo modo, ardió con el pueblo salvadoreño junto al ministerio pastoral de Mons. Oscar Romero, asesinado por el gobierno de ultra-derecha en alianza con la oligarquía de ese país, en manos de un sicario, el ex capitán Alvaro Saravia, que respondía a ordenes de Roberto D'Aubuisson, de la CIA, fundador y máximo jefe de los escuadrones de la muerte y del partido gobernante ARENA; crimen que hasta el presente permanece impune. Mons. Oscar Romero ardió con la Iglesia que ilumina por su defensa incondicional y valiente de los DD.HH. y su práctica evangélica de "opción preferencial por los pobres". Hoy se lo llama popularmente "San Romero de América" y su causa de canonización está en marcha. Esa misma Iglesia es la que arde en todos sus mártires los que dieron y dan la vida por la Utopía de Jesús; arde cuando el terrorismo de la triple "A" ejecutó al Padre Carlos Mujica, cuando la dictadura genocida del '76, con la connivencia eclesiástica Institucional en su gran mayoría, masacró con saña a los Palotinos de San Patricio; y el 4 de agosto en La Rioja, cuando según el poeta: "...Y en Chamical, y en Punta de los Llanos desnucado está Dios".* Así ardió con él, con Mons. Angelelli, porque demostró que es posible la práctica del Evangelio y la construcción del Reino en una sociedad postergada que puede hacerse Nueva; porque hizo patente el Concilio Vaticano II, aplicándolo en su Pastoral Social, indicando y probando que La Iglesia se puede transformar desde adentro, desde sus mismas estructuras y ponerlas totalmente al servicio de un proyecto integral de Liberación y Salvación que tenga al hombre como centro de su misión. Arde e ilumina, consumiéndose para manifestar que anuncia a Cristo, y no a ella y sus intereses personales, predica a Cristo, no se predica ella y así es auténtica Iglesia del pueblo de Dios. Esta es La Iglesia que arde y que ilumina...

Allá Kropotkin, ese genial pensador revolucionario y luchador incansable de su causa, él catapultó su mensaje tan desbastador como controvertido, como siempre lo hacen los grandes y desde ese universo subversivo de ideas y luchas anarquistas, por una sociedad igualitaria, solidaria, fraterna y justa, propone en mi cabeza de habitante del nuevo milenio, esta otra manera de repensar su concepción nihilista sobre la Fe y La Iglesia. 

En este 4 de agosto, fecha de su martirio, Mons. Enrique Angelelli, arde, arde como ardió por los parajes riojanos, con su gente, enseñándoles que eran personas con derechos, arde como ardió cuando propició la expropiación del latifundio de los Azzalini, constituyéndolo en propiedad de sus trabajadores en la zona de "Aminga" y de ello salió la "Codetral", una Cooperativa de campesinos en una tierra donde los feudos y los terratenientes son dueños de la vida. Arde como ardió en su último gesto por su amado rebaño como el Buen Pastor: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas." (Juan 10,11-13.).Y los lobos tan temidos aparecieron en la oscura y terrorífica noche, reprimiendo, encarcelando, torturando, haciendo desaparecer y matando, pero él se mantuvo firme en su amor por todos y no los abandonó, por el contrario estuvo siempre presente con sus hermanos hasta jugarse la misma vida por ellos. A sabiendas de su martirio decía: "Son varios los que tienen que morir, entre ellos estoy yo".

En ese viaje que emprendió desde Chamical a la Gloria, en su extrema ofrenda como Obispo, Pastor y Mártir, Monseñor Enrique Angelelli, es manifiestamente La Iglesia que ilumina porque arde de verdades, amores, carismas, testimonios, libertad y esencialmente, porque es pobre, por eso puede arder mejor que ninguna otra, porque el fuego la quema de tanta injusticia que debe convertir para ser realmente Aquella que el crucificado fundó, para que precisamente su abrasadora Palabra sea Luz de Vida, en donde la dignidad y la esperanza, no existen porque nadie las conoce, ni saben de ellas, en la orfandad de los que son imagen y semejanza del mismo Dios.-



BuenaNueva21
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Fuentes consultadas:

* CANTATA RIOJANA, Música: Ramón Navarro, Poemas: Héctor David Gatica




"Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja.", Ricardo Mercado Luna.



BARONETTO: "EL PODER ESTABLECIDO LO ASESINÓ POR PROMOVER EL TRABAJO COOPERATIVO Y EL REPARTO DE LA TIERRA" Por Katy García







Artículo publicado al cumplirse 40 años del martirio de Monseñor Enrique Angelelli


Baronetto: “El poder establecido lo asesinó por promover el trabajo cooperativo y el reparto de la tierra”


Agencia Acta




A 40 años del martirio, en una entrevista para ACTA, Luis Baronetto, biógrafo de Monseñor Enrique Angelelli y militante en defensa de los derechos humanos, recuerda algunos aspectos de la vida y obra del Obispo que recomendaba a sus pastores: “Con un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio”.




El 4 de agosto de 1976, el Obispo Enrique Angelelli (1923-1976) y el vicario episcopal Arturo Pintos viajaban desde Chamical a La Rioja. Cerca de Punta de los Llanos fueron encerrados por dos vehículos. Angelelli murió y Pintos sobrevivió. Volvían de los funerales de los curas Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville secuestrados y asesinados días antes.

La orden “Que parezca un accidente”, atribuida pero nunca enunciada por el actor Marlon Brando en la película “El Padrino”, bien podría haber sido impartida por el jerarca Jorge Rafael Videla. La construcción discursiva oficial mantuvo por décadas la teoría del accidente que fue reforzada por los medios de comunicación y avalada por la jerarquía eclesiástica.Esa noche, como otras, un grupo de prisioneros se informaba a través de Radio Universidad de Córdoba gracias a un aparato celosamente escondido. Apenas escucharon la noticia “Los cuatro o cinco que estábamos en la celda comentamos: lo mataron los milicos”, cuenta, Luis Miguel Baronetto, sobreviviente de la dictadura y querellante en la causa que investigó y condenó a los autores mediatos del crimen.

En una extensa charla con este medio, el ex Director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba e infatigable militante de las causas nobles, “Vitín” Baronetto, analizó la trayectoria del obispo tercermundista que “no era mago ni Súperman. Desde el lugar que ocupaba llevó adelante las iniciativas del pueblo junto a otros militantes cristianos y sociales. Ellos, van a ser las primeras víctimas de la dictadura. Desde 1975, numerosos agentes pastorales que también militaban en la Juventud Peronista fueron detenidos” y añadió que el religioso figuraba en una lista de futuras ejecuciones junto a Rodolfo Ortega Peña, Atilio López, Silvio Frondizzi y Alfredo Curuchet.

Con la recuperación de la democracia “nos juntamos con otros compañeros que venían del cristianismo y de la militancia política y editamos la revista Tiempo Latinoamericano que llevó como lema una expresión que Angelelli repetía siempre: Con un oído en el evangelio y otro en el pueblo”.

Desde ese espacio se promovieron homenajes, muestras fotográficas y peñas populares para mantener vivo el reclamo nacido el mismo día de su muerte. A la vez aportaban datos a la causa. En 1986, el juez Aldo Morales afirmó que se trataba de “un crimen premeditado y esperado por la víctima”. El fallo fue apelado. Tras el dictado y posterior proceso de anulación de las leyes del perdón la causa se reabre en 2006. Los únicos acusados vivos, Luis Fernando Estrella y Luciano Benjamín Menéndez fueron condenados a prisión perpetua, en 2014. Los otros acusados Albano Harguindeguy, Jorge Rafael Videla y el ex policía Juan Carlos Romero, fallecieron. A fines de marzo la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la sentencia. (1)

-A 40 años de los hechos y tras una extensa lucha hace dos años terminó la impunidad y hay una sentencia firme, ¿cómo se sienten?

Sentimos que triunfamos. No sólo devolviéndole la muerte que le habían robado sino sobre los silencios cómplices, especialmente, de la institución eclesiástica que él había integrado como obispo. Con el fallo judicial se acababan las excusas para seguir impidiéndole la entrada en los ámbitos eclesiásticos. Aún así todavía hoy la cúpula episcopal argentina no ha tenido una palabra oficial al respecto. Pero la verdad se va imponiendo. No son pocos los esfuerzos del obispo Marcelo Colombo y fue importante el rol favorable que desarrolló en su momento el cardenal Jorge Bergoglio cuando presidió ese cuerpo colegial.

-¿Qué demostró la Justicia? ¿Qué razones hubo para sellar su suerte?

Quedó demostrado que para el poder establecido Angelelli era el peligro mayor. Lo tenía que asesinar porque dinamizaba la participación de las organizaciones populares de base que tocaban fuertes intereses. El Tribunal dijo que hubo dos móviles. Uno, la fuerza de la pastoral diseminada en toda la provincia. Y otro, relacionado con la documentación que tenía en su poder sobre las muertes de los curas. Durante el juicio se conoció un escrito enviado a Pío Laghi y al superior de Murias. Allí advierte que no lo dejaban llegar a Buenos Aires. Si lo hago, decía, van a volar varios birretes.

-Lo mandaron a La Rioja para que no “molestara” en Córdoba. Apenas llegó dijo que venía “como servidor de los pobres”, ¿qué pasó?

Los primeros conflictos los tuvo con los sectores del tradicionalismo católico riojano que no casualmente coincide con las clases altas. Sintieron que la Iglesia ya no era el bastión de sus privilegios. Cuando Paulo VI clausura el Concilio Vaticano II, la ubica como la sirvienta de la humanidad, bien abajo, con el pueblo, con los pobres. Desde ese lugar, Angelelli lleva adelante una pastoral diferente. Lo primero que hace es recorrer la provincia en una Estanciera y convocar a curas, monjas, laicos, creyentes y no creyentes, a una reunión pastoral donde la Iglesia sería interpelada desde dos preguntas. ¿Qué dices de ti misma? ¿Cuál es tu misión?

-De ahí salen a la luz problemáticas vitales para la comunidad y acciones a poner en marcha. ¿Cómo reaccionan los poderosos?

En una primera etapa surgen las injusticias y la pobreza que padecen los campesinos en los llanos y en los barrios periféricos de la ciudad. Hablar de esto le trae problemas. Las misas radiales son prohibidas por el gobierno dictatorial de Onganía y Lanusse. En 1972, se agrava con la formación de cooperativas de producción, comercialización y consumo de nuez, vid y aceitunas. Este paso significaba una conciencia de participación distinta que toca los intereses de productores e intermediarios. Por eso la persecución inicial estuvo dirigida a desarticular las cooperativas de teleras y de viviendas.

-¿La expropiación de tierras fue el punto máximo de la disputa?

Cuando se intenta expropiar el latifundio de los hermanos Azallini que concentra el 70 por ciento de las aguas se forma la Cooperativa de Trabajo de Aminga Limitada (CodeTral). Los terratenientes se ponen en alerta, porque, claro, el pequeño productor ya no les iba a vender su producción. El poder establecido lo asesinó por promover el trabajo cooperativo y el reparto de la tierra. Los cruzados católicos se ponen del lado de los latifundistas con la ayuda de Monseñor Tortolo. Orquestan una campaña para desacreditar su labor, expulsarlo y acusarlo de “comunista”. Paulo VI envía a Zaspe quien informa que el problema no era religioso sino socioeconómico y político. Desde Roma lo ratifican, pero los problemas siguen.

-¿En esa línea, los sectores de poder se abroquelaron ante una posible reforma agraria?

Los militares, los sectores de la alta alcurnia, y los terratenientes, se unieron para defender sus intereses económicos en una provincia con fuertes características feudales. Todos los miembros de las cooperativas fueron presos porque el objetivo era desarticularlas porque obstruían el monopolio de la producción. En 1975 Menéndez dijo que en La Rioja no había subversión armada pero advirtió que una reforma agraria podría extenderse sobre las mercedes que la fuerza aérea quería para ellos. Algunos pobladores fueron tentados con dinero y otros directamente echados.

-¿Angelelli se reunió con Menéndez y le dijo que se cuidara?

En una carta que le manda al arzobispo de Santa Fe, Vicente Zaspe, le cuenta de esa reunión mantenida en junio de 1976 donde expresa su preocupación por la caza de brujas y la detención del cura de Olta, Eduardo Ruiz, liberado el 28 de julio. El capuchino era perseguido por contribuir en la formación del sindicato de Aoma. Y ahí cuenta que Menéndez le había dicho: “El que se tiene que cuidar es usted”. En mayo, había intentado plantearle a Tortolo lo que pasaba pero no le dan cabida.

-Aquellas luchas comprometidas con la opción por los pobres dejaron su impronta en las comunidades ¿Fueron retomadas esas ideas?

Hubo un gran desbande. El temor y el desamparo perduraron por muchos años. Me parece que la siembra se vio en las luchas en contra de la mina en Famatina y en los barrios donde lo religioso y lo político estuvo articulado. Esos síntomas de revitalización se advierten y generan mayor participación. Hoy más que nunca hay pobres y esa realidad pone a las personas con sensibilidad social allí donde hay hambre, violencia policial, falta de servicios básicos y desempleo. En el gran Buenos Aires, trabajan dos grupos en la pastoral villera muy ponderados por Bergoglio. También en Córdoba hubo avances.



1-Más información sobre el Juicio aquí: http://web.archive.org/web/20150701…



* Equipo de Comunicación del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTA)






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ÚLTIMA HOMILÍA DEL OBISPO DE LA RIOJA, ENRIQUE ANGELELLI A 41 años de su martirio






Última homilía del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli




El 4 de agosto de 1976, el cuerpo del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, fue encontrado al costado de la ruta 38, camino a la capital provincial. La camioneta furgón en la que viajaba dio varias vueltas antes de que saliera expulsado. Su acompañante, el entonces vicario episcopal, Arturo Pinto, sufrió numerosos golpes y perdió la conciencia, pero salvó su vida. Cuando la policía encontró el cuerpo de Angelelli, estaba llamativamente dispuesto sobre la tierra. Ambos religiosos regresaban de Chamical, donde unos quince días antes habían sido secuestrados, torturados y brutalmente asesinados los jóvenes sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias. El obispo había oficiado la misa del entierro el 22 de julio y en la camioneta llevaba una valija con documentos recogidos para esclarecer estos crímenes.

Enrique Angelelli nació en 1923, en Córdoba. A los 26 años fue ordenado sacerdote y once años más tarde, obispo. En 1968, le fue asignada la diócesis de La Rioja. Allí, desarrolló con notorio entusiasmo su apuesta por los votos sociales del Concilio Vaticano II. Con su estilo llano y de estrecha relación con el empobrecido poblador de aquella provincia, estimuló y apoyó la organización de las empleadas domésticas, de los trabajadores mineros y agrícolas. Sus misas dominicales llegaron a ser transmitidas por radio hacia todos los rincones de la provincia. Pero en una Argentina en la que se agudizaban los conflictos sociales, pronto encontró la enemistad del clero integralista y conservador del país, de los dirigentes de las Fuerzas Armadas y de los sectores poderosos de La Rioja. Apenas producido el golpe del 24 de marzo de 1976, sus emisiones radiales fueron prohibidas. En varias oportunidades, sus misas debieron ser canceladas por la prepotencia de los grupos de poder local.

Al día siguiente de su muerte, el diario El Sol de La Rioja, tituló: “Murió Angelelli en un accidente”. Esta misma opinión fue la que mantuvieron por años la Dictadura y el Episcopado argentino. Pero su acompañante, Arturo Pinto, aseguró ante el Tribunal que abrió la causa en 1983 para investigar la muerte del obispo, que un Peugeot 404 maniobró bruscamente delante de ellos, provocando el vuelco de la camioneta en la que viajaban. Lo último que dijo recordar fue el ruido de una explosión. El 19 de junio de 1986, el juez Aldo Morales estableció que se trató de “un homicidio fríamente premeditado”. Las “leyes de la impunidad” en los 90 provocaron la caída de la causa. Pero la anulación de aquellas leyes, en 2005, permitió su reapertura. En 2010, Pinto y varios actores más se constituyeron en nuevos querellantes y solicitaron la imputación de catorce militares y policías, encabezados por el ex dictador Jorge Rafael Videla, el entonces comandante del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y el interventor de La Rioja, coronel Osvaldo Héctor Pérez Battaglia. El 4 julio de 2014, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja consideró delitos de lesa humanidad el homicidio del obispo y el intento de asesinato del ex sacerdote Arturo Pinto y condenó por ellos a los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella a prisión perpetua y cárcel común.En esta ocasión, acercamos la última homilía brindada por el obispo, el 22 de julio de 1976, dos semanas antes de su muerte, en ocasión del entierro de los jóvenes sacerdotes del pueblo riojano de Chamical, Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, secuestrados el 18 de julio y cuyos cuerpos aparecieron acribillados dos días más tarde.
Fuente: Pastor y Profeta. Mensajes de Monseñor Angelelli, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 1986.



Homilía con motivo del entierro de los sacerdotes Gabriel y Carlos


22 de julio de 1976.


Mis queridos hermanos y amigos: vamos a seguir rezando, como lo venimos haciendo desde que desaparecieron nuestros hermanos sacerdotes, pastores de Jesucristo, en este noble y sufrido pueblo de Chamical, elegido y probado, señalado como fiel testigo, testimonio vivo de la muerte de estos dos hermanos. (...)

Antes de proseguir tengo que dar cumplimiento a lo que se me ha pedido, no como una cosa externa; debo comunicar a la diócesis las condolencias que hemos recibido. Una de ellas proviene de parte de todo el episcopado argentino, y me la hace llegar mi hermano, el cardenal Primatesta, presidente de la conferencia episcopal argentina. Todos los obispos hubieran deseado estar presentes, como el mismo nuncio apostólico, representante del Papa en la Argentina. Los obispos no pueden hacerlo en este día, porque la comisión ejecutiva del episcopado tiene una entrevista con el excelentísimo señor presidente de la nación.

El segundo telegrama proviene del señor nuncio apostólico del Santo Padre, monseñor Pío Laghi; y el tercero del arzobispo de Santa Fe, monseñor Vicente Zazpe. La sola lectura de estos mensajes nos habla de la adhesión de toda la Iglesia argentina, del representante del papa y de la comisión ejecutiva, y nos explican por qué no están concelebrando y presidiendo -como lo harían con gusto- esta eucaristía, en la despedida de Carlos y Gabriel.

Esto también tiene que hacernos pensar. No es algo de Chamical, no es algo de La Rioja. Es de la patria, es algo de toda la Iglesia argentina, es de todos. Yo diría: de creyentes y no creyentes. ¡Nos toca a todos! (...)

¡Cómo quisiera decir a los que les quitaron la vida, a los que prepararon el crimen, a los que lo instigaron: abran los ojos, hermanos! Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos ante el sacrilegio que se ha cometido, ante el crimen que se ha cometido! (...)

Por nuestro corazón, porque llevamos en la raíz la inclinación al pecado, al mal, a veces nos convertimos a lo que es malo como si eso fuese una cosa buena. Y no nos damos cuenta de que el corazón se nos pudre, apesta, hace daño. En cambio, ¡qué estupendo es cuando el corazón humano está lleno de la palabra de Dios, lleno del Señor y de todo lo que él inspira y nosotros acogemos! 

Pero los hombres llevamos todo esto en vasos de barro. ¡Miren aquí las pruebas de cómo llevamos este tesoro en vasos de barro! Somos frágiles: ¡también nos pueden quitar la vida por Jesucristo! Y nuestros cuerpos tenemos que guardarlos en una caja y hasta soldarla antes de tiempo, porque se descomponen. Y sin embargo, por pura misericordia de Dios, ellos fueron ministros de Jesucristo, pastores del Chamical. (...)

Estamos doloridos, profundamente doloridos, pero no somos locos. Porque gracias a Dios somos normales, y ¡cómo no vamos a llorar al que es carne de nuestra carne y sangre de nuestra sangre, afecto de nuestro afecto, miembro de nuestra familia, hijo del cuerpo de Cristo, parte de su pueblo, testigo de su Iglesia! ¡Cómo no los va a llorar Chamical! (...)

La primicia de la sangre sacerdotal ha sido vertida en esta comunidad y en esta tierra de Los Llanos: véanla con ojos de fe, no la miren con ojos de rencor ni de resentimiento. Doloridos, con lágrimas, sí, pero con ojos de fe. (...)

Este pueblo, como cualquier otro del país, necesita pastores que sigan haciendo lo que Carlos y Gabriel hicieron hasta ahora, y por lo que murieron. Y también para las religiosas es una bendición su muerte. Ellos, hermanas, han entregado la vida, no por tontos, ni por cándidos, sino por la fe, por servir, por amar, para que nosotros entendamos qué es servir, qué es amar, qué es no ser tontos.

No hay ninguna página del evangelio que nos mande ser tontos. Cristo nos enseña a ser humildes como la paloma y astutos como la serpiente; nos manda tomar la cruz de cada día y seguirlo; nos manda que nos gocemos en la persecución; nos manda ser mansos de corazón, y tener alma y corazón de pobres; él nos manda buscar a los más necesitados porque son los privilegiados del Señor, y no rechazar a nadie, porque suya es la respuesta para todos los hombres y para todo hombre, aunque se quiera dudar de esta verdad. “Todo hombre es mi hermano”: esto es el evangelio, aunque se puedan mofar de él. (...)

Hermanos míos, yo los invito a que oremos por los que mataron a Carlos y a Gabriel, sin que nos interesen ni las siglas ni los nombres. Lo repito, no tenemos ni los ojos ni los oídos cerrados; tenemos la inteligencia normal de todo ser humano, o sea, que si hay que saber y podemos conseguir elementos y estar así en condiciones de informar a quien se debe, vamos a hacerlo. Pero también nos preguntamos: ¿hay acaso hermanos nuestros que pueden imaginar o pensar o programar violen­cias, y hay otros que las ejecutan? ¿Y es posible que coincidan? (...)

¡Qué difícil es ser cristiano! Porque al cristiano se le exige perdonar. Si se nos dijera: “No tenemos que perdonar; esto no es cristiano, no es siquiera humano matar sacerdotes”, responderíamos sin vacilar: el cristiano tiene que perdonar a todos. Pero otra cosa es aprobar los errores y otra aún no trabajar para evitar que estas cosas sucedan.

Pero al responsable su conciencia ha de decirle seguramente: "¡Vos lo hiciste!" Y no sé cómo puede dormir y, si está casado, cómo puede darle un beso a su mujer y a sus hijos. No lo entiendo desde la fe, y ni siquiera humanamente, en este y en otros casos... No entiendo como esos hombres pueden tomar a sus semejantes y, diciéndose cristianos, despedazarlos y triturarlos como al trigo para hacer pan, por más que esta vez les haya salido pan bendito. ¿No se acuerdan que Tertuliano dice que la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos? Así, los mismos verdugos son instrumentos, en cierta manera, para el bien, para que surja una comunidad fuerte en la fe, en la esperanza y en el amor. (...)

Señor, permite a Gabriel y a Carlos que desde el cielo sacudan los corazones de sus asesinos, para que no sigan haciendo lo que están haciendo. Gabriel y Carlos: como obispo, yo tengo mucho que agradecerles a ambos. ¡Muchas gracias! Amén.




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