jueves, 27 de julio de 2017

LOS QUE LUCHAN POR TODOS LOS CRISTIAN por Santiago Asorey


artículo destacado





RELÁMPAGOS

Los que luchan por todos los Cristian 



por Santiago Asorey





“¿Cuántas veces más, los vecinos y trabajadores de la Villa 21.24, y de los barrios del sur de la Ciudad, van a tener que decir: “Basta”? ¿Cuántos pibes, alumnos, amigos y amigas más nos van a matar? Muertos por la policía o en zonas liberadas también por las fuerzas de seguridad o por otras formas de desidia estatal”.





La columna de cientos de trabajadores, vecinos y familiares de Cristian Toledo, viene avanzando por la Avenida Iriarte. Llegó tarde, por eso la encuentro en Iriarte y Velez Sarfield. Pero la gente salió desde la Parroquia de Caacupé en la Villa 21.24. Me encuentro con amigos docentes y vecinos del barrio que no veo hace un tiempo. Mientras estamos ahí,  otra columna empieza también al mismo tiempo desde la Boca, por la detención de tres pibes del barrio a manos de la policía. Esta noche la gente del Sur de la Ciudad tiene el mismo destino: el Ministerio de Seguridad porteño en la Avenida Patricios.

Está cayendo la noche en el barrio de Barracas y son pocas las luces que se mantienen encendidas. Entre esas luces están las antorchas de los familiares y los amigos de Cristian, asesinado por la Policía de la Ciudad, el sábado 15 de julio. Delante de las banderas, avanza una camioneta y un parlante que repite un vallenato, casi como un mantra. Una canción que habla de un amor indestructible, un amor consumado y reciproco, que se sostiene perpetuo.

“Justicia por Cristian Toledo” y “Basta de Gatillo Fácil”, dicen las banderas que encabezan la marcha, los padres de Cristian, el padre Toto de Vedia, junto a otros amigos y familiares. No es la primera marcha que veo sobre la Avenida Iriarte y en otras calles del sur por casos como el de Cristian, se me vienen otras a la cabeza. Pienso en Yiyo, en Miriam, en Micaela, en Nehuen, en Kiki. ¿Cuántas veces más, los vecinos y trabajadores de la Villa 21.24, y de los barrios del sur de la Ciudad, van a tener que decir: “Basta”? ¿Cuántos pibes, alumnos, amigos y amigas más nos van a matar? Muertos por la policía o en zonas liberadas también por las fuerzas de seguridad o por otras formas de desidia estatal. ¿Cuantas marchas más de estas vamos a tener que hacer para que los medios hegemónicos dejen su complicidad y su fogoneo para que sigan cazando a nuestros pibes? No hay remate. Solo nuestro pueblo trabajador que sigue de pie pidiendo Justicia, una vez más. Y lo que nos queda para seguir: solidaridad militante y organización popular.

En las puertas del Ministerio de Seguridad, hay pocos medios pero mucha gente del barrio. El Padre Toto de Vedia habla: “Cristian vivía en nuestro barrio, trabajaba en la ferretería del frente, fue bautizado en la parroquia Caacupé y era un excelente vecino. Al día siguiente a ser asesinado, tenía que jugar un partido de futbol con sus compañeros en el campeonato del barrio. Era un hombre trabajador que hacia un culto a la amistad. Venia de bailar ese día, e injustamente se encontró con un hombre que alevosamente, por los prejuicios que muchas veces la sociedad y los medios de comunicación fomentan, llevo esto al extremo, al infinito y le quito la vida. Masacrándolo. Disparándole un montón de tiros que dieron con el auto.”

Luego, agregó: “Por eso, hoy estamos acá, frente al Ministerio de Seguridad porteño, al que consideramos responsable con lo que suceda con este asesino y también para que no siga habiendo gatillo fácil en nuestro barrios. Para que no siga habiendo detenciones injustas. La Villa 21.24 cree en la integración urbana. Declaramos y aclaramos, y es horrible tener que aclarar esto, que la villa es un barrio obrero. Que no somos delincuentes. Que tiene mucho más espíritu de comunidad y de barrio. Sentido de educación y de lucha por la vida, que muchísima gente de otros barrios. Cristian descansa en paz. Pero nosotros no vamos a descansar, no nos vamos cansar de pedir Justicia. No vamos a parar de luchar”. El Padre Toto sigue hablando y pide que las autoridades los reciban, la lucha sigue. No llego a despedirme de los amigos y compañeros con los cuales nos cruzamos siempre. Me gustaría no tener que cruzarlos más en estas circunstancias. Y la pregunta sigue, ¿Cuántas veces más? ¿Cuánto más puede sufrir un pueblo hasta decir, de una vez y para siempre, basta de gatillo fácil?






RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).




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