jueves, 28 de junio de 2012

"MARIA GUARDABA TODO EN SU CORAZÓN"

 


"Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. 

Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. 
Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.

Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 

Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. 
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". 
Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?"

Ellos no entendieron lo que les decía.
Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. 
Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres".

Lucas 2,39-52.-





                                                                                    


"Su madre conservaba estas cosas en su corazón". 
Con cuánta angustia deberían haber buscado a aquel hijo, con cuánta zozobra y desesperación hasta hallarlo!! Y cuando lo encontraron al fin, dice Lucas que no entendieron lo que les decía.

Pero María guardaba estas cosas en lo íntimo de su corazón...

También nosotros ansiamos hallarte y te buscamos desenfrenadamente en otros lugares donde no estás, donde no te podremos encontrar, allí donde creemos que te encuentras por que nos conviene que sea así o es más cómodo "sentir" tú presencia. 
Madre ayúdanos a buscar a tu Hijo allí donde no nos es fácil entender que este, en donde no nos atrevemos a pensar que este, en donde incluso no quisiéramos que pueda estar. Porque como vos y José, deseamos encontrarnos no con nuestro dios hecho a nuestra imagen y semejanza, sino con el Verdadero. Así como cuando les tocó a Uds. perder al hijo para descubrir al Hijo...Y aunque no entendamos al principio, ayúdanos a guardar todo esto en nuestro corazón, en ese mundo donde se madura lo que no se comprende por la pura razón.


Raul Olivares.-

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