sábado, 14 de abril de 2012

RIQUEZA Y PODER: NEGACIÓN DEL EVANGELIO / EL ABISMO LO CREA EL HOMBRE. Lc. 16,19-31.-



Un análisis de Lucas 16,19-31.- 



 Leandro Bassano, "El rico Epulón y el pobre Lázaro", óleo sobre lienzo, 150 x 202 cm. Segunda mitad del siglo XVI. Museo del Prado


Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y comía regiamente todos los días. Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta del rico. Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas. Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.» Abraham le respondió: «Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos. Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro.» El otro replicó: «Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento.» Abraham le contestó: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.» El rico insistió: «No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde ellos, se arrepentirían.»  Abraham le replicó:

«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán.»

Lucas 16,19-31.-












Lucas 16,19-31, es una de las denominadas parábolas de Jesús que denota la enorme preocupación del autor por dar respuesta en su época y a las comunidades a las que se dirige, sobre un tema esencial para la Fe y el movimiento nacido con Jesús de Nazareth, el problema de ricos y pobres en el contexto del anuncio del Evangelio y la construcción del Reino. Es más, el  único evangelista que menciona esta realidad de la manera en que lo hace, en detalle, y profundizando los antagonismos materiales y humanos, es Lucas. 
En la parábola de Lázaro y el rico tenemos en primera instancia una concepción de la realidad que  en  general se ha acentuado más desde interpretación a nivel espiritual que el de la visión terrenal -integral y concreta de la misma. La brecha, el abismo de carácter irreversible en las condiciones en que se genera, producto de un sistema inhumano, inicuo y menesteroso,  no se inicia después de la muerte, en el cielo o en el infierno, donde son llevados los dos personajes de la historia; ese abismo se origina aquí, se crea en y  desde la misma sociedad en la que viven lázaro y el rico y es provocado por el hombre. Luego sí se proyecta en su estado celestial posterior. 
La inmensa desproporción social, impacta en el relato, situándola en un modelo concreto y vigente en ese período, que tiene como prototipos a una clase rica y poderosa, que acapara todo los bienes y hace obscena ostentación de su opulencia, de su suntuosidad, de su orgiástico estilo de vida, sustentado en la ilimitada acumulación de riquezas y  en un infinito deseo de poder para sí. Del otro lado de ese abismo, en contrapartida,  la clase de los pobres y expulsados por esos mismos poderosos, a una supervivencia despiadada, cruel, infrahumana que degrada la dignidad de la persona. Ese es el pobre Lazaro, incapacitado, hambreado, rodeado solo por los perros y así también,  es el mismo Jesús, Dios hecho hombre y es el hombre imagen y semejanza de Dios, Dios que se ha puesto por Amor en la medida de todos los males que sufrimos, siempre presente en esa agonía. Lazaro, nombre deliberadamente dado en la parábola para que quien escuchara entendiera de quién se estaba hablando y cuál es el significado último y profundo del mismo: (traducción del hebreo Eleazar: Dios ayuda). Y Jesús en la persona del pobre Lazaro, ha sido socialmente dispuesto y estratificado en ese lado de ese abismo. Ese abismo que es una injustificable brecha de poder que rompe definitivamente toda relación y no deja espacio para nada entre una clase y otra. Se alimenta de sus propios excesos y en consecuencia con el acto naturalizado y socializado que significa, fagocita aquello que le es ajeno, como extraño y al cual no tiene ni siquiera en consideración de existencia real. Lázaro está ahí, pero el abismo real, social, entre uno y otro, lo invisibiliza, lo hace parte de la normalidad brutal del otro que no es "otro" para el rico Epulón. *

Ahora:¿Por qué  Lucas se preocuparía tanto hace casi 2000 años por un tema como este?¿Qué emergencia surgiría en esas comunidades de seguidores de Jesús entre ricos y pobres? Creo que fundamentalmente, Lucas busca y lo logra por cierto,  llamar la atención sobre la necesidad de ser fiel a la doctrina del Jesús histórico, no dejar un solo espacio de duda respecto de su Proyecto de radicalidad igualitaria, fraternal y trascendente. La que se hace presente partiendo desde las costumbres más pequeñas y cotidianas hasta las de mayor rango, pero en todas penetrando y alterando su esencia colectiva. Lo que convierte a aquel movimiento en una praxis contracultural que intenta revolucionar el sistema desde sus habitos y costumbres básicas, ejemplo de ello es la comensalidad también radicalizada de Jesús (comer y beber todos juntos en una mismo ámbito), expuesta en Lucas de manera muy especial, como una imagen demoledora de lo que es el Reino, de cómo se lo debe vivir, de que "locura absoluta" significa para ese mundo (y de hecho también para el nuestro), la practica subversiva del Evangelio del Señor: "Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los pobres; a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos” (Lc 14,12-14). Y es que El lo hace!! Da de comer a la multitud, come con recaudadores de impuestos y estafadores, con pecadores, para El a diferencia de las normas fariseas todos los alimentos eran puros, no había divisiones ni escalas que separaran a unos de otros, todos eran iguales ante Dios. Los pecadores más aun, necesitaban de su presencia: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos; no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores" Mc 2,17. Y ademas se hacia cargo de las acusaciones de los mismos fariceos que no concebían ese proceder:"Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Ahí tienen  a un comilón y a un borracho, amigo de publicanos y pecadores" (Lc 7,34). ¿Qué significa eso de comer con lisiados, con cojos, con ciegos en un contexto social donde ya sentarse o reposar para comer, estoy hablando de hacerlo con un cojín o un almohadón, simbolizaba una jerarquía de señorío concreto? ¿Qué "delirio" era ese de compartir el pan con "cualquiera"? Se trata ni más ni menos que del Reino. El mismo Reino es un gran banquete para todos, preferentemente para los más necesitados y enfermos. Pero un banquete diferente, con otras costumbres y otros códigos donde el privilegio no existe y la lógica del orden está invertida respecto de la normalidad:"Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos". Lc. 13,29-30.- ¿Y dónde se manifiesta con más claridad el Reino, entre otros ámbitos  y modalidades? En las comidas abiertas a todos, en esa comensalidad que decía: "Ahí entre el pan y el vino, entre nosotros comiendo como iguales y hermanos, ahí está ese Reino".  Así de extraordinario e irreverente como aparece ante nuestros conceptos "civilizados" de hoy, se revelaría en su plenitud, el auténtico mensaje de Jesús; y Lucas quiere ser leal a ese mandato central en su Evangelio: "El Reino de los Cielos es de los pobres". (Lc. 6,20.).-

En la parábola de Lázaro y el rico,  se hace mención de las consecuencias que conllevan a sus protagonistas sus dos formas de existencia, es verdad que explícitamente se habla sobre el cielo y el infierno como recompensa y condena después de la muerte, sin embargo creo que Lucas, no solo nos habla de ese cielo y ese infierno como tan lejanos, como realidades tan distantes de este mundo, en la cosmovisión de Lucas está latente aquel paraíso celestial de modo proporcional en el contenido de la construcción del Reino. Aquella Presencia Nueva de Dios que salva a los pobres y condena a los ricos ya se manifiesta aleccionadoramente en el ejercicio evangélico, en dar testimonio de cómo un discípulo de Jesús debe transformar la realidad, para que ella sea ese paraíso que el Reino entraña, esa Utopía que es Jesucristo, Liberador y Salvador. De tal modo y solamente así, depende cómo vivamos esa Presencia Nueva, ella se hará efectiva entre nosotros, desde aquí. Para Lucas, La tierra prometida está más cerca de lo que creemos...Ese es su mensaje, no es solo allá, en la otra vida, donde Dios recompensa y libera al hombre de sus miserias, la liberación nace en nosotros y se traduce en el presente.


Un Evangelio con historia

Lucas escribe para comunidades creyentes en una sociedad de gentiles, que inmersas en el mundo imperial romano, en el centro de la cultura helenistaestán profundamente influidas por ellas. A ellas, entonces, debe justamente guiar su Evangelio para dar respuesta a su época y su contexto. Para  lo cual debe adoptar una característica inusual en los otros Textos evangélicosla historicidad. En un sentido profundo, el estilo histórico de Lucas, se adentra, se introduce obligadamente en el proceso que aun están atravesando las comunidades originarias judeo-cristinas propiamente dichas. La conmoción, la enorme crisis que significó la destrucción del Templo y la ciudad Santa de Jerusalén, en el año 70 del I siglo de la era común. Consecuencia directa de la guerra judía y el dominio romano,  fue la confiscación por parte del Cesar de toda propiedad judía. El impuesto del templo pasó a ser uno más de los tributos que se debían pagar a Roma, el cuantioso tesoro del templo fue apropiado por el invasor. Con esto la guerra significó la aniquilación del poder sacerdotal. En la Cultura y la fe de Israel, el templo era esencial: el lugar donde por sublimidad se hallaba Dios , era ese. Era único, su núcleo y significaba la vida de la religiosidad cultual de los judíos (Antigüedades judías, Flavio Josefo XV,11,33).Sin templo:¿Dónde está Dios? Crisis de fe, de organización, de esperanza...Muchas corrientes judaicas (utilizo el termino como relativo al pueblo y a su religión, no despectivamente) se dispersaron, se fragmentaron y como es lógico también las comunidades judías seguidoras de Jesús sintieron esa ruptura, esa crisis en carne propia. De hecho la gran división que venia en proceso se definiría  en esta época. Esa Asamblea originaria, ahora sin templo, decidirá a la luz precisamente del Evangelio, un cambio de raíz como Iglesia: su vida de  Fe se apoyará exclusivamente en la Palabra y la Comunidad de fieles y abandonará el culto al templo como centro de su creencia religiosa. Jesús el Cristo, el Mesías y su Iglesia serán el verdadero Templo de la Fe y Dios estará en ese Nuevo Templo comunitario (Mt.18,20;28,20). A su vez aquel acontecimiento político-militar, fue relacionado por la Iglesia primitiva, en palabras de Jesús, como profecía cumplida e interpretación de sus creencias.(Mc.13,2; Mt. 26,61; Jn. 2,19; Hch. 6,13-14). El credo se centralizó entonces en ese Jesús que estaba presente en la Comunidad de creyentes.
Otro fenómeno característico del dominio imperial romano en la región de Judea es la supervivencia de los fariseos quienes acentuarán sus enfrentamientos con los grupos judeocristianos de Israel. La preocupación de Lucas, entonces, se comprende y se justifica frente a esta dimensión política-religiosa-cultural y de fe. Aquellos fariseos eran todo lo que no debía ser el movimiento creado porJesús de Nazareth  y que emergiendo de esa situación se iba convirtiendo en Iglesia con Identidad propia sin desentenderse de sus orígenes, más aun, reafirmando aquella Alianza inicial, ahora  iluminada por la Palabra de Jesus. 
En este sentido Lucas hace esfuerzos notables para destacar los antagonismos que generan y profundizan ese abismo de la parábola, los que origina la misma clase farisea. El texto es una advertencia seria y grave a la amenaza y a la tentación de algunos cristianos que creían poder seguir siéndolo al estilo fariseo de riquezas e hipocresíaLucas es drástico, tajante y coherente: "No es posible servir a dos amos al mismo tiempo". “¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios” .(Lc 18,24).


 "villero" - Villa 13 de julio - Buenos AIres - Argentina.

"EL ABISMO TREMENDO ENTRE USTEDES Y NOSOTROS"
En la escatología de Lucas, planteada en esta parábola, existe un trasfondo que analizándolo detenidamente, le confiere a cada uno de sus personajes y al entorno en el que se desarrolla, su sentido más pleno.El rico Epulón ahora se halla en medio de las llamas, condenado y sin embargo, aun allí, no ha perdido su conciencia de amo y señor que se traduce en creer que aún mantiene el privilegio de clase que poseía en vida y es capaz de pedir que se "mande" a Lázaro a cumplir con su requerimiento: "...y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas." No se trata de una simple exigencia, de un párrafo más, el evangelista desea poner frente nuestro con claridad, la pétrea soberbia farisea, que no cesa ni aun después de la muerte. En el nuevo estado que significa la otra realidad transmundana, como dije anteriormente, el orden y el sentido de las condiciones de existencia se invierten, en tanto el pobre Lázaro es recompensado con la plena dicha del bien y sus gozos, el rico Epulón, ha sido al fin condenado. En presencia de Abraham, están ahora tanto el uno como el otro, solo que en una nueva dimensión que se  inicia después de la muerte, no como el final, por el contrario, como un portal que abre un tiempo nuevo y definitivo, que manifiesta todo lo que pasará en el cielo; y que también debería estar pasando en ésta existencia, si hiciéramos evidente el ReinoAsí la parábola opera en el oyente o el lector como una imagen convincente de una realidad ulterior que todavía no se ha consumado en el presente y que viene a decir-como metamensaje-que es totalmente viable que se realice, como primicia de aquella otra celestial, porque el Reino ya está entre nosotros "en el aquí y ahora". Ese paraíso, siempre atribuido a lo distante, a lo remoto, se presenta en el  texto de Lucas, como tangible desde esta tierra, en esta actualidad concreta, con  la Presencia siempre viva del Señor en la Iglesia. Iglesia que si quiere ser cristiana está exigida de la liberación del hombre para crear las condiciones de salvacióndesde ya, en esta sociedad y en este mundo.

Así también, en el análisis de las escenas en el seno del Patriarca Abraham, podemos destacar:
  • El rico, a pesar de su condición de condenado, es reconocido como hijo, pero como un aviso urgente contra-religioso que expresa esa filiación traicionada y tergiversada por los fariseos y doctores de la Ley.
  • Lázaro , a pesar de no ser y por no ser fariseo, es recibido como hijo en la gloria de Abraham (para los fariseos era un hecho descartado que solo ellos podrían ser acogidos como hijos predilectos del padre de la Fe), Lucas nos expone como no solo la muerte nos nivela, sino más profundamente, como la fe farisea es contraria a la realidad celestial, en tanto todos aquí como allí somos iguales (hijos de un mismo Padre) y en ese mismo sentido, si allí lo somos, qué nos queda para que ese principio fraternal se  cumpla y se establezca totalmente en el "aquí"... Ahí va Lucas como un arquero que lanza una flecha certera y directa al corazón de la primitiva Comunidad.
  • El rico pide, como un derecho y una prerrogativa, en su conciencia, conciencia de casta, que Lázaro lo socorra, Abraham le indica que no es posible, pero no solo porque él ya ha sido "bendecido" en vida, sino porque a raíz de ese estilo que le es característico, él ha empobrecido a Lázaro, y en su hábitos, en su comportamiento social ha sido indiferente a su prójimo. La falta de misericordia es aun más grave en lo personal, que el pecado social, porque esa indiferencia y apatía, no permite recibir, dejar entrar al mismo Dios que está en el otro, que sufre, que necesita y que no se lo ve por la ceguera que produce el poder divinizado, que solo favorece la generación de más pecado.
  • Ahora las cosas están claras: El abismo lo crea el mismo hombre, no Dios. Y ese abismo es producto de una sociedad injusta, antagónica con Dios, el Evangelio y el mismo hombre que es su creación. Un abismo humano y social insalvable, en tanto ya lo ha construido la clase social enriquecida, apartándose ella misma en su universo de abundancias obscenas frente a la miseria; esa práctica específica que subdesarolla, que pauperiza, hace el abismo infranqueable. La vida de riquezas, lujos, boato, suntuosidad, es el infierno en la tierra para millones de Lazaros. Por ello, y en consecuencia, será también condenación para esta sociedad inicua que la ha producido en la figura emblemática del rico Epulón.
  • Por último en este análisis, nos queda la petición final del rico, más como una forma de exponer su justo castigo que como otra cuestión. El mismo, solicita aun en la errónea convicción de sus fueros, que Abraham  envíe  a Lázaro en misión de admonición  para sus hermanos, nótese que no pide por todos, sino solo y excluyentemente, para los de su clase, el personaje adquiere su "refinamiento" más categórico hasta en la situación más extrema y limite en la que se halla. El patriarca es taxativo: No más privilegios, no mas enviados, aquellos ricos que han servido al dinero como un autentico dios, que le han rendido culto y que han hecho de ese culto un sistema de vida, deformando la Fe Verdadera,  ni los resucitados los pueden cambiar. 

    VIGENCIA DEL EVANGELIO EN NUESTRA REALIDAD

    Estamos en  los comienzos de la llamada era de la globalización del capital, donde el sistema a través de sus políticas neoliberales, ha producido su apoteosis de acumulación, hiperdesarrollo asimétrico, concentración desmesurada de las riquezas, exclusión social constante- gracias al modelo científico tecnológico- que le permite independizarse progresivamente de la fuerza de trabajo, expulsando masivamente en consecuencia mano de obra, generando una de las más graves y caóticas crisis sistémicas de la historia. La acuciante emergencia que se remonta sobre los sectores más débiles de la sociedad, cada vez se hace más palpable en nuestros pueblos, en Latinoamérica en su conjunto, especialmente por la manera absolutamente brutal con la que se aplica el mismo, abriendo ese abismo del que hablábamos, ahora  infinitamente más vasto, más extenso, más insondable... 
    La socióloga Alcira  Argumedo lo expone claramente de esta manera:

    "La opción neoliberal impulsa un modelo de reconversión tecnológica salvaje -tendiente a expulsar trabajadores bajo diversos mecanismos de precarización, desocupación, subempleo, exclusión, brutal disminución de los salarios reales, incremento de los niveles de pobreza, eliminación de los derechos sociales básicos- que, al combinarse con una lógica de acumulación caracterizada por la acelerada concentración y polarización de la riqueza, está gestando una inmensa masa de población excedente absoluta, supernumeraria, inservible desde la perspectiva de los intereses hegemónicos: no les sirven como mano de obra barata, porque son reemplazados por sistemas automatizados más baratos y eficientes; ni como productores de determinadas materias primas, desplazadas por la composición de los nuevos materiales; ni mucho menos como consumidores, dados sus niveles de miseria e indigencia. No es simplemente una masa de población pobre, se trata de excluidos, de pobreza sin salida, de seres humanos que sobran en este mundo. En la dinámica de la globalización neoliberal, esta masa de hombres y mujeres excedentes está en peores condiciones que los esclavos, los siervos de la gleba o los proletarios de Marx; porque para poder obtener lucro de estas tres grandes categorías históricas de explotados, se necesitaba que estuvieran mínimamente vivos, mínimamente alimentados y mínimamente sanos. Por el contrario, cuando se trata de población sobrante, lo mejor para los grupos dominantes es que desaparezcan, que se mueran; exterminarlos, como hicieran con los pueblos nativos en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o la Argentina, para enviar a esos territorios su propia población sobrante europea en la etapa madura de la Revolución Industrial, hacia mediados y fines del siglo XIX. Nuevamente se pretende que una parte minoritaria de la humanidad es verdaderamente humana y el resto son menos que humanos; para colmo, cada vez más peligrosos. Así, hemos llegado a la situación explosiva de la cual dan cuenta, entre muchos otros, los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se demuestra que el 20% más rico de la población mundial concentra más del 85% de las ingresos y la riqueza; mientras la dinámica de la globalización neoliberal determina que el flujo de recursos continúe drenando desde los pobres hacia los ricos y desde el Sur hacia el Norte. El problema adicional es que entre los pobres se produce el 97% de los nacimientos en el mundo y, de continuar estas mismas tendencias, en no más de 10 a 15 años tendremos a un 10% de la población concentrando el 90% de la riqueza terrenal, en tanto un 75% o más de los habitantes quedarían como población excedente, excluida, sobrante, sin posibilidades de futuro y, por consiguiente, barbarizada, obligada a conductas de desesperación que se manifiestan de diferentes maneras" Barbarie o Solidaridad: las alternativas ante el siglo XXI, Alcira Argumedo. Mayo 1999.-

    Entonces, a partir de este análisis específico e intensivo de la crisis: Cuál es el aporte y la vigencia del Evangelio en nuestros días y en particular de esta parábola?

    Pensemos a Jesús narrándola en medio de una audiencia integrada mayoritariamente por campesinos empobrecidos. En un lugar en donde no se sabía si ese  día se iba a comer, la relación entre ricos y pobres era una situación explosiva, crítica y escandalosa. ¿Qué podría haber pasado al oírlo? Lo más lógico: Una discusión que incluyese preguntas como: Por qué tenemos que vivir así? Por qué las rentas son  tan caras? Por qué tenemos que pagar cada vez más y más y seguir siendo pobres? Por qué tantos impuestos? ¿Por qué lo permitimos? Y tal vez,  la pregunta que podía surgir, la más importante:¿Cómo hacemos para que esto se termine?


    En esta posibilidad de cuestionamiento e incitación a transformar la realidad, está la propuesta medular, fundamento de todo el movimiento de Jesús y del Reino de Dios, como proyecto trascendente, político-religioso, social y cultural. Ayer, allí en Judea, ahora aquí en Latinoamérica. Los contextos cambian, cambian los problemas, cambian los hombres, pero en la raíz la cuestión sigue siendo la misma: "El abismo tremendo" que presenta Lucas,  lo crea el hombre a través de sus inicuas relaciones sociales, de su modo de producción y especialmente de su egocentrismo de clase. De todas maneras el Reino está, siempre estará, el Reino es una realidad que permanece siempre entre nosotros... Y como en la historia, su presencia dinámica y su permanencia solo dependen de Dios y nosotros. Y El  ya lo ha enviado...

    Raúl Olivares.-
    Todos los derechos reservados.-



    El nombre que no es un nombre propio, quedó así como sinónimo del que es glotón y vive en la abundancia. Seguramente originado en los Épulos romanos, banquetes "sagrados" a cargo de los epulones.-





    Textos y sitios web consultados: 
    Biblia de Jerusalen: Exodo, Isaias, Amós, Evangelios sinopticos.-
    Biblia Latinoamerica: Evangelios sinopticos, Hechos de los Apóstoles.-
    Antigüedades judías, Flavio Josefo.-
    El Jesús histórico, Jhon Dominic Crossan. Editorial Planeta.-
    Jesús Esencial, su palabra autentica y sus primeras imágenes, Jhon D. Crossan. E. Planeta.-
    Jesús, vida de un campesino judíoJhon Dominic Crossan. Crítica Barcelona 1994.-
    La Utopía de Jesus, Ruben Dri. Editorial Biblos01/07/1997.-

domingo, 8 de abril de 2012

"YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA" Evangelio de Juan 11,25.-










¿Por qué buscan entre los muertos al que está Vivo?

Evangelio de Lucas 24,1-8.-

El anuncio de la resurrección 
Mateo 28, 1-8 / Marcos 16, 1-8 / Juan 20, 1-18
24:1 El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado.
24:2 Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro
24:3 y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
24:4 Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.
24:5 Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
24:6 No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea:
24:7 "Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día"".
24:8 Y las mujeres recordaron sus palabras.


















"MUCHACHOS, ¿TIENEN ALGO PARA COMER?".

Jesús Resucitado se aparece por tercera vez a sus amigos. Jn. 21,1-14.-





La invitación:

Señor, preguntános también hoy lo mismo que aquel día en el Tiberiades a tus amigos...De tal forma que sepamos que tenemos que volver a tirar la red y no quedarnos tranquilos si no pescamos nada. Hacete presente, como en ese amanecer de todos los amaneceres de la vida y de manera simple y sencilla, preguntános: "Muchachos..."  Así, tal cual, como siempre fuiste, como un campesino, un trabajador, como un amigo, como el Señor... Y luego prendé el fuego, prepará la comida e invitanos a comer con vos!! Porque así tu gesto amigable y sincero, tu comida y tu Amor nos darán fuerza para hacerte presente entre tanto odio, tanta iniquidad, y tanto egoísmo...Nos hacés falta,  tanta falta!! Por eso, no te olvidés, un día de estos, como ese amanecer en el Tiberiades, invitanos... Por supuesto que esta vez el pan lo llevaremos nosotros y no te preguntaremos quien sos, porque ya lo sabemos, como también sabemos que la pesca será abundante si te escuchamos...

Raúl Olivares.-


Evangelio de Juan 21, 1-14.-
Aparición de Jesús Resucitado junto al mar de Tiberíades. 

Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así:
21:2 estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
21:3 Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
21:4 Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.
21:5 Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No".
21:6 Él les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.
21:7 El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!" Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
21:8 Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.
21:9 Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
21:10 Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar".
21:11 Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.
21:12 Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres?", porque sabían que era el Señor.
21:13 Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
21:14 Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.


sábado, 7 de abril de 2012

SÁBADO SANTO: ESPERAMOS JUNTO A MARÍA.



El que cree en mí aunque haya muerto vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás”. ¿Crees esto?  (Jn 11,25-26).-


SOLO EN EL AMOR Y EN LA ENTREGA SE ALCANZA LA VIDA...









Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.


Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo".
Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
 Jn. 19, 25-27.-



http://es.catholic.net/celebraciones/120/301/articulo.php?id=1271
http://encuentra.com/el_calendario_liturgico/_el_sabado_santo__14072/
http://es.catholic.net/aprendeaorar/32/248/articulo.php?id=2933

jueves, 5 de abril de 2012

VIERNES SANTO: JESUCRISTO CRUCIFICADO.

En la cruz aquel ladrón crucificado con El, ya apunto de morir, le dice: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino". Él le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso". (Lc. 23,42-43)



Aquel que anduvo por tantas aldeas, por tantos caminos, con tanta gente, El que llamó a los pescadores y campesinos a seguirlo, a construir su Reino, El que comió y bebió con pecadores y publicanos, El que sanó en Sábado, el mismo que integró a las mujeres como parte de su Comunidad y de su Iglesia,  El que echó a los mercaderes del templo y proclamó que era el Hijo del Hombre, el Hijo de Dios; a El que no le creyeron, ni lo siguieron, ni lo aceptaron, sino mas bien lo rechazaron y lo abandonaron, a El que lo acusaron, lo procesaron y juzgaron, a El que el Imperio romano, quien no perdía ni tiempo ni poder persiguiendo a cualquiera sino solo a subversivos que ponian en riesgo su incuestionable dominación,  a El, ese Imperio con la complicidad del poder sacerdotal y político Judío (el Estado de esa época), lo sentenció a muerte y a muerte de cruz. En la inscripción el procurador Pilato puso: INRI que en latín significa: IESVS NAZARENVS REX IVDAEORVM, Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos. El delito se ponía como título en la cruz para justificar la brutalidad de la condena... Se lo hizo en el caso de Jesús en latín, griego y hebreo. Ciertamente, el cargo de declararse Rey era el más peligroso para cualquier poder que sabía con certeza que no deben existir dos reinos en uno. "Cesar era único", no puede haber otro en su jurisdicción, "...aunque su Reino no sea de este mundo". Entonces, aquel Jesús de Nazaret , ese que dijo: "Aménse como yo los he amado", lo hizo, nos amó así, por eso lo crucificaron y por eso está en esa cruz... 
¿Quién soy yo para que El diera su Vida por mi?  Inexplicable en mi lógica, no en el Amor de Dios... Aquello que Pablo llama " La Locura de la Cruz".

Raúl Olivares.-

Evangelio según San Juan 18-19.-


El arresto de Jesús
18:1 Después de haber dicho esto, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en ese lugar una huerta y allí entró con ellos.
18:2 Judas, el traidor, también conocía el lugar porque Jesús y sus discípulos se reunían allí con frecuencia.
18:3 Entonces Judas, al frente de un destacamento de soldados y de los guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, llegó allí con faroles, antorchas y armas.
18:4 Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les preguntó: "¿A quién buscan?"
18:5 Le respondieron: "A Jesús, el Nazareno". Él les dijo: "Soy yo". Judas, el que lo entregaba, estaba con ellos.
18:6 Cuando Jesús les dijo: "Soy yo", ellos retrocedieron y cayeron en tierra.
18:7 Les preguntó nuevamente: "¿A quién buscan?" Le dijeron: "A Jesús, el Nazareno".
18:8 Jesús repitió: "Ya les dije que soy yo. Si es a mí a quien buscan, dejen que estos se vayan".
18:9 Así debía cumplirse la palabra que él había dicho: "No he perdido a ninguno de los que me confiaste".
18:10 Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha. El servidor se llamaba Malco.
18:11 Jesús dijo a Simón Pedro: "Envaina tu espada. ¿Acaso no beberé el cáliz que me ha dado el Padre?"
Jesús ante Anás
18:12 El destacamento de soldados, con el tribuno y los guardias judíos, se apoderaron de Jesús y lo ataron.
18:13 Lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, Sumo Sacerdote aquel año.
18:14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos: "Es preferible que un solo hombre muera por el pueblo".
La primera negación de Pedro
18:15 Entre tanto, Simón Pedro, acompañado de otro discípulo, seguía a Jesús. Este discípulo, que era conocido del Sumo Sacerdote, entró con Jesús en el patio del Pontífice,
18:16 mientras Pedro permanecía afuera, en la puerta. El otro discípulo, el que era conocido del Sumo Sacerdote, salió, habló a la portera e hizo entrar a Pedro.
18:17 La portera dijo entonces a Pedro: "¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?" Él le respondió: "No lo soy".
18:18 Los servidores y los guardias se calentaban junto al fuego, que habían encendido porque hacía frío. Pedro también estaba con ellos, junto al fuego.
Jesús ante el Sumo Sacerdote
18:19 El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su enseñanza.
18:20 Jesús le respondió: "He hablado abiertamente al mundo; siempre enseñé en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada en secreto.
18:21 ¿Por qué me interrogas a mí? Pregunta a los que me han oído qué les enseñé. Ellos saben bien lo que he dicho".
18:22 Apenas Jesús dijo esto, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciéndole: "¿Así respondes al Sumo Sacerdote?"
18:23 Jesús le respondió:
"Si he hablado mal, muestra en qué ha sido;
pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?"
18:24 Entonces Anás lo envió atado ante el Sumo Sacerdote Caifás.
Nuevas negaciones de Pedro
18:25 Simón Pedro permanecía junto al fuego. Los que estaban con él le dijeron: "¿No eres tú también uno de sus discípulos?". Él lo negó y dijo: "No lo soy".
18:26 Uno de los servidores del Sumo Sacerdote, pariente de aquel al que Pedro había cortado la oreja, insistió: "¿Acaso no te vi con él en la huerta?"
18:27 Pedro volvió a negarlo, y en seguida cantó el gallo.
Jesús ante Pilato
18:28 Desde la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Pero ellos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y poder así participar en la comida de Pascua.
18:29 Pilato salió a donde estaban ellos y les preguntó: "¿Qué acusación traen contra este hombre?" Ellos respondieron:
18:30 "Si no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos entregado".
18:31 Pilato les dijo: "Tómenlo y júzguenlo ustedes mismos, según la Ley que tienen". Los judíos le dijeron: "A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie".
18:32 Así debía cumplirse lo que había dicho Jesús cuando indicó cómo iba a morir.
18:33 Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?"
18:34 Jesús le respondió: "¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?"
18:35 Pilato replicó: "¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?"
18:36 Jesús respondió:
"Mi realeza no es de este mundo.
Si mi realeza fuera de este mundo,
los que están a mi servicio habrían combatido
para que yo no fuera entregado a los judíos.
Pero mi realeza no es de aquí".
18:37 Pilato le dijo: "¿Entonces tú eres rey?" Jesús respondió:
"Tú lo dices:
yo soy rey.
Para esto he nacido
y he venido al mundo:
para dar testimonio de la verdad.
El que es de la verdad, escucha mi voz".
18:38 Pilato le preguntó: "¿Qué es la verdad?" Al decir esto, salió nuevamente a donde estaban los judíos y les dijo: "Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo.
18:39 Y ya que ustedes tienen la costumbre de que ponga en libertad a alguien, en ocasión de la Pascua, ¿quieren que suelte al rey de los judíos?"
18:40 Ellos comenzaron a gritar, diciendo: "¡A él no, a Barrabás!" Barrabás era un bandido. 

CAPÍTULO 19
La flagelación y la coronación de espinas
19:1 Pilato mandó entonces azotar a Jesús.
19:2 Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto de color púrpura,
19:3 y acercándose, le decían: "¡Salud, rey de los judíos!", y lo abofeteaban.
19:4 Pilato volvió a salir y les dijo: "Miren, lo traigo afuera para que sepan que no encuentro en él ningún motivo de condena".
19:5 Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto de color púrpura. Pilato les dijo: "¡Aquí tienen al hombre!"
19:6 Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!" Pilato les dijo: "Tómenlo ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo".
19:7 Los judíos respondieron: "Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir porque él pretende ser Hijo de Dios".
19:8 Al oír estas palabras, Pilato se alarmó más todavía.
19:9 Volvió a entrar en el pretorio y preguntó a Jesús: "¿De dónde eres tú?" Pero Jesús no le respondió nada.
19:10 Pilato le dijo: "¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y también para crucificarte?"
19:11 Jesús le respondió: "Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si no la hubieras recibido de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti ha cometido un pecado más grave".
Jesús condenado a muerte
19:12 Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaban: "Si lo sueltas, no eres amigo del César, porque el que se hace rey se opone al César".
19:13 Al oír esto, Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el lugar llamado "el Empedrado", en hebreo, "Gábata".
19:14 Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: "Aquí tienen a su rey".
19:15 Ellos vociferaban: "¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!". Pilato les dijo: "¿Voy a crucificar a su rey?" Los sumos sacerdotes respondieron: "No tenemos otro rey que el César".
19:16 Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron.
La crucifixión de Jesús
19:17 Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo", en hebreo, "Gólgota".
19:18 Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio.
19:19 Pilato redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la hizo poner sobre la cruz.
19:20 Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego.
19:21 Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: "No escribas: "El rey de los judíos", sino: "Este ha dicho: Yo soy el rey de los judíos"".
19:22 Pilato respondió: "Lo escrito, escrito está".
El sorteo de las vestiduras
19:23 Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo,
19:24 se dijeron entre sí: "No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca". Así se cumplió la Escritura que dice:
Se repartieron mis vestiduras
y sortearon mi túnica.
Esto fue lo que hicieron los soldados.
Jesús y su madre
19:25 Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
19:26 Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo".
19:27 Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
La muerte de Jesús
19:28 Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo:
Tengo sed.
19:29 Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca.
19:30 Después de beber el vinagre, dijo Jesús: "Todo se ha cumplido". E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.
La herida del costado
19:31 Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne.
19:32 Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús.
19:33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas,
19:34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.
19:35 El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean.
19:36 Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice:
No le quebrarán ninguno de sus huesos.
19:37 Y otro pasaje de la Escritura, dice:
Verán al que ellos mismos traspasaron. 
La sepultura de Jesús
19:38 Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús —pero secretamente, por temor a los judíos— pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se la concedió, y él fue a retirarlo.
19:39 Fue también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos.
19:40 Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos.
19:41 En el lugar donde lo crucificaron había una huerta y en ella, una tumba nueva, en la que todavía nadie había sido sepultado.
19:42 Como era para los judíos el día de la Preparación y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.


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